En los últimos años, los incendios forestales han mostrado un aumento significativo en frecuencia y magnitud en Chile. Según un análisis histórico de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), la temporada 2022-2023 marcó un récord con 2.282 incendios forestales investigados, un incremento notable en comparación con las 823 investigaciones de la temporada 2020-2021 y las 956 de la temporada 2021-2022​. Este ascenso pone en evidencia la urgencia de abordar esta problemática, tanto desde las políticas públicas como desde la responsabilidad ciudadana.

Entre las principales causas de los incendios investigados, destaca un alto porcentaje atribuible a negligencias humanas e intencionalidad. Durante la temporada 2022-2023, un 59% de los incendios forestales tuvo un origen intencional, mientras que un 31% fue causado por negligencias. Estas cifras contrastan significativamente con los incendios de origen natural, que representaron apenas un 3%​. 

La magnitud de esta problemática quedó reflejada el 2 de febrero de 2024, cuando un incendio de gran envergadura se desató en la Región de Valparaíso. El siniestro comenzó en las inmediaciones del Lago Peñuelas, cercano a la Ruta 68, y se expandió rápidamente hacia los centros urbanos de Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana y Limache. Durante tres días de emergencia, el incendio cobró la vida de 123 personas, afectó alrededor de 6.000 viviendas y devastó industrias e infraestructura clave, de acuerdo con el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (SENAPRED). Con el tiempo, se confirmó su intencionalidad.

Por otro lado, en Chile Central los incendios forestales podrían aumentar debido al cambio climático. Un estudio de World Weather Attribution, señala que el calentamiento global intensifica las condiciones propicias para incendios como el de febrero pasado, influyendo en temperaturas más altas, vientos fuertes y menor humedad atmosférica. Todos ellos son factores que facilitan la propagación del fuego hacia áreas pobladas. Estas condiciones, combinadas con el aumento de la población en zonas de interfaz urbano-forestal, incrementan significativamente el riesgo de incendios mortales, según el análisis.

Incendio en Valparaíso. Créditos: Gonzalo Zuñiga .
Incendio en Valparaíso. Créditos: Gonzalo Zuñiga .

Esta realidad plantea una pregunta crucial: ¿cómo podemos, como ciudadanos, contribuir a prevenir y mitigar el riesgo de incendios forestales? En este artículo, consultamos a expertos para explorar medidas prácticas que cualquier persona puede tomar para protegerse y proteger el entorno.

Prevención: el rol de los ciudadanos y las comunidades

La prevención es la herramienta más poderosa para combatir los incendios forestales. En un país como Chile, donde las altas temperaturas y las condiciones climáticas extremas se vuelven cada vez más comunes, adoptar medidas preventivas puede marcar la diferencia entre evitar un desastre o enfrentarlo con consecuencias graves. Más allá de las acciones institucionales, cada persona y comunidad tiene un papel fundamental en la protección de los bosques y áreas naturales.

Según Rolando Pardo, Jefe del Departamento de Prevención de Incendios Forestales de CONAF, “la preparación es fundamental. Creemos que una persona, casa o una familia pueden tomar medidas en su entorno y estar preparados frente a los incendios forestales. La primera acción de preparación es preparar el entorno y preparar la casa. La segunda es la preparación del grupo familiar, qué hay que hacer en caso de incendio. Y por último, la preparación del grupo como comunidad, vecinos, de qué es lo que hacer en caso de incendio”, explica. Esto refuerza la necesidad de que todos asumamos un compromiso activo en la protección del medio ambiente y la seguridad colectiva.

A continuación, presentamos una lista de recomendaciones prácticas para la prevención de incendios forestales. Estas medidas están diseñadas para ser implementadas tanto a nivel individual como comunitario, con el objetivo de reducir riesgos y garantizar una convivencia segura en zonas vulnerables:


Sector Tapihue, comuna de Florida, VIII Región del Biobio, Chile. Créditos Esteban Ignacio en Flickr

Sector Tapihue, comuna de Florida, VIII Región del Biobio, Chile 2017. Créditos: Esteban Ignacio vía Flickr

Preparar el entorno de las viviendas

  • Mantener un área de al menos 2 metros alrededor de la casa libre de vegetación seca, basura o materiales inflamables como plásticos, madera o cartón.
  • Sustituir el pasto seco por gravilla o mantenerlo húmedo regándolo frecuentemente.
  • Podar matorrales para evitar que sus ramas estén en contacto entre sí o con la casa (evitar “combustible escalera”).
  • Limpiar techos y canaletas de hojas y material seco que puedan inflamarse.
  • Usar materiales no inflamables para techos y revestimientos cuando sea posible.

