Imagina caminar por un bosque lluvioso, rodeado de árboles y vegetación frondosa. De repente, un salto sutil en la hojarasca llama tu atención. Es una rana, casi invisible entre las hojas secas, perfectamente camuflada. Este asombroso arte de “esconderse a simple vista” es una de las estrategias más fascinantes que los anfibios del sur de Chile han desarrollado para sobrevivir.

Chile alberga alrededor de 60 especies de anuros, como ranas y sapos. Esta relativa baja diversidad en comparación con otros países de Sudamérica se debe a un extenso proceso de aislamiento geográfico. Sin embargo, esto ha generado a su vez un alto grado de endemismo. De hecho, el 61 % de los anfibios de Chile son endémicos (37 especies).

Estas particulares criaturas han perfeccionado métodos sorprendentes para adaptarse a los variados y desafiantes hábitats de nuestro territorio, particularmente en los bosques templados lluviosos del sur. Entre sus habilidades más notables se encuentra el camuflaje, una técnica que les permite pasar inadvertidos frente a sus depredadores y, al mismo tiempo, mejorar sus posibilidades de caza y reproducción.

En este sentido, en el Parque Katalapi, un equipo de investigadores está estudiando cómo los anfibios cambian de color para adaptarse a los diferentes fondos de su entorno. Entre las especies que han mostrado una habilidad excepcional para cambiar su coloración se encuentran las ranas del género Batrachyla y Eupsophus. Estas tienen la capacidad de modificar su color dependiendo del sustrato que las rodea, un proceso influenciado por factores como la temperatura y la humedad. De este modo, pueden confundirse con la corteza de los árboles o con la hojarasca que cubre el suelo, evitando ser detectadas por sus depredadores.

Hojarasca de un parche de bosque denso austral, en SNPK. Región de Los Lagos. ¿Puedes ver algún anfibio en la imagen? Batrachyla taeniata (ranita de antifaz) camuflada entre la hojarasca.
Hojarasca de un parche de bosque denso austral, en SNPK. Región de Los Lagos. ¿Puedes ver algún anfibio en la imagen? Batrachyla taeniata (ranita de antifaz) camuflada entre la hojarasca. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Hojarasca de un parche de bosque denso austral, en SNPK. Región de Los Lagos. Batrachyla taeniata (ranita de antifaz) camuflada entre la hojarasca.
Hojarasca de un parche de bosque denso austral, en SNPK. Región de Los Lagos. Batrachyla taeniata (ranita de antifaz) camuflada entre la hojarasca. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.

Técnicas de camuflaje: más que simple discreción

El camuflaje en los anfibios no solo se trata de desaparecer en el entorno, sino de una respuesta activa y sofisticada a las condiciones que los rodean. Hay dos tipos principales de camuflaje que se han observado en estos animales: el camuflaje por coloración y el camuflaje dinámico.

El primero es la cripsis por coloración. Es el más común y consiste en la adopción de colores y patrones que imitan el entorno inmediato. Es el caso de Hylorina sylvatica, la famosa rana esmeralda, que presenta tonalidades verdes, marrones y amarillas que le permiten mimetizarse con la vegetación de los humedales. Esta adaptación les da la oportunidad de pasar desapercibidas entre plantas acuáticas, matorrales o follaje, donde pueden esconderse de los depredadores.

