Hace unas semanas causó conmoción en Quillota la muerte de un niño de ocho años producto de una intoxicación por comer cicuta (Conium maculatum), una maleza originaria de Europa  muy común en los jardines y campos. Este triste hecho devela la importancia y urgencia de conocer y aprender de la naturaleza en todas sus dimensiones, tanto en sus peligros como beneficios para los humanos. El convivir con especies vegetales y áreas verdes constituye una gran fuente de bienestar, sin embargo, nuestro llamado siempre es a conocer para cuidar, conservar y tomar responsabilidad en ello. 

Cicuta ©Ulleo/Pixabay
Cicuta ©Ulleo/Pixabay

Tanto las especies silvestres, nativas y exóticas, tienen sus particularidades que pueden resultar tóxicas al consumo o alérgenas al contacto. Realizamos una lista de las principales y más comunes especies, para que puedas aprender un poco más de ellas, identificarlas y evitar malos ratos, sobre todo con niños y animales de compañía, quienes son más propensos a consumirlas por error.

Cabe señalar que, si bien ninguna de las plantas que mencionaremos es siempre letal,  gran parte de las consecuencias de este consumo están determinadas por la condición de salud previa y cantidad consumida. Así lo explica la doctora en Ciencias de la agricultura y fundadora de la página S.O.S Plantas, Fabiola Orrego: “La toxicidad depende del potencial tóxico del compuesto, de cuanta cantidad consume, y de qué tan sensible es el animal o persona”.

Calas ©Vicrain/ Pixabay
Calas ©Vicrain/ Pixabay

Las reacciones y efectos son muy relativos a cada persona o animal,  por lo que lo mejor siempre será consultar a un médico de manera oportuna, según sea el caso. 

Sobre plantas de interior de origen selvático y tropicales

Gran parte de las plantas que se utilizan para ornamentación y uso interior son plantas exóticas introducidas, principalmente de ambientes selváticos como Asia y el Amazonas. De ellas, las de la familia de las aráceas tienen altas concentraciones de un componente tóxico llamado oxalato de calcio que genera reacciones adversas al ser ingerido. Es común que esto ocurra con niños, perros y principalmente gatos. 

Orrego señala que lo más importante es considerar el comportamiento del animal hacia la planta y su carácter, para prevenir cualquier tipo de intoxicación. “Estudiar la relación de nuestras mascotas con la planta que nosotros sabemos previamente puede resultar tóxica, según sea gato, perro o conejo, por ejemplo, se puede enseñar o disuadir para que se aleje de la planta”, señala la investigadora.

Anturio © pasja1000/ Pixabay
Anturio © pasja1000/ Pixabay

“Hay plantas que son súper típicas hace muchísimos años que la gente no sabe que pueden ser tóxicas”, señala la creadora del Laboratorio Botánico, Valentina Trejos. “Lo que se dice es que si ingieres grandes partes de una planta por un tiempo sostenido, puede generar intoxicación”. Por nombrar algunas especies de la familia de las aráceas por sus nombres comunes están los filodendros, los ficus, las monsteras, mantos de eva, los anturios, los gomeros, etc. Suelen ser plantas de grandes hojas verdes, de colores muy fuertes e inflorescencias (o flores) de forma redondeada y con un bastón en el centro parecido a una cala.

Filodendro ©Bstd/ Pixabay
Filodendro ©Bstd/ Pixabay

En el caso de los manto de eva o gomeros, la savia que secretan al cortarlas o desprenderse una hoja suele ser irritante a la piel, por eso se recomienda a algunas personas usar guantes para manipularlas.

Las azaleas, gladiolos, corona del inca, hortensias, las calas y lilium también son tóxicas, de hecho su polen suele ser dañino para los gatos, por lo que no se recomienda a los tutores de estos comprar este tipo de flores, sino hacer lo posible por no dejarlas a su alcance.

