Patrimonio: un camino para proteger la naturaleza
Mayo es el mes del patrimonio, en el que recordamos todas aquellas cosas que forman parte de nuestra cultura y de nuestra historia. Hoy, ya estando ad portas de finalizar el mes, Eugenio Rengifo Grau, director ejecutivo de Amigos de los Parques, nos hace una invitación a avanzar hacia el conocimiento, la valoración y el cuidado del llamado patrimonio natural en esta columna.
Concluye el mes del patrimonio en Chile, que durante los últimos 20 años se ha transformado en una invitación a conocer y respetar aquellos lugares, creaciones o expresiones que forman parte del legado que recibimos de nuestros antepasados, que vivimos en el presente y que trasmitiremos a las próximas generaciones.
Desde el ejecutivo se firmó el proyecto de ley para promover el reconocimiento y cuidado del patrimonio cultural de Chile, pasando de una visión monumental a una que resguarde el patrimonio cultural en su sentido amplio, considerando tanto el patrimonio material como el inmaterial o intangible.
En el año que como país presidimos la COP25, es una oportunidad también para avanzar hacia el conocimiento, la valoración y el cuidado del patrimonio natural, ámbito incorporado en términos de protección desde la Convención de 1972 de UNESCO. Esta Convención es única ya que liga la conservación de la naturaleza con la preservación de sitios culturales en todos aquellos lugares que hemos declarado con “valor universal excepcional” y que conforman el patrimonio común de nuestro planeta.
Dicha Convención define como patrimonio natural a los monumentos naturales, las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas que constituyan el hábitat de especies amenazadas y los lugares naturales que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza natural.
De todos ellos contamos en Chile. Nuestros 41 parques nacionales, lugares de belleza incomparable, son hogar de especies amenazadas, vitales para la conservación de distintos ecosistemas y diversidad biológica, laboratorios naturales y aulas abiertas que permiten estimular una comprensión de la historia en su contexto más amplio, no solo como experiencia humana, sino como la suma de la interconexión de todos los seres vivos y las fuerzas que dan forma al planeta.
Nuestros parques nacionales son patrimonio natural y necesita herramientas para su cuidado. A 20 años del día del patrimonio esta es una oportunidad para ampliar la mirada y proteger con incentivos claros la naturaleza. Paradójicamente, hoy podemos donar para hacer un gran libro acerca de los bosques chilenos obteniendo incentivos tributarios, pero esa donación se castiga con altos impuestos si queremos pasar a la acción y protegerlos. No es aceptable este trato discriminatorio entre diferentes tipos de patrimonio protegido, es tiempo de saldar la deuda y ponernos al día para permitir que todos podamos aportar a su cuidado en un sentido amplio y completo, sin dejar atrás al natural que es garantía de vida y que sostiene al resto.