¿Buscas qué ver este finde? “Queens”, el documental que muestra a grandes matriarcas del mundo salvaje

“Unos de los momentos más emocionantes fue tener la fortuna de filmar bonobos desde el dosel por primera vez. Los bonobos nunca habían visto a un humano tan alto en los árboles y no sabíamos cómo reaccionarían, o si se acercarían. Pero increíblemente lo hicieron. Después de horas en una diminuta plataforma cubierta de abejas, escuché las primeras llamadas a lo lejos. Los bonobos se dirigían en mi dirección (…)”.

Tania Escobar, cinematógrafa, estaba con sus equipos en la República Democrática Del Congo. ¿Su misión? Grabar a estos especiales primates africanos con los que compartimos el 98,7% de nuestro ADN, para el documental “Reinas del Mundo Animal” o “Queens”, en inglés, que pretende muestra mundos icónicos gobernados por las líderes femeninas más impresionantes del mundo animal.

“(…) De repente vi aparecer la primera cabeza peluda y en poco tiempo estaba rodeada por el grupo. Al principio los machos empezaron a hacer un alboroto, estaban curiosos, gritaban y movían ramas. De pronto la matriarca del grupo llegó y después de observarme por un tiempo decidió que estaba bien, así que el grupo se calmó y comenzó a alimentarse a mi alrededor”.

El de los bonobos es uno de los diversos matriarcados que se muestran en esta serie documental, que ilustra a madres solteras, reinas, hermanas y abuelas por primera vez, a través de historias de resistencia, fuerza, amor y pérdida, como se describe en la plataforma Disney+, donde está disponible.

Su elaboración demoró cuatro años, a partir de una idea originada por Vanessa Berlowitz (Productora Ejecutiva y co-fundadora de Wildstar Films) y Janet Han Vissering (Vicepresidenta de Desarrollo y Producción de National Geographic). Ellas conversaban sobre el liderazgo de las matriarcas elefantes, lo que finalmente inspiró a dedicar una serie completa a historias inspiradas en matriarcados del mundo animal. Nunca se había financiado una producción centrada en estas historias.

Pero no solo eso. El equipo de producción fue liderando por mujeres, fomentando la inclusividad en el mundo de la producción de la industria de producción de historia natural. “Creo que Queens dio los primeros pasos para inspirar un cambio y probar que es posible, y con eso la diversidad dentro de su equipo no solo hizo que la serie fuera diferente, sino también más rica en su contenido e historia. Hoy en día es emocionante ver que otras producciones siguen el mismo espíritu y espero seguir trabajando con equipos más igualitarios y diversos en el futuro”, opina Tania.

En este sentido, se encontró a un equipo capacitado y experimentado dentro de la cinematografía, siendo la esencia de Queens no solo contar historias de matriarcados salvajes, sino que hacerlo de una mirada femenina. Los equipos fueron liderados principalmente por mujeres. “En el caso de la cinematografía solo el 20% fuimos mujeres, un incremento sustancial comparado con el 5% a 1% que suele ser las producciones de historia natural”, explica Tania.

En su caso, Tania tuvo una oportunidad de registrar momentos únicos. La República Democrática del Congo, único país donde habitan los bonobos, está constantemente cruzando guerras e inestabilidades que dificultan su estudio y registro. Por eso, son pocas las personas que los han podido documentar y hablar de sus sociedades. Tania estuvo siete meses allá y una de sus principales revelaciones es, justamente, el corazón de la serie documental:

“Para mí lo más revelador fue la empatía con la que las hembras toman decisiones, la forma en que resuelven conflictos, la simpatía con la que todo el mundo acoge desconocidos, bebés y adultos mayores. Comportamientos nunca filmados, como la caza de otros primates. La cercanía y similitudes que tienen con la sociedad humana es sorprendente y revelador, mientras más sabemos sobre los bonobos, más entendemos que los humanos no somos diferentes”, relata Tania.

Al mismo tiempo, lograr esos registros no era tarea fácil. Grabar en la selva requiere tecnologías especiales, que soporten la humedad y el calor extremo. Se usaron lentes largos como Canon CN20 de 1000mm en conjunto con cámaras sensibles a la falta de luz como Red Gemini. Pero más allá de eso, se caminaron de 20 a 30 kilómetros diarios, luchando con bacterias, picaduras de insectos, hongos y enfermedades.

“En la selva la visibilidad tiende a ser limitada por la densa vegetación, por lo que incluso si logras mantener el paso, eso no es garantía de que puedas filmar algo. Cualquier toma que logras al final del día es un triunfo. Sin embargo, a veces las cosas se alinean y logras capturar algo especial, esos pequeños momentos son los que me hacen seguir adelante”.

Esos momentos, de perseverancia y resiliencia, permitieron tener el material suficiente para todo el episodio, lo que generó orgullo dentro del equipo. Dentro de esos recuerdos está ese inesperado hecho del principio de este relato, en el que estos animales salvajes eligieron compartir un momento especial con Tania: cuando primates volvieron al dosel y la luz se atenuó, doblaron las ramas para preparar sus camas, algo nunca antes registrado en cámara. Cuando terminó de apreciar y registrar este momento, la camarógrafa bajó del árbol, colgó su hamaca y durmió rodeada de bonobos.

Así como ella, diferentes camarógrafas registraron historias especiales de grandes matriarcas, como leonas, hienas, elefantes y osas, retratadas en seis capítulos. Un séptimo capítulo ilustra el esfuerzo que significó documentar estas maravillosas historias.

“Espero que la serie inspire la empatía y curiosidad de las personas por el mundo animal. Que despierte una conexión que la sociedad humana ha perdido con los animales. También espero que inspire a muchas otras mujeres camarógrafas, productoras y conservacionistas a sentirse representadas e inspiradas a no darse por vencidas al seguir este tipo de carreras”.