Hylorina sylvatica (rana esmeralda) en un ambiente de humedal. En estos hábitats la vegetación es densa y variada y la capacidad de desarrollar patrones de coloración en estos entornos le confiere una ayuda para evitar la detección por parte de depredadores. Puerto Montt, Región de Los Lagos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Hylorina sylvatica (rana esmeralda) en un ambiente de humedal. En estos hábitats la vegetación es densa y variada y la capacidad de desarrollar patrones de coloración en estos entornos le confiere una ayuda para evitar la detección por parte de depredadores. Puerto Montt, Región de Los Lagos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Hylorina sylvatica (rana esmeralda) en un ambiente de humedal. En estos hábitats la vegetación es densa y variada y la capacidad de desarrollar patrones de coloración en estos entornos le confiere una ayuda para evitar la detección por parte de depredadores. Puerto Montt, Región de Los Lagos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Hylorina sylvatica (rana esmeralda) en un ambiente de humedal. En estos hábitats la vegetación es densa y variada y la capacidad de desarrollar patrones de coloración en estos entornos le confiere una ayuda para evitar la detección por parte de depredadores. Puerto Montt, Región de Los Lagos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Calyptocephalella gayi (rana chilena) en un ambiente de humedal. El camuflaje no solo sirve para evadir depredadores, sí no que también es vital para la captura de presas. En este caso la rana chilena basa su estrategia de caza en el camuflaje para aumentar las posibilidades de éxito en la caza. Puerto Montt, Región de Los Lagos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Calyptocephalella gayi (rana chilena) en un ambiente de humedal. El camuflaje no solo sirve para evadir depredadores, sino que también es vital para la captura de presas. En este caso la rana chilena basa su estrategia de caza en el camuflaje para aumentar las posibilidades de éxito en la caza. Puerto Montt, Región de Los Lagos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Calyptocephalella gayi (rana chilena) en un ambiente de humedal. El camuflaje no solo sirve para evadir depredadores, sí no que también es vital para la captura de presas. En este caso la rana chilena basa su estrategia de caza en el camuflaje para aumentar las posibilidades de éxito en la caza. Puerto Montt, Región de Los Lagos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Calyptocephalella gayi (rana chilena) en un ambiente de humedal. El camuflaje no solo sirve para evadir depredadores, sino que también es vital para la captura de presas. En este caso la rana chilena basa su estrategia de caza en el camuflaje para aumentar las posibilidades de éxito en la caza. Puerto Montt, Región de Los Lagos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.

Por otro lado, la cripsis dinámica es aún más impresionante. Se trata de la capacidad de algunas especies para cambiar su color y patrón según las condiciones del entorno. Este mecanismo permite que ranas como Eupsophus calcaratus y E. emiliopugini modifiquen su aspecto en respuesta a factores como la luz, la temperatura o incluso la presencia de depredadores. Este tipo de camuflaje es vital, ya que les permite adaptarse rápidamente a cambios en su entorno y seguir siendo invisibles a los ojos de los cazadores.

Eupsophus calcaratus en un sector donde la hojarasca destaca por poseer hojas secas y rugosas, con tonalidades claras. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Eupsophus calcaratus en un sector donde la hojarasca destaca por poseer hojas secas y rugosas, con tonalidades claras. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Eupsophus calcaratus en un sector donde la hojarasca destaca por poseer hojas secas y rugosas, con tonalidades claras. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Eupsophus calcaratus en un sector donde la hojarasca destaca por poseer hojas secas y rugosas, con tonalidades claras. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Siguiendo el ejemplo anterior, en la siguiente imagen se puede observar la capacidad de camuflaje que poseen E.emiliopugini. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Siguiendo el ejemplo anterior, en la siguiente imagen se puede observar la capacidad de camuflaje que poseen E.emiliopugini. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Siguiendo el ejemplo anterior, en la siguiente imagen se puede observar la capacidad de camuflaje que poseen E.emiliopugini. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Siguiendo el ejemplo anterior, en la siguiente imagen se puede observar la capacidad de camuflaje que poseen E.emiliopugini. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
En este caso es posible observar la plasticidad fenotípica de dos ejemplares de E.emiliopugini adultos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
En este caso es posible observar la plasticidad fenotípica de dos ejemplares de E.emiliopugini adultos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
En este caso es posible observar la plasticidad fenotípica de dos ejemplares de E.emiliopugini adultos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
En este caso es posible observar la plasticidad fenotípica de dos ejemplares de E.emiliopugini adultos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.

La amenaza del cambio climático y la destrucción del hábitat

Aunque estas adaptaciones son impresionantes, los anfibios del sur de Chile no están a salvo de las amenazas que enfrentan sus hábitats. La degradación de los ecosistemas, el cambio climático y la pérdida de microhábitats ponen en riesgo la eficacia de sus técnicas de camuflaje. El rápido ritmo del cambio ambiental no les da el tiempo necesario para adaptarse de manera efectiva, lo que pone en peligro su supervivencia a largo plazo.

