Proyecto de torres de alta tensión amenaza Alto Maule
Agrupaciones medioambientales y habitantes del Maule se han manifestado en contra de la construcción de las torres de alta tensión en el Valle de Los Cóndores y la Laguna del Maule. El proyecto de Enel que busca transportar energía entre Chile y Argentina impactaría a decenas de especies de flora y fauna endémicas, al turismo regional, al deporte internacional, a las comunidades locales y al patrimonio arqueológico y geológico de la región. Además, pasaría por dos áreas protegidas por Bienes Nacionales.
Emplazado en la Región del Maule, en lo profundo de la Cordillera de los Andes, se encuentra el sector de los Cóndores, un paisaje impresionante de alta montaña, que se caracteriza por sus plataformas escalonadas, sus abruptas paredes verticales y sus aguas color turquesa. Misma zona que hoy se encuentra amenazada por el proyecto “Interconección Internacional de Interés privado Los Cóndores (Chile) – Río Diamantes (Argentina)”, llevado a cabo por la multinacional Enel Generación Chile.
El proyecto Los Cóndores consiste en la instalación de un circuito de alta tensión de 500Kv que busca unir el sector de los Cóndores (Chile) y Río Diamante (Argentina), para exportar e importar energía entre ambos países.
Se trata de un proyecto que recorrerá 320kms y estará compuesto, en el lado chileno, por 72 torres de alta tensión, 4 instalaciones de faenas y 2 helipuertos, que intervendrán una superficie de 236,76 hectáreas. Esto afectaría gravemente a decenas de especies de flora y fauna endémicas, al turismo regional, al deporte internacional, a las comunidades locales y al patrimonio arqueológico y geológico de la región.
“El trazado de la línea de transmisión eléctrica pasa por un territorio impresionante, lleno de riqueza natural y cultural que solo por el hecho de existir demanda cuidado. En él encontramos una enorme cantidad de manifestaciones del patrimonio natural y cultural que, de muchas formas diferentes, representan la identidad y memoria de nuestro pasado y presente como habitantes de este planeta. Estamos hablando de un territorio de alta montaña donde podemos encontrar especies endémicas, ecosistemas frágiles, sitios arqueológicos y geositios. Estos últimos son lugares que destacan por su geología, como la Cascada Invertida o los basaltos columnares de La Cárcel. Para hacernos una idea, dentro del área de influencia del proyecto, encontramos 12 sitios arqueológicos y 7 geositios”, señala Emil Stefani, geólogo de la Universidad de Chile y cofundador de la Fundación Geoparque Pillanmapu.
Cabe recalcar que la cuenca del Maule es el sector con mayor cantidad de hidroeléctricas a nivel nacional, contando con más de 12 centrales que juntas, entregan alrededor del 40% de la energía hidroeléctrica generada en el país. El sector de los Cóndores es uno de los pocos rincones prístinos que van quedando en la cuenca alta del río Maule, y se vería severamente afectado con la construcción de las torres de trasmisión que pasarán por la estepa alto andina, bofedales, vegas y aguas superficiales.
“A primeras luces, el impacto más evidente que se desprende de un proyecto de este tipo es el daño directo que se produce en el territorio por la construcción de caminos y senderos que son necesarios para la instalación de las torres y del tendido. Sin embargo, estos caminos no solo implican una obra en un ecosistema frágil, si no también la fragmentación del territorio. Esto aísla y empequeñece los hábitats de las especies endémicas y nativas, especies que por lo demás ya poseen movilidad y hábitats reducidos. Tal es el caso del Sapo de Pecho Espinoso (Alsodes pehuenche), especie endémica del Alto Maule que hoy se encuentra en peligro crítico de extinción. Recordemos que una especie endémica es una que sólo existe en un territorio reducido y que, por tanto, su desaparición local implica su completa extinción” añade el geólogo.
Paisajes volcánicos de la cordillera maulina
Para los habitantes del Maule y para quienes visitan el Valle de los Cóndores y Laguna del Maule, la belleza de los paisajes es indiscutible. Y es que no es casualidad que el Ministerio de Bienes Nacionales haya declarado dos áreas protegidas en la zona: Laguna del Maule (decreto 776, 2006) y Potrero Lo Aguirre (decreto 254, 2009). Ambas creadas con el objetivo de conservar y proteger los ecosistemas alto andinos y especies como la bandurria (Theristicus melanosis), el sapo espinoso (Bufo spinulosus) y sapito de cuatro ojos del sur (Pluerodema bufionina).
