2006, Puerto Varas. Un colegial Tomás Gárate (27) hizo algo que ya era costumbre para él. Luego de que su papá le compartiera a sus hijos una noticia medioambiental que encontró en el diario durante el desayuno, Tomás la recortó del papel y la llevó al diario mural de su sala de clases. Era sobre la huella hídrica de los alimentos y, al principio de la lista, estaba la carne.

Cortesía Amaya García (4)
©Fundación Legado Chile 

“Puerto Varas en ese entonces era súper tradicional, sureño y la carne era un imprescindible de la dieta. Quedó la embarrada porque yo decía que tenía una huella hídrica enorme. Nadie me creía nada, fue polémica. Lo único que yo decía era: ‘oye, asumámoslo como es’. Me acuerdo de la tensión que generó eso y para mí fue muy importante ese momento, de darme cuenta de los conflictos detrás de esto”, recuerda Tomás.

Al poco tiempo después, llevó sus inquietudes al centro de alumnos de su colegio. Ayudó a impulsar un sistema de reciclaje interescolar entre varios colegios de la comuna, uniéndose para tener alternativas en conjunto para reciclar. Lograron generar recursos, financiar sus actividades y trabajar en una especie de economía circular. Hoy, recordando los más de 10 años que han pasado de eso, piensa que es muy especial: “ahora lo impulso desde el municipio. Tenemos el mismo desafío, así que la inquietud me ha acompañado por el resto de mi vida”.

La invitación que marcó un camino

 -Quiero invitarte a que cambiemos el mundo.

Para Tomás, esa fue la invitación que marcó un antes y un después. Un muy amigo de él, biólogo, reunió a estudiantes de ideologías y disciplinas diversas con esa misma frase. Y para Tomás, decir no nunca fue una opción. En ese entonces, estudiaba arquitectura en la Universidad Católica y, luego de incursionar en la política universitaria a través del centro de alumnos de su facultad, se desencantó. Así fue como la invitación vino como anillo al dedo.

Cortesía Amaya García (6)
©Fundación Legado Chile 

“Éramos un grupo que quería ver cómo cambiar al planeta desde la conservación de la naturaleza. Eso decantó a una pregunta: ¿cómo podemos contribuir a la conservación de la biodiversidad en Chile? A partir de eso tuvimos un proceso en que nos demoramos bastante a ver cómo respondíamos esa pregunta. Nos tomamos un año de difusión, de análisis, de entender la situación actual de la conservación de la biodiversidad en el país, las distintas instituciones que influyen en esto, y cómo, desde la sociedad civil podíamos como contribuir. Encontramos que las fundaciones pueden cumplir un rol clave que es articular a diferentes actores por objetivos comunes”, explica.

En ese momento, empezó la Fundación Legado Chile, organización que lo trajo de vuelta desde Santiago a su ciudad natal, y a la dedicó su trabajo incluso después de titularse de su carrera y postgrado, hasta que asumió el desafío de postularse a la alcaldía.

– ¿Siempre pensaste que volverías al sur?

-No. Puerto Varas ahora es una ciudad con hartas cosas, pero antes no era así. Si bien estamos en un entorno que es realmente impresionante, en ese momento en términos de inquietudes culturales, de innovación y de asociatividad, no te daba mucho. En Santiago pude conocer muchos centros de investigación, docentes, estudiantes de distintas carreras, disciplinas y eso la verdad es que me encantó. La posibilidad de desarrollar proyectos con todas las personas que viven allá es bastante fascinante. Pero con el transcurso de la fundación decidí volver a cumplir mi sueño.

– ¿Y cuál era tu sueño? 

-Contribuir a la conservación de la biodiversidad en Chile a través de acciones locales, a través de los territorios.

– ¿Qué crees que es lo que define al territorio de la comuna de Puerto Varas?