La desaparición de las selvas y bosques donde habitan estos anuros podría reducir drásticamente la disponibilidad de los entornos adecuados para su camuflaje, lo que hace aún más urgente la necesidad de proteger estos ecosistemas.

Batracyla leptopus (rana moteada) camuflada en un tronco de un árbol. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Batracyla leptopus (rana moteada) camuflada en un tronco de un árbol. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Calyptocephalella gayi (rana chilena) en un bofedal de la Región de Los Lagos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Calyptocephalella gayi (rana chilena) en un bofedal de la Región de Los Lagos. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Mostrar las herramientas del corrector ortográfico Eupsophus calcaratus (rana de hojarasca austral) entre la hojarasca del bosque. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Eupsophus calcaratus (rana de hojarasca austral) entre la hojarasca del bosque. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Mostrar las herramientas del corrector ortográfico Eupsophus calcaratus (rana de hojarasca austral) entre la hojarasca del bosque. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Eupsophus calcaratus (rana de hojarasca austral) entre la hojarasca del bosque. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.

¿Cómo puedo ayudar a proteger a los anfibios?

Proteger a los anfibios no es solo una tarea de científicos, sino que todos podemos hacer algo para ayudar. Existen acciones sencillas pero poderosas que podemos llevar a cabo para conservar sus hábitats. Por ejemplo, mantener la continuidad de los bosques es crucial. Si vives cerca de un área natural, evita remover la hojarasca o cortar árboles. Estos pequeños cambios pueden tener un gran impacto en la preservación de las especies locales.

Otro paso importante es evitar la contaminación. Mantener los ecosistemas limpios y libres de basura ayuda a que los anfibios puedan seguir prosperando en sus hábitats naturales. Si te encuentras con zonas contaminadas, no dudes en informar a las autoridades para que se pueda tomar acción.

También puedes involucrarte directamente en proyectos de conservación. Participar en salidas de campo o unirte a iniciativas puede ser una excelente manera de contribuir a la protección de estas especies tan singulares.

De igual manera, una forma sencilla y efectiva de apoyar es compartiendo tus observaciones. Puedes hacerlo a través de redes sociales como el Proyecto Gigante de los Lagos, el Proyecto Anfibios del Sur de Chile, la Fundación Parque Katalapi, o en plataformas de ciencia ciudadana como iNaturalist, específicamente en el grupo “Anfibios de Chile”. Compartir tus registros no solo ayuda a aumentar el conocimiento sobre estas especies, sino que también contribuye a su conservación.

Batrachyla leptopus (rana moteada) entre las raíces sobresalientes de un árbol. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Batrachyla leptopus (rana moteada) entre las raíces sobresalientes de un árbol. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Batrachyla antartandica (rana jaspeada) deambulando sobre un sotobosque seco. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Batrachyla antartandica (rana jaspeada) deambulando sobre un sotobosque seco. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.

Un llamado a la acción

El estudio del camuflaje de los anfibios no solo es fascinante desde el punto de vista científico, sino que también resalta la importancia de conservar los ecosistemas que permiten que estas increíbles estrategias de supervivencia se sigan desarrollando. En un mundo cada vez más cambiante, la adaptabilidad de los anfibios es un testimonio de su resiliencia, pero también nos recuerda lo frágiles que pueden ser ante los rápidos cambios del entorno. Protegiendo sus hábitats, estamos no solo salvaguardando a estos animales, sino también a la biodiversidad que depende de ellos.

Batrachyla leptopus (rana moteada) camuflada en un tronco. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Batrachyla leptopus (rana moteada) camuflada en un tronco. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Batrachyla leptopus (rana moteada) camuflada en un tronco. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
Batrachyla leptopus (rana moteada) camuflada en un tronco. Créditos: Ismael Horta-Pizarro.
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