Hay algo en común entre 7 de las 14 montañas más altas del mundo, y no es sólo que todas están en la cordillera del Himalaya. El tan conocido Monte Everest, el Kanchenjunga, el Lhotse, el Dhaulagiri, el Manaslu, el Broad Peak y el Shisha Pangma han sido explorados por cordadas de deportistas chilenos que han ido en busca de sus cumbres, aunque no en todos los casos lo han logrado. Todas estas expediciones han sido o están planificadas durante 2018, año que podría ser en el que más chilenos han ido en busca de las grandes cimas de los Himalayas.

Muchos de los montañistas que están explorando las cumbres más altas de los Himalayas son parte del equipo de The North Face Chile, y en Ladera Sur conversamos con tres de ellos: Martín Gildemeister, quien alcanzó la cumbre del Gasherbrum II en 2015 y ahora viaja a explorar las alturas del Shisha Pangma; Juan Pablo Mohr, quien alcanzó la cima del Annapurna en 2017, este año intentó llegar a la del Dhaulagiri y ahora ya se encuentra nuevamente de regreso para escalar en Manaslu en los próximos días, y Sebastián Rojas, quien llegó a la cumbre del Annapurna con Mohr en 2017 y este año fue el primer chileno en alcanzar la cima del Broad Peak.

Cada vez más motivación

©The North Face
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El año pasado la gran noticia para el montañismo nacional fue cuando Sebastián Rojas y Juan Pablo Mohr alcanzaron la cima del Annapurna en mayo. Era uno de los ochomiles que nadie en Chile había alcanzado, considerado como el más peligroso del mundo. Diez días después, otra pareja, Rodrigo Vivanco y Tamara Muñoz celebraban haber hecho cumbre en la séptima montaña más alta del mundo: el Dhaulagiri. Sin embargo, se cuestionó si esto efectivamente fue así, aunque está validado por la base de datos oficial de los ochomiles en el Himalaya.

Este año, las noticias con respecto a chilenos en los Himalayas aumentaron. Hernán Leal se transformó en el primer chileno en alcanzar la cima del Everest (8.848 msnm) y luego el Lhotse (8.516 msnm) en la misma expedición. Rodrigo Vivanco comunicó que había alcanzado la cima del Kanchenjunga (8.586 msnm), aunque no está confirmado oficialmente todavía. Sebastián Rojas alcanzó la cima del Broad Peak (8.051 msnm). Juan Pablo Mohr intentó llegar a la cumbre del Dhaulagiri (8.167 msnm) y ahora se prepara para el Manaslu (8.163 msnm) y Martín Gildemeister buscará explorar, junto a Rafael Matte, Tomás Vial y Patricio Gana, la cumbre del Shisha Pangma (8.027) a principios de septiembre.

En la cumbre del Broad Peak, Sebastián Rojas ©The North Face
En la cumbre del Broad Peak, Sebastián Rojas ©The North Face

“El último año ha estado marcado por múltiples expediciones chilenas al Himalaya. Quizás cómo nunca antes se había visto. No sólo a sus montañas más conocidas, no sólo a rutas tradicionales, sino también a primeros ascensos y a nuevas variantes. Esto habla de una nueva generación que viene empujando por hacer cosas nuevas, y que tiene la curiosidad de explorar y de ir más allá del tremendo patio de juegos que tenemos más a mano, como lo es la cordillera de los Andes”, dice Gildemeister. Sobre esto mismo, Mohr agrega: “Yo creo que va en ascenso, ya que en las nuevas generaciones hay cada vez más montañistas motivados con la alta montaña”.

Estos deportistas han tenido que superar diferentes obstáculos. “Las condiciones en este tipo de montañas ponen a prueba a las personas. Se funciona al límite de las capacidades. Tanto por la altura, temperaturas, terreno en el que uno se desplaza y el tiempo que uno pasa en el cerro”, dice Gildemeister.  Sin embargo, asegura, que esto es más una motivación que un impedimento. “Es una combinación de factores: el desafío de una montaña exigente, el compartir en la montaña con los amigos de toda una vida, disfrutando de lo simple. El viaje y las culturas. Los amigos que se conocen en el sendero, y que quedan para siempre. La infinidad de emociones y experiencias que se viven concentradas en unas pocas semanas, y que te hacen disfrutar y valorar lo que tienes todos los días”, agrega el deportista.