“Tiene una característica especial la Región del Maule, y es que es justo el límite entre la zona norte y la zona sur del país. Es un ecotono, la zona de transición entre dos climas distintos, el Mediterráneo seco y el Mediterráneo húmedo. Y por eso te da tanta diversidad de especies en una misma zona. Tienes desde bosques húmedos, como en el sur, hasta estepa alto andina, más parecido al norte, en una misma región. Por eso es tan importante y por eso también hay gran cantidad de endemismo de especies y mucho desarrollo de especies diversas en este sector”, indica Bárbara Meneses, directora de la ONG Andes Sustentable.
Emplazado en lo profundo de la cordillera de los Andes, casi a 2.000 metros sobre el nivel del mar, el Valle de los Cóndores se compone de una serie de enormes plataformas escalonadas, con asombrosas paredes verticales que alcanzan hasta los 50 metros de altura. Estas impresionantes plataformas deben su formación en gran parte a la fragmentación de rocas producida al enfriarse la lava basáltica que no se desborda o no se vacía de las chimeneas volcánicas.
Estas paredes verticales son perfectas para la escalada deportiva, siendo hoy uno de los sectores de escalada con más potencial en el país. La Municipalidad de San Clemente estima que 500 personas al día escalan en el Valle de los Cóndores durante el verano.
Esto le entrega al sector un gran valor turístico y deportivo, además de una belleza escénica impresionante que se ve complementada con la presencia del río Maule, el cual fluye creando imponentes cascadas y pozones de agua turquesa, y una vegetación que pareciera haber escapado de la mano del ser humano.
Ante esto, Bárbara Meneses menciona: “la línea corta en dos el valle de los Cóndores, que es una zona de escalada de carácter mundial, aquí vienen los mejores escaladores del mundo. Este valle ya está bien intervenido por Enel, tienen varios proyectos en ejecución en esta zona, y hay botaderos y varias zonas de sacrificio dentro del valle. Entonces el impacto y estas zonas contaminadas, aumentarían aún más con estas torres de alta tensión”.
La construcción del proyecto generaría un declive para la economía local debido al gran valor turístico que posee la zona y que hasta el momento, no se ha aprovechado lo suficiente. Al respecto, Emil Stefani añade: “El proyecto también atenta contra el aprovechamiento sostenible del territorio. La Política Regional de Turismo, la Estrategia Regional de Innovación y la Estrategia Regional de Desarrollo, todos documentos de planificación regional, invitan a convertir la cordillera maulina y, en particular, el Alto Maule en un destino turístico sostenible. Evidentemente que un proyecto de tendido eléctrico que afecta directamente al paisaje y a distintas manifestaciones patrimoniales, no dialoga con dichas estrategias regionales. Se hace más difícil entonces la posibilidad de potenciar el desarrollo sostenible de las comunidades locales a través de una actividad no extractiva como el turismo”.
Cabe mencionar, igualmente, que este sector pertenece al sitio prioritario para la conservación de la biodiversidad “Sector cuenca campanario y Laguna del Maule”, declarado en la Estrategia y Plan de Acción para la Biodiversidad en la VII Región del Maule, elaborado en el año 2002 por CONAMA. Es el sitio prioritario con mayor superficie de la región, alcanzando 66.836 ha y su importancia radica en la conservación de ecosistemas alto andinos, además de presencia de aves migratorias en la Laguna del Maule y especies de bulbosas endémicas en la zona del Valle de los Cóndores y sector Campanario.
Patrimonio arqueológico en peligro
En el Territorio de Alto Maule, asimismo, se puede encontrar una alta actividad arqueológica, con sitios que van desde canteras, talleres líticos, sitios habitacionales, piedras tacitas, aleros y cuevas, hasta petroglifos y arte rupestre. Existen distintos descubrimientos que se han descrito y publicado por el Museo O ́higginiano y de Bellas Artes de Talca.
Si se realiza el proyecto de Enel con bases de faena ubicadas dentro del sitio de influencia, serán 14 sitios arqueológicos destruidos. Es un daño incalculable en un territorio que aún se encuentra muy poco estudiado y que posee un gran valor cultural, lo cual se manifiesta por medio de diferentes vestigios encontrados de pueblos originarios que ocuparon o transitaron por este territorio.
