*Este reportaje fue publicado originalmente en la revista Andes Mágicos.

En invierno de 2019 se conoció el anuncio. El valle de las Arenas, ubicado a los pies del Volcán San José, cerca de las localidades de Lo Valdés y Baños Morales, en el Cajón del Maipo, se había vendido. Podría ser otro rincón perdido de la Cordillera de los Andes, pero no lo era. Durante años la comunidad de montañistas, guías, arrieros, senderistas y escaladores lo ha convertido en uno de los lugares más icónicos del país para los deportes de montaña. Un santuario con grandes hitos de escalada como Choriboulder y del andinismo como los glaciares El Morado, Loma Larga y Cortaderas y los cerros Arenas y Punta Balcón, entre otros atractivos de belleza indiscutible. No solo estéticamente importantes, sino de altísimo valor ambiental al ser grandes reservorios de agua dulce en el actual contexto de mega sequía.

Un anfiteatro natural lleno de maravillas escénicas, cuevas de hielo y altas cumbres que bordean un cajón amplio al inicio y estrecho y sinuoso a medida que se avanza. Pero ese año un grupo de inversionistas privados lo compró, generando una serie de reacciones de parte de la comunidad montañera que vio con preocupación la posibilidad de que se restringiera su acceso.

Amanecer en El Morado ©Revista Andes Mágico
Amanecer en El Morado ©Revista Andes Mágico

Tras algunos primeros acercamientos, infructuosos todos ellos, la tensión fue en aumento y llegó a un límite cuando los nuevos dueños clausuraron y desalojaron varios refugios que los deportistas habían levantado ilegalmente cerca de la faena del controvertido Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo. “Eran virtualmente tomas, pero que tenían como objetivo principal fiscalizar el estricto cumplimiento de la Resolución de Calificación Ambiental de Alto Maipo”, aseguran en la ONG Acceso Panam, organización internacional sin fines de lucro creada en 2009 que se dedica a conservar y mantener abiertos los accesos a las áreas de escalada y montañismo en Latinoamérica.

Tras este incidente ha habido un largo y tenso silencio, provocado en parte porque la pandemia alejó a los visitantes por un tiempo. Mientras, la nueva administración avanzó en su plan de manejar el lugar como un parque privado, al tiempo que uno de sus socios impulsa un negocio de excursiones en motos de nieve para la práctica de esquí y snowboard que atrae a deportistas extranjeros, principalmente norteamericanos. Mientras todo esto ocurre, el controvertido proyecto hidroeléctrico Alto Maipo, que mantiene una faena en el lugar, se prepara para entrar en operaciones y, de paso, desocupar el acceso al valle dejando caminos de acceso abiertos y expeditos.

El conflicto de las Arenas, Parte uno: Rion Turner y Cristian Wehrhahn

La primera parte de este reportaje involucra una extensa entrevista a Rion Turner y Cristian Wehrhahn, quienes accedieron a conversar con Revista Andes Mágicos en su parcela de Lo Valdés a comienzos de noviembre de 2021. El lugar, rodeado de montañas, es ocupado por la joven pareja y su pequeño hijo, quienes dividen su vida entre montañas nevadas de Chile y Estados Unidos. Además, y para precisar algunos aspectos, se realizó una segunda entrevista online (vía Whatsapp) en febrero de 2022.

CW en moto de nieve ©Revista Andes Mágicos
CW en moto de nieve ©Revista Andes Mágicos

– ¿Cómo y por qué decidieron cerrar y echar abajo los refugios instalados en el valle?

Cristian Wehrhahn (CW): – Preferimos no comentar sobre esto, hemos recibido amenazas violentas por este tema. Todo lo que hicimos está dentro del marco legal y fue por el beneficio del Parque.

– ¿Cómo se puede complementar la conservación del valle con las excursiones en motos de nieve?

CW: -Creemos que el parque debe estar abierto para el uso público y acoger diferentes actividades deportivas. El uso de motos de nieve en el valle se practica desde hace unos 15 años. Dicho esto, hemos limitado el número de motos por día, los lugares donde se pueden usar, su uso tiene un costo diario que va en beneficio del Parque y finalmente ayuda a su conservación.

-Christian Moscoso, director para Chile de Acceso Panam, dice que están dispuestos a sentarse a conversar con ustedes, ser interlocutores y proporcionar herramientas para que ustedes las apliquen en un plan de manejo y conservación. ¿Aceptarían esa invitación?

CW: -Nuestro correo y página web están a disposición de quien quiera proponer ideas u opiniones que ayuden a mejorar este hermoso lugar. Claro que aceptamos cualquier invitación para escuchar y conversar sobre ideas para el parque. Todos los días recibimos varios correos, tanto de voluntarios y visitantes, como de interesantes y creativas propuestas. Agradecemos mucho el interés demostrado por participar de este lindo proyecto.

– ¿Cómo llegan a convertirse en los dueños del valle de las Arenas?

CW: -Llegamos a vivir muchos años antes de siquiera saber que el valle de las Arenas estaba a la venta. Llegamos a conocer en motos de nieve con amigos. Yo había venido antes a buscar lugares para una competencia de snowboard. Me mandó la tienda Adrenalin a buscar nieve. Había harta nieve y harta montaña y encontré raro que nadie viniera. Después, arrendando motos de nieve me trajo una productora que quería entrar al Cajón del Morado y tenía los permisos. Después compramos la parcela, conocimos unos vecinos. En esa época había que pedirle permiso a la familia Von Platen para entrar, porque ellos eran los dueños. Eran unos alemanes que no pescaban mucho. Tenían todo abierto acá. Un día me mandaron una carta informando que se vendía el valle. Se la mandaron a posibles interesados, entre ellos a mí. Nos habíamos reunido antes para pedirles permiso para meter las motos de nieve. Le conté a mis contactos, a cualquiera que tuviera un interés por la montaña, que se vendía el valle, que era bueno juntar unos cuantos inversionistas. Tuvimos reuniones con los Von Platen, estuvimos como dos años en eso. Juntamos a los inversionistas, entre ellos un vecino de acá y mi señora. Finalmente cerramos el negocio.

Campamento invernal en El Morado ©Revista Andes Mágico.
Campamento invernal en El Morado ©Revista Andes Mágico.

– ¿Cuándo se concretó la compra?

CW: -En 2018 ó 2019.

– ¿Fue una oferta privada o se hizo públicamente?

CW: -Nunca supimos quiénes eran los otros interesados, sólo sabíamos que eran cinco o seis. Existía una ONG, Andes Libres, que sabíamos que estaban interesados y que ayudamos a crear, pero no vimos mucho compromiso de parte de ellos. No sé si compromiso será la palabra, pero no vimos que juntaran la inversión. O sea, el valle estaba a la venta y podía comprarlo cualquiera de estas cinco personas.

– ¿Cuánto costó el valle de Las Arenas?

CW: -Casi un millón de dólares, un poco menos, en ese tiempo.

– ¿Qué territorio abarca? ¿Cuánto es?

CW: -El valle completo son como siete mil hectáreas.

