Es una pequeña montaña en medio del bosque. Parece como si estuviese dentro de una película o que fuese el lugar de hadas o algún otro ser elemental: un montículo cubierto de verde y agua, con puertas y ventanas, destaca en un paisaje húmedo que se acompaña de las voces de pequeñas aves cantoras; algunas tan curiosas como el chucao y otras rapaces, como el carancho.

No es fantasía. Está en Chile, en la Reserva Biológica Huilo Huilo. Se trata del primer hotel construido en el lugar, que recibe el nombre de Montaña Mágica. Esta infraestructura fue el primer paso de una red de atractivos hospedajes, que están inmersos en un bosque en el que la grandeza va desde las pequeñas partículas que no vemos, hasta los imponentes y queridos Nothofagus.

Montaña Mágica ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo
Montaña Mágica ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo

Un proyecto que empezó cerca del año 2000, cuando el lugar estaba pasando del trabajo enfocado en la industria maderera a una nueva apuesta: el turismo y la conservación. Así nació la idea de ofrecer alojamientos, además de otros servicios para recibir turistas y empezar trabajos de estudios para la protección de la naturaleza.

“Partí con cosas pequeñas, como la cafetería El Salto, el café del Bosque o el acceso a la reserva. Un día me llegó el encargo de hacer un lodge, pero al mismo tiempo me pedían una fuente de agua en un terreno nuevo que habían adquirido entre la carretera a Puerto Fuy. Ahí yo les propuse juntar el programa: hacer del lodge esta caída de agua, que fuera la escultura. Así nace Montaña Mágica, de 12 habitaciones, que es como un volcán mágico del cual nace agua en sus fachadas y crecen plantas”, dice Rodrigo Verdugo, arquitecto a cargo del proyecto.

Montaña Mágica ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo
Montaña Mágica ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo

Este fue el punto de inicio para mayores infraestructuras en la reserva, marcado con un estilo que Verdugo define como una propuesta de arquitectura orgánica o surrealismo étnico, que es, hasta hoy, un sello en todos los recintos físicos de la reserva. ¿Qué significa este estilo? “Es como una arquitectura atemporal que tiene más que ver con una arquitectura del bosque de lugares mágicos a estilo en específico. Sí, es una arquitectura orgánica y lo étnico tiene que ver porque lo importante se relaciona con el revestimiento de los materiales del lugar: la piedra, la madera, lo verde, lo vegetal. Que todo eso tuviera esa mímesis con el lugar”.

De esta forma, inmersos, entre líquenes, briófitas, hongos, olivillos y canelos, entre otros ejemplares de todo el proceso simbiótico, siguió la construcción del hotel Nothofagus, de 55 habitaciones, que se conecta por un puente climatizado desde montaña mágica. Este es un gran árbol que acoge en sus habitaciones, con un centro del que cae agua. Y luego, el hotel Reino Fungi, de 21 habitaciones, en honor a todo el micromundo del bosque húmedo templado valdiviano.

Hotel Nothofagus ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo
Hotel Nothofagus ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo

“Estos son los íconos de la arquitectura surrealista, pero independiente de eso desarrollamos cabañas en el bosque. Nawelpi Lodge son 12 habitaciones en el borde del río Fuy, con un club house donde tiene una exclusividad más personalizada. En Puerto Fuy, Marina del Fuy es un hotel más boutique, y también está Huillín, un apart hotel de seis habitaciones”, dice Rodrigo Verdugo.

Nawelpi lodge ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo
Nawelpi lodge ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo

Vínculo con la comunidad local

Si desde un principio la premisa era la mimetización con la naturaleza, no se podía dejar de lado el vínculo con la comunidad local: había que generar una sintonía que le diera sentido al proyecto. Para el tiempo que se ideó Montaña Mágica, habitantes de Puerto Fuy y Neltume se encontraban cesantes por la retirada de la industria maderera a gran escala. Ellos fueron una de las claves para poder lograr el proyecto arquitectónico de la Reserva Biológica Huilo Huilo.

Hotel Reino Fungi ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo
Hotel Reino Fungi ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo

“Como había mucha cesantía, se tomó la visión de incluir a la comunidad. Si se incorporaba a este nuevo concepto de un futuro en torno a la naturaleza, en la línea del turismo. Eso fue asertivo, aunque también hubo desafíos y errores”, explica Verdugo.

En esos años, a principios de los 2000, para llevar los materiales a la reserva había que trasladarlos en un camino de tierra desde Panguipulli al lago Pirehueico. Era un camino de 45 a 50 kilómetros con malos puentes, trasladando acero para las estructuras, además de otros materiales como el material de los vidrios y termopaneles. Algo que también significó desarrollar cursos y capacitaciones para la gente de la zona a fin de formar nuevos instaladores, técnicos, soldadores y montajistas, entre otros.

Hotel Nothofagus ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo
Hotel Nothofagus ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo

Todas especialidades que no eran desarrolladas en la zona y que funcionan hasta hoy. La comunidad local actualmente trabaja como artesanos o contratistas carpinteros que trabajan de forma independiente, o para la Reserva en diferentes funciones.

“Uno ve con orgullo haber pasado esas etapas porque finalmente se generó una educación y un ámbito laboral que no existía. En el fondo, el beneficio fue para todos, no solo para los directores del proyecto, sino para la comunidad local y el entorno”, dice Verdugo.

Vivir la selva desde perspectivas

En el corazón de la selva patagónica, el complejo arquitectónico de la Reserva Biológica Huilo Huilo invita a vivir la selva desde diferentes perspectivas, quizás inadvertidas. “Nosotros queríamos que la vivencia en los hoteles, y en las visitas a los lugares, hubiese una experiencia y una forma de observar la naturaleza fuera de lo común. De ahí vino el desafío de la arquitectura. Por ejemplo, el que los pasillos de conexión entre los hoteles fueran bajos y elevados, para ver distintos estratos del bosque”, dice Verdugo.

Hotel Montaña Mágica ©Jonatha Junge
Hotel Montaña Mágica ©Jonatha Junge

Una forma de poder ver especies en las zonas desde distintos miradores, pasando de observar desde el suelo húmedo hasta las últimas hojas que tocan el cielo, acompañado de distintas especies que habitan en el bosque, como pudúes, ranitas de Darwin, copihues o medallitas, entre una inmensidad más. Es ver la naturaleza desde distintos estratos, con una sensación de estar levitando o incluso tocando el bosque.

“Este tema de un árbol elevado o miradores de contemplación que salen y están expuestos de una manera no tradicional expuesto le dan un carácter moderno al proyecto, pero también logran esa experiencia de encontrarte en diferentes perspectivas o situaciones no comunes para valorar la naturaleza. Todo lo que se ha hecho es poner en valor el bosque y las bellezas naturales del lugar: el volcán Mocho Choshuenco, el río Fuy, el salto del Huilo Huilo y una infinidad más”, dice Rodrigo Verdugo.

Hotel Reino Fungi ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo
Hotel Reino Fungi ©Cortesía Reserva Biológica Huilo Huilo

Así, se trata de una mirada arquitectónica que no sólo se mimetiza, sino que pone en valor la naturaleza. Una arquitectura orgánica que se escapa de lo tradicional y lo ajeno, vinculando a las comunidades. Como asegura Verdugo, “la gracia de Huilo Huilo y lo que hemos logrado desarrollar es que no se sabe si se está dentro o fuera. Dentro de la naturaleza o en la obra de arquitectura. Es una forma de ver los proyectos turísticos, sobre todo en santuarios naturales”.

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