La fotografía fue tomada en enero durante el invierno boliviano. Este año nos decían, estaba también marcado para ellos por la sequía y las lluvias eran suaves. El clima muy amable para presenciar el paisaje, entregaba colores vivos, sombras y cambios cada segundo. La vista es de una de las montañas frente al sitio arqueológico de Pisac, es una postal inusual del lugar, pero aún impresionante. Se aprecian a lo lejos en cada ladera los trabajos de aterrazamientos característicos de su cultura.

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