El pasado 22 de enero se publicó un estudio en la revista científica PhytoKeys, mediante el cual se logró identificar nueve especies endémicas de Chile Central, específicamente en la Región de Valparaíso y de Coquimbo. Esto se logró gracias a la disección taxonómica basada en evidencia molecular del complejo Eriosyce curvispina (Cactaceae).

En esta línea, es importante mencionar que nuestro país posee una flora única con una gran diversidad de especies endémicas, debido en gran medida a su aislamiento geográfico. Asimismo, Chile central ha sido identificado como una de las áreas prioritarias de biodiversidad a nivel mundial y caracterizado como uno de los centros mundiales de diversidad de cactus.

Muchas especies de cactus identificadas en Chile central pertenecen a la tribu Notocacteae, uno de los linajes más antiguos y diversos de América del Sur. El estudio publicado se centra en el género Eriosyce Phil., el que cuenta con una larga taxonómica con un alto nivel de incertidumbre, y en el complejo E. curvispina.

A E. aconcaguensis B E. andicola C E. choapensis D E. curvispina E E. grandiflora F E. horrida G E. mutabilis H E. orientalis I E. robusta. Fotografías: Arón Cádiz-Véliz (A, B, F), Pablo Guerrero (C, D, G), Joaquín Keymer (E), Heidy Villalobos-Barrantes (H), Griselle Guerrero (I).
A E. aconcaguensis B E. andicola C E. choapensis D E. curvispina E E. grandiflora F E. horrida G E. mutabilis H E. orientalis I E. robusta. Fotografías: Arón Cádiz-Véliz (A, B, F), Pablo Guerrero (C, D, G), Joaquín Keymer (E), Heidy Villalobos-Barrantes (H), Griselle Guerrero (I).

El análisis filogenético del complejo E. curvispina, junto con los análisis filogeográficos, reveló la presencia de nueve linajes distintos dentro del complejo. Dos clados principales (linajes), el clado A y el clado B. El clado A albergaba cuatro linajes independientes encontrados en Río Putaendo, El Escorial, Pichidangui y Laguna Verde. El clado B estuvo compuesto por cuatro linajes previamente considerados dentro del complejo Eriosyce curvispina, como son las accesiones de Cerro La Leona, Valle Choapa, Tilama, Farellones, Cerro Chivato y Ocoa.

«Antiguamente muchas de estas especies eran consideradas válidas, pero luego de distintas olas de sinonimización y reacomodo taxonómico, se fue juntando dentro del complejo Eriosyce curvispina (…). Son de alguna manera especies que se denominan crípticas, que no se diferencian tanto morfológicamente, y por eso es la razón de que fueron juntadas en el pasado, pero eso no se condice con la información genética, que sí es mucho más variable. Hoy entrega mucho más información», comenta Pablo Guerrero, académico del Departamento de Botánica de la Facultad Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad Concepción, y uno de los autores del estudio.

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