Un viaje introspectivo con la fotografía: buscando simbolismo en la naturaleza
Nuestro colaborador invitado, el fotógrafo Benjamín Briones Grandi, nos comparte una galería sobre su trabajo, el cual se centra principalmente -según él mismo lo define- en la simpleza. A través de la fotografía, ha realizado un viaje personal de capturas, que actualmente se centra, principalmente, en el fotomontaje y el minimalismo. Aquí nos contesta una entrevista en la que se explaya más sobre su proceso artístico y cómo llegó al concepto que actualmente desarrolla.
Lo que le atraía era el volcán Puntiagudo, en la Región de Los Lagos. Benjamín Briones Grandi, fotógrafo, estaba alucinado con las formas y texturas que veía del volcán. Tenía que capturarlo con su lente. Pero los días eran lluviosos y las nubes no permitían ver toda su silueta. Sin embargo, día a tras día, lo intentó. Hasta que encontró una ventana de 15 minutos en el horizonte, que anunciaba que se venía el fin de la tormenta. Cuando logró sacar la foto, supo que la fotografía era lo que quería hacer el resto de su vida.
A este mundo entró no hace mucho. En verano de 2016 se compró su primera cámara. Después de pasar una etapa entusiasta de sacarle fotos a lo que se cruzara frente a sus ojos, se enfocó en la fotografía del paisaje. “Rápidamente no me sentí cómodo con este tipo de fotos. Nunca fui tan aventurero, sino que más tranquilo. Más de casa y menos de camping. Entonces me frustré un poco y empecé a probar otras formas de hacer fotografía, yendo hacia algo más introspectivo, con una estética más minimalista, dándole un sentido simbólico a la naturaleza”, dice Benjamín.
Así fue como, durante la pandemia, llegó al fotomontaje, que es la técnica a la que más se dedica actualmente. Cuando viaja, saca fotos intuitivamente y después llega a dibujar borradores que después en su computador toman forma. De esta manera, él comenta que el fin de su fotografía es introspectivo, inspirado en la naturaleza, pero que da para hablar del mundo interior de él y del espectador, más que de un territorio en particular.
-Sobre el tema del minimalismo, ¿qué crees que es lo característico de este estilo, además de lo introspectivo que recién comentabas?
-En términos generales, creo que lo distintivo del minimalismo no es fácil de responder. Una de las técnicas de la composición fotográfica es la simplificación, es decir, simplificar una imagen. O sea, cuando tú vas a hacer una foto, tienes al frente un montón de cosas y tienes que decidir qué dejar dentro o fuera simplemente encuadrando. Si llevas esa técnica al extremo, llega un punto en que logras hacer que la foto todavía sea interesante, pero que realmente tenga lo mínimo que necesita tener. Eso es el minimalismo: maximizar la simplificación, minimizar la complejidad. Yo no me considero tan minimalista, pero sí tengo una estética de la simpleza, quiero una línea simple y busco la elegancia, la gracia, la simpleza y la austeridad, en las imágenes y sus colores.
– ¿Qué es lo más difícil de poder lograr el tipo de foto que tú haces?
– Yo creo que ser honesto. El quitarse de ropajes de ser como tal fotógrafo o artista, sino que ser yo mismo. Es difícil hacer una foto 100% honesta, desde mi interior. Hay toda clase de técnicas para eso. Por ejemplo, cuando estoy en terreno, intento estar lo menos perturbado o presionado para sacar algo, trato de quitarme ese estrés. Y después cuando llego con una imagen a veces la dejo reposar meses o incluso años.
– ¿A qué te refieres cuando dices que la dejas reposar?
– Llego, las miro, las respaldo y no las veo más. Y me voy a hacer lo que sea. En el proceso de sacar la foto, hay algo emocionalmente involucrado en las imágenes. Si hiciera una fotografía más territorial valdría la pena usar esas mismas emociones para transmitirla. Yo paso mis emociones al hacer un fotomontaje o al momento retocarlas. Creo que eso también ayuda a hacer una estética minimalista, el dejar tiempo entremedio. Si lo haces altiro puede quedar sobre exagerado un poco.
– ¿Hay alguna foto que te haya marcado o que tenga una buena historia detrás?
– La del Puntiagudo (…). Después tuve una experiencia increíble pudiendo sacar fotos en Malalcahuello el año pasado, justo un día de los pocos que nevó en julio. En otra dirección, en los montajes también hay algo significativo, como una que llamé “Paternidad”. El fotomontaje permite transformar completamente la realidad y yo hice eso con unas dunas, pasándolas a color blanco y estudiando cómo se comportaban las que efectivamente eran de ese color. Mi idea era poner una nube arriba, todo eso era parte de mi proceso de composición. Pero justo en ese entonces mi papá tuvo una sospecha de cáncer y rondé mucho con esta cosa de la paternidad. Ahí puse otra nube chiquitita abajo, que era protegida por la de arriba. Afortunadamente lo que tenía era benigno. Después, “Conversión” también significó mucho porque en mi adolescencia mis papás tuvieron una crisis muy fuerte, y por eso tuve una adolescencia muy complicada. Pero también fue un proceso de conversión, de reconciliación. Entonces fui a las dunas y tomé fotos a distintas horas del día. Y con eso logré con la composición, a través de varias fotos, transitar de lo oscuro a la claridad.
