Panorama ideal para el fin de semana: a días del estreno de We Are Guardians en Netflix, conversamos en exclusiva con sus directores sobre la deforestación de la Amazonía
We are Guardians es un documental recientemente estrenado en Netflix, donde se presenta la deforestación en la Amazonía brasileña desde el punto de vista del guardián forestal indígena Marçal Guajajara, la activista Puyr Tembé y el talador ilegal llamado Valdir. Es así como en el largometraje no solo se evidencia una problemática, sino que también toda la humanidad que la envuelve. En esta oportunidad Ladera Sur conversó con los tres directores del filme: Chelsea Greene, Rob Grobman y Edivan Guajajara.
El 28 de enero se estrenó en Netflix el documental We are Guardians. El largometraje se centra en el corazón de la Amazonía brasileña, donde tierras protegidas están siendo invadidas ilegalmente, devastando bosques centenarios en busca de recursos y ganancias. En este contexto, la narrativa trata esta problemática desde el punto de vista del guardián forestal indígena Marçal Guajajara y la activista Puyr Tembé, quienes han dedicado sus vidas a la protección de sus tierras. El primero en medio de la selva, y la segunda intentando hacerse escuchar en el mundo político, enfrentándose a la violencia y el racismo.
Sin embargo, el documental también retrata el otro lado de la moneda con la figura de Valdir, un padre de familia que por necesidad se ve obligado a dedicarse a la tala ilegal, aún sabiendo que lo que hace perjudica la salud de los bosques amazónicos. Es así como en la película no solo se evidencia una problemática, sino que también toda la humanidad que la envuelve, comunicando un mensaje claro respecto a la responsabilidad que todos compartimos en torno a la protección del frágil equilibrio ambiental de nuestro mundo.
El año pasado (2023) este proyecto fue galardonado como mejor documental brasileño en Audience Award, y fue ganador de la categoría Cultures of Resistance de Creative Activism Award. Estos reconocimientos fueron obtenidos gracias a la dirección y dedicación del cineasta indígena Edivan Guajajara, y de los cineastas ambientalistas Chelsea Greene y Rob Grobman, con quienes tuvimos el placer de conversar en esta oportunidad.
Edivan es un activista y cineasta que crea fotografías y documentales centrados en los pueblos indígenas, mostrando su lucha por la protección de la tierra. Chelsea por su parte es una cineasta especializada en documentales sobre la vida silvestre y los guardianes indígenas. El trabajo de Rob como cineasta se ha centrado en el medio ambiente y las personas inspiradoras que han dedicado su vida a su protección.
Una historia llena de inspiración y esfuerzos
Llevar a cabo el documental no fue una tarea fácil, sin embargo, pese a las numerosas pruebas y obstáculos que debieron superar y afrontar, Rob, Chelsea y Edivan jamás pensaron en rendirse, porque entendían que lo que estaban haciendo era más importante que la adversidad.
«Viajar por el Amazonas es un reto, manejas y manejas, y no llegas a ninguna parte. No creo que las personas pueden imaginarse lo grande que es el Amazonas. Vas en circulo, los caminos no están en tan buenas condiciones, lo que dificulta el moverse por la zona. A esos problemas técnicos se suma la barrera del lenguaje», relata Rob.
«Habían personas que no querían que esta información saliera a la luz, incluso recibimos amenazas de muerte a lo largo del camino. Fue el reto más grande de mi vida. Tuvimos que rearmarnos en varias oportunidades, entendiendo que el proyecto era más grande que nosotros mismos. Eso nos permitió a Chelsea y a mí, traer aquellas magnificas historias y experiencias a las personas. Teníamos que terminar el filme, por todos aquellos que conocimos en el proceso», agrega.
Su trabajo fue pensado para inspirar e impactar, como una forma de intentar generar un cambio, pero no solo en torno a lo que estaba y continúa pasando en el Amazonas, sino que también en las personas. Producir un cambio de switch siempre fue uno de sus objetivos principales.
«Este documental toca el corazón de las personas, por la lucha de las comunidades indígenas, pero también aprendiendo a través de la perspectiva de una persona que corta el bosque, aprendiendo a amarlo. Eso es muy valioso en el documental. Ver las diferentes visiones de lo que está pasando, para de esta forma ayudar y ser capaces de entregar fortaleza e inspiración para formar parte de todo esto. Ellos están tomando su parte, así que invitamos a los espectadores a tomar la suya. Mostrarles que son parte de esto, que con sus habilidades pueden ser parte de los cambios», comenta Chelsea.
