¿Arañas en casa? Las especies más comunes que puedes encontrar en tu hogar
A pesar del terror o rechazo que puedan ocasionar cuando las encontramos en nuestra casa, lo cierto es que las arañas cumplen funciones sumamente importantes para los ecosistemas. Como carnívoros, contribuyen al equilibrio biológico al regular las poblaciones de insectos y, a la vez, sirven como base alimenticia para diferentes animales, tanto vertebrados como invertebrados. Pero también, aunque la mayoría de las que vemos en el hogar sean introducidas, las arañas se comen a otros insectos que pueden ser molestos al interior de las casas, lo que también genera un beneficio para el ecosistema mismo del hogar. A continuación, te contamos más sobre estos increíbles seres, su importancia en la vida y cuales las más comunes que puedes encontrar en tu casa.
Con arañas nos referimos a todos los seres vivos pertenecientes al orden Araneae, que figura como el más conocido dentro de la clase Arachnida (arácnidos), e involucra desde las tiernas y carismáticas arañas saltarinas come moscas, hasta la temibles e impotentes tarántulas. Son organismos quelicerados, que poseen ocho patas y tienen la capacidad de generar una seda (tela), la cual tiene diversas funciones, tales como el armado de saco de huevos y madrigueras, transportarse o cazar.
A pesar del enorme prejuicio que recae sobre ellas producto de su cualidad de tener veneno, lo cierto es que las arañas cumplen un rol fundamental en las redes tróficas ya que, como carnívoros, contribuyen a al equilibrio biológico al regular las poblaciones de insectos y, a la vez, sirven como base alimenticia para diferentes animales, tanto vertebrados como invertebrados.
En general son organismos ectotermos, es decir, que dependen de la temperatura ambiente para regular su propia temperatura. Por esa razón, solemos verlas con más frecuencia cuando llegan los meses cálidos, donde, además, las arañas se reproducen, por lo que sus poblaciones son más abundantes.
“Es más común ver arañas durante el verano o la primavera porque obviamente comienzan los meses cálidos en donde todos estos organismos, que en general son ectotermos (que dependen de la temperatura ambiente para regular su propia temperatura), proliferan. También es la época donde proliferan los bichos, por ende, hay más arañitas porque también hay más presas”, puntualiza Vicente Valdés, fotógrafo de naturaleza, divulgador científico y fundador de Biodiversidad Chilena.
Sin embargo, es importante señalar que durante el invierno también hay arañas y muchas están activas, aunque haya una notoria diferencia en su abundancia. Como indica Eduardo Faúndez, Doctor en entomología e investigador del Departamento de Entomología de la Escuela de Ciencias en Recursos Naturales de la Universidad del Estado de Dakota del Norte y del Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes: “Durante el invierno las arañas nativas que viven fuera, en la intemperie, se mantienen hibernando. Pero en las casas pasa a ser un poco distinto, especialmente en lugares donde hay buena calefacción, ya que las condiciones permiten que las arañas se mantengan todo el año. Ahora, pasa también que las arañas puedes pasar mucho tiempo sin alimentarse, entonces si no hay mucha actividad, si no hay muchos otros bichos que puedan comerse, se mantienen sin moverse mucho, esperando a que haya más disponibilidad de alimentos”.
Hasta el momento este grupo está representado en el país por más de 780 especies, un número que crece día a día debido al descubrimiento e identificación de nuevas especies.
Arañas sinantrópicas, las invitadas de piedra de los hogares chilenos
La construcción de ciudades y el proceso de urbanización ha generado alternaciones en los ecosistemas naturales, reduciendo el tamaño y numero de hábitats, lo que repercute en la diversidad y abundancia de especies nativas. Paradójicamente, hay especies que se aprovechan de este cambio, modificando sus conductas y preferencias en el uso de hábitat, logrando adaptarse a los espacios urbanos. En ese sentido, estos cambios proporcionan una amplia variedad de microambientes que pueden ser utilizados por distintas especies, principalmente insectos y arañas.
Teniendo en cuenta lo anterior, existen muchas especies de arañas que se han adaptado a vivir en habitaciones humanas y, por ende, andan con los humanos para todas partes. Es decir, son especies sinantrópicas, que habitan en hábitats urbanos, y las podemos encontrar distribuidas ampliamente en las ciudades del mundo. Vale decir que el nivel de sinantropía de una especie depende de varios factores como la capacidad de dispersión de la especie, la tolerancia fisiológica, la capacidad para ocupar nichos vacíos y la facilitación antrópica.