Es un territorio muy diverso que tiene múltiples realidades. El imaginario que se tiene de las pampas sureñas con los arbolitos y las vacas es una parte, que es lo que más se muestra, junto con los volcanes y el lago Llanquihue. Eso es como el imaginario paisajístico que se ha consolidado en el país. La comuna tiene una diversidad territorial muy importante. Están los territorios rurales de montaña, después está todo el sector de Estuario del Reloncaví con las comunidades de pesca artesanal, al mismo tiempo el río Petrohué que es muy importante a nivel regional. Los pies de monte de los volcanes Osorno y el Calbuco generan un corredor biológico importante en los sistemas. La depresión intermedia representa los recursos agropecuarios, las ciudades, las distintas localidades e incluso todo el territorio asociado al río Maullín y al Santuario de la Naturaleza, el cual es un reservorio de sistemas súper amenazados como el bosque hundido. Las comunidades huilliches lafkenches que nos entregan una forma de entender una cosmovisión que es bastante invisibilizada. Entonces para mí el territorio de Puerto Varas es sobre todo diversidad de realidades, ecosistemas y culturas.

-Ahí está el desafío de trabajar por la diversidad.

-Exacto. Desde la teoría desde la ecología tenemos muy claro que los sistemas diversos son más resilientes a los cambios y las transformaciones. En cambio, sistemas homogéneos tienen menos respuestas evolutivas para enfrentar esos cambios. Entonces, somos más susceptibles y vulnerables a los cambios que se está enfrentando la sociedad, por lo tanto, la diversidad también es una estrategia de resiliencia.

Puerto Varas. MM | Wikimedia Commons
Puerto Varas. MM | Wikimedia Commons

Una mirada desde la juventud

Hace cerca de 12 años, Tomás agarró su mochila junto a un amigo y emprendieron rumbo hacia la cordillera al norte de la Región de Los Lagos. Su idea era cruzar distintos pasos fronterizos en búsqueda de lo desconocido, lo inhabitado, lo indómito y lo salvaje. Pero se encontraron lo contrario.

“Nos encontramos con personas que vivían ahí y nos enamoró la forma en que estos espacios se habitaban. Conocí una familia, don Manuel y la tía Sonia, que son parte de este habitar rural de montaña, con una forma de vida en dependencia y coherencia con el ecosistema en un contexto de aislamiento geográfico extremo. Entonces desarrollaron, a partir de sus necesidades y su propia sabiduría, una forma de vida y de habitar que creo que tiene mucho que enseñarnos para la realidad contemporánea”, explica Tomás.

Cortesía Amaya García (8)
©Fundación Legado Chile 

Así, empezó un recorrido de más de una década. Una o dos veces al año volvía a la zona con preguntas. Ellos le mostraban vestigios de comunidades indígenas que habitaron la zona, flechas, y objetos que parecían piezas de un puzzle que él creía estar lejos de poder armar. Registró todo, fotografió, escribió y empezó a canalizar la información que le entregaban a través de una investigación histórica para la tesis de su magister.

“Investigué cómo se empezó a desarrollar el habitar rural de montaña, las culturas precolombinas, la influencia que tuvo también el periodo colonizador español, la conformación del Estado chileno. Y también las problemáticas, que eso es lo más importante. El habitar rural de montaña se está extinguiendo y eso responde a distintos fenómenos globales”, explica. Dos años después decidió empezar a escribir lo que culminó en su primer libro “Habitar: diversidad cultural de la cordillera norpatagónica”.

-En base a lo anterior, ¿qué es para ti el “habitar”?

-Es la manera en la cual los seres humanos y no humanos coexistimos en nuestro entorno. Creo que la magia del momento que estamos viviendo es que nos hace preguntas de cómo podemos cohabitar. No solamente entre humanos, sino que con el resto de los seres vivos que nos acompañan en este proceso de evolución, también en coherencia con los ecosistemas y con el territorio. Creo que, en la interacción de todas esas cosas, surgen formas de habitar.

Mientras terminaba de escribir su libro, fue surgiendo el Movimiento Ciudadano Transforma Puerto Varas. Este movimiento se define como un “nuevo paradigma para hacer política” y surgió, nuevamente en la vida de Tomás, bajo una inquietud: ¿Cómo poder impulsar el desarrollo sostenible en la comuna de Puerto Varas?

Cortesía Amaya García (3)
©Fundación Legado Chile 

“La invitación fue a personas muy distintas, más o menos políticas, asumíamos que esa pregunta tenía implicancias políticas, porque la política es la forma en la cual nos organizamos como sociedad. No es ni más ni menos que eso. Las connotaciones que eso ha tenido a nivel nacional es otra cosa, y parte importante la crisis institucional que se está viviendo responde a que la forma en que se está haciendo política en el país surge desde esferas de poder muy alejadas de la ciudadanía, de la comunidad, del territorio. Por lo tanto, queremos que la política sea una herramienta para y desde los territorios. Esta nueva bandera permitió superar algunos prejuicios y el volver a escucharnos y a construir de manera constructiva”, explica Tomás.

