Consejos para reducir tu impacto al visitar áreas protegidas este verano
El verano está a la vuelta de la esquina y su llegada significa el inicio de la temporada que hemos anhelado ansiosos durante todo el año: las vacaciones de verano. En esta época, muchos aprovechan el calor y el ambiente veraniego para viajar al extranjero o ir a la playa, mientras que otros prefieren visitar el bosque o las montañas en busca de tranquilidad y conectarse con la naturaleza. Y es que la naturaleza no solo nos entrega un espacio para distenderse del estrés y el ruido, sino que también entrega innumerables beneficios que sin duda, nos renuevan de energías. Sin embargo, año a año es común presenciar al interior de áreas protegidas, sobretodo en la época estival, prácticas irresponsables que dañan al medio ambiente. Por ello es que hemos elaborado para ti, con la ayuda de Mireya Azócar, guardaparques de la Reserva Nacional Coyhaique, un listado con 8 consejos para reducir tu impacto al visitar áreas protegidas este verano. ¡No te lo puedes perder!
Conservar a largo plazo la biodiversidad natural del país, mantener los servicios ecosistémicos, incrementar la resiliencia frente al cambio climático, y mejorar la salud y calidad de vida de las personas, son solo algunas de las razones por las que existen las áreas protegidas.
Lo cierto es que estos espacios naturales proporcionan una infinidad de beneficios que son esenciales para la sociedad y la vida en general, y son la mejor herramienta que tiene la humanidad para conservar sus valores culturales, además de la naturaleza. Por ello, no es de extrañar que estos santuarios naturales, que conjugan una gran cantidad de elementos culturales y sociales, hoy ocupen cerca del 15% de la superficie terrestre del planeta y cerca de un 8% de la cobertura de la superficie marina.
Pese a su importancia, las áreas protegidas se ven constantemente amenazadas por diferentes situaciones como la degradación de los ecosistemas, la contaminación, alteración en los flujos de agua, el uso no sustentable de recursos y la introducción de especies exóticas invasoras; todo esto agravado por el cambio climático. Asimismo, también es importante considerar el impacto que las actividades turísticas y recreativas causan en las áreas naturales protegidas.
Año a año, con la llegada de las vacaciones, nuestras áreas protegidas se llenan de visitantes, y con ello, suelen aumentar las malas prácticas y el daño al patrimonio natural. Sobre todo en la época estival, es común ver basura en los senderos, rayados sobre el patrimonio, agua contaminada con shampoo, y restos de fogatas en lugares no establecidos.
En este contexto, a la hora de visitar un Parque Nacional o Reserva, es importante seguir ciertas recomendaciones que apuntan a minimizar nuestro impacto en las áreas naturales protegidas. Si las seguimos, las futuras generaciones podrán apreciar los mismos paisajes que hoy disfrutamos nosotros.
Por lo anterior es que hemos elaborado para ti, con la ayuda de Mireya Azócar, guardaparques de la Reserva Nacional Coyhaique, un listado con 8 consejos para reducir tu impacto al visitar áreas protegidas este verano. ¡No te lo puedes perder!
1. ¡Haz tus necesidades en lugares establecidos!:
Nuestra orina y heces no solo contaminan el ambiente, sino que también trasmiten diferentes enfermedades que pueden ser muy perjudiciales para la fauna. Por ello es que siempre se debe recurrir a los servicios higiénicos establecidos al interior de las áreas protegidas.
De no ser posible, utiliza la técnica “hoyo de gato”, la cual consiste en realizar un hoyo de 15 a 20 cm en un sitio ubicado por lo menos a 60 metros de una fuente de agua, expuesto al sol y de preferencia con mucha materia orgánica, ya que estos elementos ayudaran al proceso de descomposición. Esta es la técnica más efectiva para fomentar la descomposición y degradación de las heces fecales.
2. No abandones los caminos ni tomes atajos:
Recuerda que fuera de los senderos viven insectos, hongos, plantas, musgos y muchas otras especies que son perturbadas o dañadas al ser pisoteadas. Asimismo, evita crear sendas alternativas, las que además de provocar problemas de erosión, pueden desorientar a otras personas.
3. Evita generar ruidos molestos:
El ruido tiene efectos perjudiciales para numerosas especies y perturba los ecosistemas en áreas protegidas. Esto, ya que puede afectar el comportamiento de animales asustándolos o interfiriendo en su capacidad de oír presas o a depredadores, lo que afecta directamente a su capacidad de supervivencia.
Asimismo, vale decir que no se debe utilizar audios para llamar la atención de las aves ya que puede confundirlas y obligarlas a emigrar del lugar, abandonando sus nidos. Recordemos que cada canto es diferente, por lo que dependiendo de su vocalización, el canto trasmite mensajes diferentes (apareamiento, peligro, pelea por territorios, etc).
4. ¡No alimentes a la fauna nativa!:
Alimentar a la fauna silvestre puede traer consecuencias peligrosas para animales y personas, independiente de la especie que sea o el lugar en donde estés. Por un lado, los animales pueden acostumbrarse, lo que los hace perder su capacidad de caza -y con ello su supervivencia- e interferir en sus ciclos migratorios, lo que afectaría su reproducción. Asimismo, los animales corren el riesgo de enfermarse ya que no están acostumbrados a consumir nuestros alimentos y estos, muchas veces, no cumplen con sus necesidades nutricionales.
Por otro lado, si esto se vuelve costumbre los animales se acercarán constantemente a los humanos, ya que serán asociados a alimento, por lo que las personas podrían llegar a ser atacadas por el animal.
5. Llévate tu basura:
No olvides retirar tu basura fuera de las áreas silvestres protegidas. No es posible tener basureros en las áreas silvestres protegidas ya que existe el riesgo de que animales se metan en ellos en busca de alimento, lo que les puede causar daños irreparables e incluso, la muerte. Recordemos que nuestra basura porta un sinfín de patógenos que pueden ser muy perjudiciales para la fauna silvestre.
6. No extraigas ni dañes el patrimonio natural, arqueológico, paleontológico o histórico:
Lo que es del bosque, se queda en el bosque. No dañes la vegetación arrancando plantas, ramas u otro sustrato.
Asimismo, no dañes ni extraigas el patrimonio cultural que encuentres al interior de un parque o reserva. La destrucción de monumentos, en general, es sancionada por la Ley n° 17.288 sobre Monumentos Nacionales, con pena de presidio menor en su grado medio a máximo y multas de 50 a 200 UTM.
7. No uses fuego, salvo en sitios y condiciones debidamente señalizadas para ello:
Se recomienda usar el fuego en zonas protegidas del viento y siempre en lugares autorizados, tomando todas las precauciones para hacer una fogata controlada y evitar un incendio. Recordemos que quienes provoquen riesgo de incendio serán sancionados(as) con multas, cárcel o, incluso, la expulsión del país en caso de ser extranjero (ley n°20.653).
8. Recuerda que no está permitido el ingreso de mascotas o animales domésticos en áreas protegidas:
Los animales domésticos afectan, perturban, cazan o ahuyentan a la fauna silvestre nativa. Igualmente, interfieren en sus vías de movimiento, y pueden ser un foco de enfermedades infecto contagiosas, afectando la sanidad de las poblaciones de fauna nativa. Además, en algunos casos incluso pueden convertirse en especies invasoras, alterando el equilibrio natural de la fauna protegida.
Solo se permite el ingreso de animales de servicios, específicamente entrenados para ayudar a personas con discapacidad, el cual deberá disponer de un arnés, correa u otros elementos para manipular al animal.