Comunidad chaitenina solicita espacio costero marino en islas Desertores y costa de Chaitén para reconocimiento de uso ancestral
La comunidad chaitenina solicitó la creación de un Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO) en las islas Desertores y costa de Chaitén, en reconocimiento de los usos ancestrales que se han desarrollado en este lugar de la Región de Los Lagos. La idea también es proteger los ricos ecosistemas de la zona debido a distintas presiones y amenazas. Entérate de los detalles en la siguiente nota de Patagonia Mar y Tierra y del Programa Austral Patagonia, de la Universidad Austral.
Luego de 5 años de trabajo conjunto, el año 2020 fue acogida a trámite la solicitud de creación del Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO) “Islas Desertores y Costa de Chaitén”, un área que involucra más de de 200 mil hectáreas, en la costa de Chaitén y las islas Desertores, ubicadas a poco más de 20 km al noroeste Chaitén, región de Los Lagos.
Los ECMPO son territorios marítimos entregados en administración a comunidades indígenas que demuestren usos ancestrales de esos espacios, permitiéndoles resguardar y preservar la cultura, historia política y social, así como las prácticas y formas de vida que sus miembros han desarrollado y traspasado en el tiempo.
“Nos conocemos desde hace años y siempre hemos sabido proteger lo que es importante”, comenta Nancy Vargas, presidenta de la comunidad indígena de la isla Autení, una de las comunidades que lideran la propuesta de ECMPO, al explicar cómo llegaron a conformar la solicitud actualmente en tramitación. “Toda la vida se ha trabajado en comunidad en estas islas, y si bien, las organizaciones pueden tener nombres distintos, somos la misma gente que hemos estado acá siempre, y que hemos hecho las cosas de la misma forma, colaborativa y en conjunto. Ahora nos une el cuidado de este lugar y de sus recursos, para nosotros y para nuestros hijos”, indica Nancy Vargas.
Pamela Mayorga, presidenta de la Corporación Ambiental local del Uso del Borde Costero Chaitén y coordinadora de la mesa de trabajo local, indica que desde el año 2015 trabajan en talleres y reuniones autoconvocados, que les permitieron incorporar la visión de distintas comunidades que habitan un territorio muy extenso, y fortalecer un tejido social, que busca reivindicar su identidad en torno al mar, velar por la protección de medioambiente, cultura y las necesidades vitales de los habitantes.
“Es importante que se integre a los actores locales en la planificación y decisión del resguardo de los ecosistemas. Este ECMPO ha permitido el posicionamiento de las comunidades indígenas, así como a todas las organizaciones que apoyan la solicitud, haciéndolas parte de la gobernanza local con el fin de lograr acuerdos para todos quienes viven y trabajan aquí”, señala Pamela.
Conservación y amenazas
El área del ECMPO “Islas Desertores y Costa de Chaitén” alberga una biodiversidad extremadamente rica. En sus aguas habitan emblemáticos mamíferos marinos como ballenas azules, fin y sei, corales de agua fría, aves y decenas de especies marinas comercializadas por los pescadores artesanales del lugar. El área es aledaña al Parque Nacional Pumalín y Parque Nacional Corcovado, de modo que contribuye a una conservación integral de la porción marina y terrestre de la región.
En la solicitud del espacio a la autoridad de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (SUBPESCA), se identifica a estas especies y áreas clave para la conservación que requieren protección frente a otras 7 posibles amenazas: salmonicultura, mitilicultura industrial, sobreexplotación de recursos, contaminación marina, cultivo de macroalgas, turismo no regulado, tráfico marítimo y cambio climático. En este recorrido, las comunidades tienen el apoyo técnico del grupo Patagonia Mar y Tierra y del Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile.
“Es fundamental que en estos procesos se identifiquen aspectos tan importantes como los usos consuetudinarios. Para este caso, se identificó el marisqueo, la pesca y la recolección de luga, usos que son el reflejo de los servicios que brindan los ecosistemas marino-costeros y que se traducen en provisión de alimento, aporte para la economía doméstica y prácticas sociales tradicionales que fortalecen el sentido de comunidad. Lo anterior, junto a las amenazas identificadas en la zona, son parte de la información base que se debe tener para las iniciativas de conservación y en eso hemos colaborado decididamente”, comenta César Guala, director del programa.
“En el último tiempo, hemos visto cómo la gente que trabaja el erizo se ve perjudicada cuando vienen personas de Puerto Montt y de Calbuco a cosechar los recursos que acá hemos cuidado. Lo mismo pasa con el loco o la luga; vienen lanchas desde afuera, nos les importan las vedas, los planes de manejo, nada. Es por eso que tiene que haber un ordenamiento”, señala Nancy desde la isla Autení.
“Existen muchos factores que causan presión en el área. Con la creación de este espacio y un plan de administración adecuado, se contribuiría a eliminar la interacción negativa de la actividad acuícola con la biodiversidad, que va en aumento. También se podría disminuir la presión por extracción de recursos de interés comercial, o los efectos del cambio climático sobre el mar interior de Chiloé”, explica Yacqueline Montecinos, especialista en biodiversidad marina de WWF Chile, organización que es parte del grupo Patagonia Mar y Tierra.
Próximos pasos para la declaratoria
En la actualidad, y tras avanzar en su primer paso de admisibilidad por parte de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura -unidad técnica responsable de esta tramitación-, el “ECMPO Islas Desertores y costa de Chaitén” debe esperar aún otros cinco procesos hasta alcanzar el paso final de aprobación y firma de convenio de uso.
“Estamos confiados en que este proceso avance lo más rápido posible, considerando la importancia de manejar sustentablemente esta área”, indica Juan Alvarado, presidente Sindicato de Pescadores y Recolectores de Casa de Pesca e Isla Llahuen. Y añade que “las comunidades solicitantes estamos proponiendo una administración compartida e inclusiva con todos los actores locales que también hacen uso del borde costero con miras a lograr acuerdos de uso compartido y sustentable, que nos permita fortalecer los lazos familiares forjados a través de un trabajo comunitario de décadas”.
Patagonia Mar y Tierra es un grupo de 9 organizaciones (Aumen, Centro Ballena Azul, Fundación Melimoyu, Fundación Omora, Fundación Terram, Puelo Patagonia, Round River, The Pew Charitable Trusts y WWF Chile) que busca contribuir a la conservación marino-terrestre de la Patagonia chilena en beneficio de sus habitantes y que cuenta con el apoyo técnico del Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile.