Ubicada a 35 kilómetros al noroeste de Vallenar y fundada en 1752, Freirina es una de las comunas más antiguas de Chile. Prueba de ello son sus particulares construcciones neoclásicas, el edificio Los Portales, la iglesia Santa Rosa de Lima o las famosas Chimeneas de Labrar, que dan testimonio de los inicios del auge del cobre a mediados del siglo XIX.

Sus apasibles calles parecen suspendidas en el tiempo. Desde distintos rincones de la ciudad es posible apreciar vastas extensiones de olivos, entre ellos los “Olivos Centenarios” reconocidos mundialmente y premiados por sus inigualables aceites extravirgen. Otro de sus productos estrella son los camarones de agua dulce, extraídos de manera artesanal por buzos desde el río Huasco que, aunque escasos, son un deleite al paladar de quienes tienen la suerte de probar este singular producto.

Olivos centenarios ©Romina Bevilacqua
Olivos centenarios ©Romina Bevilacqua

La ciudad es el epicentro de uno de los fenómenos naturales más increíbles del norte de Chile, sobre todo cuando ha habido una temporada lluviosa: el desierto florido.  Aunque este año también se sumará el eclipse del 2 de julio que será visible en su totalidad en sectores como Chañaral de Aceituno y Carrizalillo.

A los amantes de esa tranquilidad pueblerina, tan especial del norte de Chile, les presentamos los cinco lugares que no pueden dejar de visitar en la comuna de Freirina:

Iglesia de Santa Rosa de Lima

®Arturo Briceño Guzmán
®Arturo Briceño Guzmán

La iglesia dedicada a Santa Rosa de Lima está ubicada en la plaza principal y desde 1870 es uno de los principales edificios de la ciudad. Declarada como Monumento Nacional en 1980, en su interior hay una imagen de la santa traída desde Perú por los españoles residentes en la zona a finales del siglo XIX. El santuario cuenta con tres naves en su interior y fue construida principalmente con madera y caña de Guayaquil. El arquitecto de la obra fue José Santiago Meneses y fue restaurada completamente el año 2017, recuperando su impronta como edificio patrimonial.

Las Chimeneas de Labrar

®Arturo Briceño Guzmán
®Arturo Briceño Guzmán

Labrar, se ubica a 42 km al sur de Freirina. En la actualidad es una zona escasamente poblada por pastores de cabras, pero fue proveedora de cobre, una de las más importantes de Chile desde sus inicios en 1830. De los miles de obreros y el pueblo que existieron en ese lugar, quedan solamente un par de imponentes chimeneas que se mantienen en pie y que también han sido declaradas  Monumento Nacional.

El generoso Río Huasco

 

El Huasco es uno de los cauces de agua más importantes del norte de Chile, recorriendo 230 km desde la cordillera de Alto del Carmen al océano Pacífico. El Valle del Huasco es un verdadero milagro verde en medio de la aridez de Atacama, y es en Freirina donde se puede vivir de mejor manera todo lo que el afluente generosoamente entrega: áreas cultivables de olivos, camarones de río, baños refrescantes. El lugar perfecto para pasar el calor del desierto más árido del mundo.

Carrizalillo: Esencia de olivo en el aire

Este pequeño pueblo ubicado a diez minutos de Chañaral de Aceituno ofrece una especial conexión con el pasado nortino. Sus añosas casas, la mayoría de adobe, y sus olivos que datan de siglos pasados, transportan al turista a épocas lejanas, donde todo se tomaba su tiempo. Sus calles en subida y bajadas huelen a olivo,  por lo que visitar Freirina sin pasar por Carrizalillo es un pecado mortal.

Caleta Chañaral de Aceituno

Piquero ©Romina Bevilacqua
Piquero ©Romina Bevilacqua

Al suroeste de la comuna de Frerina se encuentra la isla Chañaral de Aceituno, el lugar perfecto para descansar y a la vez disfrutar de una experiencia fascinante. Perteneciente a la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, la pequeña caleta de pescadores que vigila día y noche la enorme isla Chañaral, da vida a una verdadera leyenda junto al océano Pacífico. Amada por sus habitantes y visitada durante todo el año por científicos, académicos y amantes de la aventura, este pequeño poblado costero ofrece distintos panoramas en los que  se pueden realizar avistamiento de grandes cetáceos –entre los meses de octubre y mayo–, visitas en bote, contemplación de fauna marina, como chungungos, pingüinos de Humboldt, lobos marinos y delfines nariz de botella. Además, se puede practicar buceo, ya que el fondo marino ofrece una de las mayores diversidades de especies tanto en flora como fauna.

El eclipse en Frerina: la otra aventura

Esta comuna llena de sorpresas y paisajes prístinos que conquistan nuestros sentidos, será una de las pocas que para el eclipse del 2 de julio próximo tendrá cien por ciento de visibilidad. Según los expertos, ver este fenómeno en Atacama es lo más acertivo ya que por su intensidad lumínica y la poca probabilidad de que esté nublado, aumenta las posibilidades de que el eclipse pueda ser disfrutado en toda su magnitud. En Freirina, habrán campamentos habilitados tanto en Chañaral de Aceituno como en Carrizalillo.

Según explica el Intendente Patricio Urquieta García, “la región de Atacama es el paraíso de los astrónomos. Tenemos un cielo generalmente despejado en invierno y verano”. A esto agrega: “Hemos tenido una coordinación con el municipio respecto al desarrollo de puntos de observación; y un detalle de la oferta turística, como una fase de la diversificación de la matriz productiva de la Región de Atacama que nos ha pedido el Presidente Sebastián Piñera».

Qué hacer y dónde ir

®Arturo Briceño Guzmán
®Arturo Briceño Guzmán

Si vas a visitar Freirina, te recomendamos ponerte en contacto con los operadores turísticos de la zona, como Chuluengo o Turismos Orca. Además te contamos que en Chañaral de Aceituno existe una excelente oferta gastronómica como por ejemplo el Rincón del Tata, que además se encuentra registrado en Sernatur.

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