Las guías de campo o bolsillo son libros diseñados para que los lectores puedan identificar fácilmente flora, fauna u otros objetos de origen natural. Destacan por sus imágenes o ilustraciones, y características acotadas de las especies. Es decir, la información está muy sintetizada. Su tamaño y formato está pensado para que sean cómodas y fáciles de portar en caminatas o salidas a terreno, entre otras actividades. 

Entre ellas, están las prácticas guías desplegables de Museo Ediciones, que se plantearon, hace 5 años como una opción fácil de transportar y con información valiosa para la identificación de especies chilenas en terreno. Desde entonces, la colección abarca casi la totalidad de aves y mamíferos terrestres de Chile, además de una gran parte de reptiles e insectos.

Daniel Martínez, licenciado en artes, ilustrador y creador de estas diversas guías de campo, cuenta que, desde la primera guía de aves de Chile, ya van en la décimocuarta publicación, esta vez, enfocada en anfibios de Chile, bajo la asesoría científica de Andy Charrier, quien es antropólogo, fotógrafo y herpetólogo.

El proceso detrás de una guía de campo

Daniel explica que lo fundamental en la elaboración de estas guías es estudiar en profundidad los ejemplares y su anatomía. Por ejemplo, en el caso de esta última guía publicada, era la primera vez que ilustraba anfibios, “nunca les presté una atención mayor que la anecdótica de topármelos, así que fue un desafío interesante”. Cuenta que estudió durante meses estas especies, sus características y en qué se diferencian unas de otras, y que, justamente, a través del dibujo las fue aprendiendo. “Tuve que aprender cuántos deditos tiene cada mano, cada patita, la estructura del tímpano…”, detalla. 

Hay algo que no le gusta hacer: copiar imágenes de internet. “Buscar la mejor foto de una especie y simplemente copiarla va un poco en la dirección contraria a mi forma de entender las cosas en pintura (…), creo que lo fundamental es observar los ejemplares en terreno o en colecciones”. 

Guía de Anfibios de Chile. Créditos: Librería Libro Verde.

“La ilustración para mí es el proceso de aprendizaje. Yo aprendo esto dibujando y pintando, entonces fue un proceso largo y bonito”, dice Daniel.

Según él, la naturaleza se asemeja con un libro, ya que está llena de especies interesantes que hasta no prestarles atención y conocer sus nombres están “de algún modo invisibles”. Recuerda, una vez más, que antes de embarcarse en esta guía de campo, nunca se había detenido en los anfibios, a diferencia de las aves, los reptiles y los mamíferos, que sí suele retratar. Por ello, se identifica con los lectores que muchas veces se aventuran a estas guías sin conocimientos previos. “Yo sigo siendo un aprendiz y alumno de la naturaleza”, concluye con entusiasmo.

Daniel y Andy trabajando en Guía Anfibios Museo Ediciones
Daniel y Andy examinando anfibios. Créditos: Museo Ediciones.

El ilustrador describe lo impactante que fue para él desplegar por primera vez la guía de campo una vez terminada, “me pasó lo mismo con los micromamíferos (…). Cuando los ves todos juntos algo se abre, algo queda, ya no es un listado de nombres…”. 

Al preguntarle si percibe que existe suficiente accesibilidad y fomento a la ciencia, responde que para él, esta ya tiene su espacio y tribuna. “Yo creo que estamos en deuda con hacernos parte de la naturaleza en general”, aclara.  

Guía de Insectos de Chile Central. Créditos: Travel Books.

A partir de ese momento, Daniel comienza a ejemplificar y describir situaciones en las que los seres humanos buscamos transformar y adaptar la naturaleza para nuestro beneficio, en lugar de nosotros entregarnos a ella. “Queremos que el mundo sea una postal (…), pero tenemos que hacer que los niños metan las manitos más en la tierra, que los jóvenes entiendan que los bichos que tanto molestan son parte del ecosistema y que son fundamentales, y que la tierra es nuestro único soporte”, dice con convicción.

Por su lado, Andy explica que para comprender cómo fue la elaboración de esta guía, hay que remontarse aún más atrás en el tiempo. Nos contó que tiempo atrás realizó un libro de aproximadamente 300 páginas, que no era tan útil y cómodo para llevar a terreno, sino más bien para hacer consultas al volver de las salidas

Variedad de guías de Campo Fauna de Chile. Créditos: Museo Ediciones.

“Yo voy un montón a terreno, voy con cabros jóvenes y todos ocupan las guías de Museo Ediciones (…). Cuando yo no tengo las respuestas, aparece en las guías lo que estamos buscando”, relata. 

Entonces, decidió ponerse en contacto con Daniel para proponerle esta nueva guía de campo sobre anfibios de Chile, “se demoró un par de días en responder y me dice: ‘Andy, me encantaría hacer un proyecto contigo, sólo haría algo de ranas contigo’”. 

Guía de Anfibios de Chile. Créditos: Librería Libro Verde.

Su primer encuentro fue en el laboratorio de la Universidad Católica, revisando cráneos y dientes de roedores para la guía de Daniel llamada “Clave para la identificación de Cráneos de roedores y lagomorfos de Chile”. Luego de eso, el ilustrador le envió a Andy algunos dibujos de Alsodidae, el género más amplio de sapos en Chile. “Después no supe más de él por varios meses (…), y de repente, me manda un desplegable de anfibios ya terminado, estaba listo, pero obviamente había que arreglar detalles”, dice Charrier impresionado. 

El proceso de edición y resolución de los últimos detalles tomó entre cuatro y cinco meses. “Casi todas las semanas yo le mandaba comentarios como: ‘Oye este verde debería ser más oscuro’ o ‘Este dedo debería ser más largo y esta mancha más café’. Así hasta que finalmente logramos sacar la guía”. 

Guía de Anfibios en proceso de revisión. Créditos: Daniel Martínez.

“Me parece importante mostrar en este pequeño formato de guías de campo la gran cantidad de especies de anfibios que tenemos en Chile, su gran diversidad de formas y de colores, las adaptaciones que durante millones de años logran para subsistir en ambientes tan complejos de frío, altura o sequía, y también su belleza”, comparte Andy.

“Es muy relevante que los científicos funcionen como una visagra, que sean articuladores entre dos mundos distintos: el de la academia y el de la sociedad (…). No sé exactamente cuál es el mejor medio para eso, pero estoy intentando por todos ellos llegar a la fórmula para acercar la naturaleza a las personas. Diría que la forma de democratizar el conocimiento tiene que ser desde los más niños, hasta el presidente o la ministra del Medioambiente. En el caso de los libros, siempre digo que son para niños entre 0 y 90 años”, concluye Charrier.

Al preguntarles sobre el recibimiento de las guías de campo, ambos responden con humildad que es muy positivo. Pero es mucho más que eso, es cosa de leer los comentarios en las redes sociales cuando se anuncia el lanzamiento de una nueva guía: «¿Dónde me anoto? ¡Felicitaciones! Me encantan esas guías de bolsillo», «Ay que no se me vaya a pasar, mi hijo todos los días me pregunta, lo espera con ansias«,  «Qué lindo cómo va creciendo la colección, muchas felicidades», «Al fin, un trabajo muy esperado!!», «¡Gracias por tanto! Años esperando una guía de campo actualizada!!» y «Buenísimo, compra segura por acá… y a futuro una guía postcraneo estaría genial también», entre muchos otros. Tras esta familia de guías de campo, también se ha formado algo parecido entre los lectores: una comunidad.

Puedes revisar el abanico completo de guías de campo de Museo Ediciones haciendo click aquí.

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