– ¿Eso es lo que compraron ustedes, siete mil hectáreas?

CW: -Sí, pero que no es el valle completo. Son siete mil hectáreas de cerros que parten desde la cumbre del Mesón Alto, a los 5 mil metros de altura, y lo que cae hacia el río Volcán.

– ¿Qué quieres hacer en este lugar? ¿Cuál es el proyecto que tienen para darle un destino a este valle que tiene una carga simbólica muy grande y que ha sido una verdadera escuela para generaciones de montañistas chilenos?

CW: -A mí me interesa poder seguir trabajando y haciendo mi proyecto de motos de nieve, que siempre ha sido a una escala pequeña. Yo trabajo con deportistas de Estados Unidos que a su vez trabajan para marcas deportivas. Hago un poco de turismo, pero no mucho. Me interesa hacer esto legal y tranquilamente.

– ¿Cómo funciona tu negocio? ¿Traes clientes extranjeros?

CW: -Claro. Esta actividad la vengo haciendo hace muchos años y así nació mi interés por el valle. Después de la entrada de Alto Maipo se empezó a llenar de gente y, como usuarios del valle, empezamos a ver que estaba quedando la embarrada con los caminos. Venían vans grandes con sus clientes, a veces no eran vehículos 4×4 y se quedan pegadas. Se veía mucha parrilla al lado del camino y había un descontrol total. Entonces, al tomar la administración del valle, vimos este problema. Se quedaban autos atrapados arriba, gente que bajaba casi congelada, porque se ponía a nevar y andaban sin cadenas, al no haber ni un aviso, ni una barrera ni nadie que te informara que te estabas metiendo en un lugar peligroso. Durante la noche podía caer un metro de nieve y los autos a veces quedaron atrapados toda una temporada.

– ¿Entonces tu interés es solo desarrollar tu negocio de motos de nieve y snowboard?

CW: -Sí. Con eso yo me quedo tranquilo. Eso es lo que me gusta hacer. Pero, al tomar la administración crecieron nuestras obligaciones y como socios estamos abiertos a ideas de personas que pueda tener otra visión para este lugar. No tenemos nada planificado, más que poner señalética, tener nuestra oficina de parque, controlar los accesos y mantener limpio. Eso es lo que tenemos planificado. Entre tanto nos llegan correos de gente como el proyecto Nilus que quiere hacer un proyecto de investigación. Los escuchamos, lo consideramos y tomamos la decisión. En este caso, aceptamos. Tuvimos un año a Natexplora que es una empresa de turismo del Cajón del Maipo. Ellos tenían la idea de hacer una cancha de esquí con sus motos de nieve en un sector determinado hacer clases de snowboard. Esto les funcionó re bien ese año. Entonces, la gente se acerca con ideas. Nosotros las analizamos y si son buenas y son compatibles con lo que hacemos en el valle, las aprobamos.

El Morado en invierno con laguna congelada ©Revista Andes Mágicos
El Morado en invierno con laguna congelada ©Revista Andes Mágicos

-Esas son iniciativas que vienen de afuera. Lo tuyo es el tema de las motos de nieve y el snowboard. ¿Cómo opera ese negocio?

-Eso lo hago yo solamente. Soy el único socio que tiene algún tipo de concesión dentro del valle para realizar una actividad comercial. A través de mi página web dostiempos.cl recibo inquietudes de gente que quiere venir a esquiar y veo si los puedo ayudar, si es que tienen el nivel necesario para hacerlo.

– ¿Va dirigido a alta competencia?

-No. Es para turismo y deportistas. La parte que más me entretiene es cuando vienen deportistas, porque así es más fácil moverse por el valle. En turismo, para esquiadores y gente de snowboard de Santiago hago excursiones los fines de semana, en días en que las condiciones lo permitan después de que la nieve se haya compactado un poco. Uso un sector del cerro. Los subo de a uno y hacen la bajada, la idea es tener un sistema lo más seguro posible. De ahí, si a los clientes les gusta el sistema, si demuestran que se la pueden físicamente y que tienen aptitud para esquiar sin problemas, vuelven otro día y podemos ir más adentro. También hago clases de moto de nieve. A quienes se me acercan a través de la página web, yo los acomodo.

– ¿Esa es la única actividad comercial que se desarrolla en el valle?

-No. Hay guías, ya sea del Cajón del Maipo o de Santiago que nos escriben para venir con clientes. Nosotros les cobramos cinco mil pesos por cliente y ellos hacen su actividad guiada en el valle. Todas las actividades comerciales están reguladas, las actividades recreativas no. Reguladas en cuanto a que tienen que registrarse en la entrada o por correo y después pueden realizar sus actividades libremente.

– ¿Cuál es su intención como dueños del valle de las Arenas de hacer conservación en el lugar? ¿Hay un plan de manejo o, por ejemplo? ¿O existe la posibilidad de inscribir un derecho real de conservación? ¿Saben lo que es un derecho real de conservación? (Ley que permite conservar el patrimonio ambiental de un predio o de ciertos atributos o funciones de éste).

Rion Turner (RT): -Sí, obviamente que sabemos. Estamos abiertos a esa idea, pero estamos haciendo nuestros propios estudios a través de dos formas diferentes. Por una parte, estamos haciendo un estudio del daño que está haciendo Alto Maipo, la contaminación de las aguas, por ejemplo. Por otro lado, estamos haciendo un estudio con gente de la Universidad de Chile sobre nuestros glaciares, sobre la capacidad de carga del lugar. Además, estamos conversando con nuestros arrieros, porque no queremos talaje arriba, pero ellos igual llegan. Nosotros tenemos zonas de talaje, pero queremos que el valle descanse un poquito por ahora. Creemos que para hacer las cosas bien, necesitamos mucho tiempo. Estamos en eso, el camino para nosotros es largo.

– ¿Han considerado la posibilidad de inscribir el Parque con un derecho real de conservación?

CW: -Una vez adquirido el parque, le preguntamos a los abogados cuáles eran las distintas opciones que teníamos.

– ¿Y qué decidieron?

CW: -La opinión de los abogados es que la mejor herramienta es tener un parque privado. Que esta zona ya estaba protegida, que era una zona de interés turístico y ya tiene protección. En esta misma parcela donde estamos no se puede construir en más del 20 % del terreno.

– ¿Consideras que no es necesario, dada la riqueza natural del valle, otorgarle una protección jurídica adicional?

CW: -Los abogados estiman eso.

RT: -Estamos abiertos a analizarlo. Lo que pasa es que estamos recién empezando.

CW: -Claro, estamos en una etapa bien preliminar. Todavía no tenemos el control de la entrada. Estamos ordenando el tema de los talajes. Las actividades comerciales que se estaban realizando desde hace mucho tiempo antes en el valle las estamos ordenando para mantener un registro. Tenemos registro de toda la gente que ha entrado en los últimos dos años.

– ¿Cuántas personas han visitado el valle en los últimos dos años?

CW: -Tenemos cerca de 4 mil visitantes y eso que fue con la pandemia entre medio que nos hizo parar por seis meses. Queremos darnos un año más para hacer un plan a futuro. Queremos que el Parque empiece a tomar forma. Con señalética y con oficinas en la entrada.