Para Juan Pablo Mohr el que más chilenos estén haciendo historia en los Himalaya también influye en los deportistas para plantearse desafíos: “Esto es popular en Europa desde hace muchos años y de a poco Latinoamérica se ha empezado a contagiar. Aparte, las cumbres chilenas (en los Himalayas) que se han alcanzado últimamente motivan más a la gente a ir a ellas”. Sebastián Rojas cree también que este aumento de chilenos en los Himalayas se debe también al apoyo financiero que reciben: «Existe apoyo de las empresas privadas para realizar estos proyectos ya que los presupuestos para preparar estas expediciones son muy altos. Es por esa razón que las nuevas generaciones tienen la posibilidad de llevar a cabo estos proyectos».

Rojas también cree que un sello característico de los desafíos en el Himalaya es marcar nuevas rutas: «La verdad hacer estas montañas por las rutas normales no es algo tan desafiante a mi parecer ya que la mayoría de las veces estas rutas, en las partes difíciles, están equipadas con cuerdas fijas. Creo que para mí algo realmente desafiante es subir estas montañas por las caras verticales más que ir a una ruta normal, es algo que me llama demasiado la atención».

Aprendizajes personales

Juan Pablo Mohr ©The North Face
Juan Pablo Mohr ©The North Face

El primer ochomil de Juan Pablo Mohr fue el Annapurna en 2017 y logró llegar a la cima con éxito junto a Sebastián Rojas. En esta ocasión, ambos armaron una nueva ruta evitando caídas de glaciares, pero con 70 grados de inclinación. “Fue un sueño hecho realidad. De las mejores sensaciones que he tenido en mi vida”, dice. Un año más tarde, Mohr se planteó el desafío de llegar a la cumbre del Dhaulagiri, la séptima montaña más alta del mundo.

Sin embargo, las condiciones climáticas y el accidente fatal del montañista italiano Simone La Terra les hicieron dar media vuelta y plantearse volver el próximo año.

¿Desde dónde nace esta misión de alcanzar la mayor cantidad de ocho miles en el Himalaya?

Esta misión nace desde antes de ir al Annapurna, por la pasión que desde chico he tenido por la alta montaña. Y en el Himalaya están más altas así que había que hacer el desafío.

¿Qué pudiste aprender de tu último intento fallido de hacer cima en Dhaulagiri y de qué forma crees que esta experiencia podría ayudarte en tus futuras expediciones?

El mayor regalo que me dio el Dhaulagiri fue saber que uno no siempre tiene que hacer cumbre, y que nunca hay que ver este intento como un fracaso, sino que verlo como un aprendizaje para las demás montañas. Y lo otro es que lo más importante es apoyar a la cordada pese a las condiciones y estado de cada uno.

©The North Face
©The North Face

Martin Gildemeister intentó por primera vez un ochomil en 2015 junto a dos amigos, Rafael Matte y Tomás Vial. En esa ocasión escaló el Gasherbrum II y llegó a la cima. “Nos sacamos la cresta para llegar allá. Cada uno puso lo mejor que tenía para lograr esa cumbre, y por lo mismo, lo primero en la cabeza fue el agradecimiento a la cordada”, dice.

¿Qué te motivó a querer volver y conquistar otro de los ochomiles del Himalaya?

Más que a conquistar vamos a conocer, a buscar, a vivir, a explorar. En mi opinión las cumbres no se conquistan, sino que se viven. Y esto se logra cuando se combinan factores externos, como el clima, con otros internos y que dependen directamente de nosotros, como lo es un buen equipo, preparación, entrenamiento, planificación y motivación. Llegar a la cumbre es la mitad del camino. El éxito está en volver enteros para contarlo y seguir disfrutando de lo que nos gusta hacer.

Sebastián Rojas en el Broak Peak ©The North Face
Sebastián Rojas en el Broak Peak ©The North Face

El Annapurna también fue el primer ochomil de Sebastián Rojas. Luego de sobrevivir una peligrosa avalancha en esa ocasión junto a su amigo Juan Pablo Mohr, siguió con proyectos de alta montaña en esta zona. Este año fue el primer chileno en alcanzar la  cima del Broad Peak, misión que empezó junto a su compañero de cordada Diego Señoret, quien tuvo que descender por razones de salud.

Acabas de marcar un hito en la historia del montañismo nacional al convertirte en el primer chileno en llegar efectivamente a la cumbre de Broak Peak. ¿Qué significa para ti este logro?

