El cráter del Volcán Rano Kau, la Escalera del Diablo, los Géiseres del Tatio, La Portada, el Radal Siete Tazas y los Saltos del Petrohué. Todos ellos, tan característicos de los lugares en que se emplazan, tienen algo en común: son «geositios» de Chile.

Un geositio, también llamado «lugar de interés geológico», es una zona que exhibe una o más características de importancia demostrada en la historia geológica de ese lugar. Lo vuelve un patrimonio, ya que nos permite apreciar y reflexionar sobre la historia y el paso del tiempo.

«Es una ventana al pasado, un lugar donde observar La Tierra desde un prisma nunca visto, y darnos cuenta de la increíble historia que el planeta ha desarrollado durante millones de años», según la definición del Geoparque Kütralkura.

De acuerdo con el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), la historia geológica de Chile «de cerca de 2 mil millones de años, con los últimos 200 millones de años en un borde activo entre placas tectónicas, ha quedado evidenciada en la inmensa variedad de minerales, rocas, sedimentos, fósiles, suelos, estructuras, paisajes y formas del terreno que es posible ver hoy en día en el territorio nacional».

Además, los aluviones, sismos y erupciones volcánicas nos recuerdan que vivimos en una porción del mundo en constante actividad geológica. La interacción y choque de las placas tectónicas oceánicas y continentales son grandes gatillantes en la actual configuración geológica. Los geositios son evidencia de todo lo anterior.

En este contexto, Sernageomin presentó un libro y una página web orientada a todo publico, en la que muestra 49 lugares de interés geológico desde Arica hasta Magallanes con el objetivo de “celebrar la gran y singular geodiversidad del país”. El trabajo, titulado «Geositios de Chile: una mirada a sus maravillas geológicas”, está disponible para descargar gratis a través de una nueva plataforma, que además cuenta con imágenes y mapas interactivos.

La iniciativa destaca tres lugares por región y uno adicional en Isla de Pascua. Incorpora salares, dunas, el desierto de Atacama, géiseres, terrazas marinas, acantilados costeros y productos volcánicos, entre otros.

En esta galería, hacemos un recorrido fotográfico por algunos de los geositios destacados en Chile.

En la Región de Arica y Parinacota se señalan tres geositios: la Catedral del Valle del Río Lauca, el Morro de Arica y las Lagunas de Amuyo.

Créditos: Guy Wenborne.

Además, estos ambientes extremos y únicos albergan colonias de bacterias que soportan las altas temperaturas y concentraciones salinas de las lagunas (…). Debido a la presencia de este tipo de organismos en la Tierra desde hace unos 3.500 millones de años, el estudio de las colonias de este geositio es fundamental para la comprensión del origen y desarrollo de la vida terrestre y la posibilidad de vida extraterrestre. (Fragmento del libro de Sernageomin).

En la Región de Tarapacá es posible apreciar la Duna Cerro Dragón, el Salar y Geoglifos de Pintados, y los Puquios del Salar de Llamara.

Créditos: Marco Antonio Villalon.

La costra salina de este salar, cuya edad comprende el lapso Pleistoceno-Holoceno, aproximadamente entre 2,6 millones de años y el presente, está compuesta por diferentes minerales, principalmente yeso, calcita y halita, y es consistente con el resultado del análisis químico de las salmueras de los puquios. Este evidencia un predominio de iones de cloro y sodio disueltos en esas aguas, además de una alta concentración de arsénico y boro. (Fragmento del libro de Sernageomin).

En la Región de Antofagasta destacan los Géiseres de El Tatio, La Portada y el Cráter de Impacto Monturaqui.

Créditos: Rolando Ulises.

Tanto los restos del meteorito, de tipo ferroso, como las estructuras de impacto generadas por su caída (impactitas) han sido sustraídos en numerosas expediciones turísticas y científicas que no han contado con ningún tipo de normativa ni fiscalización, con lo cual se ha perdido valiosa información de este evento. Además, la falta de conocimiento del valor científico de este geositio ha motivado que algunos visitantes ingresen con sus vehículos hasta el interior del cráter, generando un deterioro acelerado de sus flancos. (Fragmento del libro de Sernageomin).

En la Región de Atacama es posible encontrar la Tonalita Orbicular, el Parque Paleontológico Los Dedos y las Areniscas y Calizas de Quebrada Pinte.

