La ruta de Palena: remando de cordillera a mar
Desde hace 12 años que cada verano deportistas y amantes de la naturaleza se reúnen para descender en kayak, balsa o cata raft, uno de los ríos más hermosos de Chile: el Palena. Sobre sus aguas prístinas y entre exuberantes bosques siempre verde de la Patagonia, la ruta cubre la longitud total del río en territorio chileno, desde la cordillera al mar. En esta nota, junto a nuestra colaboradora invitada Alejandra Sáenz recorremos Palena remando.
La “Ruta del Palena” fue organizada en sus primeros años por un grupo de tour operadores locales para rememorar y replicar la hazaña de los pioneros de la zona que remontaban el río en expediciones para conocer el territorio y para comerciar. Con el pasar de los años se convirtió en una experiencia en la que se involucraron, las municipalidades de las comunas en donde inicia y termina el recorrido, Sernatur y otras entidades locales, consolidándose como un evento bi-regional que comienza en Alto Palena, Región de Los Lagos y termina casi 240 kilómetros río abajo, en Puerto Raúl Marín Balmaceda, en Aysén.
Este año casi 50 entusiastas formamos parte del recorrido que tomó poco más de 37 horas de remo divididas en 4 días. A lo largo de extenuantes jornadas pudimos conocer una cuenca que se muestra completamente distinta a lo que estamos acostumbrados a ver desde las cuencas o desde un mirador. Además, como para no olvidar de que estamos en plena Patagonia, el clima nos regaló hermosos periodos de sol que iluminaron los bosques, nalcas y cumbres, fuertes ráfagas de viento, de lluvia y al terminar el día, atardeceres sobrecogedores.
El Palena tiene la fortuna de correr libre, sin mayores intervenciones, pero es un río que no tiene ningún tipo de resguardo legal que asegure esta condición en el futuro. Es de esperar que nuestra legislación, más pronto que tarde, entregue protección a este hermoso río que aún es bebible, pescable y navegable.
Día 1
La ruta comienza en Alto Palena en un día soleado con más de 30 grados de temperatura, que llamaban a sumergirse en las aguas del río de vez en cuando. Un par de “guerras de agua” entre las balsas también servía para disipar el calor. Luego de 7.40 de remo, llegamos a nuestra primera parada en el sector El Tranquilo, donde debíamos armar nuestras carpas, no sin antes disfrutar de un verdadero espectáculo de cultural local al atardecer, organizado magistralmente por la Municipalidad de Palena, en el que abundaron los chamamé y corderos al palo.
Día 2
El segundo día fue el más largo de la ruta. Posiblemente porque el caluroso día nos empujaba a saltar cada cierto rato al agua y tomar un montón de fotos. En el trayecto vimos cómo el río Frío confluía con el Palena, mezclando sus aguas y colores abruptamente.
Casi 12 horas después de comenzar el día remando, y ya cruzando a la región de Aysén, llegamos a La Junta, en donde instalaríamos nuestro campamento. Esta tardanza nos hizo estar en el río mientras atardecía y tuvimos el privilegio de presenciar un arrebol absolutamente conmovedor.
Créditos a Germán Weber.
Créditos a Alejandra Sáenz
Créditos a Alejandra Sáenz
Día 3
A pesar de no ser el día que más horas pasamos remando, sin duda fue el más duro. Las nubes comenzaron a acompañarnos y el viento en contra hizo lo suyo. Tras casi 11 horas de remo, llegamos a acampar en Melimoyu, entre nalcas y chucaos. En la noche comenzó la lluvia. En tres días, sol, nubes, viento y lluvia. Como para no olvidar de que estamos en Patagonia.
Créditos a Germán Weber
Créditos a Felipe Zanotti
Créditos a Alejandra Sáenz
Día 4
Desde Melimoyu hasta la meta en Raúl Marín Balmaceda. A pesar de ser el tramo más corto (6.40 horas), remamos bajo la lluvia, con frío y el mar entrando hacia el río mientras subía la marea. Mientras entrábamos de a poco en el mar, los martines pescadores fueron reemplazados por pingüinos e incluso un grupo de delfines se acercó a darnos la bienvenida a Puerto Raúl Marín Balmaceda. Tras 4 días y 240 kilómetros, junto al Palena, desembocamos en el mar.