Lilium ©Couleur/ Pixabay
Lilium ©Couleur/ Pixabay

En cuanto a las alternativas, si prefieres evitar cualquier tipo de incidentes, Trejos recomienda otro tipos de plantas que suelen ser más inocuas. “Las peperonias y pileas son muy buena alternativa si lo que uno quiere es extremar cuidado”, señala. “Casi todas las plantas de las familias de las Marantaceas, como las calateas y las marantas”, agrega. “No hay que caer en demonizarlas tampoco y hay mucho que se puede prevenir como no dejarlas al alcance y enseñarles a que no deben acercarse a ellas”, señala Orrego por su parte.

Hortensias ©Heidelbergerin/ Pixabay
Hortensias ©Heidelbergerin/ Pixabay

 Además, cabe señalar que no todas las partes de las plantas son tóxicas, por ejemplo, las hojas de las solanáceas, la familia de donde vienen las berenjenas, tomates, papas y pimentones, contienen un componente llamado solanina que resulta tóxica al ingerirla, produciendo alteraciones a nivel de sistema nervioso y digestivo. “Es importante saber que el hecho de que algunas plantas sean potencialmente tóxicas, es un mecanismo de defensa de la especie frente a los insectos u otros animales. Esto tiene una razón de ser”, señala la agrónoma e investigadora del Parque Botánico Chagual, Josefina Hepp. La toxicidad de una planta está determinada por la interacción de esta con su ambiente, por ejemplo, hay algunas que forman parte de la dieta de unos animales pero son tóxicas para otros.

Solanaceas ©DEZALB/ Pixabay
Solanaceas ©DEZALB/ Pixabay

“Muchas de las plantas que son tóxicas al ingerirlas tienen también grandes beneficios para las personas”, agrega Hepp. En esto coincide también el naturalista autodidacta y creador de la página Alimento Silvestre, Miguel Moya,  quien se dedica a estudiar las especies silvestres y sus propiedades nutricionales: “La cultura popular utiliza muchas de estas especies tóxicas como medicina”, señala, pero para ello hay que conocerlas muy bien y saber la dosis exacta, porque de lo contrario puede producir intoxicación. 

Plantas potencialmente peligrosas

Para definir si una planta es potencialmente peligrosa, hay que definir primero, como mencionamos anteriormente, qué parte de ella lo es. Hay algunas que tienen partes medicinales y comestibles y otras venenosas, eso depende de cada especie, no hay generalidad posible en este caso, aunque sí, advierte Moya, que “son las semillas las que generalmente concentran la mayor parte de la toxicidad de una planta”. Sin embargo, esto depende mucho de su tratamiento y uso, por ejemplo, el ricino es una planta cuya hoja y semilla son venenosas, pero de estas últimas se extrae un aceite de alto valor cosmético y muy beneficioso para los tejidos cutáneos y capilares.

Ricino ©Monika P/Pixabay
Ricino ©Monika P/Pixabay

En cuanto a algunas de las plantas potencialmente peligrosas o tóxicas están:

Digitalis  (Digitalis purpurea)

Es una planta tipo arbusto de la familia de las  escrofulariáceas que tiene unas características hojas en forma de campana de colores fucsia, morado y blanco generalmente, lo que le da su nombre popular de dedalera o chupamieles. Desde la antigüedad se han utilizado sustancias extraídas de ella, como la digitalina, para tratar distintos tipos de patologías. 

Sin embargo, recién a mediados del siglo pasado se comenzó a advertir de los peligros de esta planta. Se sabía que alrededor del 20% de los pacientes tratados con estas sustancias tienen complicaciones o morían, aunque se creía que se debía a factores propio del individuo o de aplicaciones de las dosis, con el tiempo se estudiaron más los efectos de la digitalina y la digitoxina, como compuestos potencialmente venenosos. 

Digitalis ©pasja1000/ Pixabay
Digitalis ©pasja1000/ Pixabay

Actualmente se tiene conocimiento de que tres hojas son suficientes para ser mortales, están documentados varios casos de envenenamientos producidos por esta planta, incluso en la literatura y el cine como una planta aliada en el crimen. 

