Fiordos vírgenes, glaciares, bosques lluviosos templados. Hábitats oceánicos y el campo de hielo más grande fuera de las regiones polares. Todas condiciones que contribuyen a un alto endemismo y una zona biodiversa. Se trata de un lugar ancestral, territorio del pueblo Kawésqar o Kawésqar Wæs. Es la Reserva Nacional Kawésqar.

Independiente de sus hermosos paisajes e historia, se trata de una zona amenazada. A raíz de esto, National Geographic, a través de su programa Pristine Seas, realizó una inédita expedición junto a las Comunidades Kawésqar para la Defensa del Mar y el pueblo Yagán. Este trabajo resultó en la publicación del informe “Reserva Nacional Kawésqar: Conocimiento tradicional, biodiversidad y recomendaciones para la protección del territorio” y del estudio “Comunidades marinas de la recién creada Reserva Nacional Kawésqar, Chile: Desde glaciares a los océanos del Pacífico”, publicado en la prestigiosa revista científica PLOS ONE.

A través de estos trabajos, se describió el área como una de máxima prioridad debido a su alto grado de endemismo y sus amenazas más latentes, como la salmonicultura, realizando recomendaciones clave para salvaguardar la naturaleza única e irremplazable del Parque Nacional y Reserva Kawésqar y la integridad biocultural del pueblo Kawésqar.

Además, todo este trabajo y la expedición se mostrarán en un próximo documental que se estrenará en los próximos meses en el canal de National Geographic y, cuando las condiciones sanitarias lo permitan, a través de estrenos presenciales en Chile y Estados Unidos.

Buscando el endemismo y la protección bajo un enfoque biocultural

La primera expedición fue entre febrero y marzo de 2020. Un grupo de científicos, documentalistas de NatGeo, las Comunidades Kawésqar para la Defensa del Mar y el pueblo Yagán, emprendieron una serie de estudios científicos utilizando buceo y cámaras remotas para las aguas profundas, en la Reserva Nacional Kawésqar. Llegaron hasta los 600 metros para examinar un ecosistema único y en gran parte inexplorado.

Fueron 21 días desde Punta Arenas. Pasaron por el Estrecho de Magallanes, el Parque Marino Carlos III, la Reserva Nacional Kawésqar hasta la isla Madre de Dios y el sur del golfo de Penas.

©Manuel San Féliz/ National Geopraphic Pristine Seas
©Manuel San Félix/ National Geopraphic Pristine Seas

Luego, entre julio y septiembre del mismo año, las Comunidades Kawésqar para la Defensa del Mar emprendieron rumbo nuevamente. Esta vez, para explorar y recopilar información de su pueblo en una porción de su vasto territorio, aplicando un enfoque biocultural.

De acuerdo con lo que explican en el estudio publicado en PLOS ONE, se trata de un medioambiente marino influenciado por una “alta gana de hidrológicos, como el derretimiento de los glaciares, los grandes aportes terrígenos, las altas precipitaciones, las fuertes corrientes y las masas de agua del océano abierto”.

©Manuel San Félix/ National Geopraphic Pristine SeastineSeas2
©Manuel San Félix/ National Geopraphic Pristine Seas

Registraron diferentes especies bentónicas, bosques de huiros, medusas, peces, tiburones, anguilas y, entre otros y, al menos, 49 especies de aves playeras, migratorias y estuarinas.  Es que esta zona es hábitat y destino de poblaciones residentes y migratorias, como ballenas, orcas, delfines, elefantes marinos, leones marinos, aves, peces e invertebrados marinos. También alberga los hábitats más productivos de la región, debido a su alta incorporación de nutrientes del sistema montañoso, glaciares y corrientes oceánicas subantárticas.

Pero no deja de estar expuesto a amenazas.

El problema de la salmonicultura

El 26 de enero de 2019 se publicó en el Diario Oficial. Se creó el Parque Nacional Kawésqar, para la parte terrestre de la zona, y la Reserva Nacional del mismo nombre, para la parte marítima. Si bien desde entonces se han trabajo planes de manejo para la conservación del territorio, se ha cuestionado que, en el sector marino, se admite la posibilidad de usos industriales como la salmonicultura. De hecho, según datos de la Fundación Terram, existen 69 concesiones otorgadas y más de 100 en tramitación.

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“La salmonicultura es una amenaza grave al territorio ancestral donde hemos vivido por más de 6000 años. Nosotros somos parte de la tierra y el mar, pero sobre todo del mar, porque nos da el alimento para vivir, nos permite navegar y también porque ahí están los restos y memorias de nuestros antiguos que para nosotros son sagradas. Las salmoneras, con todos los daños que provoca, amenazan una vez más nuestra subsistencia”, señalan las Comunidades Kawésqar por la Defensa del Mar y coautores del informe.

©Manuel San Félix/ National Geopraphic Pristine SeascPristineSeas
©Manuel San Félix/ National Geopraphic Pristine SeascPristineSeas

Frente a esto, presentan una serie de recomendaciones para la conservación de la biodiversidad en la reserva. Entre ellas, la prohibición de todas las actividades de alto impacto ambiental, especialmente la instalación de nuevos centros de cultivo de salmón dentro de la Reserva Nacional Kawésqar; definir un plan de cierre y retiro de las salmoneras que están actualmente operando dentro de la reserva nacional; que las medidas de conservación en esta zona respetan la unidad del territorio ancestral que no reconoce las divisiones entre el mar y la tierra; extender la figura de protección de Parque Nacional a las aguas de la hoy llamada “Reserva nacional Kawésqar” para conformar un todo vital en equilibrio con el territorio y la actividad cultural; avanzar a una figura que otorgue incidencia y autonomía en cuanto a las decisiones que se adopten en el territorio respetando nuestro derecho de acceso y uso al mar y a cohabitar el territorio.

©Manuel San Félix/ National Geopraphic Pristine Seas
©Manuel San Félix/ National Geopraphic Pristine Seas

Alex Muñoz, director de National Geographic Pristine Seas para América Latina, afirmó que “la reserva nacional Kawésqar tiene un valor ecológico y cultural enorme e irremplazable, pero que hoy está en riesgo porque permite actividades como la salmonicultura que tienen impactos severos y conocidos en el ecosistema. Su prohibición es la única manera darle un futuro a este tesoro natural y humano de importancia mundial”.

La importancia de proteger un territorio

“La protección efectiva de la Reserva Nacional Kawésqar es de importancia global”, asegura el informe. Además de su importancia ancestral y cultural, se trata del “tercer reservorio de agua dulce más grande del planeta después de la Antártida y Groenlandia, respectivamente. Proporciona uno de los sistemas interconectados más extensos conocidos de bosques submarinos de macroalgas pardas, además de ser clave en el almacenamiento de CO2, ayudando a mitigar el impacto del cambio climática”.

©Manuel San Féliz/ National Geopraphic Pristine Seas
©Manuel San Félix/ National Geopraphic Pristine Seas

Así, es sumamente importante considerar en la protección de los ecosistemas a un pueblo que está indisolublemente ligado al entorno natural interconectado en este territorio. Y que, como explican en el informe “La restricción a actividades económicas de alto impacto ambiental es necesaria para preservar este territorio y resguardar la subsistencia de los pueblos originarios que en él habitan”

Las comunidades Kawésqar por la Defensa del Mar está conformado por las comunidades Ata’p, Residentes en Rio Primero, Inés Caro, y Grupos Familiares Nómades del Mar.

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