Parque Nacional Karijini, el agrietado corazón de Australia occidental
Nuestros colaboradores Carla Brodsky y Eduardo Martin, de Brújula y Tenedor, nos invitan a conocer este parque en la región de Pilbara, en Australia occidental, que impacta con su paisaje fuera de lo común y al que describen como «una parada obligada para todo amante de la naturaleza».
Al llegar a Australia hace unos años, nos propusimos recorrer los mayores atractivos de esta isla y desde entonces eso fue lo que hicimos. Ahora nuestro viaje por las extensas carreteras australianas continúa en el estado de Western Australia. Después de encontrarnos con las maravillas de la costa de Ningaloo, nos introducimos en un territorio un poco más hostil, pero lleno de secretos por descubrir.
Llegamos a la región de Pilbara, zona ubicada al noroeste del país y caracterizada por un importante desarrollo de la industria minera. Es por esta misma razón que este pedazo de tierra queda algo fuera de la Australia que conocemos, ya que la mayoría de las ciudades y pueblos están principalmente dominados por la minería la cual, a pesar de representar gran parte del desarrollo económico del país, también ha sido causa de la destrucción de algunos de los posibles parajes más atractivos de la región.
En medio de este desierto se encuentra el Parque Nacional Karijini, parada obligatoria para todo amante de la naturaleza que viaje por estas tierras. Considerado uno de los parques nacionales más importantes del país, y el segundo más grande de todo el estado de Western Australia, Karijini impacta e inspira con un paisaje totalmente fuera de lo común.
Dominado por decenas de cañones y formaciones de rocas que datan de hace más de 2.500 millones de años atrás, la geología de Karijini se basa en un largo y continuo proceso de erosión de un particular tipo de sedimento dominado principalmente por el hierro. Con el pasar del tiempo este paisaje, que antiguamente era parte del fondo del océano, fue transformándose en un tipo de roca muy fina y laminada que sobreponiéndose una sobre la otra, crea delgadas capas que lentamente han ido desfilándose en pequeñas ranuras por las que hoy es posible adentrarse y llevarnos, como si de venas se tratase, por el fluir de las corrientes que nacen y yacen dentro de la misma tierra.
Principalmente, son dos los puntos de mayor acceso para los visitantes: Weano y Dales Gorge. Ambos poseen varios senderos para introducirse en medio de los cañones y que desembocan en hermosas piscinas naturales rodeadas por una vegetación envidiable para el resto del paisaje. Es en estos lugares donde se esconden algunos de los seres que habitan el parque. Uno de los reptiles más atractivos que se pueden observar, es el varano gigante australiano, conocido por ser el lagarto más grande del país, llegando a medir cerca de 2,5 metros de largo y pesar hasta 20 kilos.
También, y con algo de suerte, es posible encontrarse con algunos de los reptiles más temidos de todo el territorio: la serpiente marrón, conocida por ser la segunda serpiente más venenosa del mundo y su pariente, la king brown o rey parda, la cual si bien es más inofensiva que la primera, sigue siendo una de las cinco serpientes más letales a nivel mundial.
Es así, entre peligros, caminatas y maravillas naturales, que Karijini se instala como uno de los tesoros imperdibles en lo profundo del corazón australiano, llenando de vida e historia a los inquietos ojos de los visitantes que cada día se aventuran a caminar por las remotas tierras de la Australia occidental.