Árbol del paraíso (Melia azedarach)

Los frutos de este árbol tienen propiedades narcóticas y resultan venenosos al ser consumidos en gran cantidad. De hecho, secos y pulverizados se utilizan como un insecticida natural. Suele ser tóxico para varios animales, aunque hay algunas aves que se alimentan de estas bayas. 

Árbol del Paraíso ©WikiCommons
Árbol del Paraíso ©WikiCommons

Contienen neurotoxinas que pueden matar a un mamífero adulto. Los síntomas que produce son generalmente vómitos, diarrea, dolor abdominal, dificultad para respirar y finalmente un paro cardiaco. Pese a ello, antiguamente se usaban sus hojas como relajante uterino para los dolores menstruales. 

Amapola o adormidera (Papaver somniferum)

Aunque no es tóxica propiamente, esta famosa flor, también conocida por su belleza y semillas de uso gastronómico, se hizo conocida porque de sus frutos semimaduro se extrae un alcaloide para la fabricación de opio y algunas drogas ilegales derivadas de la heroína. En la industria farmacéutica estos alcaloides son fuente para la fabricación de morfina o codeína, analgésicos que se utilizan para calmar dolores. La flor, por su parte, en algunas partes del mundo se utiliza para decorar platos y ensaladas. 

Amapolas ©Didgeman/ Pixabay
Amapolas ©Didgeman/ Pixabay

Hiedra común (Hedera helix)

Esta hiedra común o trepadora es considerada una planta tóxica. Si se ingiere directamente puede producir desde vómito hasta coma. Sin embargo, de ella se pueden extraer sustancias con propiedades espasmolíticas, expectorantes, y antitusígenas, todas para tratar enfermedades que afectan los pulmones, bronquios y las vías respiratorias. 

Hiedra común ©Nika Akin/ Pixabay
Hiedra común ©Nika Akin/ Pixabay

Castaña de cajú  (Anacardium occidentale)

De este árbol, del cual proviene un fruto ampliamente conocido para cócteles, preparaciones gastronómicas y sus amplias propiedades nutricionales,  se puede extraer una resina tóxica dentro de la cáscara del fruto. De hecho, para extraer la castaña se debe someter el fruto completo a un proceso en que no se exponga jamás a la resina de la cáscara, de lo contrario se vuelve incomible. 

Mandrágora (Mandragora autumnalis)

Esta planta puede provocar la muerte de quien la ingiere, provoca irritación en la piel al tener contacto con las hojas, frutos y raíces. Estas últimas, las hacen merecedoras de amplio reconocimiento en la cultura popular, pues son muy grandes y con formas que evocan figuras humanas que inspiraron cuentos y películas como «El Laberinto del Fauno». De ser consumida, puede provocar mareos y dificultad para respirar. Es muy utilizada como planta ornamental, sin embargo, niños y animales de compañía corren riesgos ya que al jugar pueden llevarlas a la boca, así que se aconseja tenerlo en cuenta antes de cultivarla. 

Mandrágora ©Erik Llerena/ Pixabay
Mandrágora ©Erik Llerena/ Pixabay
Dibujo Mandrágora ©
Dibujo Mandrágora ©Erik Llerena/ Pixabay

Laurel en flor (Nerium oleander)

Esta planta exótica tiene amplio uso ornamental, y adorna muchas calles, parques, plazas y jardines, es en realidad, bastante peligrosa tanto para personas como otros animales y, paradójicamente, suele conocerse como una de las plantas más venenosas del mundo ya que tanto sus hojas como flores contienen oleandrina, que actúa sobre los músculos coronarios, pudiendo provocar un paro cardiaco, aunque con el tratamiento oportuno- es reversible en pocos días.

Laurel en flor ©Hans Braxmeier/ Pixabay
Laurel en flor ©Hans Braxmeier/ Pixabay

 Sus síntomas agudos se caracterizan por por fuertes y continuos vómitos, fuerte fatiga corporal, bradicardia, fuertes y continuados calambres e insensibilidad en los labios. Es parecido a lo que provoca la digitalis. Si bien es muy común encontrarla, tocar u oler sus flores no tiene prejuicio alguno. 

