El pasado mes de agosto fuimos invitados por el programa Cuido Mi Destino de Latam Airlines a la Reserva Biológica Huilo Huilo para conocer más detalles de un proyecto que ha logrado traer nuevamente al huemul a la Región de Los Ríos luego de que éste se extinguiera en la zona hace más de 30 años por razones desconocidas, que incluyen a la caza como una de las principales sospechosas.

Era una mañana fría. Mientras avanzábamos por un camino interior en la reserva podíamos ver cómo, a medida que ganábamos altura, la nieve comenzaba a cubrir todo a nuestro alrededor. Nos dirigíamos al Centro de Conservación el Huemul, un área cerrada al público, donde hace 13 años se ha desarrollado un programa sin precedentes que ha permitido la reproducción exitosa de huemules en semi-cautiverio y que hace sólo unos años, en 2016, reintrodujo a los primeros 5 huemules machos que hoy habitan libremente la región.

©Romina Bevilacqua
©Romina Bevilacqua

Sus esfuerzos han sido reconocidos a nivel internacional; no sólo fueron finalistas en los Premios Latinoamérica Verde, también fueron el único caso chileno incluido en la publicación de la IUCN que reunió diversos casos de estudio destacados sobre reintroducción de especies alrededor del mundo. Y sin embargo, hoy se encuentran ante un difícil panorama: la falta de genética está poniendo en riesgo el futuro de esta iniciativa.

Necesitamos que se agilicen los procesos”, asegura Rodolfo Cortés, Director de la Fundación Huilo Huilo, a Ladera Sur. Se refiere a que hace ya un año presentaron la solicitud de una nueva liberación de huemules en la que buscan reintroducir a su ambiente histórico, en las áreas cordilleranas de Panguipulli, a otros 5 ejemplares machos y hembras adultos. Pero también a otra problemática que comenzó hace más de trece años y aún no ha podido resolverse.

La raíz del problema

©Romina Bevilacqua
©Romina Bevilacqua

Corría abril  del año 2005 y la primera pareja de huemules capturados en Villa O’Higgins, Región de Aysén, y transportados en helicóptero gracias al apoyo del Ejército de Chile, aterrizaba en la Reserva Biológica Huilo Huilo. Los llamaron Tucún y Pewún y serían los ejemplares que darían origen al Centro de Conservación del Huemul de la Fundación Huilo Huilo. Sin embargo, esta pareja no debía llegar sola. El permiso solicitado por la fundación y aprobado por las autoridades, incluía a 6 huemules.

Poco después de la captura de los primeros dos ejemplares, algunos habitantes locales de Aysén presentaron un recurso de protección para detener el proceso y las autoridades impidieron que la fundación continuara con la captura de los cuatro huemules restantes. El caso finalmente llegó a la Corte de Apelaciones de Coyhaique, que en junio de 2005 rechazó el recurso de protección presentado por el Alcalde de Villa O’Higgins y falló a favor de la Fundación Huilo Huilo. No obstante la captura de los cuatro huemules restantes nunca se llevó a cabo y el Centro de Conservación y Reproducción del Huemul debió comenzar sólo con dos huemules.

©Romina Bevilacqua
©Romina Bevilacqua

El primer cervatillo nació en octubre de 2006 y poco tiempo después ocurrió un hecho trágico: Pewún, la hembra adulta, recibió un disparo y falleció al interior del recinto, dejando al proyecto con un macho adulto y una hembra juvenil. Pronto el Servicio Agrícola Ganadero les proveería un nuevo ejemplar: una hembra adulta proveniente de una población diferente y distante de los ejemplares anteriores.

Hoy el proyecto ya cuenta con una veintena de huemules y ha demostrado su eficacia en reproducir a la especie en semi-cautivero de manera natural, ya que aquí no se han aplicado encastes o montas dirigidas. Son los animales los que eligen con quién aparearse. El gran problema radica en que la genética es escasa.

Fernando Vidal, director del Departamento de Vida Silvestre de la Fundación Huilo Huilo, dice que “No existe una claridad en términos de la cantidad de ejemplares que necesitamos, pero obviamente mientras más sean mejor. Sí sería deseable tener los cuatro animales que quedaron atrás, de poblaciones distintas o al menos de sectores geográficos distintos que pudiera traducirse de algún modo en una variabilidad genética deseable”.  Pero asegura que no han contado con el apoyo suficiente de las autoridades para solucionar esta problemática. “Hemos implorado que nos entreguen más genética y definitivamente, al parecer el Estado no tiene la voluntad de entregarlo y de que este proyecto continúe con la variabilidad genética que debiese obviamente tener. Insisto, la voluntad nuestra está, el conocimiento para traer esos animales de forma seria y documentada existe, pero no podemos ir en contra de los poderes del Estado y no lo decidimos nosotros, eso lo decide el Gobierno de turno y el Estado”.

Francisca Arias, Jefa de Asuntos Corporativos de Latam Chile, quienes hace tres años apoyan al programa de conservación y reintroducción del huemul a través de su iniciativa Cuido Mi Destino, aportando con capacitación de guardaparques, equipos e infraestructura, agrega: “Estamos haciendo todo lo posible para que nuestro símbolo vuelva a habitar los bosques nativos sureños, pero el éxito del Proyecto Huemules depende de un esfuerzo público-privado. Hoy hacemos un llamado urgente a las autoridades, para que nos apoyen con diversidad genética, entregándonos más ejemplares para el Centro de Conservación de Huilo Huilo”.

