Siempre nos han contado una historia protagonizada por hombres. La exploración, las grandes travesías y la naturaleza han sido un espacio tradicionalmente masculino. Esto no quiere decir que muchas mujeres hayan desarrollado contundentes carreras que han aportado al desarrollo del conocimiento científico.

La realidad es que han vivido escondidas, muchas veces relegadas por las élites intelectuales que han omitido sus descubrimientos, y sociedades que hasta el día de hoy siguen en deuda. La UNESCO hizo una investigación que confirmó esta situación histórica y normada: actualmente, sólo el 28% de los puestos científicos de investigación son ocupados por mujeres y sólo 1 de cada 5 países alcanzó la paridad de género en la ciencia.

Hoy en Ladera Sur, queremos mostrarte a 5 brillantes mujeres de la historia que han recibido tibios reconocimientos y que, sin embargo, se han abierto camino en sus áreas. Queremos seguir expandiendo esta lista, generando un espacio para difundir logros e historias.

Nunca es tarde para aprender de las mujeres que nunca nos enseñaron.

Jeanne Barret

Retrato de Jeanne Barret por el artista Cristoforo Dall’Acqua (1734-1787)
Retrato de Jeanne Barret por el artista Cristoforo Dall’Acqua (1734-1787)

Esta botánica francesa, fue la primera mujer en circunnavegar el mundo… vestida de hombre. Pues en esa época, 1766 para ser específicos, la ordenanza no permitía embarcar mujeres en las misiones de la Corona. Ella fue la primera ayudante de Philibert Commeson, el botánico oficial, participando plenamente en las tareas de investigación, clasificando más de 70 especies en lugares tan diversos como Río de Janeiro, Estrecho de Magallanes, Tahiti y Madagascar. Esta misión, liderada por Louis Antoine de Bougainville y cuyo ícono fue el descubrimiento de la famosa Buganvilia, provocó un salto cualitativo en los conocimientos geográficos y biológicos de la época.

La academia francesa aún no la reconoce como corresponde y sigue en el rezago como muchas tantas mujeres de la historia. A pesar del descubrimiento de varias especies, ninguna lleva su nombre en latín y la tripulación, al descubrir su verdadera identidad, la expulsó en islas Mauricio abandonándola a su suerte.

Jeanne Barret no sólo se convirtió en una de las primeras científicas de la historia. También fue la primera mujer que atravesó todos los meridianos terrestres. Su peso histórico fue recién reconocido el 2010, con la publicación del libro El descubrimiento de Jeanne Baret (2010), de la escritora Glynis Ridley.

Mary Anning

Retrato de Mary Anning ©Natural History Museum in London
Retrato de Mary Anning ©Natural History Museum in London

Se trata de la primera paleontóloga del mundo. Entre sus principales hallazgos se encuentra el descubrimiento de los primeros esqueletos de ictiosaurio y plesiosaurio. Además descubrió que los coprolitos, también conocidos como piedras de bezoar, eran excrementos fosilizados.

Provenía de una familia pobre y nunca tuvo una educación formal. Para aportar monetariamente a su casa, acompañaba a su padre a los acantilados cercanos de su pueblo en Inglaterra para recolectar fósiles que luego vendía a turistas y coleccionistas. Así, de manera autodidacta, comenzó a aprender de las publicaciones que caían en sus manos, estudiando animales actuales para compararlos con los restos que encontraba.

Los continuos hallazgos de Anning empezaron a captar la atención no sólo de coleccionistas, sino también de la sociedad científica de la época. Se convirtió en una eminencia, una científica en la sombra del mundo de la paleontología, ya que nunca se le permitió publicar por ser mujer. Sus descubrimientos contribuyeron a quitarle peso a la teoría creacionista y a corroborar las teorías evolutivas. Muchos científicos, geólogos y paleontólogos, han utilizado sus hallazgos en sus trabajos e investigaciones, sin embargo, el nombre de Mary Anning nunca fue incluido.

