Cuando las temperaturas aumentan, las aves migratorias del hemisferio norte empiezan a llegar a la Región del Biobío. A fines de octubre y comienzos de noviembre las gaviotas de Franklin (Leucophaeus pipixcan) llegan en grandes bandadas desde Canadá y Estados Unidos. Los zarapitos de pico recto (Limosa haemastica), característicos por sus largas migraciones, llegan junto a ellas. Elegantes y con una presencia notoria, alargan su estadía hasta la llegada del otoño, cuando el chorlo chileno (Charadrius modestus) llega a buscar su propio refugio desde las regiones australes que ya empiezan a bajar sus temperaturas.

Estero El Morro, Talcahuano. Créditos: Fundación Cosmos
Estero El Morro, Talcahuano. Créditos: Fundación Cosmos

El destino común de estas aves son los humedales de la zona, principalmente los pertenecientes al Sistema de Humedales de Rocuant – Andalién – Paicaví – Tucapel Bajo – Vasco Da Gama, más conocido como Rocuant – Andalién. Se trata de un ecosistema que abarca las comunas de Talcahuano, Penco, Concepción y Hualpén, y que se ha visto históricamente amenazado por la presión de la ciudad. De hecho, se estima que, desde 1975, la urbanización ha generado la pérdida de al menos un 40% del ecosistema. 

En este contexto, se desarrolla un proyecto que contempla rescatar el valor ecológico de estos humedales y sus servicios ecosistémicos. Diseñado por la Fundación Cosmos, en alianza con las municipalidades locales, la iniciativa busca la vinculación comunitaria para la creación de parques de humedal en la zona. Con ello se espera, más adelante, lograr la creación de un gran Parque Metropolitano de Humedales para la Región del Biobío. 

La historia de un humedal fragmentado

“El sistema de humedales de Rocuant – Andalién sigue existiendo. Lo que pasa es que está dividido, hay hasta un aeropuerto en la mitad”, explica Felipe Correa, director de proyectos de la Fundación Cosmos. “Tienen nombres distintos, pero es bonito pensar que, aunque no estén conectados directamente, se sigue hablando de un sistema”, agrega.

El sistema se considera la extensión de humedales más grande del área metropolitana de Concepción, con una extensión que se estima entre las 1.500 y 2.000 hectáreas. Es también el segundo humedal más importante del país para aves migratorias. BirdLife International lo considera una de las 176 Áreas de Chile Importantes para la Conservación de las Aves (IBA), siendo un espacio importante para la nidificación y descanso de las aves migratorias. Se ha contabilizado la presencia de 160 especies de avifauna. 

Rocuant Andalien, Radio U de Chile
Rocuant Andalien, Radio U de Chile

Por otro lado, es conocido por sus beneficios o servicios ecosistémicos, entre los que se destaca principalmente su rol como barrera para amortiguar las inundaciones y los desbordes marinos. En el tsunami de 2010 se saturó de agua y ayudó a mitigar el impacto de la catástrofe. Junto a esto, el humedal es importante en el aprovisionamiento de agua y el disfrute de un paisaje natural en medio de la ciudad. 

Pero la expansión urbana lo ha fragmentado y amenazado.

La historia de sus impactos empezó en los 70’ con la intervención y presión del uso de suelo, que cambió en gran parte a industrial y residencial. Se estima que solo entre 2000 y 2010 se perdió el 29% de la superficie original. Así, que el humedal siga siendo intervenido, significa un daño a su resiliencia y capacidad de ser un hábitat importante para especies a nivel mundial. 

©Didier Rousset

Por ello, se han trabajado en medidas e iniciativas que dan un grado de esperanza para su protección. Entre ellas, el proyecto GEF de Conservación de Humedales Costeros que, desde 2020 trabajó en la mejora de la condición ecológica de estos humedales a través de la gestión sustentable de los ecosistemas costeros. Entre ese proceso, llegó la Fundación Cosmos.

Replantear los parques urbanos

Un parque de humedal no es lo mismo que cualquier parque urbano. Aquí no van a existir, por ejemplo, juegos infantiles gigantes, canchas de skate o algo que rellene el terreno. En cambio, se visita un lugar que invita a disfrutar y aprender del entorno natural. Entonces, se plantea como una forma distinta a los modelos tradicionales, que generalmente intervienen los humedales. En cambio, busca incorporar infraestructura ecológica y verde por sobre la gris, generando una interacción con la ciudad, y manteniendo los servicios ecosistémicos del humedal. 