Créditos: Tarapacá Insitu.

En la subunidad Mina Fosforita se han identificado más de 70 especies fósiles de vertebrados, que abarcan peces cartilaginosos (tiburones, rayas y quimeras), peces óseos, cocodrilos, aves marinas (pingüinos, albatros, piqueros, cormoranes, petreles, pelagornítidos), mamíferos marinos (ballenas, delfines, cachalotes, focas, dugongos y perezosos marinos) y mamíferos continentales (capibaras). Entre los tiburones destacan, por su gran tamaño, los dientes de Carcharocles megalodon, que pueden medir más de 15 cm. (Fragmento del libro de Sernageomin).

En la Región de Coquimbo tenemos el Yacimiento Paleontológico Pichasca, el Borde Costero Parque Nacional Fray Jorge y las Dunas de Quereo.

Créditos: Tembeta.

Además, hay una gran riqueza arqueológica que da cuenta de la cultura Molle, cuyos integrantes habitaban este lugar hace unos 9 mil años. Destacan puntas de flechas, pinturas rupestres, restos de cestería y de alimentos hallados en el alero rocoso denominado Casa de Piedra, una caverna de 10 m de profundidad, unos 80 m de largo y una altura que varía entre 2 y 5 m. (Fragmento del libro de Sernageomin).

Un poco más al sur, en la Región de Valparaíso, es posible descubrir el Cráter del Volcán Rano Kau, la Escalera del Diablo, el Acantilado Costero de Quirilluca y las Dunas de Concón.

Volcán - Rano - Raraku
Créditos: Diego Grandi.

Este volcán, junto al también antiguo volcán Poike y al más reciente Terevaka, integra un complejo volcánico generado por una pluma mantélica (hotspot) en esa zona de la corteza oceánica. A este proceso se debe el origen de Rapa Nui. (Fragmento del libro de Sernageomin).

Llegamos a la Región Metropolitana, donde se destacan los siguientes geositios: la Disyunción Columnar Cerro Santa Lucía, las Placas de Lo Valdés y la Quebrada Las Amarillas.

Créditos: Andrea Baza V.

Las rocas que lo componen fueron formadas a partir del enfriamiento y cristalización de un magma que instruyó a poca profundidad las rocas preexistentes. El posterior alzamiento y la erosión expuso este intrusivo que resiste hasta el día de hoy el ataque de los agentes atmosféricos y las intervenciones urbanas. (Fragmento del libro de Sernageomin).

En la región del Libertador General Bernardo O’Higgins destacan los siguientes geositios: la Ignimbrita Pudahuel en Machalí, las Huellas de Dinosaurios en Termas del Flaco y la Falla El Fierro.

Fotografía de Paulina Arellano C.

Las huellas fueron asignadas, en un comienzo, a dinosaurios del suborden Ornithopoda. Estudios posteriores concluyeron que representan huellas de 3 tipos de dinosaurios: ornitópodos (pie de ave, con 3 dedos), terópodos (pie de bestia, también con 3 dedos) y saurópodos (pie de lagarto, con cuello y cola largos y extremidades cortas) pudiendo corresponder a un conjunto de huellas de dinosaurios del icnogénero Brontopodus. (Fragmento del libro de Sernageomin).

En la Región del Maule, es posible apreciar las Rocas de Constitución, el Radal Siete Tazas y la Disyunción Columnar La Cárcel.

Créditos: Cristian E. Rodríguez R.

La prolongada interacción del río y las rocas volcánicas ha propiciado el desarrollo de pozones en el lecho rocoso, conocidos como tazas, que otorgan una singular belleza al lugar y producen un gran interés en los turistas nacionales. Su formación se debe a la constante erosión efectuada por los fragmentos de rocas arrastrados en el fondo del río, lo que ha generado una profundización progresiva y localizada en las lavas durante el Pleistoceno-Holoceno. (Fragmento del libro de Sernageomin).

Siguiendo nuestro recorrido por Chile, está la Región de Ñuble, la cual cuenta con los siguientes geositios: Cueva de Los Pincheira, la Iglesia de Piedra de Cobquecura y la Gruta Los Pangues.

Créditos: Trancas.

