Un clima cada vez más dañino producto de la contaminación, la degradación de los ecosistemas y el calentamiento global está intensificando una serie de desastres climáticos que generan que, año a año, cada vez más personas deban abandonar sus hogares en busca de condiciones más favorables para vivir.

Inundaciones en Nigeria 2022. Créditos: cortesía EFE / George Esiri
Inundaciones en Nigeria 2022. Créditos: cortesía EFE / George Esiri

En cifras, todos los años, los desastres naturales obligan a un promedio de 21,5 millones de personas a migrar en todo el mundo, según la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Junto a esto, científicos pronostican que las migraciones aumentarán con el calentamiento del planeta.

“Debido el calentamiento global se estima alrededor de 21 millones de personas de todo el mundo están experimentando desplazamiento provisional o permanente, es decir migración, como consecuencia en particular de los cada vez más frecuentes e intensos eventos extremos, por ejemplo la sequía, las olas de calor o las inundaciones, que están teniendo un efecto grande en aumentar la migración y el desplazamiento de personas, aunque no sea definitivo”, señala Raúl Cordero, académico de la Universidad de Santiago de Chile (USACh) y experto en cambio climático y energías renovables.

En ese sentido, cuantificar las migraciones motivadas por cuestiones medioambientales derivadas de la crisis climática no es una tarea fácil, ya que la relación entre migración y cambio climático es bastante compleja. Los condicionantes ambientales no actúan como únicos factores determinantes de la movilidad de las personas; se conjugan con procesos económicos, sociales y/o políticos.

Como señala Catalina Castillo, socióloga e investigadora colaboradora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia  (CR)2: “Es un fenómeno que está mediado por muchos elementos y características sociales, y no solo por la desigualdad y la pobreza, sino que también por temas de género y temas etarios. Por ejemplo, se ha demostrado que la forma de migrar de las mujeres es diferente y también, que hay muchas personas mayores o con algún tipo de discapacidad que no pueden, a veces, desplazarse frente a fenómenos de manifestación súbita”.

Sin embargo, existen algunas iniciativas como la liderada por el Internal Displacement Monitoring Centre (IDMC), que trabajan en la afinación de métodos, registro y monitoreo del desplazamiento interno por desastres climáticos.

Países africanos como Burkina Faso, Chad, Kenia, Níger, Sudán, Togo, Uganda y Zimbabue, son vulnerables de ser afectados por la sequía. Créditos: Fundación Religiosa de Turquía - Handout Agencia Anadolu
Países africanos como Burkina Faso, Chad, Kenia, Níger, Sudán, Togo, Uganda y Zimbabue, son vulnerables de ser afectados por la sequía. Créditos: Fundación Religiosa de Turquía – Handout Agencia Anadolu

El último informe del IDMC señala que el año 2021 hubo cerca de 23,7 millones de desplazamientos internos, principalmente en la región de Asia-Pacífico, derivados de eventos relacionados con el clima tales como inundaciones, tormentas y ciclones. Esta es una de las cifras más altas registradas y duplica el número de desplazados por conflictos y violencia, que ha sido la causa de 14,4 millones de desplazamientos internos en 2021.

Según este trabajo, la mayor parte de los desplazamientos por desastres naturales registrados se produjo en las regiones de Asia Oriental y Pacífico y Sur de Asia como consecuencia de tormentas, inundaciones, monzones, tifones o terremotos. Durante el año se registraron cerca de 19 millones de desplazamientos por desastres en estas regiones.

Cabe destacar, asimismo, que las migraciones climáticas pueden producirse de forma súbita, producto de algún desastre natural como terremotos, inundaciones o tormentas; o de forma paulatina producto de un desgaste progresivo de la población, en la medida que se van agotando los recursos.

