Kalfu y Truman son los primeros chungungos (Lontra felina) en vivir en el pionero centro de rehabilitación de esta especie en Chile, creado por la recientemente inaugurada fundación Lontra. Se logró gracias al apoyo de la Fundación para la Ayuda Internacional a los animales (FIAA) y parte de un equipo que durante años se ha dedicado a la rehabilitación, reinserción y educación ambiental de los chungungos y la protección de la zona costera.

Emplazado en Maitencillo, Región de Valparaíso, se trata de una iniciativa que busca no solo rehabilitar al popularmente conocido «gato de mar», sino que recolectar información de una especie de la que se sabe muy poco. Según explica Javier Trivelli Zondek, fundador y presidente de la Fundación Lontra: “No se sabe a qué edad entran en estado reproductivo ni cuánta agua necesitan en el estado natural, así que la idea es poder rehabilitar chungungos para repoblar aquellas zonas de Chile donde su hábitat ha sido degradado y ya no encontramos individuos de esta especie”.

El primer centro de rehabilitación de chungungos en Chile

El centro se ha diseñado con el fin de incluir diferentes espacios para el bienestar y desarrollo correcto de los chungungos. Por ejemplo, se construyeron madrigueras dentro del mismo lugar para que las nutrias puedan pelear estos espacios —al igual que en la naturaleza— y se instalaron dos vertientes que emulan a las naturales de agua dulce que existen en su hábitat natural y que ellos deben aprender a identificar, lo que antiguamente ha sido difícil en los procesos de reinserción a la naturaleza.

Además, existen dos piscinas para el uso de estos animales. Una grande para que puedan desarrollar sus habilidades y otra pequeña donde se pondrán a su disposición especies intermareales vivas para que puedan seleccionar su alimento, cazarlo y comerlo en poco tiempo. Esto con la idea de que, al reinsertarlos en la naturaleza, estos hayan adquirido habilidades y puedan alimentarse en el tiempo necesario, sin que se los quiten otras aves y animales que compiten por el alimento.

Si bien el centro tiene capacidad para 4 ejemplares, actualmente son dos los que disfrutan de sus instalaciones: Kalfu y Truman.

Kalfu es una chungungo que empezó su rehabilitación hace cuatro años y medio, que pudo ser reinsertada en la naturaleza luego de dos años y medio. Volvió a la costa de Maitencillo donde donde tuvo su madriguera y se reprodujo. “Lamentablemente sus crías fallecieron y tuvimos un problema porque gente le dio alimento. Finalmente, después de cuatro años y medio de su proceso de reinserción volvió a ‘foja cero’ y nuevamente está en rehabilitación para ver si la podemos reinsertar junto a Truman en un ecosistema que hayamos restaurado en las costas de la sexta región”, comenta Javier.

Truman, por su lado, tiene un año y medio y viene de Horcón. Fue rescatado de un acantilado, donde aparentemente había perdido a su madre. Se esperó un día entero a que ella llegara, pero esto no sucedió por lo que se justificó el ingreso al centro de rehabilitación.

Los chungungos y la importancia de trabajar con ellos

¡A quien no le gustan los chungungos! Esas caritas, esos bigotitos, esas patitas son absolutamente deliciosos, me los comería a besos. Son hediondos como ellos solos, pero es un bichito muy carismático. Somos un país marino, pero el conocimiento de nuestro territorio oceánico es super poco (…). Son lindos y tiernos, entonces eso genera empatía, sensibiliza, por eso, si queremos proteger nuestra costa, nuestro océano, tenemos que tener nuestra bandera de lucha y en este caso son los chungungos”, comenta Carolina Yañez Rismondo, confundadora y secretaria de la Fundación Lontra, “ellos sensibilizan, cuando tú generas esa empatía, eso a la larga se transforma en un sentimiento, en algo que tú quieras proteger (…). Eso creo que podemos lograrlo a través de los chungungos”.

Kalfu. Créditos Javier Trivelli

Antiguamente, los chungungos habitaban a lo largo de toda la costa de Chile. En el pasado, se cazaba a la especie para el uso de su piel en ropa, lo que fue prohibido en 1929. Luego, en 1995 se determinó su veda por parte de la Subsecretaría de Pesca y, además, es una especie que tiene prohibición de captura al formar parte de las criaturas protegidas por el convenio CITES.

Actualmente, es muy poco frecuente verlos entre Algarrobo y el norte de la Región de Los Ríos, salvo por la Bahía de Talcahuano y el Golfo de Arauco, según lo que explica Javier: “El chungungo tiene varias amenazas. Habita 150 metros al interior de la tierra y 250 metros al interior del mar. Sus amenazas en la tierra tienen que ver con pérdida de hábitat respecto a las madrigueras reproductivas. Las hembras se han quedado sin madrigueras tanto por el cambio de uso de hábitat, ya sea urbano, industria forestal y también por la presencia de perros domésticos o vagos que depredan las crías de los chungungos que son muy curiosas y salen de sus madrigueras».

“En cuanto al ecosistema marino, tenemos problemas de contaminación, industria salmonera, tenemos extracción de huiro, legal e ilegal, pero falta todavía mayor conocimiento respecto del impacto que esto tiene en las poblaciones de nutrias y también ver cómo se puede hacer una extracción sustentable de estos recursos, que es un ingreso para muchos pescadores, pero también es fundamental para el hábitat de los chungungos”, agrega.

Centro Rehabilitación de Chungugos. Fundación Lontra. Créditos Martín del Río.
Centro Rehabilitación de Chungugos. Fundación Lontra. Créditos Martín del Río.

En este sentido, apelando a las amenazas relacionadas al ser humano y los perros, el centro está enfocado en que los chungungos no se acostumbren a su presencia y los vean como una amenaza. De esta forma, trabajando en las restauraciones de hábitat y en su rehabilitación, es posible devolver ejemplares a lugares donde este depredador tope ayuda a equilibrar los ecosistemas de la cadena trófica.

“Los chungungos en Chile están con hartos problemas. Es más, ahora estamos tratando de rescatar uno que está en Algarrobo, que creemos que posiblemente se peleó con otro. Pero ayer casi que lo atrapábamos y un perro lo espantó. O también, los chungungos vienes a las rocas y están las personas tomándose un tecito, con sus perros y les tiran piedras. O donde pasan hay basura, redes de pesca (…). Mi bandera de lucha es la educación ambiental y yo creo que, con la correcta educación ambiental, con el saber llegar a la gente, es clave”, comenta Carolina.

¿Qué hacer si ves un chungungo?

Si el chungungo está sano en el agua, se alimenta, descansa, acicala, solo hay que disfrutarlo a distancia prudente y mirar de lejos. Si se está frente a una cría, nunca hay que tomarla, sino que se debe llamar al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) o la Fundación Lontra. “Eso es importante porque nosotros coordinamos monitoreo primero, que determina su la madre vuelve o no con su cría. Con eso nos podemos evitar 2 años de rehabilitación y muchos recursos. Cada chungungo en rehabilitación son 30 millones de pesos”, dice Javier.

Por otro lado, si el chungungo está herido, jamás hay que acercarse porque son bravos. Hay que llamar a los servicios antes mencionados. Cabe destacar que la Fundación Lontra trabaja con el centro de rescate de la Fundación Ñamku, con quienes se han especializado en el tratamiento crítico de chungungos y luego son derivados al centro de rehabilitación, donde se hace un trabajo de entrenamiento y preparar para la reinserción al hábitat natural.

Para ayudar a la fundación, puedes ingresar a fundacionlontra.org y enterarte de las diferentes formas en las que se puede ser parte.

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