A la distancia se distinguen, en la pared, cuatro capas de decenas de metros de espesor, las que, de cerca, es posible identificar como capas de rocas volcánicas grises con franjas irregulares y quiebres curvos festoneados que limitan superficies con fracturas de variadas formas geométricas: unas lisas, otras irregulares y otras como columnas verticales de hasta 20 metros de alto. (Fragmento del libro de Sernageomin).

En la Región del Biobío está la Caleta Cocholgüe, el Anticlinal Volcado de Curamallín y la Piedra del Águila.

Créditos: Gabriel Becerra R.

El geositio Piedra del Águila tiene un gran interés geológico, ya que está compuesto por rocas intrusivas del denominado Batolito Costero del Sur, de 308 a 286 millones de años de antigüedad, es decir, del Paleozoico Superior (…) Se ha estimado que los magmas que dieron origen al batolito se enfriaron a unos 12 a 15 km de profundidad y que tenían, inicialmente, una temperatura entre 700° y 800 °C. (Fragmento del libro de Sernageomin).

En la Región de la Araucanía está el Cono Navidad, el Cañadón Truful-Truful y el Cráter del Volcán Villarrica.

Créditos: Geoparque Kütralkura.

En su base se reconoce el producto del mayor y más antiguo evento eruptivo de este volcán, la denominada Ignimbrita Curacautín. Este depósito, de gran volumen, se asocia al colapso del antiguo volcán Llaima y, consecuentemente, a la formación de una caldera volcánica. El actual edificio volcánico se construyó después de este gran evento eruptivo. Las capas superiores de esta secuencia, de tonalidades más oscuras y de unos 3 mil a 4 mil años de antigüedad, corresponden a depósitos asociados a la actividad más reciente y menos violenta del volcán Llaima durante el Holoceno. (Fragmento del libro de Sernageomin).

En la Región de Los Ríos están los siguientes geositios: Depósitos Interglaciares de Valdivia en el Fuerte Niebla, Lavas aa y pahoehoe del Volcán Villarrica, y Cono Mirador.

Créditos: Natalia Espina L.

Es un pequeño edificio volcánico ubicado en una zona deprimida que se extiende al este del lago Ranco y al sur del cerro Los Guindos (…) forma parte de un conjunto de, al menos, 70 centros volcánicos que comprenden conos de piroclastos, cráteres y mares, alineados según una franja de orientación general noreste-suroeste, denominada Campo Volcánico Carrán-Los Venados. La actividad eruptiva ligada a la formación de este campo volcánico es esencialmente posterior a las últimas glaciaciones, y se concentra en los últimos 10 mil años, es decir, durante la época geológica conocida como Holoceno. (Fragmento del libro de Sernageomin).

En la región de Los Lagos se encuentran: el Sitio Paleoarqueológico de Pilauco, los Saltos del Petrohué y los Domos del Volcán Chaitén.

Créditos: Parque Volcanes.

A esta singular manifestación geológica se suma un extraordinario entorno natural, el que forma parte de la reserva de la biósfera de bosques templados lluviosos de los Andes australes. La mayor parte de los bosques del parque corresponden al tipo siempreverde, en los cuales predominan canelo, coigüe, patagua y pitra. Entre la fauna es posible observar pudú, puma, huillín o nutria de río, pato correntino, carpintero negro, tagua común y martín pescador, además de dos especies de marsupiales, la comadrejita trompuda y el monito del monte. (Fragmento del libro de Sernageomin).

En la Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo está Cerro Castillo, las Capillas de Mármol y la Piedra Clavada, entre sus principales geositios.

Tanto los mármoles como los esquistos calcáreos están compuestos, principalmente, por carbonato de calcio. El agua tiene la capacidad de disolver este mineral y ha ido modelando estas rocas desde hace unos 12 mil años, poco antes del comienzo del Holoceno, lo que dio lugar a la formación de columnas, estalactitas, estalagmitas, cuevas, fracturas y oquedades. A su vez, la diversidad de minerales y estructuras cristalinas presentes en los mármoles y su distribución en bandas de distintas tonalidades, contribuyen a la variedad e intensidad de su colorido, características que son resaltadas por la luz reflejada en las aguas del lago. (Fragmento del libro de Sernageomin).

Créditos: Antonia del Río.

«Los geositios representan pequeños capítulos de la vasta y fascinante historia natural de Chile y del planeta. Son nuestra herencia y también deben ser nuestro legado» (Sernageomin).

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