– ¿Cómo visualizan el Parque Arenas a largo plazo?

RT: -La idea es que sea un lugar de encuentro para que cualquier persona pueda venir a disfrutar la naturaleza o sus deportes en forma limpia, sin dejar basura. También un lugar para educación de niños de manera gratuita, que siempre fue una idea fundamental del parque.

-Concretamente, ¿por ejemplo están dispuestos a ofrecerle a la Municipalidad de San José de Maipo que niños y niñas de los colegios de la comuna vengan a visitar el parque en forma gratuita?

RT: -Sí. Siempre.

– ¿Dejan abierta la invitación?

CW y RT: -Sí.

¿Se reunirían con el Encargado de Turismo de la Municipalidad para implementar esta idea?

RT: -Sí, nosotros felices.

CW: -De hecho, estamos en conversaciones con personas que nos escriben con ideas como esta. Estamos viendo la fecha y el itinerario para invitar a colegios.

RT: -Estamos buscando donaciones para transportar a los niños desde Santiago y darles almuerzo. Porque ese es otro tema. El parque no es negocio y no estamos recibiendo ingresos. Estamos trabajando con Nature Conservancy para hacer paseos con niños (Organización Ambiental norteamericana conocida por su sigla TNC con presencia en más de 30 países y dedicaba a apoyar la creación de parques nacionales).

-Les pregunto a ambos, ¿se sienten dueños de un glaciar? La sola idea es controvertida considerando la importancia que tienen para los ecosistemas en medio de los efectos del cambio climático y mega sequía en el país.

RT: -No. No nos sentimos dueños de un glaciar. Sentimos que es nuestra responsabilidad es cuidar el lugar. Queremos que todos puedan venir y disfrutar la montaña, pero con control. Porque sin control las zonas naturales se llenan de basura.

CW: -El glaciar estaba ahí antes de que llegáramos nosotros y va a estar después de que nos vayamos. Hoy nos toca a nosotros administrar el terreno donde se encuentran estos glaciares. Nuestra obligación es evitar que entre basura y evitar malas prácticas. Todo lugar sin control invita a las malas prácticas. La gente busca lugares desolados para venir a deshacerse de las cosas que le molestan lamentablemente y el valle es más desolado que ningún otro lugar. La única forma de cuidarlo lamentablemente es con barreras y con una persona que esté ahí para atender al público. Porque si no hay nadie en la barrera la rompen. En el sector que no tenemos guardaparques tenemos unos bolardos, que son a prueba de vandalismo, para evitar el tránsito vehicular en Baños Morales que es otro ingreso al parque y que es nuestro ingreso realmente oficial. Porque aún no tenemos guarda parque ahí. Estamos haciendo los estudios para poder hacer nuestras oficinas ahí.

– ¿Cómo han manejado las tensiones con la comunidad de escaladores y montañistas?

RT: -Sabemos que cualquier parque que tenga éxito, debe tener el apoyo de toda la comunidad. Nosotros queremos el apoyo de la comunidad, aunque sabemos que tuvimos problemas. No queremos problemas. Queremos dar trabajo. Queremos que este sea un lugar del cual todos estemos orgullosos. Sabemos que tuvimos problemas, más que nada porque el cambio fue grande. El lugar siempre fue privado y fueron los dueños anteriores los que vendieron a Alto Maipo. Pero siempre fue una parcela privada. Ellos dejaron abierto e hicieron mucho daño también. Queremos mostrar a la comunidad, con tiempo, que somos correctos y que vamos a hacer las cosas bien.

– ¿Y tú, Cristian, piensas lo mismo?

CW: -Antiguamente esto era completamente abierto. De cierta forma, era tierra de nadie. Una vez que llegó Alto Maipo, tomaron control del ingreso y nunca volvió a ser lo mismo. Alto Maipo habilitó un camino y pavimentó acá abajo, permitiendo que se multiplicara la cantidad de visitantes. Fue una locura. Alto Maipo cambió totalmente el valle, le cambió la carga de visitantes que llega.

Créditos a Darío Alfaro
Créditos a Darío Alfaro

– ¿Alto Maipo cambió el valle para bien o para mal a tu juicio?

CW: -Alto Maipo cambió el valle de forma irresponsable. No se hizo cargo de habilitar el paso a un camino de montaña que es peligrosísimo y dejarlo completamente abierto. Entonces el problema pasó a ser de los privados que estaban dentro. Justo hubo este cambio de dueños, lo que agravó el tema. A la gente no le gusta el cambio. Creo que es un tema difícil, pero que si trabajamos juntos se puede solucionar. Pido paciencia a las personas que están atentos a esto, porque el valle tiene complicaciones grandes, tiene muchos peligros. No podemos permitir que ocurra un accidente. No queremos que jamás ocurra algo así y estamos en la posición de poder evitarlo, o por lo menos prevenirlo. Cualquier escalador lo sabe, sobre todo las personas que vienen en invierno. Este camino era intransitable. Hoy en día Alto Maipo lo hace transitable y eso nos crea un problema. La gente transita hasta dentro. Puede caer una tormenta o caer un rodado o cualquiera de los peligros que ocurren en la montaña. No podemos permitir que por no advertir los peligros haya gente atrapada u ocurra una desgracia como las que han ocurrido en la cordillera en la historia de Chile. Hay accidentes gravísimos en el invierno y no queremos que ocurran acá.

-Mucha gente se pregunta en qué se nota que el valle sea un parque, porque no hay señalética ni infraestructura. No hay nada.

RT: -Creemos que el próximo año vamos a contar con las oficinas del parque y con señalética. Está casi listo. Solo estamos sacando los permisos de construcción y vamos a empezar. Vamos a hacer cambios y se van a notar. Vamos a mejorar el sistema de estacionamientos, porque sabemos que es un camino muy largo hasta el glaciar. Pero estamos esperando a que Alto Maipo se vaya para utilizar su sector para estacionamientos.

CW: -La idea es no tener que hacer otra explanada más cuando ya existen las que Alto Maipo va a dejar. Se van a habilitar sectores de estacionamiento en la parte de arriba. Además, nos gustaría tener dos guardaparques.

RT: -Las señaléticas, las oficinas del Parque y, además, sitios de camping. Tenemos un montón de postulantes a guardaparques, nos han mandado varios currículums.

-Según Acceso Panam, la Resolución de Calificación Ambiental de Alto Maipo establece que deben dejar un mirador donde actualmente se ubica la faena. ¿Es ahí donde piensan instalar un estacionamiento que acerque a los visitantes al valle?

CW: -Vamos a esperar a ver qué es lo que Alto Maipo cumple de lo que promete en su plan de desalojo. Ellos han construido muchas mesetas, para su campamento, almacenaje de materiales y maquinaria, planta de cemento, polvorín, etc. Hasta que retiren todo y liberen los distintos sitios, no podemos definir el uso de estas áreas.