Rob y Chelsea no llegaron por casualidad a Brasil, ambos sintieron una profunda conexión con el Amazonas en 2019, cuando la zona se vio afectada por incendios forestales que redujeron cerca de 52.500 hectáreas a cenizas, el equivalente a 72.000 campos de fútbol. El motivo de aquel desastre no era muy claro en un comienzo, sin embargo, información publicada por el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), reveló que justamente las zonas quemadas coincidían con aquellas deforestadas intencionalmente ese año.
«Nosotros nos sentimos motivamos a hacer este documental por lo importante que es el bosque del Amazonas para el clima global (…). Con los incendios de 2019 de Brasil, sentí la necesidad de ir y ver qué estaba pasando realmente, y tratar de ayudar. Esa es la motivación, ayudar y hacer algo bueno», explica Chelsea.
«Estaba en Oregón, en los Estados Unidos, cuando me enteré de los incendios en 2019. Fue muy sorpresivo, pero también era muy confuso respecto a lo que estaba sucediendo. Los medios contaban historias que iban en direcciones muy diferentes. No había claridad sobre lo que estaba causando el incendio. Ese episodio fue un motivante para mí, para ir, entender mejor las cosas, y recabar información para traer de vuelta a mi comunidad en Oregón», comenta Rob.
Por su parte, Edivan siempre sintió una responsabilidad ligada con la defensa del Amazonas, sobre todo por ser parte de la comunidad indígena. Llevar a cabo el documental representaba para él una forma de entregar visibilidad a su gente.
«Mi motivación para hacer este documental fue impulsada por el deseo de exponer la lucha de los pueblos indígenas, brindar visibilidad a sus problemas y resaltar la importancia de la participación indígena en la producción cinematográfica. Como indígena tenía muchas ganas de revelar nuestra realidad, considerando esta una oportunidad imperdible», relata Edivan.
Deforestación en el Amazonas brasileño
No es factible concebir a la humanidad sin la selva amazónica. Pese a que esta representa menos del 3% de la superficie de la Tierra, desempeña un papel vital en lo que respecta a la preservación de la estabilidad climática, así como en la regulación de los patrones de lluvia globales. En este sentido, no podemos olvidar que una quinta parte del agua dulce que fluye en el mundo se encuentra en medio de sus bosques. Un tercio de las diversas especies que hay en el planeta tienen allí su hogar, y una cuarta parte de las medicinas modernas no existirían si no fuera por la biodiversidad de la flora amazónica.
Aún así, los incendios y la deforestación han ido poco a poco reduciendo la extensión y salud de estos bosques. Brasil no es la excepción, al contrario, parece ser la regla. Desde la década de 1970, Brasil ha consumido aproximadamente el 12% de su selva, lo que representa cerca de 69.5 millones de hectáreas de la Amazonía. En 2024, el problema continúa.
«Hablando económicamente, un árbol que está en pie vale mucho más que uno cortado, y en el área de los bosques lluviosos estar en pie es mucho más importante, aunque la economía de Brasil y del mundo quieran cortarlo. Hay muchas falencias que se producen a la hora de calcular el valor real de un árbol en el ámbito económico, y creo que es hora de cambiar la narrativa en torno a esto», señala Chelsea.
El segmento más preocupado por esta problemática corresponde a las comunidades indígenas, las que han presenciado durante generaciones cómo las empresas y corporaciones han ido rodeando sus tierras, destruyendo todo a su paso. No conformes con eso, la invasión es un problema que deben combatir a diario.
«Los propios funcionarios del gobierno de Brasil son corruptos. Muchas de las personas que están en el Gobierno o en el Congreso poseen muchas tierras en las cercanías de los territorios indígenas (…). Hay mucha tierra que puede ser tomada para propósitos de ganadería, que es una industria muy lucrativa, con una gran demanda de mercado. Es un deseo por tener más tierra, lo que se junta con el racismo, que todavía persiste desde mucho tiempo. Ven a los indígenas como si tuvieran poco valor», relata Chelsea.
Gracias a sus esfuerzos y resiliencia, el 45% de los bosques del Amazonas, hectáreas que corresponden a sus tierras, han logrado prevalecer casi intactas a lo largo del tiempo, sustentando a casi 400 pueblos indígenas únicos, que dependen de la selva para sobrevivir. Sin embargo, cada vez se hace más difícil el mantener a raya a aquellos que ambicionan lo que es suyo por derecho. Los territorios de Tembé y Guajajara, el Alto Río Guamá y Arariboia respectivamente, están situados en el borde deforestado más oriental del Amazonas y desempeñan un papel esencial en la dinámica climática regional.
