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Explorando Rincón Bonito, un testimonio de vida y preservación en la Patagonia chilena
En el valle Ventisquero, entremedio de la cuenca del río Puelo, se encuentra Rincón Bonito, un lugar de la Patagonia chilena que se mantiene casi intacto, siendo un verdadero corredor biológico que conecta los parques nacionales Pumalín y Hornopirén. En Rincón Bonito la comunidad trabaja en conjunto con organizaciones para llevar a cabo un turismo sostenible que va de la mano con prácticas de conservación y educación ambiental. Sus visitantes pueden realizar caminatas, cabalgatas y excursiones por senderos, así como compartir con las familias que habitan Rincón Bonito, conocer sus costumbres y emprendimientos.
Rincón Bonito es uno de los pocos lugares que aún se mantienen casi intactos en la Patagonia, escondido, esperando atento a caminantes y buscadores de tranquilidad. La aventura comienza cuando nuestras botas se encuentran con la tierra húmeda, cada paso absorbe la esencia de la naturaleza. Llevando una mochila que carga solo lo esencial, cada inspiración de aire puro nos invita a desconectar del ruido de la ciudad y conectar con nuestro alrededor.
Caminamos entre árboles centenarios que han visto pasar el tiempo en silencio. Los pájaros cantan sus canciones y el tiempo no es un tirano, sino un compañero que invita a la reflexión y la contemplación.
Situado en el Valle Ventisquero, dentro de la cuenca del río Puelo en Cochamó, en el extremo norte de la Patagonia chilena, Rincón Bonito es un lugar conocido por la belleza de sus paisajes y su fuerte conexión con la comunidad local.
La jornada comienza al alba, cuando el valle se despierta envuelto en una neblina que las primeras luces del día se esfuerzan en disipar. Los habitantes de Rincón Bonito, después de compartir unos mates, dedican sus horas a la agricultura y la ganadería, cuidando este paraíso de conocimientos traspasados de padres a hijos.
La historia de Rincón Bonito y su entorno está íntimamente ligado a las familias que comenzaron a llegar a la región entre 1920 y 1930, trabajando arduamente para hacer de esta área un lugar habitable y próspero. La zona ha sido objeto de esfuerzos de conservación, como el proyecto liderado por Douglas Tompkins, quien adquirió estas tierras para integrarlas al Parque Pumalín, destacando su belleza y significado especial dentro de Chile. Ahora, bajo nuevos propietarios, Rincón Bonito sigue dedicado a la conservación y ha abierto sus puertas al turismo cordillerano, regalando experiencias naturales y culturales para todo aquel que lo visita.
El acceso es toda una aventura, que implica una combinación de traslados en automóvil, barcaza o lancha, caminata o caballo, e incluso la posibilidad de un vuelo escénico desde Puerto Montt, lo que resalta su remota belleza y el compromiso que se necesita para visitarlo. Llegando, se puede disfrutar de caminatas, cabalgatas, y excursiones por algunos de los senderos, interactuando con familias locales y descubriendo sus emprendimientos.
Sostenibilidad y tradición: dos caras de una misma moneda
Lejos de ser una moda pasajera, la vida sostenible aquí es un compromiso real y una forma de vida. La comunidad, en conjunto con aliados como la ONG Puelo Patagonia, llevan a cabo una serie de prácticas de conservación y educación que custodian la biodiversidad y dan forma a un turismo que honra la tierra.
En este rincón patagónico las actividades están ligadas al respeto y cuidado por la naturaleza. Las caminatas invitan a descubrir secretos botánicos, y se pueden apreciar constantes muestras de la flora y fauna endémicas. A lomo de caballo se recorren antiguos caminos cargados de historias de antaño. Y para quienes prefieren las aguas de la región, los ríos Ventisquero y Puelo pueden explorarse en pack raft, otorgando una perspectiva llena de adrenalina sobre la inmensidad de la Patagonia.
Un corredor biológico de incomparable valor
En Rincón Bonito la ecología es parte del día a día. Rodeado por gigantes verdes, los Parques Nacionales Pumalín y Hornopirén, este lugar actúa como un puente natural de vida silvestre, clave para la supervivencia y prosperidad de innumerables especies.
Este corredor biológico, una auténtica carretera para la vida salvaje, permite que animales y plantas se muevan libremente, manteniendo así los ciclos ecológicos que sustentan este ecosistema. En tiempos donde la palabra «conectividad» se ha vuelto común, aquí adquiere un significado mucho más interesante y explícito.
La defensa de este corredor es una tarea que la comunidad ha asumido con intensidad, conscientes de que cada esfuerzo cuenta en la lucha contra el cambio climático. Rincón Bonito protege su flora, fauna y sus recursos hídricos, esenciales para el equilibrio del clima en la región.
La cultura de la comunidad: un espíritu inquebrantable
La comunidad de Rincón Bonito refleja la tranquilidad y la resiliencia de la zona. Caras curtidas por el sol y sonrisas amables viviendo en armonía con la tierra y preservando su cultura mediante prácticas agrícolas y de pesca tradicionales, además de un sentido de hospitalidad que calienta el corazón de todo aquel que visita estas tierras. Aquí, la gente actúa como anfitriones y guías, contando a quien quiera escuchar las bondades y dificultades del suelo que tanto respetan.
La cultura local se conoce junto al fuego, compartiendo un mate o una comida casera, mientras se escuchan relatos del pasado y presente, llenos de aprendizajes que dan forma a la identidad tan única de esta tierra. Cada conversación nos transmite la importancia del volver a la raíz y el valor de una buena charla mirándonos a los ojos, usualmente perdida en el ruido de la ciudad.
Un legado de conservación
La historia de Rincón Bonito está intrínsecamente ligada a Douglas Tompkins, cuya visión de conservación ayudó a preservar y restaurar este trozo de paraíso. Bajo la nueva administración, Rincón Bonito ha florecido, abriéndonos sus puertas para regalarnos una experiencia de turismo ecológico, respetuoso y transformador.
Al atardecer, los colores del cielo se vuelven un espectáculo. La noche cae y el frío se hace presente, y se siente tan bien. Alrededor de una fogata se comparte y se planifica la jornada siguiente.
Y así, día tras día, la travesía se va armando con experiencias, aprendizajes y con ese sentimiento de gratitud por tener la oportunidad de ser parte de algo tan inmenso y tan perfecto. Lo que Rincón Bonito busca mostrar ante los ojos del mundo es la evidencia de cómo la vida puede florecer en comunión con la tierra, en armonía entre hombre y el medio que lo rodea.