Es una zona que conozco mucho y donde solemos ir a acampar con mi familia. Curaumilla es un lugar mágico, lleno de acantilados y playitas escondidas. Está muy cerca de Laguna Verde y si bien el acceso es un poco confuso y caótico, luego de unos kilómetros de caminos polvorientos aparecen estas playas rocosas donde el mar pega con bravura. En noviembre y diciembre, las praderas rebosan en flores y pájaros y como el mar funciona como «colchón climático», las temperaturas nunca son muy bajas. Recomendable todo el año, pero en invierno es un poco jabonoso el camino, por lo que se agradece el 4×4.

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