En la cordillera de los Andes, en medio de planicies y desiertos, vive la vicuña (Vicugna vicugna), una de las cuatro especies de camélidos nativos de Sudamérica. Este herbívoro estuvo al borde de la extinción por la caza indiscriminada en el siglo XX, pero hoy muestra signos de recuperación, como bien lo reflejan varias manadas que colman los paisajes altoandinos y salares con su característica estampa de cálidos colores.

Vicuñas en Salar de Chalviri. Kallerna / Wikimedia Commons
Vicuñas en Salar de Chalviri. Kallerna / Wikimedia Commons

Sin embargo, algunas amenazas se ciernen de manera silenciosa sobre este mamífero, como el actuar de un pequeño parásito que excava galerías en la piel, donde deposita sus huevos. De esa forma, causa en su hospedador un picor intenso, inflamación, irritación y engrosamiento del tejido cutáneo, aunque su obra queda solo en evidencia cuando el problema escala a tal nivel, que la víctima pierde pelo o muere en deplorables condiciones. Eso es lo que ocurre con la sarna sarcóptica, una enfermedad muy contagiosa provocada por el microscópico ácaro Sarcoptes scabiei, que podría generar graves problemas en los camélidos sudamericanos si no se le presta atención.

Eso fue lo que constató un estudio publicado en la revista científica Transboundary and Emerging Diseases, que fue liderado por la Universidad Autónoma de Madrid y en el que participan investigadores/as de Chile y Perú. Para ello, el equipo compiló por primera vez, y en lengua inglesa, información valiosa hasta ahora de difícil acceso, incluyendo a la denominada “literatura gris”, como registros inéditos, estudios académicos (como tesis de grado) e informes técnicos de organizaciones medioambientales e instituciones públicas.

Vicuña con aparente sarna en área protegida ©CONAF
Vicuña con aparente sarna en área protegida, Chile ©CONAF

De ese modo confirmaron el impacto de esta infección en las vicuñas a lo largo de su distribución, pasando desde poblaciones mínimamente afectadas hasta otras donde la sarna se ha convertido en la principal causa de muerte.

“Una de esas especies en las que la sarna sarcóptica estaba escasamente estudiada hasta la fecha y que parece estar afectando de forma notable a sus poblaciones es la vicuña”, asegura Pablo Acebes, profesor e investigador del Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid y primer autor del trabajo.

De hecho, la literatura disponible registró a la sarna en toda el área de distribución donde la vicuña es nativa, es decir, en Argentina, Bolivia, Chile y Perú.  A modo de ejemplo, en Argentina son frecuentes los reportes de la Provincia de San Juan y Jujuy, mientras que en Bolivia se ha registrado en diversos Departamentos como el de Oruro, la Paz y dentro del Área Natural de Manejo Integrado Apolobamba. Se suma Perú con la región de Ayacucho, Apumarac, Junin, Puno y Cuzco, entre otras.

Vicuña con lesiones cutáneas severas debidas a sarna sarcóptica en extremidades, abdomen, axilas y pecho. Comunidad campesina de Lucanas, Ayacucho, Perú ©Hugo Castillo
Vicuña con lesiones cutáneas severas debidas a sarna sarcóptica en extremidades, abdomen, axilas y pecho. Comunidad campesina de Lucanas, Ayacucho, Perú ©Hugo Castillo

En el caso de Chile, la bióloga, coautora del estudio e integrante del Grupo de Especialistas en Camélidos Sudamericanos, Solange Vargas, agrega que la sarna “se ha reportado desde las regiones de Arica y Parinacota y Atacama, particularmente en el sector del Nevado de Tres Cruces y alrededores, con registros desde el 2010 al presente, aunque en los últimos años la presencia de la enfermedad parece mantenerse controlada. Por otra parte, tenemos un brote de sarna en guanacos en la Región de Coquimbo más reciente. Las denuncias comunitarias datan su aparición en la región desde el 2018 con mortalidad de varios individuos”.

Tal como señala Vargas, la situación de la Región de Atacama ha acaparado especial atención, pues entre los años 2010 y 2015 se detectaron a varios individuos enfermos. Tan así, que “dentro de las principales amenazas que detectamos en el Plan Nacional de Conservación de la Vicuña Austral está la extracción de agua, la caza ilegal, la construcción de obras civiles en su hábitat, las especies exóticas y también enfermedades como la sarna”, relata Moisés Grimberg, jefe subrogante del Departamento de Monitoreo y Desarrollo de la Gerencia de Áreas Silvestres Protegidas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF).

Vicuña con sarna ©Fauna Australis
Vicuña con sarna ©Fauna Australis

Cabe precisar que, aunque se desconoce la prevalencia detallada de la sarna en la vicuña de Chile, existe información anecdótica – recogida en algunos estudios – que parece sugerir una tendencia creciente en algunas poblaciones y en la fauna silvestre en general. No obstante, falta mucho por dilucidar.