“Es relativamente común encontrar arañas dentro de las casas porque obviamente es un refugio, es un lugar que tiene una temperatura más estable para ciertas especies y también porque siempre hay donde esconderse, por eso las arañas del Rincón siempre están, por ejemplo, detrás de los cuadros, detrás de los closets, de los muebles, etcétera, y obviamente que hay una oferta alimenticia para las arañas, hay bichitos también dentro de la casa que llegan de repente atraídos por la luz, que históricamente se han concentrado, por ejemplo, en las luces, en la ampolletas o los focos y las arañas obviamente aprovechan”, agrega el fotógrafo de naturaleza.
Por su parte, el Dr. Faúndez recalca que, debido a su característica cosmopolita, la mayoría de las arañas que nos pillamos en nuestras casas son especies introducidas y unas pocas son nativas, como la araña de rincón y la araña tigre. “Hay muchas arañas que se conocen como sinantrópicas, es decir, que están adaptadas a vivir en habitaciones humanas, entonces muchas de ellas ni siquiera son nativas, sino que son introducidas y justamente andan con nosotros, con los humanos, para todas partes. entonces esa es la razón por la que tendemos a ver más arañas en las casas y la mayoría de las que vemos en las casas tienden a ser arañas introducidas. Entonces, por ejemplo, cuando nosotros la sacamos y las dejamos en un espacio natural donde hay arañas nativas, ahí se produce una competencia y al final estamos haciéndole daño a las arañas nativas”, indica el Doctor en Entomología.
En Chile hay descritas 38 especies de arañas sinantrópicas, aunque este número podría incrementarse con el tiempo. Dentro de las más comunes que solemos ver en nuestras casas, las típicas que vemos en nuestras ventanas, atrás de los cuadros y los muebles, o simplemente descansando en las paredes, nos encontramos con las arañas de rincón (género Loxosceles, representado por siete especies en el país), las arañas tigre (género Scytodes, representado por dos especies en el país), algunas arañas saltarinas (familia Salticidae, representada por al menos 29 especies en el país), las falsas viudas (género Steatoda, representado por 7 especies en el país), las típicas arañas domésticas (género Tegenaria, representado por dos especies en el país), algunas arañas fantasma (Familia Anyphaenidae, representada por muchísimas especies en el país), las arañas relojeras (género Pholcus, representado por 2 especies en el país), la araña cazadora roja (Dysdera crocata), típica de los jardines, las viudas negras o arañas del trigo (género Latrodectus, representado por tres especies en el país), y la araña de los tubos (Ariadna máxima).
¿Cómo convivimos con las arañas en casa? Ir más allá de los mitos
Las creencias populares tienden a imponer que las arañas son peligrosas para el ser humano por la cualidad de tener veneno, pero la realidad es que en Chile existen solo dos géneros de arañas cuya mordedura es peligrosa, pudiendo provocar la muerte en casos aislados: las arañas de rincón y las viudas negras o arañas del trigo.
Por otro lado, diversos estudios han comprobado que las falsas viudas (género Steatoda), en ocasiones pueden provocar un cuadro llamado steatodismo, que conlleva dolor severo en alrededor de un 26% de los casos, con nauseas, dolor de cabeza, malestar general, salivación y lagrimeo, pero nunca provoca la muerte.
“Se han identificado que producen un cuadro clínico que se llama steatodismo, que está definido como dolor local y malestares generales como fatiga y náuseas, y se dice que tiene una duración media de seis horas. Hay personas a las que no les hace nada, otras que los síntomas les duran como 45 minutos y también hay personas que tienen estos síntomas por 72 horas, entonces lo de las 6 horas es un promedio. Y con la Steatoda nobilis, que es la que llegó más recientemente a Chile, ahora último se han generado más problemas, sobre todo en Reino Unido, donde ha habido casos más graves que han requerido hasta hospitalizaciones, pero nunca se produce la muerte”, puntualiza el Dr. Faúndez.
Por otra parte, recientemente se ha comprobado, a través de una investigación publicada en la revista Toxins, que la araña sicario (Sicarius thomisoides) tiene un veneno muy potente, parecido al de la araña de rincón, pero no se han registrado casos de mordedura en seres humanos. Vale señalar, igualmente, que otras arañas poseen quelíceros de tamaño considerable, por lo que su mordedura puede ser dolorosa, sin embargo, no generan síntomas posteriores.
