El 21 de octubre realizamos el conversatorio “¿Es posible una Constitución Ecológica?”, en el que destacados invitados abarcaron temas como los derechos de la naturaleza, el agua, la biodiversidad, el patrimonio natural, entre muchos otros, y por qué se hace importante su incorporación en la carta magna, lo que debería ir acompañado de un cambio cultural que incorpore el respeto y protección de la naturaleza. A días del plebiscito, te recordamos que puedes volver a ver el conversatorio en esta publicación.

El 25 de octubre será un momento histórico para Chile, en el que la ciudadanía elegirá a través de un plebiscito si se redactará una nueva Constitución. Ante este escenario, las demandas de incluir la protección al medioambiente y avanzar por la justicia ambiental en la carta magna han estado presentes en la discusión. Por esta razón, el pasado miércoles 21 de octubre realizamos el conversatorio “¿Es posible una Constitución Ecológica?”, conducido por la periodista Bárbara Tupper.

En él nos acompañó un destacado panel que abordó las propuestas e ideas para lograr una Constitución Ecológica en Chile. ¿Quiénes estuvieron presentes? Ezio Costa (director ejecutivo de la ONG FIMA), Sara Larraín (directora de Chile Sustentable), Marcelo Mena (ex ministro de Medio Ambiente y actual director de Acción Climática PUCV y Fundación Meri), Bárbara Saavedra (directora de WCS Chile), Cristián Frêne (director de LTSER-Chile e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad) y Florencia Ortúzar (abogada de AIDA).

Respondiendo la pregunta sobre si es posible una Constitución Ecológica para Chile, Ezio Costa fue enfático en decir que sí es factible. Así, la definió como aquella que “ponga en centro la protección del medio ambiente y la búsqueda de una relación más armónica entre la sociedad y la naturaleza” que marque la base para normas que construyan una lógica para que nuestro devenir como sociedad sea protegiendo al medio ambiente.

Por su lado, Sara Larraín comentó que la Constitución Ecológica tiene tres elementos fundamentales. La primera es una concepción distinta del territorio nacional, que identifique el patrimonio natural: “Es un primer desafío bien difícil, que es cambiar la concepción geopolítica por una de conceptos ambientales en la que el patrimonio ambiental es de todos los chilenos, y en ese sentido hay que incluir el principio de la protección de la naturaleza”. A esto, la directora de Chile Sustentable añadió que hay que establecer los derechos de los chilenos al patrimonio común, como el caso del agua. Finalizó con el tercer elemento de gobernanza, en el que los ciudadanos tienen un rol muy importante de participación: “Yo creo que tenemos que ir hacia una institucionalidad que permita democratizar la decisión del patrimonio cultural bajo estos principios, porque si no es la gente, es muy difícil que sea el Estado”.

Florencia Ortúzar agregó que hay que ser realistas al considerar que cambiar la Constitución no soluciona los problemas ambientales actuales. Sin embargo, fue enfática en explicar que la manera de resolver la crisis que vivimos es a través de un “cambio absoluto en hacer las cosas y cómo nos relacionamos con el medio ambiente”. A esto agrega: “Lo que sí es cierto es que la Constitución es una buena forma de partir, una oportunidad de remecer los cimientos de un sistema que nos tiene como estamos”.

Bárbara Saavedra puntualizó la importancia de la biodiversidad como espacio común, sin límites ni fronteras. Y también, que las personas somos naturaleza: “¿Cómo se traduce esto en un cuerpo legal? Hay que ponerse creativos y ver como desarrollar estos instrumentos. Uno de ellos pueden ser los derechos de la naturaleza y otro distinguir a la biodiversidad de los recursos naturales, redefinir la soberanía y permear esos espacios en la Constitución”.

Por su lado, Cristián Frêne también destacó que la relación humano y naturaleza es inseparable. Nosotros dependemos de ella, por lo que se requiere un cambio paradigmático. “La Constitución Ecológica es un gran paso, pero no es suficiente. Debemos cambiar en educación, la forma en cómo entendemos el mundo, con relaciones de base territorial”. En ese sentido, recalca los puntos anteriores ya mencionados, sobre la reforma del mapa geopolítico y la consideración de biodiversidad y la diversidad cultural.

Estas fueron algunas impresiones que se dieron al principio del conversatorio. Los derechos de la naturaleza, biodiversidad, territorio, educación, ciudadanía y gobernanza fueron puntos más profundizados por los invitados a lo largo del conversatorio, junto a temas como el agua, las prácticas extractivistas y los pueblos originarios, entre muchos más. Te invitamos a ver el conversatorio en caso de que te lo hayas perdido, o volver a verlo para escuchar importantes puntos de vista sobre nuestras dinámicas con la naturaleza y su importancia en el contexto actual.

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