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Melanismo, leucismo y albinismo en la fauna: Cuáles son las diferencias y en qué consisten estos fenómenos
En el reino animal, los colores van mucho más allá de la apariencia, siendo un punto fundamental para la supervivencia de cada especie. Sin embargo, muchas veces la genética toma un rumbo distinto. Rasgos poco comunes como el melanismo, el leucismo y el albinismo alteran los patrones habituales de la pigmentación, tiñendo la fauna de un negro intenso, o bien privándolas de todo color. Para comprender el porqué de esto, conversamos con Diego Peñaloza, presidente de la Fundación Safari Conservation y vicepresidente del Colegio Médico Veterinario de Chile; Nataly Díaz, médico veterinaria del Bioparque Buinzoo, y Agustín Iriarte, biólogo, ecólogo de vida silvestre y experto en mamíferos chilenos.
El color no es solo belleza. La coloración en el reino animal es un elemento fundamental que cumple funciones de reproducción y adaptación en el entorno. Los tigres de bengala (Panthera tigris tigris), por ejemplo, se mimetizan con el paisaje ante los ojos de los chitales (Axis axis), quienes solo pueden observar ese brillante pelaje anaranjado como simples tonalidades verdes. De esta manera, los tigres desaparecen entre los pastizales amarillentos, facilitando así la captura de sus presas.
Por otro lado, una gran variedad de especies exhiben sus colores en busca de pareja. El pavo real común (Pavo cristatus) despliega su plumaje durante el cortejo, que puede llegar a medir hasta dos metros de altura. Cuanto más brillantes e intensos son los colores de sus plumas, más vigorosidad demuestran. Esto funciona como una herramienta de comunicación visual que comprueba su capacidad reproductiva ante las hembras de su misma especie.


Pero, ¿qué pasa cuando un animal carece de colores? Estos avistamientos, como el recientemente viralizado carpincho albino o la nutria neotropical albina en Argentina, llaman la atención a simple vista humana. Sin embargo, para los animales, significa enfrentarse a una serie de dificultades.
Tres principales variaciones de pigmentación
En la fauna, existen distintas alteraciones genéticas que afectan la expresión de los pigmentos en la piel, pelaje, plumas y escamas del animal. Entre estas, se encuentran el melanismo, el leucismo y el albinismo.
Los animales con melanismo presentan una mutación genética en la que se da una producción excesiva de melanina, el pigmento que le da color a su cuerpo. Esto hace que el animal tenga un color más oscuro o completamente negro.
Al contrario, el albinismo es una mutación genética que impide la producción de melanina, generando una ausencia total de este pigmento. Como consecuencia, el animal presenta una piel, pelaje, plumas o escamas completamente pálidos o blancos, y sus ojos suelen ser rosados o rojos, ya que se dejan ver los vasos sanguíneos, lo que afecta significativamente su visión.
El leucismo, por otro lado, implica una pérdida parcial o total de pigmentación debido a una alteración en la migración y cantidad de los pigmentos existentes en el cuerpo. A diferencia del albinismo, los ojos de la especie mantienen su color natural, ya que la producción de melanina en esa zona no se ve afectada.



“Estas condiciones se producen por mutaciones genéticas que afectan genes relacionados con la producción, transporte o regulación de melanina, como los genes TYR, MC1R o SLC45A2. Estas mutaciones suelen heredarse de manera recesiva, lo que significa que ambos progenitores deben portar y transmitir el gen alterado para que se manifieste la condición en la descendencia”, explica Diego Peñaloza, presidente de la Fundación Safari Conservation y vicepresidente del Colegio Médico Veterinario de Chile.
En palabras más sencillas, cada animal hereda dos copias de cada gen, una de cada progenitor. Si ambas copias tienen una mutación recesiva, alguna de estas condiciones puede llegar a manifestarse. En este sentido, un animal que parece normal puede ser portador del gen y transmitirlo, sin mostrar indicios visibles. Sin embargo, si se aparea con otro portador, aumenta la probabilidad de que la cría desarrolle dicha condición.
Ventajas y desventajas
Como ya lo explicamos, el color cumple un rol fundamental en los distintos ámbitos que le permiten a los animales crecer y sobrevivir en la naturaleza. Por lo tanto, la ausencia de pigmentación, aunque es visualmente atractiva para el ser humano, puede presentar consecuencias significativas para el ejemplar que presente alguna de estas condiciones.
“Estas características pueden tener ventajas como desventajas”, explica Nataly Díaz, médico veterinaria del Bioparque Buinzoo. “Por ejemplo, los animales con melanismo suelen tener mejor camuflaje en ambientes oscuros, lo que podría garantizar una mejor supervivencia, al contrario de los animales albinos o con leucismo, que carecen de las propiedades de camuflaje que les ofrece un pelaje normal, por lo que son más vulnerables a ser detectados por depredadores o a cazadores furtivos”.

