En la región de Tarapacá a 163 kilómetros de la ciudad de Iquique y a 3.780 metros de altura, se encuentra un paraíso en medio del clima más árido del mundo. La Laguna del Huasco, posee diversos ecosistemas como el humedal, que permiten la subsistencia del ganado y la biodiversidad nativa. Existe una sorprendente flora y fauna, entre las cuales destacan sus vicuñas, llamas, flamencos, “guayatas” o “guayatos” que son aves monógamas (que tienen pareja de por vida). En cuanto a la flora sorprende un bosque nativo de Queñoas en el sector de “Sililica”, así como una alta diversidad de vegetación nativa con usos medicinales y forrajeras.

Vicuñas en el sector entre Huasco Grande y Pampa Sililica. Fotografía del Consejo Nacional Cultura y las Artes Región de Tarapacá. ©Arturo Reyes
Vicuñas en el sector entre Huasco Grande y Pampa Sililica. Fotografía del Consejo Nacional Cultura y las Artes Región de Tarapacá. ©Arturo Reyes

Un legado ancestral y cultural

Toda esta maravilla de la naturaleza ha sido resguardada por pueblos originarios Aymara que se instalaron en la zona, dejando asentamientos visibles a quien visite el lugar y un hermoso legado que lo mantienen vivo actualmente 3 familias descendientes de los primeros habitantes.

Asentamientos de la llegada de los primeros habitantes en la Laguna del Huasco. ©Diego Aranibar
Asentamientos de la llegada de los primeros habitantes en la Laguna del Huasco. ©Diego Aranibar

Las tres familias Aymara Esteban, Lucas y Choque, tradicionalmente han vivido en el área del Salar del Huasco, siendo parte del territorio de manera ecológica y espiritual, en base al pensamiento indígena, teniendo siempre presente los valores comunitarios del Ayni: Reciprocidad, Complementariedad, Contribución y Articulación.

Así por ejemplo realizan el pastoreo de animales de forma rotativa en diferentes sectores, permitiendo la recuperación del forraje; plantan cultivos de forma eficiente, resguardando y propagando la vegetación nativa y protegen e identifican grupos de vicuñas. Además desarrollan actividades propias de su cultura y cosmovisión, como la celebración del “Wilka Kuti” o año nuevo Andino, en donde se pide al Tata Inti (padre sol) que el nuevo ciclo agrícola sea bondadoso y renueve nuestras energías.

Año nuevo Andino. Fotografía del Consejo Nacional Cultura y las Artes Región de Tarapacá. ©Arturo Reyes
Año nuevo Andino. Fotografía del Consejo Nacional Cultura y las Artes Región de Tarapacá. ©Arturo Reyes

Otra ceremonia importante es la rogativa de la lluvia, la cual mediante una “Wilancha” (sacrificio de una llama blanca) en mesas ceremoniales se honra a la Pacha (Tierra), Uma (Agua), Mallkus (espíritus de la montaña) y Tata Inti, pidiendo que hagan llegar a las lluvias a los territorios. Esta ceremonia se realiza en la cumbre del cerro ceremonial “Charcollo”, ubicado entre los sectores de  Rinconada y Huasco Lípez, esta ceremonia se realiza en conjunto con comunidades vecinas como la de “Cancosa “ y la comunidad boliviana de “Llica”

Una lucha por el respeto

Wilancha.
Wilancha.

Estas familias con el fin de defender sus legítimos derechos formaron la “Asociación Indígena Aymara Laguna del Huasco”, ya que a fines del 2010 el Estado chileno declaró a la laguna como “Parque Nacional”, cayendo en una ilegalidad al no realizar la consulta previa, libre e informada a los pueblos indígenas interesados (como se estipula en el convenio N°169 de la OIT firmado por el estado chileno en septiembre del año 2008, entrando en vigencia el 15 de septiembre del año 2009).

Posteriormente, teniendo en cuenta todos los antecedentes la Contraloría General de la República, dictaminó el 30 de enero de 2014 la ilegalidad del “Parque Nacional Laguna del Huasco”, siendo finalmente el 19 de diciembre de 2014 la fecha en que por decreto N°152 del Ministerio de Bienes Nacionales, se deroga la declaración de parque nacional marcando un precedente histórico en la justicia chilena y en los pueblos indígenas originarios.

Corrales utilizados para llamas y corderos, Sector rinconada. ©Diego Aranibar
Corrales utilizados para llamas y corderos, Sector rinconada. ©Diego Aranibar

Pero el conflicto no ha terminado. En la actualidad el Estado chileno continúa con el objetivo de nombrar como parque nacional a los territorios aymaras de estas tres familias, las cuales demandan que existen muchas irregularidades. Según señalan, el supuesto proceso de consulta indígena al que se les invitó, no fue un proceso de consulta propiamente tal, sino más bien una instancia de entrega de información en donde no se consideraron sus opiniones. La asociación expone que no están en contra del desarrollo, pero exigen respeto, participación activa y ser escuchados, lo cual en mi opinión tiene bastante lógica ya que ¿Quién más que ellos son los indicados para resguardar territorios que les han pertenecido desde siempre?

Quisiera aprovechar de agradecer a la Asociación Indígena Aymara Laguna del Huasco que continuará la lucha por los derechos de los pueblos originarios y por mantener en el tiempo nuestro legado ancestral.

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