Son parques de acceso público que cumplen con todas las funciones de accesibilidad universal. El enfoque está puesto en la restauración del territorio. O sea, poder generar acciones concretas de infraestructura muy puntuales. En eso, que se potencien los servicios ecosistémicos. Muchos humedales están en estado de deterioro o vulnerabilidad y la idea es que estos proyectos los rescaten”, explica Felipe.

Chimalfe. Créditos Fundación Cosmos
Chimalfe. Créditos Fundación Cosmos

En Chile, uno de los ejemplos más conocidos es el del Parque Humedal del Río Maipo, también desarrollado por la Fundación Cosmos, en un trabajo público – privado entre municipio y fundación filantrópica. Se trata de un espacio en el que se restauró un deteriorado ecosistema, que hasta hace un par de años era un botadero comunal de ramas y escombros, para transformarlo en un parque de 40 hectáreas. En ese lugar se instalaron pasarelas, miradores y un recorrido interactivo. Actualmente cuenta con más de un kilómetro de senderos interconectados por pasarelas creadas a altura y diseñadas para no intervenir en el trayecto de la fauna. En especial, las 180 especies de aves que habitan en ese humedal. 

Con tal ejemplo pionero en Chile como referencia, la fundación fue contactada en 2022 por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para desarrollar una Guía de Modelos de Gestión de Parques Metropolitanos de Humedal. 

“Recibimos esta invitación a escala nacional, para desarrollar un modelo que pudiera ser aplicado en todo el territorio, en el que pudieran conversar tres leyes u ordenanzas que se estaban gestando. Una tenía que ver con la política de creación de Áreas Metropolitanas. La otra era la Política de Parques Urbanos y, en tercer lugar, la Ley de Humedales Urbanos, que estaba recién empezando. La pregunta era cómo conjugar eso en una acción conjunta”, explica Felipe. 

En concreto, se estaban declarando humedales urbanos producto de la entrada en vigencia en 2020 de la Ley de Humedales Urbanos (Ministerio del Medio Ambiente). La Política de Parques Urbanos (Ministerio de Vivienda y Urbanismo) promueve el desarrollo de parques urbanos sostenibles que sean parte de la planificación de las ciudades. Y el impulso de creación de Áreas Metropolitanas (Subsecretaría del Desarrollo Regional y Administrativo) consiste en unir grandes entidades territoriales —que superan los 250 mil habitantes— que comparten infraestructuras y servicios urbanos, teniendo varios beneficios. Entre ellos, la posibilidad de implementar parques metropolitanos en torno a humedales en áreas urbanas. La guía vendría a ser un modelo para poder unir todos estos marcos normativos.

“Ese proyecto tenía a la vez dos proyectos piloto. Uno era en la Región de Coquimbo, en el humedal El Culebrón y, por otro lado, el sistema de humedales de Rocuant Andalién, en el Biobío. Nosotros propusimos ir trabajando en paralelo la guía y los proyectos piloto desde un principio. Eso, con la idea de conocer los territorios, juntarnos con las organizaciones de la sociedad civil, conociendo los actores, el mundo privado, etc. Son sitios muy distintos, en Biobío hay una alta presencia del mundo inmobiliario en sistemas de humedal. En Coquimbo son más temas portuarios de transporte logístico ferroviario. Teníamos que entender todo ese conjunto de cosas que estaban pasando en los territorios”, comenta Felipe.

Paicaví. Créditos Fundación Cosmos
Paicaví. Créditos Fundación Cosmos

Al enfocarse en un modelo que se alojara en la creación de Áreas Metropolitanas, dependientes de los gobiernos regionales, estos serían un actor clave para el vínculo con el territorio. “Nuestra idea es que quien maneje los parques sea GORE con el apoyo del consejo consultivo de alcaldes”, explica Felipe. 

Específicamente en Biobío, al ser un gran espacio dividido, existían varios espacios potenciales para ser parques de humedal. Entonces, empezó la investigación, las entrevistas y la revisión de casos internacionales. “Vimos modelos de financiamiento que podrían ser aplicados, que fueran de utilidad para estas áreas. Se estaban declarando muchas zonas como humedales urbanos, pero de alguna manera, posterior a eso, los municipios no sabían muy bien qué hacer con esos lugares”, comenta.