– ¿Cómo responden a las críticas y cuestionamientos que han enfrentado a partir del acceso al Parque por parte de la comunidad de guías de montaña y escaladores? ¿Su intención es garantizar un acceso libre a la montaña a través del valle de Las Arenas o no?

CW: -El Parque está abierto para todos, pero regulado. Hay que anotarse cuando uno entra.

RT: -Cobraremos una entrada muy barata, porque es necesario hacer funcionar el parque, porque obviamente que tiene gastos. Pero no vamos a cobrar hasta no tener los servicios. Porque ahora no hay baño, ni información ni señalética. Entonces hasta que no haya servicios para los visitantes no vamos a cobrar nada.

CW: -La idea es que para todos los visitantes sea igual y todos tengan las mismas reglas. Pensamos aplicar un ticket de temporada para la gente que ingresa muy seguido. Por ejemplo, en Baños Morales hay gente que camina todas las tardes hacia adentro. Pero la idea es que todos sigan las mismas reglas. Ley pareja no es dura. Pedimos paciencia por el momento porque no estamos aún en etapas preliminares.

El conflicto de las Arenas, parte dos: Christian Moscoso, director regional para Chile de Acceso Panam

Tras la entrevista con los dueños del Parque Arenas, Revista Andes Mágicos contactó, a mediados de noviembre de 2021 a Christian Moscoso, director regional para Chile de Acceso Panam, organización internacional sin fines de lucro creada en 2009 que se dedica a conservar y mantener abiertos los accesos a las áreas de escalada y montañismo en Latinoamérica.

Cavernas de Hielo en Las Arenas ©Revista Andes Mágicos
Cavernas de Hielo en Las Arenas ©Revista Andes Mágicos

– ¿Qué saben ustedes del conflicto que se ha generado entre la comunidad de escaladores y montañistas con los nuevos dueños del valle de las Arenas a raíz del acceso al lugar?

-Tenemos conocimiento de los conflictos de acceso al valle de las Arenas desde ya hace tiempo. Esto no solo tiene que ver con los nuevos dueños. Se comenzaron a prender las alertas cuando llegó Alto Maipo, que iba a ocupar e intervenir un lugar icónico de la escalada como el “Choriboulder”. Producto de esto se crea un sector conocido como “La Resistencia”, que fue una forma de decir: ‘hey, aquí estamos los escaladores’. Para que quedara claro que no era un lugar abandonado y que no tuviera interés para nadie. Quisimos dejar claro que había una comunidad que le daba un uso que, además, le llevaba bienestar a la comunidad local vinculado por el lado del turismo. Fue la expresión de lo que pasa en el país en los territorios de montaña. Tenemos un modelo extractivista que intenta sacar los recursos y generar heridas en el paisaje, con transformaciones que quedan para siempre. Por otro lado, está la corriente que intenta poner en valor el paisaje realizando actividades de bajo impacto y bien gestionadas con las que se puede habilitar, gestionar y mantener la naturaleza, flora y fauna con este vínculo que se genera a través del montañismo, escalada y el esquí en temporada invernal. Nuestra preocupación venía desde ese momento. De hecho, la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) de Alto Maipo plantea en forma explícita que el proyecto nunca iba a poner traba alguna para que se sigan desarrollando actividades de montaña y escalada. Con la incorporación a la RCA de este punto, hay un reconocimiento explícito de la orientación y sentido que tiene ese lugar. Por otra parte, los antiguos dueños, al menos uno de ellos estaba vinculado al montañismo y era socio del DAV (Club Alemán Andino), nunca se vieron interesados en desarrollar algún tipo de proyecto o de explotarlo turísticamente. Nosotros entramos en este tema como una organización antigua, como Acceso Sur, la predecesora de Acceso Panam. Planteamos que como la comunidad no había podido hacer nada para detener el Proyecto Alto Maipo, lo único que nos quedaba como método de defensa era convertirnos en fiscalizadores del proyecto para exigir que la RCA se cumpliera a raja tabla y de que si existían conflicto de acceso nosotros íbamos a levantar la información para generar una denuncia. Así fue como se comenzaron a generar quejas por el lado de los montañistas, de los escaladores, y el proyecto siempre enfrentaba algún tipo de denuncia. Pero avanzaba y avanzaba. Hasta que llegan el momento en el que se produce el cambio de propietarios. Nosotros sabíamos que iba a pasar y participamos de reuniones en los que los antiguos dueños decían que estaban interesados en vender. Entonces llega una oferta concreta de los actuales propietarios de comprar el lugar. Lo vimos como una buena oportunidad, porque podía llegar un proyecto minero o el mismo Alto Maipo podrían haberlo comprado. Entonces todos vimos con buenos ojos que el valle se quedara en manos de estas personas que, de alguna manera, eran partícipes de la comunidad. Con el tiempo se produjo un silencio.

– ¿Qué pasó entonces?

-La comunidad de escaladores siguió equipando rutas y abriendo nuevos sectores en el cajón del Cerro Arenas. Además de “La Resistencia”, justo frente al campamento de Alto Maipo se creó “La Choliana” (sector de escalada frente a la obras de Alto Maipo). Simultáneamente, Alto Maipo comenzó a mejorar el camino, por lo que se hacía mucho más fácil llegar hasta el sector del campamento. Más arriba, en la segunda planicie donde se practica boulder, estaban los refugios de montañistas súper reconocidos y respetados dentro de la comunidad, como el Seba Rojas, la Carime, otro refugio de “Nico Negro” (el conocido escalador Nicolás Gutiérrez). Esos refugios eran básicamente “tomas” que tenían como objetivo principal fiscalizar el estricto cumplimiento de la RCA de Alto Maipo. El conflicto irrumpe con dureza cuando los nuevos propietarios echan abajo estos refugios. Entran a los refugios de estos montañistas súper reconocidos y respetados dentro de la comunidad, incluso después de algunas conversaciones que habían tenido con ellos. Los propietarios les dicen que era una toma de terrenos y que nos iban a expulsar. Los montañistas, por su parte, les dicen cuál era el objetivo de los refugios (fiscalizar a Alto Maipo). Entiendo que ahí se produce un choque violento entre ambas visiones. El conflicto llega al punto en que los dueños de Las Arenas entran a los refugios y los desalojan. Sacan sus cosas, ellos tenían guardado equipo incluso. Fue una acción súper violenta. Por parte de ellos. Ahí asumimos que esa acción fue un statement (una declaración). Una forma de decir: somos los dueños, llegamos acá y nosotros ponemos las nuevas reglas.

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©Revista Andes Mágicos

– ¿Y después que ocurrió?

