¿Te imaginas ir a ver elefantes marinos y ver algo que no esperabas contemplar en una tarde? ¿O buscar y buscar una especie hasta que, cuando la encuentras, te entrega un momento especial bajo el sol? A veces, estos encuentros  inesperados no solo quedan en la memoria, sino que también en una captura fotográfica. Aquí, te compartimos cuatro increíbles escenas, de la mano del fotógrafo Pablo Garrido.

Un paseo improvisado con un encuentro fugaz

Pudu1 ©Pablo Garrido
Pudú ©Pablo Garrido

Estaba con un grupo de amigos y un paseo improvisado por Chiloé nos sacó un rato del camino alrededor de la zona de Chepu. Nos perdimos en esos momentos humildes que entrega la isla, terminamos conociendo a una familia que manejaba una huerta y enseñaba sobre técnicas de agricultura amigables con el entorno. Como si nada, nos dieron una tremenda bienvenida, nos mostraron su emprendimiento. Hasta nos regalaron empanadas y galletas para el camino.

Pudu ©Pablo Garrido
Pudu ©Pablo Garrido

Con la cabeza aún ocupada pensando en las diferencias que existe en la cercanía de las personas en comparación a mi ciudad, seguimos viajando. Ahí fue cuando en el costado del camino se aparece esta pudú, de una manera muy tranquila, forrajeando las hierbas del lado del camino. Fueron minutos cortos pero muy intensos donde pudimos estar cerca de este animal, coronando un día que fue un exprimido de la magia que entrega Chiloé.

Pudu ©Pablo Garrido (2)
Pudu ©Pablo Garrido 

Encuentro con peleas de la naturaleza

Ciervo volante ©Pablo Garrido (2)
Ciervo volante macho ©Pablo Garrido 

Cerca de Ancud, en Chiloé, he tenido la fortuna de asistir en terreno un proyecto de monitoreo de monitos de monte. Esto significa meterse dentro de lo más puro de los bosques chilotes. Mientras montábamos los elementos del monitoreo, con dos amigas empezamos a escuchar unos sonidos bien particulares.

Ciervo volante ©Pablo Garrido
Ciervo volante. Si se observa bien, se ve la hembra detrás. ©Pablo Garrido

Sobre nuestras cabezas había dos machos de ciervo volante estaban cruzando mandíbulas e intentando derribarse de los árboles para poder aparearse con la hembra que presenciaba de cerca esta pelea. Finalmente, uno de ellos cedió y cayó al lado de nosotros, entregando la motivación que nos faltaba para terminar de montar nuestro trabajo.

Ciervo2 ©Pablo Garrido
Ciervo ©Pablo Garrido

Un nacimiento

Elefante marino ©Pablo Garrido
Elefante marino ©Pablo Garrido

Un amigo argentino nos había recomendado, a un grupo de amigos y a mí, visitar unas playas al sur de Puerto Madryn donde podía haber posibilidad de ver elefantes marinos machos, quienes son los primeros que colonizan las playas y pelean por el territorio para aparearse con las hembras.

Elefante marino ©Pablo Garrido (3)
Elefante marino ©Pablo Garrido 

Al llegar al lugar, no sólo había dos machos atentos a todo lo que ocurría alrededor, sino también había un grupo de hembras que recién había parido algunos cachorros. Incluso las placentas seguían frescas alrededor. Fue una tarde de contemplación en la cual pasamos horas y horas viendo cómo los elefantes marinos recién nacidos lactaban o se cubrían de arena, incluso con horas de haber nacido. Y con esta tremenda experiencia finalizaba nuestro primer día en Chubut.

Elefante marino ©Pablo Garrido (2)
Elefante marino ©Pablo Garrido 

Un modelo inesperado

Chungungo ©Pablo Garrido
Chungungo ©Pablo Garrido

Ya llevábamos varios días realizando los monitoreos de mamíferos marinos de la Isla Chañaral con la ONG Panthalassa y aún no se había logrado ver chungungos. La situación nos tenía medios ansiosos ya que sentíamos que había bajado muchísimo el avistamiento de estos animales.

Chungungo ©Pablo Garrido (3)
Chungungo ©Pablo Garrido 

Llevábamos un  nuevo día navegando, cuando de repente en un sector particular de la isla, pudimos contar 5 nutrias prácticamente juntas. Una de ellas lució toda su parrilla de movimientos frente a la embarcación, jugando entre las olas, nadando y acicalándose entre las rocas.

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Chungungo ©Pablo Garrido

 

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