Durante esa época se unieron la iniciativa del proyecto GEF Humedales Costeros, que finalizó en 2025, en el que trabajó junto a la Seremi de Medio Ambiente. “Ellos vieron que nuestra experiencia no solo estaba en la gestión de territorio, sino en hacer bajadas a proyectos específicos de parques de humedal y su implementación. En ese sentido, te diría que con esta consultoría que hicimos con el BID, también acompañando al final del proyecto GEF —a propósito de cosas que habían levantado ellos, como un plan maestro, planificación de infraestructura a nivel general— pudimos ir implementando las cosas de abajo hacia arriba, sin esperar que estuviera el Área Metropolitana creada”, asegura Correa.  

El Área Metropolitana del Gran Concepción se declaró, finalmente, en agosto de 2024. Incluye 11 comunas y contempla el 63% de la población regional. 

Humedal Chimalfe – Vasco da Gama

Al humedal Vasco da Gama se le conoce en la zona como Chimalfe. En mapudungún, significa libélula. Estos insectos son comunes de ver ahí y se cruzan entre el famoso bosque mágico, un sendero de sauces plantados con la idea de ser un cerco vivo entre los terrenos de inmobiliarias. Sin embargo, al lado de ese tan querido bosque, el humedal es lugar de rellenos y vertederos ilegales. 

Chimalfe. Créditos Fundación Cosmos
Chimalfe. Créditos Fundación Cosmos

La idea partió con la creación de un parque que sea el punto de entrada al terreno. “Ahí nos encontramos con una comunidad súper activa y comprometida, con la comunidad local. Ellos han sido muy aliados en el proceso”, explica Felipe. 

En este sentido, el primer paso fue realizar una consulta ciudadana. Junto a la consultora URBANCOST desarrollaron encuentros participativos para el reconocimiento del lugar y poder entender sus actuales y amenazas. Se trató de convocatorias abiertas a la comunidad, que fueron seguidas de un segundo encuentro en el que se les presentó una propuesta o primera idea de diseño, elaborada a partir de las inquietudes de la primera reunión. Con eso, ya se llega a un anteproyecto validado por la comunidad y los municipios, que luego se lleva más a lo técnico, con los cálculos y mecánicas necesarias para la infraestructura. Luego, se envían a una consulta de pertinencia para ver si, dadas sus características, deben ingresar al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental. 

El diseño de Chimalfe incluye un portal de acceso controlado, plaza con vegetación, senderos iluminados y pasarelas accesibles en altura, junto a señaléticas interpretativas e información de flora, fauna y funga, conectadas a un sombreadero que funciona como Aula Viva o anfiteatro, inspirado en las alas de una libélula.

“Luego del anfiteatro el recorrido continúa sobre pasarelas hasta llegar al Mirador que toma su forma del abdomen de la libélula y que permite tener vistas panorámicas del ecosistema. En este punto se podrá acceder al “bosque mágico”, ícono del lugar que, pese a ser de propiedad privada, es visitado por los vecinos para realizar actividades de educación ambiental y conexión con la naturaleza”, apuntan en la página web de la Fundación Cosmos. 

Humedal Paicaví – Tucapel Bajo

En Paicaví – Tucapel bajo, había un pequeño pedazo de una hectárea disponible para poder desarrollar algo. El área estaba en mal estado, con algunos senderos de maicillo que alguna vez fueron un área verde creada por una inmobiliaria. Si bien alguna intención hubo, el proyecto quedó botado. “Era parte de un relleno que se había hecho para hacer el resto de la urbanización. Colinda con un colegio, tiene temas de inseguridad, es un área verde un poco escondida de la calle. Por lo tanto, el desafío es darle seguridad al recorrido, en un lugar que tiene varios conflictos”, explica Felipe. 

Ahí, el proceso fue el mismo. Los vecinos buscaban establecer vínculos con la academia y organizaciones ambientales, utilizando el mirador como punto de encuentro. También querían que en el lugar se desarrollarán actividades artísticas y de observación de fauna. 

Paicavi. Créditos: Fundación Cosmos.
Paicavi. Créditos: Fundación Cosmos.

En ese sentido, se desarrolló una propuesta con un portal de acceso para ingresar a una zona de educación ambiental que conecta con el colegio Inmaculada Concepción, colindante. Además hay senderos en zonas de vegetación alta, pasarelas elevadas y señalética informativa. Junto con lo anterior, se consideró la instalación de un espacio abierto para actividades y un mirador llamado “traiwe”, es decir, garza en mapudungún. Según se explica en la página web de la fundación cosmos, la inspiración en el proceso de tres pasos del vuelo de la garza fue clave en el diseño arquitectónico. 