-Esa fue la primera situación. Luego, los nuevos propietarios comenzaron a alejar a los escaladores de los lugares que tradicionalmente visitaban. Si antes podías estacionar muy cerca de algunas zonas de escalada, ahora ya no podías hacerlo y tenías que estacionar en “El Cabrerío” (acceso al valle y las termas de Colina). Cada vez se empieza a establecer mayor distancia entre donde podías dejar el auto y tu destino. Ese acto hizo bajar inmediatamente la cantidad de gente que podía ir. Además, a la gente del “Cabrerío”, que son otros propietarios enfrentó el problema de qué hacer con todos los autos. Entonces empezaron a cobrar por estacionar ahí. Ahora, si quieres llegar a las zonas de escalada que quedan en el Parque Arenas, no solo tienes que dejar el auto muy lejos. Además, te cobran por el estacionamiento. Todo esto empeoró la situación de los escaladores. El argumento que emana de los nuevos propietarios del Cajón de las Arenas es que lo que quieren hacer es conservación y que el tránsito de vehículos no aporta a la conservación. Dicen que quieren sacar a los autos, no a los deportistas. Pero en el fondo al tener que dejar el auto mucho más lejos, tu proceso de acercamiento al área de escalada se hace más difícil y eso finalmente desincentiva a un porcentaje importante de escaladores.

– ¿Cómo impacta esto en el desarrollo de la actividad?

-Esta dificultad se suma al hecho de que no hay agua. Es necesario señalar que la escalada es diferente al montañismo, en el cual tú acampas y generalmente en lugares en que te puedes abastecer de agua. En la escalada tienes que llevar tu agua y estás practicando una actividad deportiva que te demanda mucha hidratación. Inevitablemente empieza a decaer la cantidad de gente que va a las Arenas. Contradictoriamente el lugar cuenta con un mejor acceso producto de las mejoras que hizo Alto Maipo, pero la experiencia de visitarlo ya no es lo mismo. Una de las gracias del Cajón del Arenas era que uno iba por el fin de semana completo. Podías acampar en un lugar, pero moverte por diferentes sectores y realizar diferentes tipos de escalada. Era literalmente un parque de diversiones.

– ¿Cuál es la importancia que tiene el valle de las Arenas para la escalada y el montañismo en Chile?

-Tiene un tremendo potencial. Por el lado de la escalada, tu podías instalar tu campo base en el Cajón del Arenas y de ahí podías ir en auto o caminando a diferentes lugares y practicar diferentes actividades: multilargo, escalada tradicional, boulder, montaña, esquí de randoné y escalada el hielo en invierno, ect. Pero la gestión y gobernanza de ese lugar va a incidir mucho en la experiencia que vas a tener tú como deportista. Porque no es lo mismo entrar caminando a las zonas de escalada después de dejar tu auto muy lejos. Por otro lado, ese lugar tiene una importancia gravitante para el montañismo en Chile. Porque históricamente siempre fue la forma de entrar a montañas icónicas del sector. Era el único lugar que no tenía un conflicto de acceso. Entonces se estacionaba en el “Cabrerío” para empezar senderos de acercamiento hacia La Engorda y el refugio que hay en el Volcán San José (Plantat), para poder explorar toda esa área cordillerana que tiene un montón de potencial para quienes desarrollan el montañismo. A parte de eso, hay una comunidad que se ha ido construyendo en torno a los pueblos ubicados a esa altura del Cajón del Maipo, que ha ido desarrollando, explorando y recuperando otros lugares. Además, generando material fotográfico, documentales. Hay un festival de cine. Existe una comunidad muy activa que le va dando una identidad y que va exportando esa identidad para finalmente transformar este lugar en un destino turístico. La expresión de es que ha aumentado el nivel de inversión, se han construido nuevos refugios en los últimos cinco a 10 años. Esta transformación de la infraestructura disponible que ha permitido atraer a otro público que ya no acampa, sino que va a los refugios, que ya no llega en micro sino en auto. Eso en un destino, si no lo planificas, se genera un caos. Eso es justamente lo que pasa en Natales, donde eliminaste al mochilero, atrajiste a otro público que es de alto poder adquisitivo, ya que todo cuesta caro. Siento que eso es lo que está pasando hoy en ese sector del Cajón del Maipo, en el que su desarrollo ha sido gracias a una comunidad que lo financió de su propio bolsillo, porque todo lo que se equipó y que se exploró fue gracias a lo que las personas individualmente estuvieron dispuestas a entregar gratuitamente a la comunidad. Y resulta que hoy llegan otros privados y ponen sus propias condiciones que no hacen sino ahuyentar a esa comunidad que le dio sentido e identidad. Han puesto condiciones que han terminado alejando a esta comunidad. Si tú quieres atraer a un nuevo público, hazlo. Pero no niegues una orientación histórica que ha tenido esta zona para una comunidad en particular.

-Los nuevos dueños del Valle de las Arenas adelantan que van a implementar una zona de estacionamientos donde está la faena de Alto Maipo y aseguran que con eso se solucionarán todos los problemas de acceso, ¿qué opinas de este anuncio?

-Respecto de los estacionamientos, dentro de las medidas de mitigación del Proyecto Alto Maipo, está claramente establecido que en el mismo lugar de la faena deben dejar un mirador. Entonces, me llama la atención el anuncio que hacen en cuanto a construir un estacionamiento, ya que ese estacionamiento no lo van a hacer ellos. Alto Maipo debe dejar habilitado un mirador, y me imagino que a eso se refieren con hacer un estacionamiento. Entonces, ellos no estarían haciendo nada. Que lo vayan a hacer o no depende de lo que deje el proyecto Alto Maipo, no los propietarios. Esa es la diferencia. Lo que quiero decir es que depende de la voluntad de los propietarios hacer un estacionamiento. Eso tiene que ver con la RCA. Alto Maipo reconoce que genera un impacto ambiental con sus actividades, entonces se comprometió realizar una medida de mitigación y, para fomentar el turismo en la zona, ofreció construir un mirador. Eso lo comprometió Alto Maipo, no los dueños del Valle de las Arenas. Entonces si el estacionamiento va a ser el mirador, no están haciendo nada nuevo. Si van a hacer estacionamientos en diferentes puntos de los atractivos turísticos del lugar, o en los atractivos de escalada, eso es otra cosa. Por ejemplo, en la “pared de Jabbah” o en “la pared de los franceses”, antes de llegar al campamento de Alto Maipo, o en “La Choliana”, sería otra cosa. O si hicieran un estacionamiento en el sector del “Choriboulder Alto”, es también sería otra cosa. Entonces, creo que deben detallar bien de qué están hablando.

– ¿Qué piensas del uso que se le da al valle actualmente?

-Cuando nosotros nos juntamos con ellos a conversar respecto del futuro de este parque, me dio la impresión de que no tienen ni los recursos ni la expertisse para poder desarrollar la infraestructura que requiere un parque que vincule las actividades de recreación con las actividades deportivas y con la conservación. Porque otra cosa es hacer un parque y cobrar entrada solo para hacer cierto tipo de actividades. Eso va por otro lado.

-Los dueños del lugar aseguran que quieren hacer conservación, aunque no parecen dispuestos a inscribir un derecho real de conservación pues dicen que esa zona ya tiene suficiente protección ambiental. Por otro lado, uno de ellos es enfático en señalar que su interés es desarrollar un proyecto para atraer turistas principalmente norteamericanos para esquiar y hacer snowboard en nieves vírgenes utilizando motos de nieve. Ese, dice, es su negocio. ¿Qué te parece?