Esta alteración en la coloración de los animales dificulta también la búsqueda de pareja. Muchas especies utilizan el color de su pelaje, plumaje o escamas para atraer parejas, ya que este representa su estado de salud y disponibilidad para reproducirse. La falta de pigmentación del albinismo y el leucismo puede afectar la comunicación visual entre especies, interfiriendo con procesos importantes como el cortejo y sometiéndose muchas veces al rechazo de su población.
Del mismo modo, no solo pueden existir problemas para su supervivencia ecológica, sino también para su supervivencia fisiológica. Díaz comenta que, de estas tres alteraciones, “el albinismo suele tener consecuencias físicas y en la salud, debido a que los animales que la presentan pueden presentar fotofobia, mayor riesgo de cáncer de piel por exposición solar, como también mayor sensibilidad en ojos y piel, siendo más vulnerables a desarrollar enfermedades oculares y/o dermatológicas”.
Por otro lado, Peñaloza señala que “en animales como los tigres blancos, resultado de prácticas de cría selectiva, también se han reportado casos de deformidades óseas o ceguera parcial”.

En el caso del melanismo ocurre lo contrario: no suele presentar consecuencias negativas, e incluso se ha llegado a asociar con ventajas fisiológicas o inmunológicas. Este puede otorgar una mayor capacidad de camuflaje en hábitats oscuros y mayor eficiencia térmica en climas fríos, ya que el negro ayuda a absorber mejor el calor.
Es importante señalar que no todos los animales blancos tienen albinismo o leucismo: algunos simplemente son de piel clara. Aunque físicamente son parecidos, estos fenómenos son diferentes a las especies que biológicamente tienen el pelaje blanco, como es el caso de los osos polares (Ursus maritimus). Sobre ellos, Agustín Iriarte, biólogo, ecólogo de vida silvestre y experto en mamíferos chilenos, explica que “no son albinos ni tienen leucismo, sino que es su condición natural. Además, su hábitat requiere que sean blancos para pasar desapercibidos. Por ejemplo, a veces, cuando van a cazar, se tapan los ojos, porque el ojo es lo único negro que tienen”.

Muchas veces, esta distinción sólo puede realizarse a través de estudios genéticos y pruebas de ADN, que detectan las mutaciones en los genes relacionados con la pigmentación. En el caso del albinismo, la clave está en mirarles los ojos, que muchas veces serán de tonalidades rojizas.
¿Qué tan comunes son estos fenómenos?
Estas alteraciones de pigmentación no son tan frecuentes, sin embargo, existen, y su variabilidad depende de la especie, la genética poblacional y el entorno en que crecen y se desarrollan. Entre estas, el albinismo es el fenómeno menos común. Según explica Peñaloza, en vertebrados se estima que solo 1 de cada 10.000 a 20.000 nacimientos presenta esta variación.
En el caso del leucismo y el melanismo, “pueden ser más frecuentes en poblaciones pequeñas o aisladas, o donde haya una ventaja selectiva o práctica de cría selectiva, como ocurre en algunos felinos, reptiles y aves ornamentales. En ciertos contextos ecológicos, estas mutaciones pueden acumularse y volverse más comunes”, aclara.
Tanto el melanismo, como el leucismo y el albinismo han sido documentados en una gran cantidad de especies a nivel global. En el caso particular de Chile, es relativamente común observar güiñas (Leopardus guigna) melánicas. “Las güiñas tienen los récords de melanismo en mamíferos en el mundo«, cuenta Iriarte. «Hay un caso de un estudio de la población de guiña en la Laguna San Rafael. Allá el porcentaje era entre el 30% y el 40% de la población”.