Parte importante del diseño de la infraestructura de estos parques es la biomímesis o arquitectura biomimética, es decir, una filosofía que busca sostenible con la naturaleza, no copiando sus formas, pero sí comprendiéndola. 

Paicaví. Créditos Fundación Cosmos
Paicaví. Créditos Fundación Cosmos

“Más que en cosas de administración, hemos tomado la inspiración del Humedal del Río Maipo en el diseño inspirado en la naturaleza. Hemos tomado la lógica de inspirarnos en especies locales, validadas por las comunidades, para diseñar las infraestructuras”, dice. 

Los dos restantes 

En febrero de 2025 se desarrolló el cierre del Proyecto GEF Humedales Costeros en el piloto de Biobío. En esa misma instancia, se firmó un convenio de colaboración con la Municipalidad de Talcahuano para diseñar un parque de humedal en el sector Santa Clara del Sistema Rocuant – Andalién. En julio se desarrolló el primer taller participativo para imaginar el futuro parque, pensando en una primera etapa de recuperación de cuatro hectáreas de las 13 del ecosistema. Así, un tercer proyecto se suma a los dos ya avanzados, que ya cuentan con un diseño y siguen con un proceso administrativo para poder construirse más adelante. Penco, por su lado, mantiene gestiones y conversaciones para poder sumar un terreno al proyecto, ya que no tienen terrenos municipales de humedal por el momento.

Cierre Proyecto GEF.
Cierre Proyecto GEF.

“En los cuatro lugares, incluso considerando a Penco, del que no tenemos formalización, se ven municipios muy comprometidos. Es decir, equipos municipales que se la están jugando para impulsar proyectos. También hay comunidades, organizaciones sociales, que trabajan en conservación de estos lugares independiente a lo que nosotros hacemos. Ellos son fundamentales y serán los primeros en cuidar esa futura infraestructura. Entonces hay ciertas luces que nos dan un buen pronóstico del desarrollo de estos proyectos”, explica Felipe. 

Esas esperanzas también apuntan a un objetivo más amplio, e innovador en su forma, para la región: la creación de un gran Parque Metropolitano de Humedales. El arquitecto agrega que “algo que hemos planteado al GORE es que, a pesar de que se trate de proyectos independientes, hay un corredor biológico, alcance ecosistémico. Es decir, a pesar de que no se pueda pasar de uno a otro con facilidad, hay una lógica en el diseño, la implementación y la administración que permiten pensarlos como una red de parques. Es decir, con una mirada en la que se hable como el gran Parque Metropolitano Rocuant Andalién”. 

En concreto, un parque metropolitano de humedales conserva estos ecosistema, teniendo valores paisajísticos de valor urbano, con una red de espacios accesibles y disfrutables para las personas. Al mismo tiempo, son parte de la estructura del territorio. Internacionalmente, debe tener al menos 10 hectáreas de superficie, lo que se cumple en este caso. 

El primero de los parques que podría ver la luz es el de Concepción, que ya obtuvo la resolución de que no tiene que ser ingresado al SEIA. En ese sentido, si todo sale bien, durante este año se debería tener listo el perfil del proyecto para postular a fondos de desarrollo regional. Con eso, se espera que pueda empezar su construcción en el segundo semestre de 2026. De Hualpén todavía se sigue esperando la resolución. Y Santa Clara está en proceso de diseño. 

Créditos: Ángel Fondón.

“Creo que este proyecto de red de parques debería apuntar a reforzar el sistema Rocuant – Andalién, tratando de recomponer eso que la infraestructura de la mano del hombre ha roto. Aquí hay vida, movimiento, son lugares maravillosos y tienen sus particularidades. En Paicaví se ven muchas garzas, siete colores. En Chimalfe, taguas y pidencitos. Es muy interesante e increíble poder trabajar en este lugar”, finaliza. 

*Estos convenios se enmarcan en el Proyecto Humedales Costeros del Ministerio de Medio Ambiente y financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF). El diseño ha sido en colaboración entre la SEREMI de Medio Ambiente de la Región del Biobío, el Gobierno Regional, las municipalidades de Concepción y Hualpén, organizaciones comunitarias, el Proyecto GEF de Humedales Costeros, la consultora Urban Cost y Fundación Cosmos. 

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