Es importante recalcar que, salvo las descritas anteriormente, más del 98% de las arañas son inofensivas para el ser humano, ya que su veneno no posee el potencial de ser dañino para nuestros organismos y sus mordeduras suelen ser similares a una picadura de abeja. Asimismo, el veneno de las arañas, por lo general, no causa alergias severas ni mucho menos shocks anafilácticos como algunas personas suelen creer.
Pese a lo anterior, sobre las arañas pesa un enorme estigma que lleva a que muchas personas las mates sin siquiera cuestionárselo. No obstante, las arañas cumplen roles fundamentales en nuestros ecosistemas, incluso en los ecosistemas del hogar. Por una parte, son tremendas controladoras biológicas y son alimento para muchas otras especies. Pero también, aunque sean introducidas, se comen a otros insectos que pueden ser molestos al interior de las casas, lo que también genera un beneficio para el ecosistema mismo del hogar.
Como indica el investigador de la Universidad del Estado de Dakota del Norte: “Las mismas arañas, aunque sean introducidas, se comen a otros bichos introducidos, y eso también genera un beneficio a nivel ecosistémico y para el ecosistema mismo del hogar. De hecho, hace poco publicamos el primer caso de una araña de rincón que se comía a un chinche del arce, entonces ahí tendríamos un caso es una especie, que más encima es nativa, comiéndose a una plaga introducida”.
Por esta razón, expertos recomiendan reubicarlas cuando pillamos a alguna al interior de nuestros hogares, pero teniendo sumo cuidado al manipularlas para evitar picaduras. O simplemente dejarlas estar ya que, por lo general, las arañas no se acercan a los humanos. Las arañas suelen ser seres tímidos que huyen rápidamente de nuestra presencia, y al poseer ocho patas y una apariencia no tan amigable, según la percepción del común de las personas, es que son temidas e incluso a veces, odiadas.
“En las casas lo ideal obviamente es no matarlas, pero aquí sí se provoca un conflicto porque hay mucha gente que mata las arañas del rincón o puede matar a las falsas viudas porque si podrían provocar un daño si es que te llegan a picar. A pesar de que es muy extraño que eso pase porque las arañas no son agresivas en general, para nada, no andan buscando morder un ser humano y perder su energía en eso. Pero sí, obviamente se entiende que tengan ese temor, pero, por ejemplo, a mí me pasa que en mi casa hay muchas arañas, muchas falsas viudas negras, que, a pesar de ser una araña introducida, tienen un control impresionante sobre el resto de los bichitos que entran a la casa”, agrega el fundador de Biodiversidad Chilena.
Por otra parte, hay quienes no recomiendan sacar las arañas al exterior, por un lado, porque no se sabe si finalmente la araña va a poder sobrevivir en la intemperie, sin el refugio que le entrega el hogar humano, y por el otro, porque la mayoría de las especies son introducidas, por lo que pueden generar competencia con las especies nativas. “Bueno, en general y en mi opinión personal, sacarlas afuera es más un error que una ayuda pensando ambientalmente. Si usamos un argumento ambientalistas, en realidad al sacar a la intemperie a una especie que puede ser introducida no estamos haciendo ningún bien”, puntualiza el Doctor en Entomología.
Finalmente, hay que mencionar que ninguna araña es agresiva, y su mordedura se debe netamente a defensa propia al sentirse amenazadas o estresadas por nuestra presencia, siendo su primer instinto el refugiarse o alejarse de nosotros. Si bien, existen fobias generadas, principalmente, por el desconocimiento, el aprender de estos animales nos permite poder apreciar sus detalles y su belleza única, además de permitirles ser nuestros aliados en el control biológico de plagas y en la protección de nuestros ecosistemas.
“Debemos tomarle el valor en el fondo a lo que son las arañas. No solamente son parte de la riqueza biológica del patrimonio natural de Chile y el mundo, sino que además son un mundo por descubrir, un mundo al que aún le falta difusión, que aún le falta divulgación, y que obviamente guarda tremendos secretos. Hay especies tremendamente hermosas en Chile, pero uno no se imagina la belleza que pueden tener y obviamente su importancia”, finaliza Vicente Valdés.