“Se distinguen los fenómenos de manifestación lenta que están asociados, por ejemplo, a la sequía, al aumento del nivel del mar, a los procesos desertificación o a la degradación de los ecosistemas, y se distinguen los fenómenos de manifestación súbita, que tienen relación con el aumento de inundaciones, de tormentas, de huracanes, de deslizamientos de tierra. En el caso de los fenómenos de manifestación súbita, es un poco más fácil poder hacer un análisis porque se produce una movilidad inmediata de supervivencia para salvaguardar las vidas, pero el caso de los fenómenos de manifestación lenta es donde es más complicado generar datos porque son fenómenos que ocurren de forma gradual, es un proceso de adaptación donde primero se usan los recursos que tiene la población”, agrega la socióloga.

Desplazados pero no refugiados

Centro de refugiados en Ciudad Hidalgo (México). Foto: Saeschie Wagner
Centro de refugiados en Ciudad Hidalgo (México). Foto: Saeschie Wagner

La mayoría de los migrantes climáticos son gente que se traslada a otra parte de su país, generalmente de zonas rurales a ciudades, tras perder sus viviendas o sus medios de vida producto de sequías, crecidas del mar, inundaciones u otras calamidades climáticas. Y dado que muchas veces las ciudades también enfrentan sus propios problemas asociados -como crisis sociales, económicas, políticas u otros conflictos medioambientales- los desplazados a menudo deben buscar refugio en otros países.

Sin embargo, a los migrantes climáticos no se los reconoce como refugiados por el derecho internacional y ello dificulta su protección y cuantificación.  La convención de Ginebra de 1951 reconocía como refugiado a “una persona que se ve obligada a cruzar una frontera por temor a ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social particular u opinión política”. La definición fue ampliada posteriormente para incluir razones vinculadas a la conflictividad social, pero no al clima ni tampoco a la escala regional o interna.

Determinar quién es un migrante climático no es algo fácil, sobre todo en regiones donde abundan la pobreza, la violencia y los conflictos sociales. Si bien, las malas condiciones climáticas agravan la pobreza, la delincuencia y la inestabilidad política, así como aumentan las tensiones en torno a recursos casa vez más escasos, con frecuencia el cambio climático no es considerado un factor que empuja a la gente a abandonar sus patrias.

Sin embargo, se ha logrado comprobar a través de estudios que los países que más aportan migrantes climáticos, son justamente los que no tienen recursos o herramientas suficientes para generar una adaptación al cambio climático y/o que atraviesan diferentes crisis sociales, económicas y/o políticas. “De hecho, una de las proyecciones más importantes que se ha hecho en el último tiempo, donde se consideran principalmente fenómenos de manifestación lenta como el aumento del nivel del mar o la pérdida de cultivo, y también se incluyeron variables considerando los distintos escenarios de inclusión y de disminución de la brecha de desigualdad entre en la población, señala que efectivamente los países que se ven más afectados frente a este fenómeno son precisamente países que están en vías de desarrollo”, agrega la socióloga.

Por su parte, Rodolfo Sapiains, Doctor en Psicología y Gestión Ambiental e investigador del (CR)2, agrega: “Los procesos migratorios han ocurrido siempre, son parte de la historia humana, y en la actualidad estamos viviendo muchos procesos migratorios que no están directamente relacionados con problemas ambientales. Y en esas migraciones tú puedes observar que en realidad quienes pueden migrar es la gente que tiene recursos para poder financiar una migración. En muchos lugares lo que se observa es que el poder migrar a otro país implica una inversión de dinero muy alta, entonces quienes migran son quienes tienen la capacidad de poder pagar eso. Uno pensaría que el que migra es el que está más mal, pero hay personas que están tan mal que ni siquiera pueden irse”.

Agricultura tradicional de secano en la sierra peruana. Créditos: Pablo Escribano
Agricultura tradicional de secano en la sierra peruana. Créditos: Pablo Escribano

Cabe destacar, igualmente, que los desplazamientos por motivos climáticos no son una cuestión nueva en la historia de las migraciones. Y si bien,  aunque el cambio climático está generando diferentes modelos de migración y la crisis climática es una de las principales causas de migraciones, es difícil aislarla de otros factores asociados.

