Las orquídeas pueden ser reconocidas por sus flores de simetría fuertemente bilateral, en las que la pieza media del verticilo interno de tépalos —llamada labelo— está profundamente modificada, y el o los estambres están fusionados al estilo, al menos en la base. Se distinguen por la complejidad de sus flores y por sus interacciones ecológicas con los agentes polinizadores y con los hongos con los que forman micorrizas. Las orquídeas constituyen un grupo de plantas de morfología extremadamente diversa.

México es uno de los países que posee mayor diversidad de orquídeas en Latinoamérica. Un censo en 2005 arrojó que en el país hay al menos 1.400 variedades de orquídeas, de las que más de 300 especies se consideran orquídeas mexicanas autóctonas y endémicas. Esta diversidad de la familia se debe, entre otras cosas, a los procesos evolutivos proporcionados por la presión selectiva del ambiente a través de los años, a la adaptación a los diversos ecosistemas y a las interacciones que existen con otros organismos de su entorno.

La familia de las orquídeas, Orchidaceae, tiene su origen a 100 o 110 millones de años. Son algunas de las plantas más diversas en el planeta, con entre 20 y 30 mil especies, y la interacción estas especies y otros seres vivos a veces es vital para existencia de unas y otros. En México, el número de especies descritas sigue creciendo dado que es amplia la colaboración entre biólogos, botánicos y otros científicos para explorar extensas áreas de selva. La naturaleza de las orquídeas, algunas con hábitos de crecimiento epífitos y que suelen crecer sobre las ramas de los árboles, cerca de la copa, hace más compleja esta labor.

Dentro de los usos que tienen las orquídeas destacan el uso medicinal, cosmetológico y tradicional.

Acá te mostramos cinco especies de este país que destacan por su aspecto poco común.

1. Cypripedium molle, «Zapatilla de mujer».

Crédito: © Leoncio Paz
Crédito: © Leoncio Paz

Cypripedium molle es una especie de orquídea nativa de Puebla y Oaxaca, México. Cypripedium molle puede tener hasta 12 tallos, cada uno con hasta 5 flores de color amarillo pálido.

2. Specklinia glandulosa

Crédito: © Orchi
Crédito: © Orchi

Esta herbácea crece en los árboles (epífita), en forma de matas espesas (cespitosa), hasta 5 cm de alto. Sus raíces son delgadas, flexuosas (que se encuentran torcido o doblado, con los dobleces dispuestos alternadamente en sentidos opuestos), blanquecinas. Tallos de hasta 5 mm de alto. Sus hojas son carnosas, miden 2-4 cm x 1-3 mm. Las flores se encuentran en inflorescencia del anillo, erecta, en forma de racimo (racemosa).

3. Lepanthes pollardii

Lepanthes pollardii
Crédito: © Ezequiel Hernández Pérez

Lepanthes pollardii fue colectada por primera vez en 1967 y su descubrimiento dado a conocer en 1973. Se trata de una especie endémica de la Sierra Madre del Sur de Oaxaca, de localidades de difícil acceso, por lo que está representada solamente a partir de unos cuantos especímenes de herbario. No obstante, algunos ejemplares han podido ser cultivados con éxito en colecciones científicas, pero es muy poco probable que se cultive en otro tipo de colecciones.

4. Anathallis minutalis

Crédito: © Jesús Moreno Navarro
Crédito: © Jesús Moreno Navarro

Anathallis minutalis es la especie de su género con mayor distribución en México (García-Cruz et al., 2003). Se conoce en todos los sistemas montañosos de la vertiente del Pacífico, desde Jalisco hasta Michoacán. También se ha reportado de Guatemala (Dix y Dix, 2000). Localmente puede formar poblaciones relativamente abundantes, pero en sus localidades de Michoacán llega a ser rara. No obstante que se trata de una especie que se conoce bien desde la segunda mitad del siglo XIX y que es relativamente común en las montañas del occidente y sur del país (Williams, 1946, 1951), no está bien representada en las colecciones de herbario. En horticultura ha llegado a ser cultivada, pero solamente como una curiosidad.

5. Stelis cobanensis

Crédito: © Francisco José Gomez Marin
Crédito: © Francisco José Gomez Marin

Pleurothallis liebmanniana fue descrita de Oaxaca en el siglo XIX y había sido considerada como una orquídea endémica de este estado, diferente a Stelis cobanensis. Sin embargo, el examen del tipo de la primera revela que es indistinguible del tipo de Pleurothallis cobanensis, por lo que ambos nombres deben ser asignados a una misma especie. La especie más estrechamente relacionada es Stelis oblongifolia, la cual es endémica de las Antillas Mayores, pero ésta es diferente por sus plantas y flores de menor tamaño, hojas más angostas y labelo con lóbulos laterales un poco más largos. Entre las especies mexicanas la más similar es Stelis megachlamys, pero ésta tiene plantas más robustas, con hojas subsésiles y más anchas, flores más abiertas y labelo más carnoso y con lóbulos laterales más basales.

*Con información de: Naturalista.mx; Orquideass.com, Plantme.com
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