– A tu corta edad cocreaste la Fundación Legado Chile, también participaste de la creación de un movimiento político (Transforma Puerto Varas), escribiste tu libro y hace poco asumiste la alcaldía. ¿Qué te motivó a impulsar todos estos proyectos desde tan joven?

-Creo que hay que enfrentar la realidad. Estamos viviendo una crisis global que no habíamos enfrentado en la historia de la humanidad y eso es drástico. Entonces, ¿qué es lo que me motiva? buscar soluciones a esta tremenda crisis global, que no es solo una crisis climática, es una crisis de la biodiversidad, es una crisis de cómo nos organizamos como sociedad, cómo aprendemos a habitar en armonía entre seres humanos y para con nuestro entorno. Es un tremendo desafío y somos la última generación que puede enfrentar el problema porque después es demasiado tarde.

Ciudad de Puerto Varas ©Cristóbal Ogrodnik
Ciudad de Puerto Varas ©Cristóbal Ogrodnik

Puerto Varas desde la alcaldía

Una vez formado Transforma Puerto Varas, tenían que encontrar las respuestas a su pregunta. Y sus opciones eran dos: crear una fundación o ir por la alcaldía. Desarrollaron un programa y una agenda a corto, mediano y largo plazo pensado en un gobierno local. Luego participaron en las elecciones municipales.

¿Alguna vez te imaginaste que ibas a postularte a la alcaldía y luego ganar?

-Sí, era un sueño. No ganar en sí, sino poder recuperar los municipios, los gobiernos locales y entender que son una de las grandes oportunidades que tenemos para enfrentar la crisis climática y de la biodiversidad porque son el eslabón directo que tiene esta estructura que del Estado con la comunidad. Si la comunidad encuentra una sinergia con los gobiernos locales, nadie los para. Y si es que el gobierno logra estar al servicio de las transformaciones del territorio, la verdad es que podemos lograr muchas cosas.

Fundación-Legado-Chile
©Fundación Legado Chile 

– ¿Cuáles creen que son los principales desafíos de una alcaldía?

-La comuna de Puerto Varas, a diferencia de lo que se cree a nivel nacional, oculta mucha pobreza, desigualdad social e inequidad territorial profunda, dolorosa y muy vergonzosa. Se ha postergado por mucho tiempo. Al mismo tiempo, nuestra comuna está enfrentando cambios que jamás había enfrentado, está creciendo como nunca. Eso está detonando problemas ambientales, también de desarrollo urbano y rural. Junto a esto, el contexto nacional nos invita a repensar la forma en que nos organizamos como comunidad, entonces veo tres ejes: Convertir a nuestra comuna en un Puerto Varas más equitativo y justo; también en una comuna que tenga una visión a futuro, que permita conservar su biodiversidad, planificar su desarrollo y crecimiento urbano rural; y también una comuna que replantea completamente la forma en la que se toman las decisiones, el cual establece mecanismos de gobernanza y entrega herramientas a la sociedad civil.

– ¿Y los desafíos para lograr estos tres ejes?

En primer lugar, la urgencia. Hay una vulnerabilidad que se vive día a día. Estamos viviendo una competencia de inequidad y vulnerabilidad bastante grave, por tanto, el desafío es ser capaz de caminar y mascar chicle: atender a la urgencia sin desatender nuestro futuro porque necesitamos tomar decisiones a corto y a largo plazo. ¿Por qué es importante esto? Las transformaciones que queremos impulsar en la comuna no las vamos a resolver en 3 años, se van a resolver en un proceso a largo plazo, y así es como entendemos nuestra administración. Sentar las bases de un desarrollo sostenible para nuestra comuna, ese es el desafío.

Tomás-Gárate
Tomás Gárate

-Sobre el eje relacionado al medioambiente, ¿cuáles son las primeras medidas que buscan aplicar? ¿Crees que las personas en Puerto Varas tienen consciencia sobre el cuidado del medioambiente y su rol? 