-Para poder hacer una conservación efectiva, hay varias cosas que es necesario considerar. Una es que hay que tener un Plan de Manejo y un Plan de Manejo es caro. Porque primero hay que hacer una línea base, identificar cuál son las especies que componen el ecosistema. Ojalá tener una estimación de cuántas especies hay. Con esa línea base puedes desarrollar un proyecto que tenga como objetivo a lo menos mantener esa población e incluso mejorarla. Entonces, si ellos no tienen una línea base, tampoco tienen un plan de manejo. Entonces no hay conservación. Ellos no están haciendo conservación, están dejando que el ecosistema se desarrolle solo. Ese es otro tipo de conservación, peor no son ellos quienes la llevan a cabo, sino la propia naturaleza. Sería interesante saber si ellos efectivamente tienen una arista ambiental den a conocer cuál fue el estudio que hicieron. Donde está la línea base, cuáles son las medidas que se van a tomar y como se vincula ese Plan de Manejo con las actividades deportivas que están impulsando. Porque si el parque es para motos de nieve, esos vehículos son súper invasivos, hacen mucho ruido, espantan a las aves y les generan mucho estrés. Además, generan un impacto en el terreno por más que sea nivoso. Por ejemplo, en las áreas protegidas de Conaf, se define un área netamente de conservación y otra área para uso público. Y en las áreas de uso público se pueden realizar deportes como senderismo, escalada montañismo y otras actividades que se definan en el plan de uso público el que, además, debe ser acordado con la comunidad que gira en torno al parque. Esto aplica en un área púbica.

-Pero esta es un área privada.

-En un área privada sabemos que se puede hacer lo que los dueños quieran y creo que ellos (los dueños de Las Arenas) están muy al tanto de aquello. Si lo quieren destinar a la explotación turística, lo pueden hacer. Pero yo creo que lo que le preocupa a la comunidad es que el proyecto se venda como conservación, pero que no se den los antecedentes necesarios como para poder entender en qué consiste y cuál va a ser el futuro del lugar. Es lo mismo que ocurre en un lago donde se quiere hacer conservación y se prohíben los deportes acuáticos con motor. Si en el valle de Las Arenas meten motos de nieve, eso va en contra de la conservación del lugar. Sería prudente que definieran que las motos de nieve van a estar en un solo sector que se defina como la zona de sacrificio del parque y que va a permitir financiar la conservación del resto. Pero yo no sé qué es lo que quieren conservar. Cuando hablan de conservación, qué están buscando conservar. Una cosa que podrían conservar son las actividades que se desarrollan en el lugar y que van en armonía con el ecosistema que hay. Pero yo creo que ni siquiera entienden cuál es el ecosistema del lugar, porque no han hecho el levantamiento de la línea base. Entonces, desde mi punto de vista es un mal llamado parque. Hasta donde yo se va a ser un parque de motos de nieve, no un parque de conservación privado donde la recreación es el modelo económico que va a permitir financiar la conservación.

Valles las Arenas en verano ©Revista Andes Mágicos
Valles las Arenas en verano ©Revista Andes Mágicos

-Como Acceso Panam, ¿les harías un llamado a los nuevos dueños de Las Arenas a sentarse a conversar de estos conflictos? Hasta ahora los intentos no han llegado a ninguna parte y han terminado muy mal.

-Claro que estamos dispuestos. Nosotros nos reunimos ya con uno de ellos, un doctor, Francisco Larraín. Les planteamos incluso nuestra colaboración como Acceso Panam para trabajar en conjunto a través de un sistema de voluntariado, en el levantamiento de una línea base y un Plan de Manejo, pero cuando reconocieran el libre acceso de la comunidad que ha puesto en valor ese lugar y que le dio una identidad. Si los montañistas y los escaladores no hubiésemos estado ahí presentes, es lugar habría sido como cualquier otro rincón de la cordillera sin un destino y sin un uso en particular. Insisto en la pregunta: ¿qué quieren conservar ellos como privados con la creación de este parque? Si es la conservación vinculada a las actividades deportivas se deberían reconocer las actividades deportivas que históricamente se desarrollan en ese lugar. No solamente las que pueden desarrollar personas con alto poder adquisitivo, como las motos de nieve. Nosotros estamos abiertos a conversar o a ser interlocutores o a proporcionar herramientas en base a la experiencia que hemos ido ganando como organización en los proyectos que hemos desarrollado en Chile y otros lugares de Latinoamérica. Nos hemos ido dado cuenta de que la conservación no se puede hacer a puertas cerradas. La gente y la comunidad en torno a las áreas de conservación tienen que entender cuál es la importancia del proyecto, de la idea. Ahí está el gran desafío de Tompkins, por ejemplo, en los parques de la Patagonia, con las “comunidades portales”, que son las comunidades aledañas al área de conservación. Si no están informadas ni se sienten parte ni entienden lo que el vecino está tratando de hacer, generalmente van a existir conflictos. Eso es lo que vemos que se está dando hoy. Estamos muy conscientes de que estamos hablando de un proyecto privado. Si quieren tener un proyecto eficiente de conservación, se necesita no solo que muestren lo que quieren hacer sino cómo lo van a hacer y que transparenten la conservación medioambiental que piensan desarrollar y la metodología a través de la cual piensan lograrla. Y como se pude lograr esa conservación con el uso de motos de nieve.

El conflicto de las Arenas, parte tres: Escaladores y guías de montaña

Tras contactar a los propietarios del valle y a la ONG Acceso Panam, Revista de los Andes Mágicos contactó a varios montañistas, escaladores/as y guías que se sintieron directamente afectados/as por las nuevas condiciones de acceso al valle. A continuación, sus relatos:

Nicolás “Nico” Gutiérrez: “Dijeron que iban a tener en consideración con la escalada, pero en verdad no han hecho nada”

– ¿Cómo ha sido la relación de los escaladores y montañistas con los nuevos dueños del Valle de las Arenas?

-En general ellos llegaron con una visión de que esto era propiedad privada diciendo que eran los nuevos dueños y que las reglas las ponían ellos. Nos dijeron que iban a cerrar el parque por un tiempo, mientras preparaban las instalaciones. Lo que hicieron fue cerrar con una barrera que tenían más abajo de la barrera de Alto Maipo, que aún está cerrada. Esto ha provocado hartos problemas, porque cada vez te aleja más de las montañas existiendo un gran acceso. Incluso los camiones pasan por al lado tuyo cuando debes subir caminando ya que tienes que dejar tu auto abajo. Porque si pueden pasar los de Alto Maipo y existiendo un camino entonces, lo más sensato, es dejar pasar a la gente y facilitar el deporte. En el fondo, cerrar el paso más lejos de la entrada al valle es hacer más difícil el deporte. Pero estas personas no lo saben porque nunca han caminado, siempre han andado en moto de nieve entonces para ellos es sencillo decir “que caminen no más”. El asunto es que cuando realizas una actividad periódicamente, esas tres horas van sumando. En el fondo yo veo que es tratar de trabarle la pelota al deporte.