Migración climática y la situación de Chile

Según señala una investigación, el porcentaje promedio de vulnerabilidad en zonas carentes de agua potable es mayor al 80%. Por ello, no es de extrañar que la sequía sea considerada, junto con los desastres naturales, como una de las principales razones de la migración climática en el país, siendo las regiones de Arica y Parinacota, Atacama, Coquimbo y Valparaíso las más afectadas.

Debido a la escasez hídrica, muchos agricultores y personas que han vivido toda su vida en zonas rurales se han visto forzados a emigrar a la ciudad. Y eso lo saben muy bien los habitantes de Monte Patria, donde el 15% de su población ha tenido que dejar la ciudad por razones climáticas, y son considerados los primeros migrantes de este tipo certificados en el país, según el informe «Migraciones, ambiente y cambio climático», publicado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en agosto de 2017.

Asimismo, se han documentado otras migraciones históricas producidas por terremotos, incendios forestales y otros desastres climáticos. Sin embargo, pese a lo anterior, en Chile no existen grandes cifras de migraciones climáticas, si lo comparamos con la situación que ocurre en otras partes del mundo. Asimismo, existe muy poca investigación al respecto.

Como agrega el climatólogo Raúl Cordero: “Está documentada la migración de zonas rurales de la zona central, que son las zonas más golpeadas por la sequía. Pero más allá de esa documentación, Chile no es tanto una fuente de migrantes, porque Chile es un país que tiene un PIB per cápita mucho más alto que Pakistán, que los países centroamericanos o que los países africanos, que son las grandes fuentes emigrantes globales, ya que son países más pobres y por lo tanto menos resilientes. El problema es que debido a esa menor resiliencia, los migrantes tienen que escapar. En cambio Chile, como es un país más rico, es un país más resiliente, entonces no es tanto fuente de migrantes, si la hay, pero en mucha menos cantidad.”

Monte Patria. Créditos: Biodiversidad en America Latina
Monte Patria. Créditos: Biodiversidad en America Latina

Sin embargo, Chile es un país que si recibe mucha migración por parte de sus países vecinos, situación que se espera que se acreciente producto de la crisis climática. Esto se debe principalmente a la estabilidad social, económica y política que ha tenido Chile en las últimas décadas, que si bien se ha visto un poco mermada por la pandemia y el estallido social, se mantiene lejos de ser una crisis severa.

Uno de los principales problemas que produce la migración por motivos climáticos es que los países más pobres no solo tienen menos recursos, sino que en general tienen problemas de baja resiliencia debido a una institucionalidad débil, y a veces corrupta, entonces es todo un coctel que contribuye a una mayor migración.

“Chile tiene una administración no tan endeble, tiene una institución no tan débil, es uno de los países menos corruptos del continente y tiene una economía, que aunque a los chilenos les parezca mala, no lo es en comparación con los países de Centroamérica, algunos países tropicales de Sudamérica y el resto de África o el sudeste asiático. Entonces Chile más que fuente de migrantes debido a las migraciones climáticas, va a continuar siendo un receptor de migrantes y la migración cuando es masiva desafortunadamente también consecuencias negativas”, agrega el académico de la USACh.

En ese sentido, expertos destacan la necesidad de generar medidas adaptativas que logren disminuir este fenómeno, así como aumentar los recursos en investigación, mejorar la normativa en cuando a migración y planificar el crecimiento urbano de forma ordenada y sostenible. De esta forma el país sería capaz de recibir la gran cantidad de población migrante que se espera que reciba por causas climáticas, sin que se generen situaciones de violencia, discriminación y marginalización, como se ve hoy en día con otras migraciones que ha recibido Chile.

“Un paso preliminar que es muy relevante en estos momentos y muy necesario es la generación de información y de evidencia, que es algo en lo que nos está cayendo, porque tenemos que entender bien estos fenómenos para poder tomar medidas y desarrollar políticas adecuadas y basadas en evidencia”, agrega Catalina Castillo.

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