En este sentido, algunos de estos rasgos son más comunes en algunas especies que en otras. El leucismo, por ejemplo, es más visible en aves y en reptiles. El albinismo, aunque es más raro, es mayormente registrado en mamíferos, marsupiales, anfibios y cetáceos.
A diferencia de estos casos, las variaciones de colores naturales en la fauna pueden deberse a polimorfismos normales dentro de una población que no implican alteraciones fisiológicas. Peñaloza explica que «distinguir estas condiciones de una simple variación de color requiere observar patrones específicos. En el albinismo, los ojos rojizos o rosados son una señal clave, ya que indican ausencia total de melanina. En el leucismo, la coloración blanca puede ser parcial o total, pero los ojos mantienen su color normal».
Copito de Nieve y otros casos emblemáticos
En octubre de 1966, un grupo de agricultores asesinó a una hembra de gorila que se comía los cultivos de plátanos y café en Nkó, Guinea Ecuatorial (en aquella época, Guinea Española). Pronto se percataron de la presencia de una cría de gorila que se aferraba con fuerza al cuerpo inerte de su madre. Su pelaje era completamente blanco.
Nfumu Ngui (gorila blanco en lengua fang) fue más conocido como Copito de Nieve y es el único gorila albino en el mundo registrado hasta hoy. Pasó un mes en proceso de adaptación en un centro de conservación de Ikunde, donde respondió positivamente a la vida en cautiverio y a la relación con humanos. En noviembre de ese mismo año fue enviado al Zoo de Barcelona, donde permaneció durante 36 años y tuvo 21 hijos con tres hembras distintas.


El tipo de albinismo que presentó Copito era equivalente al que se da con frecuencia en humanos: albinismo oculocutáneo (OCA) del subtipo 1A. En este, existe una disminución de la pigmentación de los tejidos en los ojos, cabello y piel, que provoca una sensibilidad particular a los rayos ultravioleta solares. El otro tipo es el albinismo ocular (OA), que afecta principalmente a los ojos.
Como consecuencia de las complicaciones fisiológicas que trae consigo esta expresión atípica de coloración, Copito de Nieve finalmente falleció en 2003 debido a un grave cáncer cutáneo, a pesar de los esfuerzos y cuidados del personal veterinario.
En 2018, un registro tomado en el parque ecológico Serra dos Órgãos de Río de Janeiro (Brasil) causó conmoción al observarse al primer puma con leucismo fotografiado en el mundo. La imagen fue captada por un equipo de científicos del Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad, quienes destacaron que se trataba del primer felino de la especie que se ha registrado con dicha condición.
Ese mismo año, la familia de Boris Huencho se encontró con un pequeño pudú albino, mientras caminaba por los alrededores de Cucao, en Chiloé. Este emblema chileno es una especie catalogada como Vulnerable, y sus principales amenazas son la pérdida de su hábitat, la depredación y transmisión de enfermedades por parte de perros y la caza furtiva.


Según comenta Iriarte, también existe una leyenda andina que cuenta la existencia de un guanaco blanco de nombre Yastay. Su misión en estos territorios es proteger a las especies que habitan la zona de la caza, especialmente a los mismos guanacos y las vicuñas. Verlo es difícil, por lo que la suerte acompañará a quien se tope frente a frente con él.

La importancia de su estudio
Díaz dice que “el registro y estudio de estas condiciones podrían ayudar a entender la genética, evolución, diversidad y salud de las especies en sus ecosistemas. También los casos de animales con estas condiciones pueden ayudar en educación ambiental, ya que generan curiosidad en las personas, lo que permite compartirles información clave para proteger los hábitats de esos animales”.
Estas alteraciones en la coloración de la fauna son capaces de revelar mucho sobre la genética, procesos evolutivos y dificultades ambientales a las que se enfrenta. En la actualidad, no existe un gran avance en el estudio de fenómenos que tengan relación con la pigmentación en la fauna, por lo que hay pocos estudios oficiales en torno a estos catastros. El estudio del melanismo, leucismo y albinismo es de gran importancia para comprender de mejor forma el rol biológico y evolutivo que ejercen en la naturaleza y la capacidad de las especies que padezcan alguna de ellas de adaptarse a distintos hábitats.
El color no es solo belleza. Es lenguaje, estrategia y, por sobre todo, supervivencia. Por eso, investigar estas condiciones va mucho más allá de la curiosidad genética. Es, también, una entrada para comprender de qué manera los animales se adaptan —o no— a su propio entorno.