Así lo señala la arqueóloga Renata Gutiérrez: «La zona cordillerana de la Región del Maule es un área que no se ha investigado de manera tan sistemática como otras regiones en Chile. Entonces lo que sabemos de la zona es bastante poco, pero han habido una serie de estudios que se llevaron a cabo como en los años 90, y también han habido desarrollos más profundos en Argentina, al otro lado de esta zona, particularmente en Mendoza y en Neuquén; que nos dan una serie como de ideas de las primeras poblaciones que pudieron haber habitado este territorio. Y lo que sabemos es que las primeras poblaciones que habitaron acá eran grupos que tenían un modo de vida cazador recolector, es decir, que eran nómades y que habitaron esta zona al menos al inicio en la transición Pleistoceno-Holoceno hasta momentos históricos determinados».
«Y eso lo sabemos porque hay una serie sitios arqueológicos a lo largo de la cuenca del Maule, que tienen evidencia material que da cuenta de que habían grupos que transitaban por esta zona. Y particularmente en la Laguna del Maule hay una serie de canteras de obsidiana. La obsidiana es una piedra volcánica que fue muy valorada por los grupo de cazadores recolectores porque con ellas hacían instrumentos líticos. Ese aspecto es súper relevante en la zona, porque esto hizo que lo más probable es que grupos humanos en distintos momentos fueran a este lugar a buscar y apropiarse de esta materia prima que era tan valorada», añade la arqueóloga.
Sin duda, estos sitios son de alto valor patrimonial para el aprendizaje sobre quienes habitaron el territorio antes que nosotros. Sin embargo, suelen dejarse de lado y existe escasa investigación. “Hay 14 sitios de importancia arqueológica por las cuales pasaría la línea alta tensión y esos sitios la verdad son súper poco valoradas. No podemos seguir esperando que este tipo de progreso o evolución industrial nos siga quitando patrimonio cultural de nuestro territorio. Ya pasó con la laguna del Maule en la que se destruyeron petroglifos no estudiados por la construcción de un camino de un lote inmobiliario”, añade Bárbara Meneses.
En tanto, Renata Gutiérrez recalca: «También hay otro aspecto súper importante que es que en la cordillera de los Andes hay muchos sitios con arte rupestre y particularmente en la Laguna del Maule había un sitio que lamentablemente fue destruido por una empresa privada, se metieron en este lugar con maquinaria y la afectaron, entonces este sitio se perdió. Es importante cuidar el patrimonio arqueológico porque justamente los sitios arqueológicos son contenedores de memoria y de historia. Entonces, si los borramos y desaparecen, no podemos tener acceso a esta información que da cuenta de la historia de la ocupación humana de un territorio.»
Así mismo, cabe recalcar que el tendido eléctrico pasa directamente por una zona de alto peligro volcánico por ubicarse en la vecindad del Complejo Volcánico de la Laguna del Maule. Este complejo, como indica el geólogo Emil Stefani, “ha mostrado importantes signos de actividad desde el año 2007, momento en el que el fondo de la laguna se levantaba a 25 centímetros por año. Esto es producto de una cámara magmática que existe actualmente a 5 kilómetros de profundidad bajo la laguna, la cual estaría recibiendo un aporte de magma desde las profundidades de la Tierra. Este aporte de magma se inyecta dentro de la cámara y hace que se «hinche», del mismo modo que cuando soplamos aire en un globo este crece. Luego, esto produce que el fondo de la laguna se levante.”
Esto podría significar un riesgo para las personas en la elaboración y funcionamiento del proyecto. “A pesar de mostrar importantes signos de actividad, nadie puede asegurar que la laguna hará erupción ni cuando lo hará. Sin embargo, es importante que como sociedad avancemos hacia la resiliencia de los territorios y hacia una correcta planificación territorial. Cada vez somos más conscientes que los desastres no solo son naturales, si no también sociales, ya que somos nosotros quienes decidimos instalarnos en zonas de peligro natural. Debemos reconocer que somos habitantes de un país constantemente azotado por maremotos, erupciones volcánicas, aluviones y terremotos y que, por tanto, es de nuestra responsabilidad hacer buen uso del conocimiento que manejamos. Construir infraestructura en un territorio que ya es reconocido como una zona de alto peligro volcánico va en contra de la planificación territorial a la que debemos apuntar como sociedad”, añade el geólogo.
Estado actual del proyecto
La obra de torres de alta tensión está en proceso de participación ciudadana en la etapa de admisibilidad del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), por lo que diversas organizaciones llaman al rechazo a través de las observaciones en dicho proceso.
Las empresas y ciudadanos pueden participar a través del sitio del Servicio de Evaluación Ambiental, descargando el informe y realizando observaciones que serán tomadas en cuenta para la aprobación o el rechazo del proyecto.
El proceso de Participación Ciudadana terminará en febrero del 2022.