Para mí, subir a la cumbre del Broad Peak fue más que un logro, fue cumplir un sueño que tenía en deuda conmigo mismo de conocer las montañas del Karakorum (Pakistán), además de poder compartir una expedición por estas montañas con Diego Señoret, quien es una persona muy importante para mí. Disfruto de la expedición completa y la cumbre es sólo la guinda de la torta.

Habiendo hecho cumbre ya en el Annapurna en 2017, ¿cómo fue este ascenso de un nuevo ochomil? ¿Te sentiste más confiado?

La verdad es que la expedición del año pasado a la Annapurna ha sido una de las expediciones más duras que he tenido en mi vida, fue una tremenda experiencia donde aprendí demasiado. Del Broad Peak sabía que la ruta normal era mucho más tranquila que la de Annapurna por lo que fui muy determinado a hacer la cumbre, claramente me sentía muy confiado de que si las condiciones y el clima nos acompañaban no debería de por qué fallar a la cumbre.

¿Cuáles fueron los mayores desafíos de este ascenso?

Creo que lo más difícil de estas expediciones no está en la montaña sino en la preparación que tiene detrás una expedición de esta envergadura, sobre todo conseguir el financiamiento. Son muchos meses en que piensas todo el día en los detalles de la expedición.

Recomendaciones

Equipo previo al Shisha Pangma©The North Face
Equipo previo al Shisha Pangma©The North Face

Estos ascensos chilenos en el Himalaya pueden ser una inspiración para las nuevas generaciones de montañitas. Mohr recomienda a todos los que están comenzando con estos desafíos a motivarse: “El Himalaya está más cerca de lo que uno cree, sólo hace falta quererlo, perseverar y entrenar mucho”. Gildemeister agrega: “A los sueños hay que ponerles nombre y fecha para que dejen de ser sueños. Todo se puede si por detrás hay perseverancia, esfuerzo y pasión”.

Sobre las principales recomendaciones para alcanzar un ochomil, ambos concuerdan en que es necesario mucho entrenamiento, conocimientos técnicos y seguridad. También enfatizan en que lo más importante es la confianza en la cordada. “Expediciones como ésta son de largo aliento. Son muchos días en el cerro, con todo tipo de condiciones, y por lo mismo el equipo con el que vas es el factor fundamental. Se necesita confianza plena, y esto únicamente se da compartiendo: muchas horas en el cerro y en asados, riéndose y llorando, entendiendo los puntos fuertes y débiles de cada uno, para así buscar un trabajo en equilibrio, que potencie al grupo y que lo lleve a hacer mejor las cosas de lo que cada uno podría hacer por su cuenta. Después de eso, la preparación y el equipamiento son clave”, dice Gildemeister.

Al Himalaya

Dhaulagiri ©The North Face
Dhaulagiri ©The North Face

Tanto Mohr como Gildemeister ya están empezando sus misiones en Nepal. Para poder lograr sus objetivos, Juan Pablo Mohr se preparó los meses anteriores entrenándose a diario, escalando, aclimatándose y compartiendo con su familia. Ahora va a escalar en Manaslu y el próximo año planea retornar al Dhaulagiri y sumará el Kanchenjunga en primavera. Sin embargo, se ha planteado subir las 14 montañas más altas del mundo: “Lo que más me gusta en la vida es estar en la alta montaña y recibir las buenas energías que ellas me entregan”.

Gildemeister también ha tenido un poco más de un año de preparación intensa. Entrenó temprano antes y después de ir a trabajar, y el fin de semana. Por el momento, su único proyecto es el Sisha Pangma: “Ha sido más de un año de preparación, así que expectante de descubrir qué nos tiene preparado el Tibet. Después de eso, ¿quién sabe? Siempre hay proyectos entretenidos en carpeta, ya veremos…

Rojas ahora se encuentra en Chamomix. Tenía la esperanza de ir a otro ochomil por una cara desafiante en esta temporada junto a Diego Señoret y Juan Señoret, pero finalmente desistieron. «Lamentablemente no logramos conseguir el financiamiento que es el crux -la parte más difícil- de estas expediciones», dice Rojas. Sin embargo, asegura, sus metas no son sólo las montañas en esta zona: «Es un sueño no sólo hacer montañas en Himalaya, sino que en Patagonia, Europa, Usa, Canadá, etc. Alucino con abrir nuevas rutas y explorar nuevos lugares. Esto no es sólo un deporte, es un estilo de vida que te mantiene en movimiento por diferentes lugares, conociendo gente nueva todo el tiempo y esas cosas te hacen mantener una motivación muy alta».

©The North Face
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