Esta semana se entregó la autopsia del cachalote varado que fue encontrado en una playa de Murcia, España, en febrero de este año. El informe, realizado por el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre El Valle, reveló la razón de su muerte: una peritonitis causada por 29 kilos de bolsas plásticas, cuerdas, red y hasta un bidón, que obstruyeron su aparato digestivo. “La presencia de plástico en los océanos es una de las mayores amenazas para la conservación de la vida silvestre en todo el mundo, ya que muchos animales quedan atrapados en la basura o ingieren grandes cantidades de plásticos que terminan causando su muerte”, explicó Consuelo Rosauro, la directora General de Medio Ambiente en Murcia, España.

©CiaoFranco
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Lamentablemente, esta no es la primera vez que ocurre algo así. En 2010, una ballena gris de 11 metros de largo varó en una playa de Seattle, Estados Unidos. En su estómago se encontraron 20 bolsas plásticas, pantalones de deporte, una pelota de golf, guantes quirúrgicos y otros plásticos. Otro caso es el de un cachalote de más de 13 metros de largo, varado en Terschelling, Holanda en 2013. El animal todavía estaba vivo cuando fue encontrado, pero murió en el rescate. La autopsia revelada por el Centro de Biodiversidad Naturalis dictaminó la causa: plástico en su estómago.

©Brotherlywalks
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Esta es una realidad cada vez más común en nuestro planeta y los números actuales confirman que seguirá siendo así. Un informe de la organización ecologista Greenpeace indicó que de aquí a 2020 el ritmo de producción de plásticos aumentará hasta un 900%. “Simples medidas como prohibir las bolsas de un solo uso o volver a vender como depósitos los envases de bebidas tendrían efectos inmediatos”, afirmó el responsable de campañas de Greenpeace, Julio Barea.

Las cifras entregadas por la organización no son alentadoras: cada año llegan 8 millones de toneladas de basura al mar, lo suficiente para cubrir 34 veces la superficie de Manhattan. El porcentaje de plástico dentro de esa cifra se desconoce, pero se estima que hay entre 5 y 50 billones de fragmentos de este material en los océanos. A su vez, una revisión científica realizada por el proyecto Litterbase del Instituto alemán Alfred Wegener, descubrió que aproximadamente 1.341 especies marinas han interactuado con basura ya sea por ingestión, enredo, asfixia entre otras causas. El 92% de estos encuentros fueron con plásticos.

©Nz_willowherb
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Pero este no es un problema nuevo: ya en el año 1984 se manejaban preocupantes cifras. Una conferencia realizada en Hawaii ese año, donde participó un grupo de 14 organizaciones medioambientales y de conservación llamado Entanglement Network, reveló que entre uno y dos millones de aves marinas morían cada año al enredarse en redes plásticas. Ese grupo incluía especies como el albatros y la gaviota, entre otros. Además, más de 100.000 mamíferos marinos tuvieron muertes similares.

Noticias como ésta ponen en evidencia la necesidad de implementar acciones más sustentables en nuestra rutina. Entre las medidas más sencillas, están reducir los plásticos de un solo uso como bolsas, bombillas y vasos desechables. También, evitar los productos que vienen en empaques innecesarios y preferir las compras a granel.

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