La Nalca (Gunnera tinctoria) es una herbácea perenne muy característica en los paisajes del sur de nuestro país. Y es que cuando pensamos en esta peculiar especie, inmediatamente se nos viene a la cabeza su gran tamaño. Alcanza una altura de 2,5 metros aproximadamente y sus hojas gigantes pueden alcanzar hasta 2 metros de ancho. El tallo, como la punta de sus hojas, presenta espinas para protegerse.

Nalca (Gunnera tinctoria) crédito: ©ecoonatura
Nalca (Gunnera tinctoria) crédito: ©ecoonatura

Esta hierba es nativa y se distribuye desde la región de Coquimbo hasta Magallanes, pero principalmente en los bosques templados lluviosos desde Valdivia hasta Puyuhuapi, preferentemente en lugares sombríos y húmedos, aunque también se les encuentra en zonas áridas, arenosas y pleno sol. Una vez llegan las temporadas más cálidas esta herbácea aparece imponente repartida por toda la Patagonia, aportando con alimento, sombra y belleza a nuestros ecosistemas.

La nalca es una planta identitaria del sur de Chile, considerada por el pueblo mapuche como planta madre y recolectada desde tiempos prehistóricos por sus usos medicinales y su gran valor nutricional. Su nombre, nalca, proviene del mapudungun nalka o ngalka, que denota la parte comestible de la planta, que en este caso es el peciolo. Sus hojas, conocidas como pange o panke, asimismo, pueden ser usadas como envoltorio de alimentos para la cocción en diversas formas, igual que su raíz o rizoma que se usa como tintura (de ahí su nombre científico) y con fines medicinales. Además, sus flores o “caballitos” son consumidas normalmente por aves y algunos mamíferos.

Las nalcas pertenecen a la familia de las gunneráceas, la cual consta de solo un género representado con 62 especies distribuidas principalmente en el hemisferio sur, pero con algunos representantes en el hemisferio norte. En Chile tenemos siete especies de gunneras,  entre ellas la preciosa nalca (Gunnera Tinctoria).

Nalca (Gunnera tinctoria) – Adobe Stock
Nalca (Gunnera tinctoria) – Adobe Stock

Origen del género Gunnera

No se sabe cuál es el origen del género, sin embargo existen distintos elementos que vinculan a estas especies con una historia muy larga y antigua, considerándose una de las familias más primitivas de las eudicotiledóneas. Uno de los principales factores es su distribución austral disyunta similar a la de otros géneros como Nothofagus, lo que suele interpretarse como el resultado de la división del antiguo continente de Gondwana.

Así comenta Juan Armesto, Doctor en Botánica y Fisiología de Plantas y profesor titular de la Pontificia Universidad Católica: “Esta distribución nos indica que probablemente es antigua. Estamos hablando de millones de años más que la era glacial. La especie chilena actual, probablemente no es tan antigua, pero el género, si miramos la distribución de muchas especies que tiene, es probablemente tan antiguo como la presencia de Gondwana.”

Esto se encuentra atestiguado por pólenes fósiles (Tricolpites reticulatus) que se le atribuyen al periodo cretácico superior (90 millones de años aprox.) de Sudamérica. Además, de otros encontrados en Australia, Nueva Zelanda, África y la Antártida. 

No obstante, también se han encontrado fósiles en Norteamérica, lo que se podría interpretar como que los ancestros del subgénero Panke colonizaron Sudamérica y las islas Hawái desde allí, para desaparecer después, lo que concuerda con la posición basal de las especies hawaianas en el subgénero.

“El género tiene muchas especies que están en todas partes, en general en los continentes del hemisferio sur, lo que nos indica probablemente un origen Godwanico. Pero también aparecen algunas especies raras en Hawaii o en México. Y ahí una entra a preocuparse de cuál es el verdadero origen. No sabemos muy bien, pero igual es seguro que es antiguo y tiene millones de años” señala el Dr. Armesto, quien además es investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad.

Gunneras-en-Chiloe-hojas-de-1m-de-diametro-foto-de-juan-armesto
Gunneras en Chiloé hojas de 1m de diámetro ©Juan Armesto

Las gunneras y su cualidad única

Una de las características más importantes y, al mismo tiempo, distintivas de las plantas del género Gunnera, es que estas tienen la capacidad de fijar nitrógeno en el suelo a través de una simbiosis que se forma de manera natural con cianobacterias. Esto se produce ya que las cianobacterias, que se recluyen al interior del tallo, suministran nitrógeno a la planta a cambio de compuestos carbonados.

“El nitrógeno es un nutriente superabundante en la atmósfera, como un 70%. Pero este nitrógeno, sin embargo, no lo podemos utilizar como nutriente, ni nosotros, ni las plantas, ni los animales; porque se encuentra en forma gaseosa. Se llama nitrógeno molecular y el nitrógeno molecular no se puede utilizar. Por ello es tan importante el rol de esta simbiosis”, asegura el profesor.

Esta cualidad es única y distintiva ya que no es común encontrar este tipo de asociación en herbáceas, de hecho, esta es la única asociación de este tipo que implica a una angioesperma o “planta con flores”. “La fijación de nitrógeno es un tema complicado en bioquímica de plantas, y las plantas que fijan nitrógeno principalmente son las leguminosas y lo hacen por otras vías. No tienen estas cianobacterias, tienen otro simbionte. Entonces esto es algo bastante poco común”, indica Armesto.

