El hecho ocurrió ayer en la Feria Departamental de La Florida y fue denunciado en redes sociales. Tristemente, esta no es la primera ni la última vez que vemos una imagen así. Cegados por su belleza, muchos compran estos cactus sin saber el daño que causa esta práctica y que se trata de una práctica ilegal. 

Venta ilegal de cactus en Feria departamental La Florida. Foto: Felipe Bastías
Venta ilegal de cactus en Feria departamental La Florida. Foto: Felipe Bastías

Santiago Figueroa, del proyecto de conservación de cactus nativos, Cactus Lagarto, explica que es un hecho que “se repite casi todos los años. Son del mismo grupo de cactus, del género Eriosyce, subgénero neoporterya. Son cactus que florecen a mediados de invierno y principios de primavera y se suelen ver en las ferias en ese periodo, porque los sacan cuando están con flores, porque son más vistosos”. El experto en cactus asegura que estos son extraídos de raíz y sacados de roqueríos, ya sea en la costa o en la zona cordillerana en el centro sur del país. 


El problema de esta práctica, sobre todo cuando los cactus se extraen en etapa de floración, es que afecta el ciclo reproductivo de esta planta mediante polinización, lo que provoca que haya “menos variabilidad genética, porque los polinizadores se van a pasear entre menos individuos”. La variabilidad genética de los cactus es muy importante ya que asegura la sobrevivencia de las poblaciones de esta planta en el caso de ser atacada por algún patógeno o agente externo.  

Los cactus son alimento de polinizadores (insectos o aves) y refugio de aves y reptiles. La depredación de grandes poblaciones, como se hace en el comercio ilegal, puede generar grandes riesgos en los ecosistemas. “Los cactus crecen en lugares que pueden ser bien escarpados, donde hay riesgo de erosión, y actúan como unos retenedores de tierra. Entonces al sacar a estos cactus, estos lugares van a quedar propensos a que se erosionen, y un suelo erosionado es muy difícil que se recupere”, explica Santiago. 

Eriosyce chilensis
Eriosyce chilensis o «Chilenito» es una de las 100 especies más amenazadas según la UICN

La recuperación de estas poblaciones de cactus depende de muchos factores. Santiago explica que, por ejemplo, en la zona norte del país el crecimiento de los cactus es mucho más lento. “En general, ese tipo de cactus que se ve en las fotos de la extracción tiene al menos 20 años aproximadamente, esto es, creciendo en la naturaleza y para los cactus de la zona centro”, explica.  

“Para que un ecosistema se recupere de la extracción de manera natural, deben ser mínimo entre 50 a 200 años yo creo, porque tiene que haber germinación, tiene que producirse todo el proceso desde cero”, asegura Santiago Figueroa.  

La Ley Sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal, en su artículo 54, sanciona «la corta, destrucción o descepado de formaciones xerofíticas», las que incluyen a los cactus. “Si una persona quiere extraer cactáceas de un sitio, tiene que tener un plan de trabajo aprobado por esta corporación (Conaf), que también puede infraccionar si alguien está extrayendo sin un plan aprobado”, explica María Carolina Gazmuri, del Departamento de Fiscalización, Gerencia de Evaluación y Fiscalización de Ecosistemas de la Corporación Nacional Forestal.  

Gazmuri explica que, si bien Conaf puede sancionar in situ la extracción no aprobada de cactáceas, no tiene las facultades de sancionar la venta ilegal. Por esto enfatiza en la importancia de que “la comunidad haga las denuncias pertinentes a Conaf, porque así nosotros podemos averiguar de dónde se sacan, y con eso poder encontrar a la persona in situ y así poder sacarle una infracción. Por otra parte, también lo que podemos hacer es comunicar esto a otras instituciones pertinentes, como por ejemplo Carabineros, porque si no cuentan con documentación adecuada se puede presumir como robo».  

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