Estas aves marinas tienen un comportamiento gregario y no pueden reinsertarse de manera individual, por lo que es necesario aguardar a que se conforme un grupo con una cantidad mínima de individuos. Crédito: Mundo Marino.
Estas aves marinas tienen un comportamiento gregario y no pueden reinsertarse de manera individual, por lo que es necesario aguardar a que se conforme un grupo con una cantidad mínima de individuos. Crédito: Mundo Marino.

Doce pingüinos de Magallanes fueron reinsertados en su hábitat natural tras un proceso de rehabilitación que duró al menos cuatro meses, durante el cual fueron atendidos por especialistas y veterinarios tras haber sido encontrados con cuadros agudos de desnutrición, anemia, alta carga parasitaria e hipotermia. Algunos de estos ejemplares presentaban incluso pérdida de plumas, esenciales para que esta especie pueda regular su temperatura, nadar y mantener su cuerpo libre de parásitos. 

Estas aves marinas fueron rescatadas tras las denuncias de vecinos y colectivos en Villa Gesel —una población ubicada en el extremo este de Buenos Aires—, Pinamar y Valeria del Mar, durante los meses de noviembre (para el primer grupo) y marzo de 2021 (para el segundo grupo). Todas fueron rehabilitadas por la organización Mundo Marino, que además contó con el respaldo y apoyo de la Asociación de Naturalistas Geselinos y la Fundación Ecológica Pinamar. 

“Encontramos estos animales en estado de desnutrición y deshidratación”, dijo en la playa cercana a la localidad de San Clemente del Tuyu, donde fueron liberados, el biólogo Sergio Rodríguez, encargado del centro de rescate de la Fundación Mundo Marino. La falta de plumaje, explicó, había obligado a los pingüinos a retirarse a la playa porque no podían mantener su temperatura en el mar.

Estos animales pasan gran parte de su vida en el agua buscando alimento, por lo que no es un buen síntoma que aparezcan solos en nuestras playas. Lo que vemos es que año tras año aparecen desnutridos, anémicos y con cuadros de hipotermia. Nuestros colegas brasileños lo denominan ‘síndrome del pingüino varado’.  Por algún motivo, en su periplo migratorio no están encontrando suficiente alimento y salen famélicos a nuestras costas. Sin asistencia, difícilmente sobrevivan”, explica en una nota de la organización Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate y Rehabilitación de la Fundación Mundo Marino.

Los pingüinos fueron tratados y atendidos por veterinarios, que los sometieron a un tratamiento de rehabilitación que constó, en principio, de un proceso para hidratarlos con agua y un complejo vitamínico. Después, en medida que se mostraban avances, se les suministró fórmulas líquidas con pescado, hasta que finalmente toleraronn de buena manera pescado cortado o entero, indican desde Mundo Marino. También se les sometió a un proceso de desparasitación y se les tomaron muestras de sangre a su ingreso y antes de darles el alta veterinaria que los habilita a integrar un grupo de individuos a ser reinsertados. 

Los pingüinos de Magallanes (Spheniscus magellanicus) se encuentra en estado de “preocupación menor” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Crédito: Mundo Marino
Los pingüinos de Magallanes (Spheniscus magellanicus) se encuentra en estado de “preocupación menor” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Crédito: Mundo Marino

Estas aves marinas tienen un comportamiento gregario y no pueden reinsertarse de manera individual, por lo que es necesario aguardar a que se conforme un grupo con una cantidad mínima de individuos. Los pingüinos de Magallanes (Spheniscus magellanicus) se encuentra en estado de “preocupación menor” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y se distribuye a lo largo de todo el litoral Sudamericano, tanto en la Patagonia argentina, como en el sur de Chile.

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