Esta relación simbiótica le da la característica a este género de ser especies pioneras, lo que quiere decir que es una de las primeras en colonizar ambientes desolados o alterados. Esto ya que su capacidad de generar nitrógeno le permite prácticamente autoalimentarse y crecer sin necesidad de un suelo fértil.

“Esa planta también crece en lugares relativamente pobres en nutrientes y por eso se llaman pioneras, porque son capaces de colonizar lugares donde no hay otra planta. Y actualmente, a través de la fijación de nitrógeno, enriquecen el suelo y producen condiciones favorables para que otras plantas crezcan”.

Nalca es una planta ornamental y comestible del Sur de Chile ©Katia Corvalan – Pinterest
Nalca es una planta ornamental y comestible del Sur de Chile ©Katia Corvalán – Pinterest

La nalca y las comunidades ancestrales

La nalca es una planta comestible que se encuentra muy arraigada en la cultura gastronómica de las comunidades ancestrales desde la prehistoria. Siendo esta herbácea una importante fuente de alimento,  además de un montón de otros usos que van desde el uso medicinal hasta el uso como elemento de construcción.

Según la literatura, Los Chonos, indígenas nómadas que habitaron en archipiélagos de Chiloé hasta la península de Taitai y el Golfo de Penas, usaban el gigante pangue para construir sus toldos cuando se encontraban en tierra. Esto gracias al grosor y resistencia de la hoja, lo que les permitía construir un refugio firme ante un clima a veces muy hostil.

También, y por el paso de polinesios en esas tierras, se toma la costumbre de cocinar con la hoja, como contenedor más que todo y para tapar cocciones, asegurando limpieza, calor y sabor, el herbáceo que tienen las hojas. Esto se conoce popularmente como mellas. 

“Al pangue también se le utiliza en pastelería tradicional propio de la cocina Huilliche, se le utiliza como un receptáculo, las masas se envuelven en este pangue para que al momento de su cocción, especialmente al rescoldo, es decir sobre la arena caliente, estos no se arrebaten y no se quemen” indica la cocinera tradicional chilota,  Lorna Muñoz Arias.

Así mismo, siempre se han conocido sus propiedades medicinales. Dentro de la cultura mapuche se le considera a la nalca como una planta madre, y es utilizada para tratar diversas afecciones. Con el rizoma se hacen infusiones para malestares estomacales, diarreas y hemorragias, además, del depe (base del tallo), donde hay especies de barbitas, se obtiene un gel que es utilizado para aliviar quemaduras, reducir la fiebre y tratar infecciones.

campo de Gunneras en playa de dunas de Chiloé ©Juan Armesto)
Campo de Gunneras en playa de dunas de Chiloé (nengacho) ©Juan Armesto

La nalca también es destacada popularmente como la compañera del camino, ya que es muy común que durante la primavera esta se recoja en el campo y se consuma fresca para hidratarse en tiempos calurosos, debido a su gran aporte de agua y frescura. Dicen que las nalcas más ricas son las que crecen en la arena ya que estas serían más dulces y suaves que las que crecen en terrenos húmedos y sombríos.

“Para el consumo directo,  se prefieren las nalcas que crecen en la arena, a las que se les llama nengacho. Cuando uno habla de esa nalca especialmente, estamos hablando y designando enseguida su procedencia, sabemos que viene de una zona especialmente de playa por la presencia de arena y que el haberse mantenido en ese sustrato le va a dar mayor suavidad y dulzor, por eso son más apetecidas también, especialmente para su consumo directo”, comenta la cocinera Lorna Muñoz.

Otro uso tradicional es el curanto, quizás la preparación más conocida de los chilotes usando pangue. Es un ingrediente fundamental para cuando se hace la tradicional comida de hoyo en la tierra, en que verticalmente se ponen desde la profunda base piedras calientes, luego conchas marinas, y distintos alimentos. Esto permite sellar los sabores y evitar que la preparación pierda sus jugos.

A su vez, más recientemente, el peciolo está siendo usado para la pastelería y repostería. Así lo señala Lorna: “También en el último tiempo se le da al tallo usos especialmente para pastelería y repostería, para la elaboración de dulces, mermeladas y compotas que van a ser la base de la preparación de platos de pastelería. En ese caso se les da un tratamiento especial y eso es a través de la cocción. También se hacen conservas y se hace licor”.

La próxima vez que veas una nalca, además de maravillarte con su belleza, ya sabes que estás frente a una planta muy especial y ancestral, con un sinnúmero de características y beneficios.

1 Comentario

1 Comentario

  1. Patricia Agurto Castro

    Estimados, encontré excelente la información que brindan sobre esta planta maravillosa que la conocí cuando era pequeña y vivían en Sur de Chile, pero ahora vivo en Santiago, añorando encontrando que alguna persona venda, y en un viaje a Chillán en septiembre de 2021 me compré una plantita pequeña y la planté en mi antejardín y me maravillo cada vez que la riego, trato de darle la mayor cantidad de agua, pero no la sé cuidar y no sí debo podarla, no he querido arrancarle ningún tallito, porque tiene un año y cuatro meses, aunque me muero por comer un tallo de nalca, por eso recurrí a buscar en internet alguna información de cómo cuidarla del calor de Santiago y regarla lo más que puedo.
    Les agradezco mucho que publiquen toda su historia, ojalá me pudieran ayudar a cuidar mi plantita.
    Un saludo cordial
    Patricia Agurto Castro.

Responder a Patricia Agurto Castro Cancelar la respuesta