«Los pueblos indígenas juegan un papel fundamental como los mayores protectores de los bosques. Su lucha por preservar la tierra no es solo una búsqueda de sus derechos, sino también una batalla crucial por la supervivencia de la vida y la biodiversidad. La profunda conexión entre los pueblos indígenas y la tierra refuerza la comprensión de que su preservación es esencial para el equilibrio ambiental global», explica Edivan.
«Su conocimiento ancestral sobre prácticas sustentables y su conexión con la tierra son valiosos para la conservación», agrega el cineasta.
Lamentablemente, las comunidades indígenas albergan el sentimiento de que se encuentran solas en esta lucha por la conservación. Por lo mismo, una de las misiones de este documental es brindarles ese apoyo, compartiendo la historia de los guardianes del Amazonas, con la finalidad de hacer un llamado, para que todos quienes lo vean se sientan lo suficientemente inspirados como para compartir dicha responsabilidad.
«Es un problema global conectado con las corporaciones que quieren continuar produciendo a las expensas del ambiente del mundo. Está pasando en Brasil, en el Amazonas, en los bosques de muchas partes del mundo. En ese sentido, el cambio climático nos conecta a todos. Es una responsabilidad global llamar a estas corporaciones y hacerles preguntas, para obligarlos a cambiar sus políticas», afirma Rob.
Sin embargo, aunque el panorama parece desolador, la verdad es que las cosas han ido mejorando poco a poco, aunque a un ritmo muy lento para el gusto de las comunidades.
«La presencia policial en el Amazonas definitivamente ha aumentado y mejorado desde que Lula da Silva volvió a la administración. Hay un enfoque muy fuerte en proteger las tierras indígenas, y a sus comunidades, lo que es la narrativa opuesta a la de Bolsonaro, así que creo que las cosas han mejorado, pero aún hay muchas cosas que necesitan hacerse y rápido (…). Hemos podido ver más y más personas indígenas en el escenario público, se han transformado en líderes a la hora de tomar decisiones, y creo que esa es una gran parte de la solución para lo que está pasando en el Amazonas», señala Rob.
El intrincado camino hacia el cambio
De acuerdo con el último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los últimos nueve años, de 2015 a 2023, han sido los más cálidos de los que se tiene registro. Las concentraciones de los tres gases de efecto invernadero más abundantes —dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)— alcanzaron niveles sin precedentes en 2022, el último año para el que se dispone datos oficiales. Todo apunta a que las concentraciones de esos tres gases siguieron aumentando en 2023.
Los eventos meteorológicos y climáticos extremos generaron considerables repercusiones en todos los continentes habitados. Cabe destacar importantes inundaciones y crecidas, ciclones tropicales y episodios de calor extremo y sequía, con los consiguientes incendios forestales asociados.
En esta línea, es posible afirma que el planeta está muy lejos de cumplir sus objetivos climáticos. Esta misión recae principalmente en las Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP), cumbre que congrega todos los años a los líderes de 196 países más la Unión Europea, para discutir y llegar a acuerdos sobre cómo mitigar y enfrentar el cambio climático. Sin embargo, parece que no han avanzado al ritmo que el planeta necesita.
«Fue una de las conferencias (COP28) que contó con la mayor presencia de mujeres indígenas en comparación con las anteriores, lo que nos pareció una gran oportunidad de acercar este movimiento hacia los demás, y de lograr que se hablara más acerca de ello en general en las noticias. Así que pienso que eso fue positivo, pero en el fondo es realmente un escandalo de lavado de imagen verde lamentablemente (…). Pienso que hay muchas promesas hechas, y muy pocas compañías y gobiernos las están intentando cumplir», relata Chelsea.
«Tienes a estos líderes, algunos de estas corporaciones de petróleo en la cabeza de la reunión, entonces tienes que preguntarte qué tipo de asuntos y agenda tienen esos grupos. Para mí parece que no dan suficiente para realmente empujar a la sociedad global y entregar soluciones para el cambio climático, sobre todo por todo lo que está pasando en este momento en todo el mundo, por lo que es increíblemente frustrante. En todos estos años y décadas no puedo decir que realmente hayan tomado medidas lo suficientemente fuertes como para cambiar algo», comenta Rob.
En esta línea, Chelsea y Rob se muestran tajantes a la hora de invitar a las personas a tomar cartas en el asunto, aludiendo a que la unión es el motor del cambio que hará que las cosas funcionen para las generaciones futuras.