Marianne North

Marianne North
Marianne North

Descubrir, observar e inmortalizar a través de un pincel; el enorme trabajo de esta naturalista y artista se ha transformado en un material invaluable para el estudio de la flora del planeta Tierra. North provenía de una familia de clase alta y a pesar de poder vivir todos esos privilegios, en 1871 destinó la herencia que recibió de su padre para iniciar un viaje científico por el mundo. Viajar sola era un acto de rebeldía enorme, se trataba de desafiar todas las convenciones y a la estricta moral victoriana.

Pero la contribución de Marianne North no se dio únicamente en el contexto artístico. Sus trabajos aportaban también un gran valor científico en una época en que la fotografía no era común. Viajó por los cinco continentes y su último destino fue Chile, donde se dedicó a ilustrar las araucarias. Llegó donde nadie llegó en esa época, registrando especies a través de asombrosas pinturas muy rigurosas y fieles al entorno natural. Catalogó plantas desconocidas, de hecho, un árbol de las islas Seychelles y cuatro especies de Borneo y Sudáfrica fueron bautizadas con su nombre.

Muchos de sus cuadros fueron donador por North al Kew Garden de Londres, el Real Jardín Botánico de la capital británica, donde se exhiben en una sala especial, aún con la distribución y el orden que ella misma dispuso.

Carolina Herschel

Retrato de Caroline Herschel ©M. F. Tielemanm
Retrato de Caroline Herschel ©M. F. Tielemanm

Es considerada la primera astrónoma profesional de la historia. A pesar de trabajar como asistente de su hermano, el reconocido astrónomo Sir William Herschel, descubrió tres nebulosas, elaboró diversos catálogos y descubrió 8 cometas. El primero lo hizo el 1 de agosto de 1786, entre las constelaciones de la Osa Mayor y Coma Berenices. Ese cometa se conoce como C/1786 P1 (Herschel).  Como asistente, su labor se traducía a mantener limpios los espejos de los telescopios y realizar las anotaciones de su hermano, quien descubrió el planeta Urano. Su ímpetu fue mayor y Caroline comenzó a realizar, con mucha habilidad, observaciones por su propia cuenta.

A diferencia de otras grandes mujeres, su trabajo fue reconocido en mayor medida. Recibió la medalla de oro de la Royal Astronomical Society, sociedad de la que fue nombrada miembro honorario en 1835, ya al final de su vida.

Caroline no sólo fue pionera en el campo de la astronomía, sino que consiguió que sus contribuciones fuesen reconocidas públicamente incluso en su propia época, la conservadora sociedad victoriana. 

Margaret Mee

Margaret Mee ©Eh Filmes
Margaret Mee ©Eh Filmes

Artista y exploradora británica, su carrera la enfocó en un territorio muy especial. Fue la gestora de importantes revelaciones de especies de la Amazonía brasilera. Su especialidad era la flora selvática y dedicó su vida a pintar las plantas que observaba, muchas aún desconocidas para la ciencia. Esto la llevó a recibir múltiples reconocimientos por su gran contribución al conocimiento botánico y por su lucha por la conservación de la selva Amazónica.

Uno de sus grandes sueños fue retratar la misteriosa flor de la luna, un cactus que florece solo por unas horas durante la noche y que posee una dulce fragancia. Su determinación fue enorme. Lo intentó 15 veces a lo largo de 30 años. Finalmente en mayo de 1988 plasmó en su cuaderno una ilustración de esta extraña flor. Margaret fue la primera persona que la dibujó en su medio natural.

Su obra está exhibida en el jardín botánico de Londres, en una muestra permanente llamada «Brasil, una fuente inagotable de plantas. Margaret Mee, artista pionera y su legado».

Nos gustaría seguir expandiendo esta lista con más mujeres, sobre todo de Latinoamérica y Chile. ¿Hay alguien que te gustaría compartir?

1 Comentario

1 Comentario

  1. Elba Mercedes Yaluk

    Maravillosa historia!

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