Prepararse como hogar

  • Crear un kit de emergencia con agua, alimentos no perecibles, medicamentos esenciales, linternas, documentos importantes y cargadores.
  • Establecer rutas de evacuación claras y alternativas en caso de bloqueos.
  • Asegurarse de incluir planes para mascotas, como jaulas de transporte o medidas que les permitan escapar si no pueden ser evacuadas.
  • Acordar puntos de encuentro y planes de acción familiar en caso de pérdida de comunicación.

Organizarse a nivel comunitario

  • Establecer brigadas vecinales para mantener los espacios comunes libres de vegetación inflamable.
  • Coordinar simulacros y planes de evacuación para que todos los vecinos sepan qué hacer en caso de emergencia.
  • Identificar áreas seguras con puntos de encuentro, como canchas, playas o espacios sin vegetación.

Reforesta con vegetación nativa

  • Prefiere vegetación nativa en vez de especies introducidas, ya que mantienen la humedad en el entorno a diferencia de monocultivos como el pino y el eucalipto. La flora nativa previene la desertificación y sustenta la evotranspiración.
  • Mantén áreas naturales limpias.

Evitar comportamientos de riesgo

  • No realizar quemas de basura, residuos o vegetación, especialmente en temporadas de altas temperaturas.
  • Ser extremadamente cuidadoso al usar herramientas como desbrozadoras o motosierras, asegurándose de que no generen chispas.
  • Revisar conexiones eléctricas para evitar contacto con vegetación que pueda provocar chispas.
  • No fumar ni encender fogatas en espacios naturales.

Reducir la probabilidad de incendios en espacios naturales

  • No usar fuego para eliminar vegetación o basura.
  • Mantener las áreas agrícolas y rurales libres de vegetación seca cercana a viviendas e instalaciones.

Informarse e informar

  • Participar en talleres o capacitaciones ofrecidos por instituciones como CONAF o municipios locales.
  • Informar a las compañías eléctricas sobre vegetación cercana a cables o postes que puedan representar un riesgo.

Desde pequeñas acciones como limpiar el entorno de material inflamable hasta la organización vecinal para la creación de cortafuegos, estas iniciativas preventivas pueden ser el primer paso para proteger nuestros ecosistemas y vidas frente a la amenaza de los incendios forestales. Con ello, además, hay un rol fundamental de las comunidades, principalmente aquellas aledañas a zonas con riesgo de incendio.

En este contexto, frente al aumento de incendios y la necesidad de preparación por parte de las comunidades, nació el proyecto de Comunidad Contra el Fuego, programa del Gobierno de Santiago, ejecutado por la Corporación Altos de Cantillana y Red de Santuarios de la Naturaleza. Esta iniciativa apunta a trabajar con las áreas de interfaz o cercanas a estas zonas para la educación, prevención y educación de incendios forestales.

Fernanda Romero, directora del proyecto, explica: “como país, estamos más preparados para enfrentar un tsunami que un incendio forestal, a pesar de que la probabilidad de vivir un evento de este tipo (incendios forestales) es cada vez mayor”.

“Todos podemos ser afectados por un incendio, aun cuando yo no viva en una localidad de riesgo. Puede ser el día de mis vacaciones, el día que me estaba moviendo de un lugar a otro o un incendio en una carretera. Las personas de la ruralidad están más expuestas porque pueden perder sus viviendas, pero en realidad, cualquiera puede estar sujeto a un incendio forestal”, agrega Fernanda.

Recorridos. Créditos: Reserva Natural Altos de Cantillana.
Recorridos. Créditos: Reserva Natural Altos de Cantillana.

Romero subraya que la preparación no solo implica saber cómo actuar frente a un incendio, sino también adoptar un cambio cultural de cómo percibimos este fenómeno, y transitar hacia la interiorización de la prevención y la consciencia del entorno. Así, en un contexto donde el cambio climático exacerba las condiciones propicias para los incendios, resulta urgente abordar esta problemática desde la educación ambiental. La capacidad de los ciudadanos para reconocer el riesgo, prepararse y actuar de manera responsable puede ser determinante para mitigar el impacto de estos desastres.

¿Qué hacer frente a un incendio cercano?

Cuando un incendio forestal se encuentra cerca, cada minuto cuenta. La capacidad para reaccionar rápida y adecuadamente puede marcar la diferencia entre mantenerse a salvo o enfrentar consecuencias graves. Estar preparado no solo implica conocer las rutas de evacuación o los números de emergencia, sino también entender cómo protegerse durante la emergencia y cómo reducir los riesgos mientras se espera ayuda.

