Alrededor del 1% del agua en la Tierra es para consumo humano, porcentaje que disminuye día a día producto de la contaminación de las aguas y el calentamiento global. Sabemos que la mayor parte del problema proviene desde las grandes industrias del mundo, pero también las malas prácticas que muchas veces llevamos en nuestra propia casa aportan al problema, como así también los productos que utilizamos en ella y en nuestro propio cuidado personal.

Cortesía de FreeMet ©Ivan Bandura
Cortesía de FreeMet ©Ivan Bandura

Si multiplicamos esto por las más de 7 mil millones de personas que habitamos en el planeta, el impacto es muy grande para nuestras aguas y los ecosistemas que la habitan.

Hay algunas prácticas básicas que debemos comenzar a cambiar en nuestras rutinas del hogar como reducir la cantidad de agua que usamos, esto ayuda a disminuir la cantidad de agua que fluye en los sistemas de tratamiento de aguas residuales. Esto, sumado a hacer cambios en nuestras rutinas diarias, como duchas cortas de máximo 5 minutos, no dejar el grifo abierto mientras nos lavamos los dientes o los platos, no tirar por el desagüe aceites de cualquier tipo y tratar de implementar sistemas de reutilización de aguas grises, para regar nuestras plantas o césped o incluso lavar nuestros vehículos.

Cortesía de FreeMet
Cortesía de FreeMet

Además, es clave comenzar a cambiar los productos que utilizamos en la limpieza y desinfección del hogar y personal. Muchos de ellos contienen materias primas extremadamente dañinas para nuestra propia salud y la de los ecosistemas acuáticos. Sustancias como metales pesados, hipoclorito de sodio (cloro), cloruro de benzalconio (amonio cuaternario), formoles, compuestos orgánicos persistentes y micro plásticos, pueden inducir alteraciones endocrinas y otras hasta cáncer en las personas y además pueden bioacumularse en moluscos, peces y biomagnificarse en tramas tróficas superiores como los mamíferos. Por eso debemos pensar muy bien lo que sale por los desagües de nuestras casas, ya que, como todo sistema cíclico y circular, puede volver en el futuro como alimento a nuestras bocas.

Cortesía de FreeMet ©Naja Bertolt Jensen
Cortesía de FreeMet ©Naja Bertolt Jensen

Otras sustancias que poseen algunos productos de limpieza, cuidado personal y desinfección que, a pesar de no ser tóxicas para la vida humana, generan desequilibrios ecológicos afectando la vida acuática de lagos, lagunas, embalses, humedales, estuarios y todo cuerpo de agua estancado. Esto es lo que provoca el uso de productos de limpieza y productos agrícolas con agentes eutrofizantes como son los fosfatos, nitratos y amoniacos, que, al ser introducidas en un sistema acuático cerrado, funcionan como nutrientes para el fitoplancton.

El gran crecimiento de fitoplancton provoca un enturbiamiento en el sistema que impide la entrada de la luz al fondo. Los organismos fotótrofos como las algas o plantas acuáticas, no pueden realizar sus actividades metabólicas lo que provoca su muerte, por lo que la producción de oxígeno disminuye y los organismos descomponedores, principalmente bacterias aerobias, comienzan a consumir el oxígeno presente, creando un ambiente anóxico.  Este ambiente hace inviable la existencia de la mayoría de las especies que previamente formaban el ecosistema, dando como resultado la muerte y descomposición de la flora y fauna acuática.

Cortesía de FreeMet ©Patrick Perkins
Cortesía de FreeMet ©Patrick Perkins

Según los investigadores Smith y Schindler, los principales efectos de la eutrofización en cuerpos de agua son los siguientes:

A partir de lo anterior, se puede concluir que nuestras actividades y rutinas diarias impactan en la calidad del agua que nos rodea, por lo que debemos ser parte del cambio positivo como consumidores conscientes, para conservar lo más preciado de la vida, el agua.

© FreeMet
© FreeMet

Es por ello que han surgido muchos emprendimientos dispuestos a hacerse cargo de esta problemática, como lo es FreeMet, una empresa formada por dos chilenas oriundas del sur y amantes de la naturaleza, que ofrece productos de limpieza del hogar y el cuidado personal que no utilizan formulaciones químicas que puedan dañar los ecosistemas, los cuales además, están certificados como Biodegradables por el estándar de la OECD 301B, y están libres de metales pesados y de sustancias eutrofizantes. Sumado a esto, sus productos son veganos y cruelty free certificados.

Asimismo, en FreeMet están comprometidas con el comercio consciente, y pretenden potenciar el camino hacia un mundo mejor a través de aportes a tres fundaciones relacionadas con el cuidado de los ecosistemas acuáticos de Chile, La Fundación Mar y Ciencia, la Fundación Parque Katalapi y a la Fundación Panthalassa. La donación para cada una de estas tres fundaciones fluctúa entre y 5 y 7% por la compra de cada pack asociado.

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...