Al respecto el Servicio Agrícola Ganadero confirmó a Ladera Sur que efectivamente el 6 de enero de 2017 la Fundación Huilo Huilo solicitó nuevamente al SAG el permiso para la captura de los 4 ejemplares de huemul, según lo establecido en la resolución exenta N° 1535 del año 2005 y que dicho requerimiento fue respondido por la Dirección Nacional del SAG indicando que “la resolución mencionada se encuentra prescrita, dado que tenía vigencia hasta el 31 de mayo del año 2005”. Sin embargo, desde SAG informan que de querer continuar con el proceso legal de captura, la Fundación Huilo Huilo deberá iniciar un trámite administrativo solicitando la captura de los huemules y adjuntando los antecedentes señalados en el artículo N°17 del Decreto Supremo N°5 que reglamenta la Ley 19.473, para su evaluación y factibilidad de autorización. “A la fecha esto no ha ocurrido”, aseguran desde la institución.

©Romina Bevilacqua
©Romina Bevilacqua

En cuanto a la solicitud del permiso para una nueva liberación de huemules adultos presentada en 2017 por la fundación, Jorge Oltra, Director Regional del SAG en la Región de Los Ríos, explica:  “El Centro de Reproducción de Huemules de la Fundación Huilo-Huilo presentó una solicitud para liberar algunos de los ejemplares, sin embargo el SAG solicitó ampliar la información asociada a la autorización, y ese proceso no se ha concretado a la fecha, por lo que la autorización está pendiente a la espera de dichos antecedentes”.

Al respecto, Fernando Vidal, asegura que se encuentran ante una verdadera encrucijada donde nuevamente la genética les impide seguir adelante: “El Servicio Nacional Agrícola está argumentando que esta población tiene baja variabilidad genética por cuanto no tiene sentido liberar hembras porque no son viables reproductivamente en el tiempo. Cosa que puede ser cierto en términos de que sí hay una variabilidad genética baja, pero no es nuestra culpa. Nosotros no fuimos los que dejamos atrás a los cuatro animales que íbamos a traer, y hemos solicitado en reiteradas ocasiones más genética”.

Las claves del éxito 

©Romina Bevilacqua
©Romina Bevilacqua

Si hubiese que resumir las razones que han permitido el éxito del proyecto, éstos serían la experiencia previa de diez años de manejo y reproducción en cautiverio de pudúes con la que contaba Fernando Vidal, director del Departamento de Vida Silvestre de la Fundación Huilo Huilo; la experiencia del equipo del Centro de Conservación en la captura, transporte y rehabilidación de fauna silvestre y la calidad del hábitat que se puede encontrar en la Reserva Biológica Huilo Huilo.

Sobre esto último se refiere Eduardo Arias, Jefe del Cuerpo de Guardaparques de Fundación Huilo Huilo. “El territorio reúne condiciones que son súper favorables para la viabilidad de estos animales tanto en semi-cautiverio como los que ya están libres”, dice Eduardo y agrega que aquí existe un corredor biológico único en donde se genera una conectividad protegida muy poco común, sobre todo en nuestro país, donde hay una condición de isla que predomina. “Las áreas protegidas están muy aisladas unas de otras y no hay conectividad entre ellas, y acá toca la coincidencia que la Reserva Nacional Mocho Choshuenco con 7.500 hectáreas –administrada por Conaf–, colinda en la parte Este casi en su totalidad con Huilo Huilo y en el lado limítrofe con argentina hacia el sector noreste colindamos con el Parque Nacional Lanín, que es un área argentina bajo protección gigante con casi 400 mil hectáreas. Además en la parte Sur-Este colindamos o estamos muy próximos del Nahuel Huapi”.

A esto Eduardo Arias agrega que los esfuerzos que el cuerpo de guardaparques ha realizado desde los inicios de la iniciativa y sobre todo en los últimos años, desde la liberación de los primeros huemules machos, ha sido fundamental y ha permitido la subsistencia de éstos en la vida silvestre. “Toda la operación en el territorio está condicionada por la ubicación de los huemules. Si un huemul o un grupo de ellos está por ejemplo en una de nuestras lagunas, nosotros suspendemos cualquier actividad que ahí exista. Si habíamos planificado un tour ornitológico, ese tour se suspende, se recalendariza o se programa para otro lugar”, cuenta Eduardo y asegura que de esta manera permiten que el huemul se apropie de la zona y defina sus territorios sin presión del hombre. Quienes llevan a cabo esta tarea de monitoreo, regulan y supervisan que todo funcione correctamente, es el cuerpo de guardaparques quienes hoy suman alrededor de 12 trabajadores.

Estos esfuerzos no han pasado desapercibidos y hoy incluso en Argentina han demostrado un gran interés por replicarlo. “Hemos estado en conversaciones con gente de Áreas Protegidas Nacionales Argentinas y ellos están muy expectantes de lo que aquí se está haciendo porque a ellos les encantaría del lado argentino poder hacer lo mismo. De hecho se estima que la población de huemules en Chile es de 1.500 o menos y que en argentina sería mucho más crítica que eso”, comenta Arias.

El huemul hoy se encuentra en peligro de extinción y se estima que no habría más de 1.500 a 2.000 ejemplares en estado silvestre. Es por ello que, proyectos como éste, representan una esperanza para conservar a la especie y repoblar zonas de las que han desaparecido. Así lo considera el Director Regional de SAG de la Región de Los Ríos, Jorge Oltra, quien comenta:  “Los esfuerzos de conservación ex situ han demostrado ser una ayuda en la protección de especies altamente amenazadas, y el proyecto de conservación llevado a cabo por Fundación Huilo-Huilo ha logrado la reproducción de esta especie con medidas de protección y sostén adecuadas, por lo que se ha realizado un buen trabajo, el cual podría ser replicado”.

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...