Sobrevuelo Ruta del Itata tras el paso del incendio, VIII Región del Biobio, Chile Creditos Esteban Ignacio en Flickr
Sobrevuelo Ruta del Itata tras el paso del incendio, VIII Región del Biobio, Chile 2017. Créditos: Esteban Ignacio vía Flickr.

Rolando Pardo, Jefe del Departamento de Prevención de Incendios Forestales de CONAF, enfatiza: “En situaciones de emergencia, la información y la calma son nuestros mejores aliados. Saber qué hacer en el momento adecuado puede salvar vidas y reducir el impacto del fuego en las comunidades”. Por ello, es crucial que cada persona tenga claro cuáles son los pasos a seguir en caso de que un incendio se acerque a su hogar o comunidad.

Pasos clave en caso de un incendio cercano

A continuación, presentamos una guía básica para actuar frente a la amenaza de un incendio forestal:

Reconocer señales de peligro

  • Estar atentos a columnas de humo oscuro o cenizas que puedan indicar un incendio cercano.
  • Si el humo pasa sobre la vivienda o empiezan a caer partículas encendidas, evacuar de inmediato.
  • No intentar controlar incendios grandes sin la capacitación o herramientas adecuadas.
  • Respetar las órdenes de evacuación de las autoridades y no regresar a la zona de peligro hasta que sea seguro.
  • Evitar el uso de vehículos si las vías están congestionadas, priorizando evacuaciones a pie si es necesario. El uso de autos dificulta el tránsito de vehículos de emergencia.

Denuncia

  • Llamar de inmediato a los números de emergencia (130 CONAF, 133 Carabineros, 132 Bomberos, 134 PDI) para informar sobre el incendio.
  • No ignorar las alertas oficiales emitidas por SENAPRED y evacuar tan pronto como se reciban.

Evacúa con calma y ordenadamente

  • Dar prioridad a la salida de personas con dificultades de movilidad, niños y adultos mayores.
  • Reconocer las vías de escape seguras y anticiparse a posibles bloqueos o cambios en la dirección del fuego.
  • Evitar regresar a zonas de peligro para rescatar pertenencias, priorizando siempre la seguridad personal.

Estas acciones buscan no solo proteger a quienes están en peligro inmediato, sino también evitar que sus decisiones puedan agravar la situación o poner en riesgo a los equipos de emergencia. La seguridad personal y comunitaria debe ser siempre la prioridad, entendiendo que en muchas ocasiones el fuego avanza más rápido de lo que se anticipa.

En este contexto, la prevención y la preparación no terminan con la emergencia inmediata. Lo aprendido durante un evento puede ser el punto de partida para que comunidades enteras fortalezcan sus sistemas de respuesta y desarrollen una cultura más sólida frente al riesgo de incendios forestales. La Red de Prevención Comunitaria (RPC) es una iniciativa que desarrolla, en comunidades de interfaz urbano-rural, la capacidad de prevenir incendios de forma colaborativa y permanente. Desde 2017, la colaboración entre vecinos, municipios, empresas, entidades públicas y organizaciones sociales, buscan disminuir la ocurrencia de incendios. 

Myriam Mellado, coordinadora de la RPC, enfatiza en la importancia de la colaboración entre vecinos. “Nosotros específicamente trabajamos con más de 6000 vecinos en siete regiones del país y sepan que estos vecinos se han preparado todo el año. La colaboración es clave para el resultado positivo en prevención de incendios. Si como vecino logro identificar mis riesgos y gestionarlos, voy a lograr un resultado”, comenta.

Foto de JAVIER TORRES:AFP vía Getty Images
Créditos: Javier Torres vía Getty Images

Acción colectiva

Los incendios forestales no son solo una amenaza ambiental; representan un desafío social que requiere la acción coordinada de individuos, comunidades e instituciones. Como señaló Fernanda Romero, directora del proyecto Comunidad contra el Fuego, aún falta incorporar una cultura de prevención robusta frente a estos eventos, pese a su creciente frecuencia y severidad.

La clave para avanzar radica en entender que cada acción cuenta, desde pequeñas medidas preventivas en el hogar hasta la participación activa en programas comunitarios. Prepararnos como sociedad para enfrentar incendios forestales no solo nos protege a nivel personal, sino que también contribuye a preservar nuestros ecosistemas, reducir pérdidas humanas y materiales, y fortalecer nuestra resiliencia colectiva.

Este desafío es una invitación a transformar nuestra relación con el entorno y a asumir un rol activo en la prevención y respuesta ante incendios. Solo a través de un esfuerzo conjunto será posible enfrentar esta problemática de manera efectiva, dejando un legado de mayor conciencia y preparación para las generaciones futuras.

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