Flor Kalanchoe ©Misskursovie2013/ Pixabay
Flor Kalanchoe ©Misskursovie2013/ Pixabay

Otras plantas que también son muy comunes, de uso medicinal y tóxicas para los animales son la flor del kalanchoe y el aloe vera.

¿Y las plantas silvestres o nativas?

Es de conocimiento popular que las plantas como la ortiga, tanto la exótica como la nativa, como el litre, pueden provocar reacciones alérgicas, sobre todo en la piel. Sin embargo, no en todas las personas  y casos es igual, la ortiga se utiliza mucho tanto como medicina como producto cosmético para el cabello y el litre da un fruto comestible muy nutritivo.

El creador de alimento silvestre, Moya, explica que el humano ha podido adaptarse a algunas de estas plantas para poder consumirlas, como el sauco europeo, cuyo fruto crudo es tóxico, pero cocido y hecho mermelada resulta un gran postre. 

Fruto de Sauco Europep ©Miguel Moya
Fruto de Sauco Europep ©Miguel Moya
Fruto de Sauco Europeo ©Miguel Moya
Fruto de Sauco Europeo ©Miguel Moya

La cicuta, también es ampliamente conocida por ser la planta de la cual provino el veneno que causó la muerte de Sócrates en la antigua Grecia, es una planta silvestre de la familia de las apiáceas, pariente del apio, el cilantro y el perejil, de hecho, suelen confundirse con ellos aunque su olor es mucho más fuerte y desagradable y tiene manchas rojas en los tallos. Sus semillas son particularmente tóxicas, sus flores son blancas en forma de racimo y  crecen en ambientes frescos y húmedos, generalmente cerca de cursos de agua. 

La pichoga es el nombre común por el que se conoce a varias plantas nativas y exóticas del género Euphorbia. Su savia contiene un látex altamente tóxico que produce diarrea. Y es abundante en variados tipos de paisaje, playas, cordillera, ambientes urbanos, etc. “Es muy similar a la verdolaga, que es una maleza comestible”, señala Moya. 

Pichoga ©Miguel Moya
Pichoga ©Miguel Moya
Pichoga ©Miguel Moya
Pichoga ©Miguel Moya

El Palqui, (Cestrum parqui), también conocido como duraznillo negro es otra planta planta nativa que aparece mucho en la ciudad. Es un arbusto de hojas alargadas color verde oscuro y flores amarillas, tiene un olor muy fuerte que lo hace muy fácil de reconocer. Sus hojas pueden resultar tóxicas al ser ingeridas, sin embargo, la infusión de estas se utiliza en la medicina popular para lavar heridas superficiales, úlceras, granos en la piel. 

Palqui ©Wikicommons
Palqui ©Wikicommons

La oreja de zorro (Aristolochia chilensis), esta planta endémica chilena habita desde Copiapó a Santiago a los 1,5 msnm de altura. Es también lugar de desarrollo de la mariposa mariposa Battus polydamas archidamas, también endémica. Se tiene conocimiento de que las larvas se alimentan y extraen las sustancias tóxicas de ella.

Es una hierba trepadora, de tallos estriados amarillos o rojizos que llegan a medir un metro de alto. Las flores son de color amarillento o marrón-púrpura y emiten un olor desagradable que atrae a las moscas que la polinizan. Las flores tienen forma de cono y pequeñas vellosidades que se dirigen hacia abajo, similar a los de las plantas carnívoras, que impiden la salida de las moscas.

