Guanaco entre bosques. Foto: Meredith Root-Bernstein
Guanaco entre bosques. Foto: Meredith Root-Bernstein

El guanaco (Lama guanicoe), una de las especies silvestres más representativas de la fauna chilena, fue durante siglos un habitante natural de la zona central del país. Sin embargo, su presencia ha desaparecido casi por completo de este territorio. Hoy, científicos y conservacionistas trabajan para revertir esa realidad. ¿La meta? Reintroducirlo y recuperar con ello su rol ecológico como «jardinero natural», fundamental para la restauración del bosque esclerófilo.

La ONG Kintu, en colaboración con el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y diversas instituciones públicas y privadas, lidera una iniciativa pionera para traer de regreso a esta especie a los cerros, quebradas y bosques de Chile central. Pero para lograrlo, necesitan algo más que voluntades y estudios. Requieren reconstruir la historia perdida del guanaco en este territorio.

Una pieza clave en un ecosistema Frágil

El bosque esclerófilo, ecosistema caracterizado de la zona central de Chile se encuentra en estado crítico. La sequía, el cambio climático, los incendios forestales y la expansión urbana han reducido y fragmentado sus áreas originales. Frente a este escenario, reintroducir especies que cumplen funciones ecológicas clave se ha vuelto una estrategia urgente para restaurar su equilibrio.

En este contexto, el guanaco aparece como una pieza faltante esencial. “El guanaco es dispersor de semillas, recorre grandes territorios, genera espacios de fertilización natural y promueve la regeneración vegetal. Es como un jardinero del ecosistema, que ayuda a mantenerlo vivo y saludable”, explica Matías Guerrero, biólogo y presidente de la ONG Kintu.

Manada de guanacos. Foto: Matías Fleischmann
Manada de guanacos. Foto: Matías Fleischmann

Desde esta organización han lanzado una convocatoria ciudadana a través de redes sociales especialmente en su cuenta de Instagram (@kintu_restauracion), para recolectar evidencias históricas de la presencia del guanaco en Chile central: fotografías antiguas, relatos orales, documentos, registros de caza y cualquier otro dato que permita rastrear dónde vivió este animal en la zona central de Chile.

Los primeros casos

Entre 2021 y 2023, un grupo de científicos realizó una experiencia inédita en Altos de Cantillana, en la Región Metropolitana. Allí, en una hectárea cercada, introdujeron cinco guanacos en un entorno experimental para observar su impacto ecológico.especie antes de su desaparición del territorio.

Los resultados fueron sorprendentes: los guanacos ramoneaban espinos (Vachellia caven), estimulando su crecimiento y multiplicación de ramas, lo que generó un efecto en cascada que benefició a otras especies vegetales que se desarrollaron bajo su sombra. También se observaron plantines creciendo en los sitios donde los animales defecaban, confirmando su rol como dispersores de semillas.

El bosque comenzó a responder y a regenerarse con mayor fuerza. Lo que observaron los científicos fue una mejora en la estructura del ecosistema gracias a la presencia de los guanacos.

Por otro lado, desde 2017 se desarrolla un proyecto en el Santuario de la Naturaleza Cascada de las Ánimas, en el Cajón del Maipo. Allí se introdujeron machos guanacos, que han logrado adaptarse al ambiente local, marcando territorio con sus defecadores, una conducta propia de su especie.

Manada de guanacos en el bosque. Manada de guanacos. Foto: Meredith Root-Bernstein
Manada de guanacos en el bosque. Foto: Meredith Root-Bernstein

El por qué se necesita información histórica del guanaco

Reintroducir una especie en un territorio no es simplemente liberarla en la naturaleza. Existen criterios técnicos y científicos que deben ser considerados para que la acción no genere efectos negativos en las poblaciones involucradas.

Uno de los pilares de este enfoque es la genética de conservación, diciplina que analiza el flujo de genes dentro de y entre poblaciones y los riesgos asociados a su aislamiento o mezcla. Meredith Root-Bernstein, investigadora del proyecto, explica:

«Actualmente, Chile carece de una política actualizada sobre las traslocaciones y reintroducciones de fauna nativa que toma en cuenta la ciencia de genética de conservación desarrollado en el siglo XXI.  Según la genética, cada población de especie es un grupo de individuos que reproducen entre sí.  También existen meta-poblaciones, o sea cierto nivel de flujo genético entre poblaciones, lo que permite que las poblaciones forman una sola especie.  Al separar definitivamente las poblaciones, pueden divergir hasta devenir especies distintas o, al ser poblaciones demasiado pequeñas, extinguirse».