Nicolás Gutierrez ©Revista Andes Mágicos (2)
Nicolás Gutierrez ©Revista Andes Mágicos (2)

– ¿Cómo veías el valle antes de la llegada de los nuevos dueños?

-El valle era de una familia alemana. Esta familia no hizo gran cosa, aunque lo tenía abierto. El valle siempre estuvo con libre acceso. Los caminos que utilizábamos eran caminos que dejó una compañía minera que hizo prospecciones alguna vez. El camino de Baños Morales, que creo que lo hizo Vialidad, también es un acceso al valle, pero ahora lo cerró el Parque Arenas. Y vialidad está revisando actualmente ese cierre, porque no está en regla. En invierno el valle se cerraba naturalmente por las avalanchas de la Punta Zanzi y había que caminar desde Lo Valdés, por lo que el lugar era bastante menos concurrido que ahora. En realidad, iba súper poca gente, solo la gente muy motivada. Con la llegada de Alto Maipo, empezaron a limpiar el camino en invierno, esto permitió abrir un poco el acceso a la montaña. Podías llegar arriba y no tener que caminar cuatro horas para recién aproximarse a la base del Cerro Arenas. Podías llegar en auto. Cuando llegaron estos personajes del Parque Arenas, lo primero que hicieron fue cerrar el valle, poner una gran reja y decir “esto ya cambió de dueño, ahora va a estar cerrado un tiempo porque vamos a ordenar el parque”. Todos quedamos pa’ adentro.

– ¿Cómo ha sido la relación que se ha establecido entre los nuevos dueños del valle de Las Arenas y la comunidad de escaladores y montañistas que frecuentan este lugar?

-Su relación con los deportistas ha sido nula. Dijeron que iban a tener en consideración con la escalada, pero en verdad no han hecho nada. Solo han cerrado los accesos. He escuchado que pretenden hacer algo, pero en la realidad solo han puerto portones y un letrero. No han sido ningún aporte para la comunidad. Además, llegaron de una forma muy prepotente. Cristian Wehrhahn se toma todo a nivel personal. Si le haces una crítica respecto de lo que hace en el valle, él responde bueno, soy el dueño, hago lo que quiero, si les gusta bien y si no, no vengan. Nosotros en varias ocasiones tratamos de hablar con él y de llegar a acuerdo. Por ejemplo, que la gente que vivimos arriba en Lo Valdés y Baños Morales, podamos tener alguna especie de credencial que acredite que vivimos ahí y podamos pasar libremente al valle a hacer deporte o a trabajar. Porque hay un montón de gente de ahí que vive del turismo y vive del valle. Pero la respuesta fue: no. Que toda la gente iba a tener los mismos derechos y obligaciones sin importar si eres local o de Santiago. Nos dijo que cuando se empezara a cobrar íbamos a tener que pagar todos. Que podíamos mandar un correo para pedir permiso y por ahí nos respondían.

– ¿Y cómo se ha desarrollado este conflicto en la actualidad?

-Actualmente ellos pusieron una barrera por el sector de Baños Morales, que cierra el camino que hizo Vialidad y que permite acceder al Valle de las Arenas por el lado contrario al camino de las Termas de Colina. Esa reja es, a mi juicio, algo súper invasivo, porque lleva a un lugar que es emblemático: “La Mina”. Es un lugar icónico en el Cajón del Maipo de escalada en roca. Y ellos cerraron antes de “La Mina”, siendo que su terreno empieza después. Dicen que ahí va a estar la entrada del parque. Estamos súper preocupados por eso. Se escudan mucho diciendo que tienen el apoyo de la comunidad. La verdad es que tienen el apoyo de un par de vecinos de Baños Morales, que son los que tienen más recursos.

– ¿Qué significa el Valle de Las Arenas para la comunidad de montañistas y escaladores?

-Es una verdadera escuela en la que no solamente aprendido mi generación. Este lugar ya desde los años 20 y 30 era conocida como la Escuela del Montañismo de Santiago.

Nicolás Gutierrez ©Revista Andes Mágicos
Nicolás Gutierrez ©Revista Andes Mágicos

-¿Qué opinas respecto del uso que se le está dando al valle actualmente?

-Me parece pésimo hacia donde se está enfocando. Se han dedicado a un público súper selectivo y exclusivo. Porque no cualquiera tiene motos de nieve y él está totalmente enfocado en eso. Se olvidan de que la gente que camina es mucha y a ellos no les importa nada el senderismo y otras actividades. Su negocio son las motos y nada más. De ecología o de proyecto deportivo no tiene nada. Otra cosa que me llama la atención es como se relacionaron con los verdaderos locales del Cajón del Maipo, que son los arrieros. La actitud que tomaron hacia ellos al principio fue decirles que cuando el parque se instalara, ellos no iban a poder seguir entrando, lo cual es una falta de respecto porque los arrieros son parte de la cultura y el patrimonio del Cajón del Maipo.

– ¿Qué crees tú que este conflicto está dejando en claro?

-Que la ley chilena no protege las montañas. Cristian Wehrhahn y cualquier otro dueño pueden hacer lo que quiera en las montañas de Chile. Urge una ley que proteja la alta montaña que es donde nacen nuestras aguas y que es sagrada para la gente con cultura de montaña. Una ley que proteja, además, el acceso a las montañas, igual que en las playas.

María Jesús Muñoz, “Tutú”: “Yo sé que hacía algo ilegal, pero mi intención nunca fue parcelar”

María Jesús es guía de montaña, licenciada en ecoturismo y montaña, escaladora y montañista. El siguiente es su relato:

“Esto pasó hace tres años. Yo sé que estaba haciendo algo ilícito, entre comillas, que era tomarme un terreno. Pero si nos vamos en esa, muchas casas de Baños Morales son ilícitas, porque son una toma. Nunca tuve intención de parcelar y quedármelo como si fuera mi casa. La usé como un refugio de montaña que compartíamos con todos los que iban. Nos dimos cuenta de que nos gustaba mucho y que queríamos pasar todo el invierno así que decidimos hacer un refugio aparte. Hicimos un segundo refugio y había un tercer refugio que era el del Seba Rojas. Teníamos como una especie de comunidad del valle de Las Arenas. Estuvimos mucho tiempo ahí, como cuatro años y medio con el refugio. Los antiguos dueños del valle sabían que estábamos ahí. Wehrhahn también sabía que estábamos ahí. Siempre esquiaba y nos vio construir los refugios. Se entiende que el lugar ahora es privado, que lo vendieron y tiene nuevos dueños. Pero la cosa es como llegaron y nos sacaron. No nos dio un plazo siquiera, llegaron a quitarnos nuestro refugio, pusieron un candado y nos dijeron que ellos y sus amigos iban a usarlos. Cuando pusieron los candados nuestras cosas todavía estaban adentro. Ellos compraron el terreno en junio y a fines de junio aparecieron los candados en nuestros refugios. Después nos llamaron para decirnos que tenían que hablar con nosotros, porque ellos los iban a usar porque eran los dueños. Pero nosotros habíamos construido antes de que ellos compraran y necesitábamos tiempo para sacar nuestras cosas. Al final fue todo tan violento que yo me fui. Nos llevamos todo lo que pudimos, pero no pudimos desarmar el refugio y dejamos todo tirado. Al final él demolió. No he vuelto al valle desde que me fui del Cajón del Maipo, hace dos años”.

