Estemos en el último bosque del sur o sentados en un banco de la plaza dando de comer a los pajaritos de la ciudad, la experiencia de pausar y observar es el punto de partida para desarrollar cualquier ilustración de naturaleza, y un lujo escaso para la vida moderna. Es también una de las virtudes mayores de mi oficio ojalá compartida por todos, artistas o no. El ritmo del tiempo detenido nos permite apreciar de apoco la belleza y complejidad del mundo natural, y el dibujo un lenguaje perfecto para capturar y traducir dichas observaciones.

¿Cómo aproximarse a la ilustración de aves? ¿Cuáles son las técnicas más apropiadas y los estilos de dibujo que podemos lograr? ¿Basta con sentarse a observarlas y dibujar, o necesitamos de más referencias?

Probablemente deba comenzar por algunas reglas académicas básicas: Sí es importante conocer algo de la anatomía de las aves, pero desde una mirada de artista más que de científico. Bastará con entender que los pajaritos son vertebrados y poseen una estructura ósea recubierta de un sistema muscular, piel y plumaje. No es una imagen muy atractiva, pero el clásico pollo de rotisería será suficiente ejemplo para lo anterior. Y una noción básica de anatomía es importante para permitirnos entender mejor la ubicación de las partes del cuerpo al dibujarlas. Algunos errores comunes son, por ejemplo, ubicar mal las patas en relación a la cadera, o dibujar los ojos en cualquier parte de la cabeza sin entender la estructura del cráneo, la ubicación de la cavidad ocular y su relación con el pico.

©Cortesía de Antonia Reyes
©Cortesía de Antonia Reyes

Sin embargo, como dibujantes, lo que prima es la traducción de las formas. Observamos y representamos figuras y actitudes sin necesariamente nombrar partes biológicas. Destaco aquí lo de la actitud; los pajaritos son animales de mucho carácter y saber retratar las personalidades de las distintas especies hace que nuestras ilustraciones verdaderamente cobren vida.

Aunque muchas especies son de fácil acceso para el avistamiento, dibujar aves a partir de modelos en vivo es -en mi experiencia- tremendamente difícil por la rapidez con que se mueven. Así y todo, la ilustración de aves es una de mis especialidades como ilustradora de naturaleza, y lo he logrado dividiendo la experiencia de la ilustración en dos partes:

©Cortesía de Antonia Reyes
©Cortesía de Antonia Reyes

¿Las ventajas de uno sobre otro? Las especies embalsamadas permiten acercarse y capturar detalles con más sentidos que nuestra mera vista, podemos tocar y entender mejor las texturas de las diferentes del cuerpo. También nos entregan una visión completa y tridimensional de nuestro modelo, aunque convengamos que congelan las aves en poses algo forzadas. Las fotografías en cambio, cumplen mucho mejor la labor de capturar poses naturales y actitudes, pero fallan en darnos vistas multi -angulares de nuestro modelo.

Por último, pero no menos importante, ¡aprovechemos la tecnología! Más que crear una separación entre la naturaleza y nosotros, miles de sitios web, cuentas en RRSS y aplicaciones son increíbles herramientas de aprendizaje y aproximación, ya sea para distinguir especies o identificar paletas de color.

©Cortesía de Antonia Reyes
©Cortesía de Antonia Reyes

En conclusión, ojalá complementar investigación bibliográfica, observación en terreno, y recopilación de referentes visuales de la mayor cantidad y variedad que podamos obtener.

Respecto a qué materiales usar, verdaderamente la calidad sí hace la diferencia, pero ojo que exagerar invirtiendo no va a convertirte en un mejor artista. En el contexto de los apuntes de campo y la ilustración en terreno la prioridad debe darse a lo que es sencillo, liviano y portable.

Papel:

Una buena croquera o papel previamente cortado y adosado a una superficie rígida como un anotador pensando en apoyo cómodo. Personalmente me gusta mucho el efecto de los papeles porosos y gruesos para los bocetos de campo.

Lápices:

En el dibujo, distintos lápices van a entregarnos diferentes efectos. Cuando estamos en el campo buscamos trazos rápidos y fluídos, por lo que recomendaría grafitos de minas relativamente blandas (2B, 4B, 3H) para bocetear y algunos portaminas para definir detalles. Aunque los detalles pertenecen más a la instancia del escritorio, cuando volvemos a casa con nuestros apuntes y fotos listos para el rendir final de nuestra ilustración.

Color e Iluminación:

Luz y el color son elementos que van a enriquecer muchísimo los dibujos. Una opción puede ser desarrollar un trabajo tonal, tal vez sobre un papel gris que actúe como tono medio, con un grafito para las sombras y un lápiz blanco para las luces.

Otra alternativa es dar color con lápices o acuarelas. Basta con algunos colores primarios y una selección de grises y tonos tierra que logren representar más acertadamente los matices del plumaje.

©Cortesía de Antonia Reyes
©Cortesía de Antonia Reyes

Las acuarelas de pastilla vendrán en cajas portables listas para usar, y pueden encontrarse en varios tamaños y cantidades de colores. Si trabajas con acuarela de tubo, existen paletas vacías que se cierran como estuches portátiles, y tienen en su interior espacios compartimentados para guardar un poco de cada color, ideales para llevar tu taller al terreno.

Vale la pena mencionar que los apuntes de campo constituyen un lenguaje gráfico distinto al de la ilustración acabada que enmarcamos y colgamos en la pared. Tienen impregnado el carácter efímero del momento, la rapidez del trazo, el dibujo inacabado por las circunstancias, la lluvia, el barro, o la huella de la taza de café que manchó el papel sin querer. Esta es la parte en que debemos enamorarnos del proceso de una ilustración más que de su resultado. La invitación es a interpretar este oficio como una experiencia de conocimiento y conexión con la naturaleza, también de nuestro propio sello artístico, más allá de las imágenes que logremos imprimir sobre el papel.

Otras cosas importantes para traer contigo:

En tiempos de perder la fé sobre el devenir del mundo, recordemos que no es que estemos cortos de maravillas, más bien es que hemos ido perdiendo la capacidad de maravillarnos. La naturaleza está llena de detalles fascinantes y mucho más a la mano de lo que imaginaríamos. Despertemos la curiosidad ante ella, y se desplegará frente a nuestros ojos sin falta.

¿Quieres aprender? En octubre estaré realizando dos talleres de ilustración de aves para que puedas participar:

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...