Oreja de zorro amarilla (Aristolochia Bridgesi), ©Gabriela López
Oreja de zorro amarilla (Aristolochia Bridgesi), ©Gabriela López

Tiene valor tanto como planta ornamental como medicinal. Contiene ácido aristolóquico, que en la medicina tradicional china se utiliza para ayudar con dolencias de úlceras en la boca y la artritis. Sin embargo, el uso de este ácido con fines medicinales ha sido prohibido en Europa desde 2001 y en China en 2003 debido a estudios que muestran que los ácidos son carcinógenos, mutágenos y nefrotóxicos; causando mucho más daño que bien.

Tabaco del diablo (Lobelia tupa)

Es una planta perenne que puede llegar a medir 4 metros de altura, es nativa del centro de Chile desde Valparaíso hasta Los Lagos, su follaje es de color verde grisáceo y sus flores son rojas y tienen forma de trompeta.

Produce un látex en su corteza que es usado como abortivo y como alucinógeno. Es usada para eliminar los efectos de la adicción a la nicotina, causada por el alcaloide lobelina, de ahí su nombre común. Para los mapuche es una planta sagrada. En las hojas de Tupa se encuentran principios activos que estimulan la respiración. Sin embargo, su savia es venenosa, irrita los intestinos y causa vómitos y delirios.

¿Qué hago en caso de una intoxicación con plantas ?

En caso de intoxicaciones o sospechas que involucran a niños o personas adultas, hay que acudir inmediatamente a un centro médico para evitar mayores complicaciones. Está el Centro de información  Emergencias Toxicológicas (CITUC) disponible por teléfono las 24 horas y 7 días a la semana para la comunidad. Allí disponen de personal especializado para atender emergencias toxicológicas, y promover una gestión oportuna y tratamiento seguro y eficaz.

Maranta ©Jenő Szabó/ Pixabay
Maranta ©Jenő Szabó/ Pixabay

En el caso de los animales, la veterinaria del Colegio Médico Veterinario (Colmevet), Isabel Ríos Medina, explica que lo más importante es acudir oportunamente a consultar a un médico. “Todo va a depender de la cantidad de planta que consumió y del estado de salud previo del animal, por lo general tienden a reaccionar peor cachorros o animales viejos”, explica Ríos.

©Pixabay
©Pixabay

Algunas de las reacciones que se pueden percibir son: dificultad respiratoria, inflamación de las vías aéreas, alteraciones cutáneas, inflamación de mucosas, edemas, o enrojecimiento de la zona del hocico; alteraciones digestivas como vómitos, diarreas, dolor abdominal, ya en los casos más graves, son alteraciones en el sistema nervioso como convulsiones y espasmos y cardíacas, sobre todo en el caso de las plantas más tóxicas o en mucha cantidad. 

“Si el animal tiene alguna enfermedad renal o hepática preexistente, su falla puede ser mayor y puede desencadenar en la muerte del animal”, según su experiencia, Ríos comenta que no se puede hablar de una letalidad de la planta, porque va dependiendo de cada individuo la reacción, por eso que al acudir al veterinario oportunamente es clave para evitar daños y realizar una revisión completa con exámenes bioquímicos para constatar que no hayan daños renales o hepáticos. “Se hace todo un estudio complementario para constatar que no haya daños ni secuelas en todo el organismo”, señala Ríos.

©Benjamin Balazs | Pixabay
©Benjamin Balazs | Pixabay

Por último la veterinaria del Colmevet recomienda vigilar para prevenir, sobre todo a los gatos y cachorros de perro que suelen ser muy curiosos y juguetones, y tienden a morder cualquier elemento que no conozcan. 

Para las personas, es todo un proceso aprender a reconocerlas y respetar las distancias, para ello los expertos recomiendan que hay que conocer primero el paisaje y ambiente en que están insertas las especies, y partir con las especies grandes, como árboles, arbustos y luego las pequeñas.

Moya enfatiza en la importancia de tener seguridad con lo que uno hace al momento de comer una planta silvestre, por eso es importante la educación. “No puedes estar medio seguro, hay que estar totalmente seguro. Para ello es importante la práctica y el conocimiento, porque vivimos en una sociedad que le tiene mucho miedo a esto, pero el desconocimiento es peor”, agrega.

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