El concepto de “habitar” el mundo para el ser humano consiste en traspasar a escala humana la naturaleza, generando un espacio que nos cobija y protege de efectos incontrolables por nuestras capacidades.

Cuando estamos insertos en un bosque nativo, en un grado de biodiversidad que no ha sido intervenido, nos sentimos libres, en un entorno “des-habitado” que no nos pertenece.

Sin embargo, para “habitar” y crearnos nuestros espacios en el mundo, la madera proveniente de estos bosques a constituido un elemento clave y accesible para el ser humano desde los inicios de nuestra historia.

Parece inconsecuente, decir que hoy a pesar de los avances y tecnología que han generado una infinita gama de materiales a nuestra disposición, algunos con propiedades incluso mejores, más resistentes o duraderos que la madera; la sensación que ella nos regala en el “habitar” pareciera ser única e irremplazable. Está compuesta por aromas que nos recuerdan el calor de una casa de sur, colores vivos que se desatacan frente al entorno y a su vez pertenecen a él.

Podríamos decir entonces que la madera nativa otorga un carácter vivo y acogedor que a pesar de los avances, otros materiales aún no logran entregarnos.

Entre otras cosas, esta es una de las razones por las cuales debemos cuidar y valorar nuestros bosques nativos. Usar de manera equilibrada y responsable los recursos que estos nos regalan, ya que a pesar de lo valioso que pueden ser para nosotros, antes de ser nuestra materia prima y regalarnos estas únicas sensaciones, son un mundo en si mismos y constituyen el “habitar” de otros seres vivos.

Existen infinitas técnicas para trabajar la madera nativa para construcción y otros usos. Al ser un material orgánico una vez seca e implementada en construcciones esta sigue “trabajando”, es decir, sigue presentando cambios físicos como respuesta a los cambios de temperatura a los que esta expuesta. Por lo que el tratado de estas está sujeto a la práctica y experiencia que se recopila al utilizarla en distintos medios. A juicio de muchos, la mejor manera de aprender a trabajar la madera sin duda es en la práctica y la observación de sus comportamientos.

El Coihue

Sin embargo, aquí les presentamos información práctica y datos generales con respecto al uso de una de las maderas nativas: el Coihue.

Es una madera de veta fina, color café crema. Dependiendo del corte que se aplique, la veta puede presentarse en un color de fondo uniforme con líneas rojizas.Con un 12% de humedad, tiene un peso de 610 hg/m3, por lo que está clasificada como madera pesada.

Se recomienda utilizarla posterior al secado natural (sistema de apilado de la madera separado del piso, que favorece la circulación natural del aire, evitando el contacto con la humedad) para el que se requiere como mínimo un año por centímetro de espesor, alcanzando una humedad final de 15% a 18% en el sur de Chile. De no respetarse estos tiempos, la madera se curva y agrieta.

Con respecto el secado artificial esta presenta dificultades, ya que después de realizarse este proceso, se presentan células colapsadas que se traducen en grietas. Aunque se caracteriza como una madera resistente a la rotura, elástica y flexible, se considera “moderadamente resistente” a hongos e insectos. Es por esto que se recomienda utilizar bajo techo o en interior de las construcciones.

En casos de exterior se recomienda la aplicación de un tratamiento superficial, mientras que en interiores es posible utilizarla al natural. Para el tratamiento superficial, se utiliza barniz, laca, pinturas o aceites. Esta demuestra buenos resultados al aplicar componentes en base a agua.

Es una madera fácil de cepillar. Además de utilizarse principalmente como chapa, se recomienda para interiores ya sean escaleras, muebles, estructuras de interior, puertas, molduras y revestimientos. También se utiliza en embarcaciones para quillas y cuadernas. Si se mantiene en contacto constante con el agua o bajo tierra tiene mayor durabilidad.

Coihue , Valle de Las Trancas, región del Bío Bío, Chile © Conaf
Coihue , Valle de Las Trancas, región del Bío Bío, Chile © Conaf
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