“Existen dos líneas de trabajo en la conservación. Una que concibe al ser humano solo como ente degradador y que lo saca del territorio, y otra que lo considera fundamental y parte de esta gran misión”, explica María Jesús Montti, coyhaiquina experta en ecoturismo y co-creadora de Aysén Mira al Mar, iniciativa de investigación participativa gestora del primer Censo Comunitario de Cetáceos de Chile. “Nosotras creemos en la segunda visión. Al generar educación y conciencia en las comunidades, aportamos a la conservación de la biodiversidad”, enfatiza.

Hace dos años que en Puerto Cisnes y Raúl Marín Balmaceda alrededor de 60 voluntarios se preparan cada verano para observar con atención el mar. 20 especies de ballenas y delfines habitan los canales patagónicos y ellos son los encargados de registrar sus movimientos.

© Aysén Mira al Mar
© Aysén Mira al Mar

Pero no es llegar y censar. Dentro de esta metodología participativa, María Jesus Montti junto a Jacqueline Boldt, geógrafa con un Máster en Ecología, se encargaron de adaptar fichas científicas de avistamiento para ciudadanos comunes y corrientes, estudiantes, pescadores y dueñas de casa.

Conocer para valorar

Voluntarios de Raul Marín Balmaceda junto a María Jesús © Aysén Mira al Mar
Voluntarios de Raul Marín Balmaceda junto a María Jesús © Aysén Mira al Mar

La capacitación inicial es clave. En esta reunión se encargan de traspasar el conocimiento de las principales especies que se registran en la región de Aysén. Dentro del material educativo se les entrega una cartilla de avistamiento plastificada con las características diferenciadoras de las principales especies, “cada delfín y ballena es reconocible por su aleta. Estas vendrían siendo la huella dactilar de los cetáceos”, explica María Jesús.

Además, se entrega un cuadernillo de registro con 20 fichas donde cada voluntario rellena con información esencial como: lugar de avistamiento, cantidad de ejemplares y cualquier tipo de observación extra. A esto se le suma un manual de buenas prácticas de avistamiento, un compilado de 7 lineamientos para ejecutar esta actividad de manera responsable.

Jacqueline aplicando la metodología de avistamiento desde tierra © Aysén Mira al Mar
Jacqueline aplicando la metodología de avistamiento desde tierra © Aysén Mira al Mar

Este trabajo, por localizado que parezca, ha podido recopilar información clave que está siendo utilizada actualmente por la Universidad de Magallanes a través de SIB Aysén, un sistema de información de biodiversidad encargado de hacer un catastro de todas las especies que se encuentran en la región. Además, ha permitido crear una red de avistadores en Facebook, donde se comparten activamente fotos y experiencias y la llamada Agrupación de Turismo Náutico y Conservación de Cetáceos en Puerto Cisnes, conformada principalmente por boteros y ex pescadores reconvertidos al turismo basado en el avistamiento de fauna marina de forma sustentable.

“Este proyecto ha generado nuevos espacios y oportunidades de desarrollo. Los habitantes de la costa de Aysén se están dando cuenta que la salmonicultura, la pesca y la extracción de recursos no son la única opción y que eventualmente se pueden vivir del ecoturismo”, cuenta Jacqueline Boldt. 

Aysén, reserva de vida

© Aysén Mira al Mar
© Aysén Mira al Mar

Esta catalogación es el mejor eslogan que pudo recibir este lugar. Es que el 50% de Aysén corresponde a Áreas Silvestres Protegidas y el 90% de ese territorio está en el litoral. Aquí es posible avistar 20 de las 43 especies de cetáceos que se ven en Chile, considerando que en el mundo existen 83, divididos en delfines y ballenas.

En estas aguas incluso es posible presenciar especies que creeríamos ver sólo en el hemisferio norte, como las orcas. “Las comunidades se han visto muy motivadas en participar. Al final del verano nos volvemos a reunir, recogemos los cuadernillos y salimos a navegar todos juntos para poner en práctica los nuevos conocimientos. Sacamos conclusiones en torno a lo que vivimos y reflexionamos sobre el lugar único y diverso en el que habitamos”, cuenta María Jesús.

© Aysén Mira al Mar
© Aysén Mira al Mar

No es mucho lo que se sabe de los archipiélagos del océano de la Patagonia. Los esfuerzos de investigación se han visto orientados principalmente al interior de la región. Bastante se sabe del huemul por ejemplo, y muy poco de las especies marinas. Aquí reside el importe de Aysén Mira al Mar, la puesta en valor de un territorio que pocas veces ha sido protagonista en la literatura científica y en los medios. Tristemente, una de las pocas informaciones que Chile ha recibido de los fiordos y canales del sur, fue precisamente el varamiento masivo de más de 300  ballenas sei en el Golfo de Penas el 2015, por causas que aún no se determinan con certeza.

Iniciativas como el Censo Comunitario vienen a remover los paradigmas clásicos del conocimiento, a reforzar la idea que la información y la verdad no solo reside en la academia; que es posible potenciar la participación ciudadana, el diálogo de saberes culturales y ambientales de manera transversal y por sobre todo, la necesidad urgente de fortalecer territorios tan vulnerables como lo son las pequeñas localidades costeras de la región de Aysén.

© Aysén Mira al Mar
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Delfines australes © Aysén Mira al Mar
Delfines australes © Aysén Mira al Mar

 

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