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Reivindicando al quintral: ¿Auténtico villano o gran incomprendido?
Nutriéndose de los árboles en los que habita, el quintral es una flor con fama de ser parasitaria, sin embargo, su importancia en el desarrollo de otras especies la convierten en una pieza esencial en la vida de los bosques, permitiendo la reproducción y la alimentación de tanto su hospedador como otra flora y fauna. Lee el artículo completo a continuación.
Sus flores rojas, llamativas como brasas entre el verde del bosque, han alimentado por siglos tanto el asombro como el recelo. El quintral, nombre que evoca fuego, violencia y belleza, es una planta nativa de Chile que carga con una reputación cuestionable, por ser un parásito. Pero, ¿es realmente el villano del bosque o simplemente un incomprendido en la vasta red de la vida?

Para despejar esta duda, conversamos con el Dr. Francisco Fontúrbel, investigador de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y del Núcleo Milenio LILI, quien ha dedicado más de 15 años a estudiar estas enigmáticas plantas.
“Se conoce como quintral a especies de plantas nativas de Chile con vistosas flores rojas y que son parásitas”, explica el Dr. Fontúrbel. “No viven en el suelo, sino que obtienen la totalidad o parte del agua y nutrientes que necesitan para crecer de otra planta, a la que llamamos su planta hospedera”.

Este tipo de vida ha hecho que muchas personas consideren al quintral como una amenaza. “En general se asocia el término ‘parásito’ con algo malo. Solemos poner etiquetas a todo para entender mejor el mundo, y usualmente pensamos en términos dicotómicos: bueno o malo. Pero las plantas parásitas son un gran ejemplo de dualidad: se alimentan de otra planta, sí, pero también entregan alimento a muchas otras formas de vida”, señala.
No es tan malo como parece
La relación del quintral con su hospedero es compleja. Si bien extrae agua y nutrientes, lo que puede reducir su crecimiento, rara vez llega a matarlo. Y, como en muchas historias de la naturaleza, hay un giro inesperado: “el quintral atrae polinizadores y dispersores de semillas que benefician a su planta hospedera y al caer sus hojas fertilizan el suelo. En algunos casos de infestación extrema pueden llegar a matar a la planta hospedera, pero no es común”, explica Fontúrbel.

En Chile existen varias especies de quintral, cada una con características propias y hospederos específicos. El Dr. Fontúrbel y su equipo trabajan principalmente con cuatro:
- Tristerix aphyllus, el quintral del quisco, que parasita principalmente dos especies de cactus.
- Tristerix verticillatus, que vive sobre chacay, molle y otras siete especies de arbustos y árboles de la zona central.
- Tristerix corymbosus, que parasita más de 30 especies de árboles, arbustos e incluso lianas, siendo la única especie de quintral que puede encontrarse en áreas urbanas.
- Desmaria mutabilis, el quintral del coihue, que parasita exclusivamente árboles del género Nothofagus. Aunque difícil de ver, cumple un rol clave como alimento en los bosques de alta montaña.

Una planta clave en la vida del bosque
Lejos de ser una amenaza, el quintral es una pieza esencial en la vida del bosque. “Muchas especies de animales dependen de él para alimentarse”, nos cuenta Fontúrbel. “Durante el invierno, por ejemplo, el néctar de sus flores es el principal alimento del picaflor chico, y en verano sus frutos son clave para el monito del monte”.

Esto lo convierte en un actor fundamental dentro del ecosistema, a pesar de no ser muy abundante ni ocupar mucho espacio. “Me llama mucho la atención que una especie que no es muy abundante ni representa una parte importante de la biomasa en el ecosistema tenga un rol central en la naturaleza y determine el destino de muchas otras especies”, dice el investigador.
Un testigo del cambio
El quintral no solo es interesante por su forma de vida o por su rol ecológico. En tiempos de cambio climático, su estudio cobra aún más relevancia. Al depender de otras plantas y de animales para reproducirse, cualquier alteración puede afectar su supervivencia. Si cambian los tiempos de floración o las condiciones climáticas, esas relaciones se pueden romper. “Son muy sensibles a las condiciones de sequía y a las temperaturas elevadas. Así pues, los quintrales pueden aportar información valiosa sobre lo que podemos esperar en el futuro como consecuencia de las perturbaciones humanas”, afirma.
Entre el mito y la historia
El quintral también tiene su lado simbólico. Su nombre, quintral o quitral, proviene del mapudungun kütral, que significa “fuego” y tiene sentido: sus flores parecen llamas en medio del bosque. Cuenta la leyenda que La Quintrala, Catalina de los Ríos, debe su apodo inspirado en esta planta, ya sea por su cabello rojo o porque se decía que castigaba a sus esclavos con ramas de quintral.

Un hallazgo inesperado
Y por si fuera poco, esta planta aún guarda sorpresas. En 2022, durante una expedición en el Parque Nacional Nahuelbuta, el Dr. Fontúrbel y el Dr. Ignacio Orellana descubrieron algo extraordinario: una planta parásita creciendo sobre otra planta parásita. Lo que en un principio parecía una doble infestación sobre un mismo árbol resultó ser un caso de hiperparasitismo, uno de los pocos conocidos a nivel mundial.
El quintral, entonces, no es solo una planta parásita: es un nodo vital en la red de la vida, un modelo científico, un símbolo cultural y, sobre todo, un recordatorio de que en la naturaleza nada es tan simple como parece. Reivindicar al quintral es también reivindicar la complejidad de la vida. Tal vez sea momento de dejar de juzgarla por su modo de vida y empezar a admirarla por todo lo que entrega.