Grimberg, quien participó como coordinador del mencionado plan, añade que “los monitoreos nos indicaron básicamente que teníamos [en Atacama] una prevalencia de un 7% más o menos (…) si bien es cierto que, naturalmente, se espera entre un 3 o 4% de prevalencia, el tener un 7% no refleja una situación grave, pero sí se recomienda mantener los monitoreos para estar alertas”.

Grupo de vicuñas (referencial). Haplochromis / Wikimedia Commons
Grupo de vicuñas (referencial). Haplochromis / Wikimedia Commons

Esto no es trivial si consideramos que la sarna sarcóptica afecta a mamíferos terrestres de casi todo el planeta, por lo que ha sido considerada como una “panzootia” emergente en la fauna silvestre, es decir, una clase de pandemia debido a la continua transmisión a nivel mundial, así como la propagación sostenida entre zonas y especies.

Zorro culpeo con aparente sarna en Punilla ©Marcelo Ramírez
Zorro culpeo con aparente sarna ©Marcelo Ramírez

Sin ir más lejos, esta infección se ha documentado en al menos 12 órdenes, 39 familias y 148 especies, tanto domésticas como silvestres. Esto posiciona a Sarcoptes scabei como uno de los ectoparásitos más generalistas en este grupo de animales, como bien lo atestiguan zorros, ungulados europeos, wombats…y vicuñas.

Vicuñas en Argentina. Bachelot Pierre J-P / Wikimedia Commons
Bachelot Pierre J-P / Wikimedia Commons

Precisamente, se ha observado que la sarna sería más frecuente en vicuñas adultas y que la prevalencia de esta infección varía, llegando hasta un 60% en algunas poblaciones. Inclusive, en ciertos casos se ha erigido como una importante causa de mortalidad.

Esto ha quedado de manifiesto, por ejemplo, en el Parque Nacional San Guillermo, en Argentina, donde la sarna provocó un severo desplome de las poblaciones locales de vicuñas y guanacos. Si bien esta infección fue detectada por primera vez en 2014, no se realizó ninguna intervención. En consecuencia, solo hasta 2016 disminuyó en un 95% la población de guanacos, y entre un 55% y 98% la de vicuñas. En los años posteriores continuó la caída, quedando pocos sobrevivientes.

“Efectivamente el caso de San Guillermo ha sido emblemático, acá el broté diezmó la población de vicuñas en un área protegida. Esto esta reportado en un reciente estudio científico publicado por Hebe Ferreyra. Según reportes recientes, el parque quedó casi sin camélidos debido a esta enfermedad. Además, las investigadoras sugieren un posible efecto cascada debido a esto. Recordemos que las vicuñas juegan un rol clave en el mantenimiento del ecosistema del altiplano andino, donde son presas del puma y alimento para carroñeros como los cóndores. Un aspecto clave en este caso fue traer llamas, camélidos domésticos, que posiblemente traían la enfermedad y que fue quien al parecer causó el brote en los camélidos silvestres”, complementa Vargas, quien además es asistente de investigación de la Iniciativa intercentros Bosque Esclerófilo y Cambio Global del IEB, CAPES y (CR)2.

El guanaco es otro camélido nativo que ha sufrido por la sarna ©Solange Vargas
El guanaco es otro camélido nativo que ha sufrido por la sarna ©Solange Vargas

Un problema, varios factores

El contacto directo entre individuos infectados y sanos parece ser la causa más común de trasmisión, ya sea dentro de la misma especie o entre camélidos, es decir, vicuñas y guanacos (Lama guanicoe) y sus parientes domésticos, la alpaca (Vicugna pacos) y la llama (Lama glama).

Ejemplar adulto de vicuña en el Parque Nacional Lauca, Arica y Parinacota, Chile ©Pablo Acebes
Ejemplar adulto de vicuña en el Parque Nacional Lauca, Chile ©Pablo Acebes

En ese sentido, los autores muestran que el probable aumento de sarna en vicuñas podría deberse a múltiples factores y condiciones que interactúan entre sí. Por una parte, se encuentra el crecimiento de la población total de este mamífero, que se ha duplicado en los últimos 20 años. Son buenas noticias, sin duda, pero la transmisión directa entre individuos se ve facilitada por la densidad poblacional, sobre todo considerando que estos camélidos son sociales y gregarios. Asimismo, algunas vicuñas comparten hábitats con llamas y alpacas infectadas, lo que incrementa el riesgo de contagio.

Vicuñas en Perú. Marshallhenrie / Wikimedia Commons
Marshallhenrie / Wikimedia Commons

Además, el deterioro de su hábitat es otro aspecto a considerar ya que, si viven en pastizales degradados y compiten eventualmente con las especies domésticas, aumenta su grado de vulnerabilidad frente a la sarna.

Así lo reafirma César Pizarro, jefe de la Sección de Diversidad Biológica de CONAF Atacama: “Creemos que eso podría estar sucediendo [en la región], considerando que ha crecido tanta la presión por parte de la minería de oro y de litio en el área de influencia del Parque Nacional Nevado Tres Cruces y de este humedal de importancia internacional, que las vicuñas se han visto estresadas”.