-Respondo primero con la última pregunta. Definitivamente sí hay una consciencia y ganas de incorporar nuevas conductas, porque el desafío climático, de la biodiversidad, medioambiental, se trata finalmente de conductas de nuestra sociedad. Por lo tanto, necesitamos una sociedad empoderada que esté dispuesta a cambiar esas conductas. Por lo tanto, tenemos que responder a eso. ¿Cuáles son los pilares de nuestra agenda en términos medioambientales? En primer lugar, poder conservar ecosistemas naturales que son críticos, como humedales urbanos, áreas protegidas, cursos de agua en nuestro lago (…). También en dar una respuesta a la gestión de residuos. Hoy en día, nuestra comuna, respecto al año pasado ha aumentado en un 30% la gestión de residuos sólidos domiciliarios(…). En tercer lugar, también tenemos tremendos desafíos de adaptación climática, de instalación de infraestructura verde, que nos permita sentar las bases de un desarrollo sostenible a largo plazo. Por último, en toda la zona macrozona sur tenemos un tremendo problema que es la pobreza energética.

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Justamente lo que mencionabas del aumento de personas que han llegado a Puerto Varas, este fenómeno de los santiaguinos que han llegado a la ciudad con la pandemia. ¿Crees que la ciudad está preparada para esto?

-Definitivamente no. Se está viviendo un fenómeno complejo en todo el país, en el que comunas lacustres como la nuestra, incluso algunas costeras están recibiendo una migración que no habíamos visto antes. Esto tiene varios desafíos porque primero nos pilla muy mal parados en términos de planificación. No contamos con instrumentos adecuados para absorber toda esta demanda. Pero, además contamos solo con instrumentos de planificación territorial en el suelo urbano, es decir, en las ciudades, pero no en el territorio rural. Entonces hay más demanda, la ciudad no está preparada para recibir esa demanda, entonces son los territorios rurales los que la reciben, sin ningún tipo de regulación. Esto significa que están llegando muchas personas, a través de compra de parcelaciones, lo que implica que no estamos proyectando la disponibilidad de agua potable, que no cuentan con retiro de residuos, que no cuentan con provisión energética, que no estamos planificando el transporte o las formas de movilidad, que no estamos regulando la conservación de la biodiversidad (…). Tenemos muchas oportunidades: cómo cohabitar, no solo en los sistemas urbanos, sino también rurales. Y aquí queremos impulsar certificaciones para mejorar los estándares de desarrollo inmobiliario en contextos rurales, o sea hay muchas cosas que estamos haciendo, pero es un tremendo desafío que está teniendo muchos impactos medioambientales, sociales y de planificación.

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-Una de las medidas de reactivación económica que has planteado es el turismo. ¿Cómo se puede mantener la identidad del territorio a través del turismo, sin caer en un turismo masivo que muchas veces puede pasar a llevar el territorio?

-El turismo que se ha venido haciendo en la cuenca del Llanquihue es turismo masivo, y no pone en relevancia la identidad y la diversidad cultural territorial que hablamos en un principio. Por lo tanto, el desafío es revertir esa situación, poder identificar cuál es la vocación turística del lago y de sus cuatro comunas. ¿Qué es lo que vamos a impulsar desde este gobierno local? Consolidar una identidad basada en el patrimonio cultural y natural, y a partir de eso diversificar las actividades turísticas del territorio y que así podamos apuntar a un turismo basado en intereses especiales, en experiencias significativas en el territorio y la naturaleza.

Costanera ciudad de Puerto Varas ©Cristóbal Ogrodnik
Costanera ciudad de Puerto Varas ©Cristóbal Ogrodnik

Más allá de la alcaldía

Las semanas para Tomás son como un chasquido de dedos; se pasan volando. Se ríe cuando piensa en cómo ha cambiado su vida desde que asumió como alcalde, pensando también que ha pasado -cuando realizamos la entrevista- cerca de un mes desde que asumió el cargo. Pero es todo junto: la presión de asumir un rol de liderazgo político y, sobre todo, “la misión de proponer una misión a largo plazo con una agenda de sostenibilidad mientras se está demostrando los problemas de la comuna en la cara”.

Pero está motivado. Por impulsar cambios, por ser parte del proceso y asumir el desafío. También, de encontrar algún tiempo libre para retomar sus libros, hacer deporte, salir a la naturaleza, ver a sus amigos y retomar sus clases de chelo: “Ahí tengo el desafío de no volverme loco en este proceso, pero la verdad es que me siento súper alineado con mi propósito y eso me da mucha energía para aprovechar el momento”.

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