La inmensa costa de nuestro país nos espera día a día con una inmensidad de alucinantes habitantes del litoral. Atentos con el hallazgo de hoy, que será una posible sorpresa que podrá alegrar tu día. 

Esta es la segunda versión de “Bitácora de recuerdos”, en la que narro por medio de ilustraciones, vivencias de infancia, centradas en bichitos, plantas, piedras, y todo personaje que podemos toparnos en nuestro entorno. Recorridos por la ciudad, caminatas por la playa, parques o cerros; en todos los contextos podremos asombrarnos de nuestra naturaleza. ¡Una invitación a salir afuera y mirar con atención lo que nos rodea!

©María José Carmona
©María José Carmona

Hallazgo #2

Poto de mar · Actinia | Phymactis papillosa

En las rocas te encuentro,

muy metido ahí dentro.

Bien protegido del oleaje,

pillarte a veces, es un viaje.

 

Tu textura, brillante,

tu color, vibrante.

Abierto eres llamativo,

no hay duda, eres vivo.

 

Tu boca rodeada de tentáculos,

colabora en sortear obstáculos.

Paralizan sus células urticantes, 

a quiénes sean tus atacantes.

Cerrado en cambio no se ven,

tus brazos sabes esconder.

 

Al tacto, tu cuerpo es pegote,

al centro, un cráter de cenote.

Actinia te llaman de repente,

Poto de mar, más comúnmente.

©María José Carmona
©María José Carmona

Poto de mar. Imposible olvidar su nombre, y que al más mínimo recuerdo de esta pegajosa y brillante anémona, no se dibujara una sonrisa en mí. Y es que, en nuestra infancia, mi mamá se encargó de mostrarnos a mi papá y hermanos, el increíble mundo que sucedía entre las rocas, y mareas. Y a pesar que amábamos las estrellas, soles, erizos y chitones, creo que la actinia, o poto, se ganó un especial lugar sólo por tener un nombre que daba risa, y porque, mejor aún, podíamos hablar de esta palabra libremente. Nuestro juego consistía en tocarlo para comprobar su pegajosidad, y ver cómo rápidamente los tentáculos se guardaban, y desaparecían. Quedando únicamente una “masa” con un orificio al centro. Lo que inevitablemente hacía soltar carcajadas. De diversos colores, y en general agrupados de a varios, los potos de mar favoritos, eran grandes, de colores, naranja, azul, púrpura o verde. Mágicos, prohibidos, divertidos, traviesos. Así, los guardé aquí adentro. 

Perteneciente a los Cnidarios, las actinias, al igual que otros de su phylum como medusas y corales, son especies con simetría radial. Esta actinia o poto de mar, la podemos encontrar adosada a rocas, quebradas e incluso algas a lo largo de toda la costa chilena, en zonas del intermareal no expuestas a la luz solar y protegidas del oleaje. Sus tentáculos son cortos, cónicos y se disponen en 5 círculos. Al rozarlos, liberan una sustancia urticante, la que utilizan como protección o para atacar a sus presas.  

Palabras clave:

Cnidarios: Del griego, knide: ortiga, agrupa animales relativamente simples, de ambientes exclusivamente acuáticos, que presentan células urticantes, llamadas cnidocitos, en los tentáculos de todas las especies de este phylum (o filo).

Intermareal: Porción de la costa que va desde la marea más alta a la marea más baja, estando por ende, en un cambio y variación constante de agua, oleaje y mareas.  

Fuentes:

Castilla J., (2008), Una guía para la observación de litoral, Santiago, Chile.

Zagal C., Hermosilla C., (2007), Guía de Invertebrados Marinos del Sur de Chile, Santiago Chile, Editorial Fantástico Sur.

https://revbiolmar.uv.cl/escaneados/121-129.pdf

1 Comentario

1 Comentario

  1. Angélica Rivera

    Qué lindo trabajo! Jaja me sacó una sonrisa. Excelentes bocetos!
    Me encantó el poema jajaja

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