Muy pocos saben que en Chile habitan al menos 72 especies de orquídeas en estado silvestre y que incluso muchas de ellas son endémicas. Se trata de una flor que suele relacionarse a los climas tropicales y subtropicales y que cuenta con más de 25 mil especies distribuidas en el mundo.

En Chile las orquídeas pueden encontrarse desde el altiplano hasta Magallanes, e incluso una de ellas crece en el archipiélago Juan Fernández y mientras éstas se dividen en 72 especies, divididas en 8 géneros diferentes, todas tienen algo en común: muy pocos conocen de su existencia en el país.

Chloraea magellanica, especie nativa de Chile y Argentina. ©Patricio Novoa Quezada/Flickr
Chloraea magellanica, especie nativa de Chile y Argentina. ©Patricio Novoa Quezada/Flickr

Según los datos publicados en la segunda edición ampliada de la Guía de Campo de las Orquídeas de Chile, en el país existirían al menos 39 especies de orquídeas endémicas y de éstas la gran mayoría se encuentra en algún nivel de amenaza o con información insuficiente para catalogar su estado de conservación. Y es que en Chile, aún falta mucho por descubrir de estas plantas.

Bipinnula apinnula, orquídea endémica de Chile en peligro de extinción. Crece en Vilches, región del Maule, cerro Peine. ©Patricio Novoa Quezada/Flickr
Bipinnula apinnula, orquídea endémica de Chile en peligro de extinción. Crece en Vilches, región del Maule, cerro Peine. ©Patricio Novoa Quezada/Flickr

“Como no sabemos realmente cuántas especies hay, menos podemos saber si están amenazadas o no. Lo más probable es que tenemos muchos problemas de conservación, pero carecemos de la información de base para saberlo”, ha dicho Jaime Espejo, quien junto a sus colegas Diego Alarcón, Patricio Novoa, Mauricio Cisternas y Erwin Domínguez aportaron sus investigaciones para la publicación de la guía de campo.

Una de las especies endémicas y amenazadas de Chile es la Chloraea disoides, una orquídea que habita en la región de Valparaíso y que está catalogada como en peligro crítico de extinción, donde se cree que no quedarían más de 50 individuos en el país. Una de sus poblaciones se encuentra en la Reserva del Lago Peñuelas, donde se están estudiando sus ejemplares para recabar información básica de la especie y poder así generar estrategias para su reproducción y conservación. Pero el panorama no es auspicioso.

Chloraea disoides, orquídea endémica de Chile. ©Jardín Botánico Nacional
Chloraea disoides, orquídea endémica de Chile. ©Jardín Botánico Nacional

«Antes de conocerla, podría desaparecer«, ha señalado Cristian Atala, profesor de Biología de la Universidad Católica de Valparaíso, quien trabaja en el proyecto de rescate de la especie en Peñuelas, apoyado por Explora Conicyt.

Una de las particularidades de esta especie es que se trata de una orquídea terrestre, algo que ha llamado la atención de diversos botánicos internacionales, sobre todo porque la gran mayoría de las orquídeas – más del 70%– crecen en los troncos o ramas de los árboles ( son epífitas) en zonas tropicales, donde adquieren los nutrientes directamente del agua de lluvia y del agua que corre por el tronco del árbol.

Otra de las especies endémicas que se encuentra en peligro de extinción es la Chloraea Cuneata. Esta especie crecía originalmente en el valle central, probablemente hasta inicios del siglo XX, entre Linares y el Lago Calafquén y en Valdivia. Hoy sin embargo sólo se puede encontrar en la cordillera de Nahuelbuta, luego de que las demás poblaciones se extinguieran debido a la profunda modificación del paisaje.

Lo cierto –y lamentable– es que podríamos seguir enumerando casos como estos ya que, tal como lo ha señalado el botánico Diego Alarcón, “Muchas especies todavía no han sido clasificadas en categorías de riesgo, pero lo más probable es que deban consignarse como vulnerables o en peligro de extinción”.

Bipinnula fimbriata, orquídea endémica de Chile. Crece entre la región de Coquimbo y la región del Maule. ©Pabloendemico/Flickr
Bipinnula fimbriata, orquídea endémica de Chile. Crece entre la región de Coquimbo y la región del Maule. ©Pabloendemico/Flickr

Así nos encontramos ante la posibilidad de perder parte de nuestro patrimonio natural único que cuenta con ejemplares tan raros como la Myrosmodes nervosa (en estado vulnerable), una de las únicas orquídeas en el mundo que crece a más de 4 mil metros de altura a orillas del lago Cotacotani en la región de Arica y Parinacota, o la Gavilea insularis (en peligro de extinción), que solo crece en la isla Alejandro Selkirk, en el archipiélago Juan Fernández. Sin contar las posibles especies que aún quedan por conocer.

Si quieres conocer más acerca de las orquídeas chilenas, puedes ver nuestro artículo “Estas orquídeas chilenas son unas de las más antiguas del continente.

Chloraea homopetala, endémica de Chile. Estado de conservación no evaluado. ©Pabloendemico/Flickr
Chloraea homopetala, endémica de Chile. Estado de conservación no evaluado. ©Pabloendemico/Flickr
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