– ¿Entonces haces fotografía de paisaje y fotomontajes?
-Sí, pero tengo series. Tengo una que hice sobre la noche también. Esa también se relaciona con algo personal, porque en esta crisis de mi adolescencia, mis viejos se reconciliaron y en ese proceso mi mamá se puso muy religiosa. Yo en ese tiempo no le presté mucha atención, pero me di cuenta de que era casi un milagro que se volviera a enamorar de mi papá. Tiempo después, eso me llevó un poco a Dios. Pero acá no me quiero ir a lo religioso, sino hacer arte honesto. Hay un poema de Juan de la Cruz que habla de la noche del alma como un momento de sufrimiento. Habla de que en la noche el amado encuentra a la amada, que es el alma humana. Incluso cuando se encuentran, el alma transforma a su amado. Entonces este proceso en que, en la noche de la situación, como que uno tiene un encuentro de tu alma con Dios o como uno quiera considerarlo. Entonces se me ocurrió hacer fotos en blanco y negro en la playa cerca de Algarrobo. Primero tomé la foto en la escena nocturna, que ya dije lo que simboliza, de donde salen las estrellas. Y después con el dron, que dejé fuera del cuadro, iluminé con una luz, como un escenario de rocas. Eso después lo junté en Photoshop. Son imágenes que representan que en la oscuridad aparece una luz de esperanza. Está esta serie el año pasado recibió un premio internacional de un concurso. Fue el primer lugar en fotografía nocturna.
– ¿Cuándo empezaste y cómo te interesaste en hacer este tema de los fotomontajes?
– Yo creo que me he dado cuenta de que las cosas que me gustan son más bien pictóricas. La fotografía me gusta, me encanta, pero me gusta el arte en general, la pintura y todo eso en lo que creo que hay más libertad creativa. Lo que sí tiene la fotografía es que tú capturas un instante (…). Yo como fotomontaje pierdo o sacrifico un instante decisivo, a cambio de poder expresar libremente una fotografía que se disocia de justamente de algo del territorio. Al abstraerla del territorio se vuelve mucho más introspectiva. Es como que lleve a alguien a un sueño (…). Ahí lo quise llevar un paso más allá y se me empezó a ocurrir mezclar fotos y decir: «bueno ya que no es una fotografía de un territorio, ¿por qué no tomarme las libertades y empujar un poco más el medio fotográfico?». Me pasó que fui al Cajón del Maipo y me di cuenta de que hay unas rocas que me llamaron la atención, que están en la curva Las Melosas. No me gusta ese fotomontaje, pero lo tengo como por su historia. Es la primera vez que se me ocurrió la idea. Entonces yo en este cañón empecé a observar y me encantaban las formas de estas rocas y las grietas que tienen, las manchas, su textura, etc. Pero no me gustaba la idea de sacar la foto para arriba. Entonces tomé esa foto y después el cielo. Lo primero vertical vs el cielo horizontal, como que pareciera que las rocas están acostadas, que fuera como un mar de rocas. Logré torcer la perspectiva respecto a un efecto visual. Me encantó la libertad creativa. Y empecé a volar mentalmente con eso.
–Este año también ganaste un premio por un fotomontaje, ¿no? ¿Cómo fue que te enteraste de que ganaste?
-En la pandemia, en 2020, empecé a postular a premios (…). Después en 2021 volví a postular con nuevos trabajos y gané el primer lugar en esta nocturna. Este año postulé a dos concursos. Entonces mandé a este que se llama Minimalist Photography Awards, que es el único concurso de minimalismo. Tres meses después me enteré medio correo de que me había ganado el primer lugar de la categoría de foto manipulación. Fue super bacán porque son concursos internacionales y exigentes.
– Cuéntame, ¿en qué proyecto estás ahora en tu fotografía? ¿Cuáles son tus próximos pasos?
-Sigo desarrollando esta serie de fotomontaje, voy a seguir explorando esa veta de como de una fotografía más pictórica. Me gustaría más adelante profundizar más en el desierto, explorar el desierto florido. Y también visitar salares. Eso desde el punto de vista de mi carrera fotográfica. El siguiente paso es bueno, profundizando en la venta en el mercado de arte digital, en NFT, y también dar con una buena galería base para vender mi trabajo través de galería más que en forma personal.