«Yo creo que debemos unirnos, y demandar mejores prácticas de negocio para los productos que estamos comprando. Deberíamos unirnos globalmente contra los gobiernos y las personas influyentes, como consumidores, para decir que no toleraremos más este comportamiento en el Amazonas (…). Hicimos este documental para que el sentimiento de compasión brotara desde adentro, como forma de hacer llegar el mensaje de que todos formamos parte de esta mesa, que cada uno tiene su lugar en esta situación», afirma Chelsea.
«Creo que en cierto nivel toda la humanidad está conectada a la naturaleza, y hasta que no reconozcamos esta conexión con la naturaleza y entre nosotros, vamos a sufrir en este tipo de círculo. Nuestra salud, es la salud de los bosques lluviosos, es la salud de los bosques en Oregón, y creo que ese es realmente el mensaje que quisimos comunicar con este documental, que debemos reconocer quienes somos, y que necesitamos tomar cuidado de nosotros mismos, de los espacios naturales y del otro», relata Rob.
«Al reconocer que la responsabilidad es compartida, cada individuo puede marcar la diferencia mediante decisiones sostenibles, apoyando iniciativas ambientales y participando en acciones conscientes. El mensaje central es que, incluso frente a los desafíos, todavía hay tiempo para tomar decisiones que impacten positivamente a nuestro planeta y a las generaciones futuras», comenta Edivan.
Perspectiva futuro: el trasfondo de We Are Guardians
El documental es mucho más que una pieza cinematográfica inspiradora, sino que también existe una campaña detrás, con la que buscan equipar a los guardianes indígenas del bosque con las herramientas esenciales para su misión, tales como proporcionar transporte, teléfonos inteligentes, drones, cámaras, radios y otros recursos cruciales.
«Detrás del documental hay una campaña de impacto, desde el principio no queríamos solo hacer un filme, queríamos ayudar. Fueron cerca de 3 años de trabajo, fuimos al territorio y generamos lazos importantes con la comunidad, así que siempre fue nuestro objetivo ayudar a los guardianes, contribuir a la disminución de la deforestación, y generar cambios políticos para el futuro», señala Chelsea.
Estas son herramientas con las que las comunidades ya están familiarizadas, ya que las han utilizado durante muchos años, por lo mismo, resultan indispensables en sus esfuerzos para combatir la tala ilegal y los intentos de invasión. A esto se suma la entrega de oportunidades adicionales de capacitación en organización, liderazgo, y resolución de conflictos, fortaleciendo sus habilidades y conocimientos en preservación ambiental.
De esta forma, todas las donaciones que se realicen a través de la página de We are Guardians, fluirán directamente a las manos de las comunidades y guardianes, sin intermediarios.
«La audiencia puede ayudar de forma inmediata entregando apoyo a los guardianes y a su trabajo. Hay una colecta que se está haciendo para ellos, para que el dinero vaya directamente a apoyar sus esfuerzos, para que puedan continuar con su trabajo», explica Rob.
Asimismo, el trabajo de activismo no termina con la compaña, sino que el plan es continuar compartiendo el documental con autoridades y comunidades, como forma de ir propagando el mensaje con el mundo, y de ir promoviendo el cambio poco a poco, amplificando su voz.
«Dentro de esta campaña llevamos a cabo planes para llevar este documental a las personas con poder de decisión, como senadores y congresistas, para pedirles que detengan la importación de madera brasileña. Este activismo político es una pieza central de la campaña, para continuar luchando a partir de ahora, que es lo que estamos haciendo», comenta Chelsea.
Finalmente, las personas no solo pueden ayudar donando a la campaña, sino que también aportando con aquello que se encuentre a su alcance, dentro de su localidad. Un ejemplo que entrega Rob es respecto a un acto tan común como lo es ir de compras. Lo que hace que esta acción marque la diferencia es la toma de conciencia, lo que le otorga un matiz totalmente distinto y relevante.
«Las personas pueden reconocer también el poder que tienen cuando van de compras, entorno a las decisiones que están tomando sobre qué productos comprar. Un espacio cotidiano termina transformándose en un político. Educarnos más sobre los productos que están conectados con las deforestación en el Amazonas, o con el daño al medio ambiente. Es un área que es urgente trabajar. En la web pueden aprender más sobre todo esto. Lo que podemos hacer es evitar entregarle dinero dentro de lo que más se pueda», ahonda Rob.
«Esperamos que todos se sientan inspirados por los guardianes, y que sean asimilados como una identidad, es decir, que el espectador entienda que también puede ser un guardián del Amazonas, de sus bosques locales. Podemos hacer mucho juntos, cuando cada uno aporta en lo que puede», agrega.