Región de Aysén, un paraíso para la observación del Reino Fungi
La Patagonia chilena es, sin duda, uno de los destinos naturales más importantes de Chile. Sus ríos, lagos, glaciares y montañas impresionan a los visitantes que año a año llegan a visitarla. Aquí, muchas veces ocultos de estepa a bosque, se desarrollan increíbles especies de hongos, algunas de ellas nativas y endémicas de este austral territorio. Junto a Dinelly Soto, divulgadora científica dedicada al Reino Fungi y parte del jurado del 8vo Concurso de Fotografía de Ladera Sur, hacemos un recorrido por estas especies.
“Estamos en pleno otoño donde la cantidad, diversidad y colores de especies impresionan con su belleza. Con formas de estrellas está el increíble Geastrum; de coral los distintos tipos Ramarias; de orejas como Ganodermas o Aleurodiscus; de hermosos sombreros de colores como los Cortinarius, entre tantas otras, que roban el aliento de quienes se detienen a observarlos. Sin distinción, niñas, niños y adultos se cautivan por igual, cada vez que vamos al bosque a buscarlos y dejar que nos encuentren”, señala Dinelly Soto, divulgadora y recolectora de Hongos Silvestres Comestibles, quien realiza Fungi Turismo en la Región de Aysén.
Especies como Gymnopanella nothofagi y Chlorovibrissea chilensis, descritas por el micólogo y taxónomo nacional Pablo Sandoval Leiva son endémicas de la región, o sea, no las encontramos en ningún otro lugar del planeta. A ellas se suman hermosas especies como el Entoloma necopinatum que roba las miradas con su hermoso color verde, o el conocido Cortinarius magellanicus con su intenso color lila. Esas son sólo algunas de las especies que se desarrollan en estos hermosos bosques.
Si hablamos de Especies silvestres comestibles están la deliciosa Grifola gargal o repollo del monte, Fistulina antarctica o lengua de vaca, Flammulina velutipes o enoki, entre una veintena de otras ricas especies descritas como comestibles y posibles de encontrar en esta temporada.
“Es por todo lo anterior que resulta de vital importancia integrar educación ambiental en los establecimientos educacionales de nuestro país, existe tanta biodiversidad aún tan desconocida. No cuidamos, ni apreciamos lo que no conocemos. Actividades como la observación de hongos o también llamado Fungiturismo contribuyen a su conocimiento, ayudan a las economías locales, generan conciencia de la depredación y destrucción de los bosques y generan instancias para la ciencia ciudadana a través, por ejemplo, de los registros en plataformas como inaturalist Chile”, enfatiza Dinelly Soto.
La invitación es a visitar estos bosques para conocer, cuidando y respetando estos albergues de vida donde se desarrollan estos organismos, los cuales resultan ser claves en el reciclaje de nutrientes y salud de los bosques. La mitad del territorio aisenino corresponde a Áreas Silvestres protegidas, lo que brinda un enorme abanico para el avistamiento de especies de hongos. “Salir a observarlos es una actividad que devuelve el asombro, alegra y sorprende, además de ser apta para todo tipo de personas que estén interesadas en deleitarse con la belleza inigualable de los hongos, el quinto Reino de la naturaleza” concluye Dinelly, quien forma parte del jurado del Concurso de Fotografía de Ladera Sur que recibió más de dos mil registros de todo Chile, lo que demuestra un creciente interés por estos organismos.