Así, la genética de conservación ha desarrollado herramientas de modelamiento y tomas de decisión durante los últimos años. «El problema particular de los guanacos es que, aunque los especialistas en zoología de guanacos están de acuerdo que su distribución pre-colombina fue la totalidad del cono sur, hoy en día las poblaciones de guanacos se encuentran fragmentadas en varias sub-poblaciones, con en particular un hueco muy grande en lo que es Chile central.  Las poblaciones pequeñas alrededor de Chile central, en los altos Andes, en la Cordillera de la Costa en Región de Valparaíso y más al norte, se quedan con pocas conexiones entre ellos: los guanacos de una población no se encuentran, y no se reproducen, con los de otra.  En cambio, sí hay transito sobre los Andes entre las poblaciones andinas de Chile y de Argentina.  

Guanaco en el bosque. Foto: Meredith Root-Bernstein
Guanaco en el bosque. Foto: Meredith Root-Bernstein.

En este sentido, querer reintroducir guanacos en Chile central para reparar la fragmentación poblacional y prevenir la extinción de las poblaciones aisladas, puede representar dos grandes peligros a evitar. El primero, de acuerdo a Meredith, es que «entre las escasas poblaciones locales de guanacos, no es obvio dónde encontrar una fuente de animales a sacar de su población actual para translocar a un lugar actualmente sin guanacos, sin perjudicar a las pequeñas poblaciones existentes». Además, translocar las poblaciones de Chile central es ilegal según la normativa actual. «Por lo mismo, todas las poblaciones de guanacos en cautiverio en Chile central son de origen de Tierra del Fuego. Pero igualmente ilegal, según la normativa actual, la liberación de guanacos en cautiverio de origen fueguino. ¿De dónde entonces encontrar una población fuente?», explica la investigadora.

Por otro lado, existen dos riesgos genéticos al querer reconectar poblaciones separadas por fragmentación. Primero, la depresión por endogamia (cuando se reproducen individuos emparentados y se pierde diversidad genética) y la depresión por exogamia (cuando se cruzan poblaciones genéticamente muy distintas y se pierden adaptaciones locales). Eso, apunta la investigadora, puede resultar en tasas elevadas de muerte y reproducción.

En este sentido, para tomar decisiones, los científicos utilizan el árbol de decisiones desarrollado por Richard Frankham, referente mundial en conservación genética.

«El árbol de decisiones no requiere hacer análisis genético.  Basado en muchos estudios y experiencias anteriores, la decisión está tomada según varios criterios de la especie y las poblaciones en cuestión, incluyendo el número de generaciones de separación entre las poblaciones. Este último criterio es el único que falta para poder seguir el árbol de decisiones para los guanacos en Chile. La historia precisa de la fragmentación de poblaciones de guanacos en Chile no a sido documentado, y los hábitats y localidades específicas donde más recientemente se encontraron guanacos no se sabe en detalle.  Esa información nos permitiría calcular cuáles son las poblaciones que se podría reintroducir a diferentes lugares de Chile central con riesgos genéticos aceptables, y con cuáles poblaciones se las puede conectar.  Esto sería la base de una nueva política de reintroducción de guanacos«, explica Meredith

Por ello, las técnicas de etnobiología para saber más sobre las últimas poblaciones de guanacos en Chile es importante, sobre todo en Chile Central. Estos datos, dice Meredith, se pueden «usar para evaluar el número de generaciones entre contacto entre poblaciones de guanacos. Incluyen avistamientos, fotos, relatos de caza, documentos históricos, y otras fuentes informales que incluyen una localidad y una fecha aproximativas».

Guanacos en grupo: Foto: Matías Fleischmann.
Guanacos en grupo: Foto: Matías Fleischmann.

La visión de Kintu y sus aliados no es solo ecológica, sino también social. Quieren que la reintroducción del guanaco sea un proyecto que una a comunidades locales, expertos, municipios, áreas protegidas privadas y actores públicos. La recopilación de datos históricos será la base para diseñar un política de reintroducción responsable y contextualizada.




1 Comentario
·