Lo preocupante es que, a diferencia de las tendencias a nivel internacional, las poblaciones de Atacama “están disminuyendo y hemos tenido registro de sarna, pero no hay capacidades para poder evaluar si esta enfermedad es causante o no de la reducción de las poblaciones”, agrega Pizarro.

Vicuña con aparente sarna en área protegida ©CONAF
Vicuña con aparente sarna en área protegida ©CONAF

Otro aspecto relevante es que la sarna se ha reportado con mayor frecuencia en poblaciones silvestres que son esquiladas siguiendo una técnica de origen incaico (chaccu) y, en menor medida, en poblaciones silvestres no manejadas. Esto trae a la palestra las malas prácticas durante la captura y esquila, sobre todo por los animales sometidos a estrés, a lo que se suma la aplicación de tratamientos veterinarios incompletos y una mayor presencia de camélidos domésticos, lo que también podría contribuir a la expansión del mal ponderado ácaro. En ese contexto, la ivermectina es el fármaco de amplio espectro más empleado.

Manejo de vicuña ©Hugo Castillo
Manejo de vicuña ©Hugo Castillo

Al respecto, Vargas precisa que “la sarna en estados tempranos es difícil de observar en animales en silvestría (…) Además, Perú y Bolivia tienen la práctica del chaccu muy extendida, por lo que también hay más vicuñas muestreadas. Por lo tanto, esto podría deberse en parte a la mayor observación y registro de aquellos animales que son capturados. También en estos sectores hay, efectivamente, mayor interacción entre camélidos silvestres con domésticos. El inadecuado manejo sanitario del ganado camélido doméstico puede contribuir a este mayor riesgo de contagio”.

Aun así, Grimberg especifica que “en Chile no tenemos tanto ese tema de producción de lana vicuña, es muy poco y se hace principalmente en Arica y Parinacota, pero muy acotado en algunas comunidades. Pero hay otros países como por ejemplo Argentina, que tiene bastante desarrollo en este trabajo, de esquila en semi cautiverio. Allí han tenido varios problemas con la sarna”.

Por ello, en el caso de Chile, el jefe subrogante del Departamento de Monitoreo y Desarrollo de CONAF establece que “una las principales medidas es mantener un monitoreo constante de la población para estar muy alerta a eso y sobre todo resguardar los lugares que tienen estos individuos en el territorio para que puedan tener los sectores de alimentación y descanso sin perturbaciones, y eso se hace bien en las áreas protegidas. Tenemos por ejemplo para la vicuña austral más de 500.000 hectáreas de áreas protegidas donde se resguardan poblaciones bastantes saludables de esta especie”.

Vicuña en Chile. PapiPijuan / Wikimedia Commons
PapiPijuan / Wikimedia Commons

En el caso particular de Nevados Tres Cruces, Pizarro sostiene que “desde CONAF Atacama estamos actualizando el Plan de Conservación del Parque Nacional Nevado Tres Cruces y del sitio Ramsar Complejo Lacustre Laguna Negro Francisco y Laguna Santa Rosa”. Esto incluye el trabajo con comunidades, empresas, tour operadores, servicios públicos e investigadores, así como un proyecto Corfo para elaborar una plataforma de monitoreo de la red de humedales para tener un sistema de alerta temprana ante cualquier tipo de afectación en el territorio.

“La vicuña depende directamente de las vegas, pajonales y bofedales, porque se alimenta y tiene sus sitios de reproducción y crianza en esos lugares. La afectación que hubo en este sitio Ramsar, con un daño ambiental sancionado por parte de la Superintendencia Medio Ambiente en el año 2016 contra minera Kinross por desecación de una vega, inmediatamente tuvo a la vicuña austral como uno de los fundamentos para este proceso sancionatorio”, puntualiza Pizarro.

Por su parte, los autores del trabajo publicado en Transboundary and Emerging Diseases llaman a prestar atención a las enfermedades emergentes en la fauna silvestre, y apuestan por fomentar algunas líneas de investigación, como por ejemplo estudios a largo plazo que determinen si las poblaciones afectadas pueden volver a estadios pre-epidémicos, si las vicuñas muestran diferentes niveles de resistencia a la infección o si hay variantes del parásito Sarcoptes scabiei que causan diferentes grados de severidad. También se necesita esclarecer si el origen de esta infección está en especies silvestres, domésticas, nativas o introducidas, entre otros aspectos.

Vicuña. Alexandre Buisse / Wikimedia Commons
Alexandre Buisse / Wikimedia Commons

Para Vargas, “necesitamos aumentar el reporte de los casos, puede que al menos en el contexto chileno la baja de datos se refiera también a los pocos reportes, especialmente en sectores fuera de las áreas protegidas (…) Lo mismo ocurre con la necesidad de entender mejor qué pasa con la interacción con camélidos domésticos e incluso otras especies. Con un mejor reporte de la enfermedad y entendimiento de la misma, es más simple lograr proponer medidas concretas de acción. El cuidado de hábitats degradados podría ser algo relevante, especialmente en sectores con reportes de la enfermedad”.

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