Uno de los refugios destruidos ©Revista Andes Mágicos
Uno de los refugios destruidos ©Revista Andes Mágicos

– ¿Cómo se generó el conflicto con ustedes?

-Bueno, Cristian Wehrhahn me amenazaba siempre que podía, cuando estaba sola. Me prohibió la entrada al valle de Las Arenas. No podíamos subir, nos tenían súper controladas. Me sentí súper discriminada.

Gabriel Barrientos, de Partner Tour Chile: “Les pedí una boleta, pero nunca la enviaron”

“Tiempo atrás tuve un conflicto con ellos porque siempre iba al parque. De un día para otro me empezaron a pedir papeles para dejarme entrar como empresa, además me cobraron $ 5 mil por pasajero. Les dije que desde hace 20 años que iba al valle, antes siquiera de que ellos llegaran y jamás se había cobrado por entrar. Les pregunté en base a qué me querían cobrar: si no había zona de camping, ni baños, ni seguridad, no había nada. Si a lo menos tuvieran uno de esos servicios, no hay problema en pagar. Me dijeron que era un proyecto, pero ese lugar está tal cual y como estaba hace 20 años. Además, les exigí que me mandaran una boleta si es que iban a cobrar. Nunca la enviaron”

Marcela González Gacitúa: “Nos informaron a varios vecinos que no éramos bienvenidos”

La guía de montaña, randonera, ecóloga y paisajista Marcela González Gacitúa, fue integrante de una ONG que buscaba trabajar por la conservación y el acceso al Cajón de las Arenas. El siguiente es su relato:

– ¿Te afectaron directamente las nuevas condiciones de acceso al valle de Las Arenas?

-Pues sí. Anterior a la compra por los nuevos dueños un grupo de vecinos del Cajón del Maipo nos reunimos y formamos una ONG llamada Andes Libre para poder hacer algo por el Valle de las Arenas que estaba siendo afectado por el Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo. Más que nada queríamos poder tener un acceso libre para hacer deporte, como siempre había sido, y protegerlo. Meses después de nuestra conformación se presentó ante nosotros unos de los actuales dueños del valle (Cristian Wehrhahn) diciéndonos que quería ser parte de nuestra organización y tiempo después nos enteramos de que había comprado. A él, como a todos los socios les entregamos información confidencial que nunca pensamos usaría para su propósito personal.

El Morado en invierno con laguna congelada ©Revista Andes Mágicos
El Morado en invierno con laguna congelada ©Revista Andes Mágicos

-Entonces el valle fue comprado, ¿qué ocurrió después?

-Bueno finalmente cuando supimos de la compra del valle por tres personas, una norteamericana que era la socia mayoritaria, Cristian y Francisco Larraín Amunategui. Nos alegramos de que no hubiese sido una minera la nueva dueña del terreno ya que creíamos en sus buenas intenciones. Con el tiempo nos vimos afectados como vecinos por una seria de incidentes que fueron ocurriendo a través del tiempo. Primero fue la expulsión violenta de nuestros amigos de sus refugios de montaña que tenían en el valle. Estos refugios tenían dueños, pero realmente eran para todos los que estábamos en el valle esquiando en invierno, paseando o escalando en la temporada estival. Luego fue la instalación de una barrera en el límite sur del fundo quebrada de Morales que nos impedía el acceso en vehículo, eso significaba que ya no se podría ir en familia ya que ir a cualquier lugar que quisiéramos disfrutar nos demoraría una hora y media más. Por supuesto conversamos con los nuevos dueños, gente de Santiago que quizás no conocía como se usaba el valle, no conocía a sus usuarios ni tenía idea lo que ocurría ahí. Explicarles qué significaba ese valle para los cajoninos y los montanistas.

– ¿Y cuál fue su respuesta?

-Por supuesto no entendieron y se excusaban en que era propiedad privada y que lo que ellos imponían era una mejora para el valle. Seguí mi insistencia en hablar con los dueños, específicamente con Francisco Larraín mi vecino de Lo Valdés frente a mi casa, ya que tenía una mejor actitud que el otro dueño al que definitivamente no le importaba dar excusas o explicaciones a la comunidad. En una ocasión nos invitaron a algunas personas de la comunidad a una consulta ciudadana. Perdí mi tiempo y participé en cuatro ocasiones de ella, pero nos dimos cuenta de que estaba manejada ya que la mayoría de los participantes era gente cercana a ellos. De esa situación tan poco transparente vinieron más dudas de lo que ellos trataban de hacer y si esta consultoría era de buena fe o se habían ganado algún fondo que los obligaba a hacer este trabajo. Luego nos enteramos de que habían ganado fondos estatales para plantar una especie de pasto introducido en el valle de Las Arenas, entonces ya nadie creía su discurso de conservación.

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©Revista Andes Mágicos

– ¿Qué ocurrió después?

-El acto que finalmente como vecinos repudiamos fue la instalación de una barrera metálica en el límite del pueblo de Baños Morales. Con algunos vecinos llamamos a Carabineros ya que sabíamos era una barrera que sobrepasaba los límites de su fundo. Habíamos estudiado exhaustivamente todos los detalles de las escrituras del terreno cuando teníamos la intención de comprar como ONG. Afecta el acceso a la gente de Baños Morales a su captación de agua potable en el límite del predio del Valle de las Arenas.

– ¿Trataron de hablar con ellos?

Como vecina siempre he tratado de comunicarme con ellos, pero ya no me hablan. He sido testigo de amenazas, enfrentamientos hacia ellos por parte de vecinos del lugar, imagino que no viven tranquilos cuando están en el cajón, a causa de todas las amenazas que han recibido, da una pena este tipo de situaciones que fueron advertidas, a los nuevos propietarios y les pedimos que actuaran con respeto. Por mi forma de pensar, colaborativa y respetuosa hacia las comunidades de montanistas, escaladores, randoneros y niños del sector es que los dueños, este invierno, me hicieron hacer llegar un mensaje, a mí y algunos otros vecinos, de que no somos bienvenidos en el valle y que tenemos el acceso restringido.

El conflicto de Las Arenas: conclusión del autor

Soy habitante del Cajón del Maipo, no soy montañista ni escalador. Soy periodista y solo un caminante que se conmueve con los paisajes de este territorio y con las historias de la gente que habita la Cordillera de los Andes. Caminando y conversando con guías, arrieros, deportistas y varios visitantes, como yo, me enteré del intenso conflicto que atraviesa el Valle de las Arenas. Me di cuenta de que muchas personas querían hablar y pocas habían tenido la ocasión de hacerlo. Así, me decidí a escribir este reportaje. Esta investigación pretende dejar abierta la posibilidad de un diálogo entre las partes, mostrando todas las posturas y argumentos. Pero la decisión de iniciar ese diálogo depende ahora de sus protagonistas

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