Dientes de Navarino: un maravilloso paisaje perdido en el fin del mundo
La isla Navarino sin lugar a dudas posee un paisaje que deja sin palabras a cualquiera que pise esas tierras y disfrute de su belleza prístina y su gran cantidad de biodiversidad. Ahí, en medio de un paisaje desmembrado donde mar y tierra se unen en la encrucijada de los océanos Pacifico, Atlántico y Antártico, se encuentran los Dientes de Navarino, un cordón montañoso que cubre gran parte de la superficie de la isla y que cada año, atrae a miles de entusiastas que se atreven a aventurarse por sus senderos. Nuestro fotógrafo colaborador, Benjamín Valenzuela Wallis, quien recorrió la Ruta Patrimonial Dientes de Navarino a principios de 2020, nos comparte increíbles imágenes de este maravilloso paraíso del fin del mundo, y nos comenta sobre su experiencia en este inhóspito territorio del sur de Chile. ¡No te lo pierdas!
La Patagonia chilena está llena de lugares únicos y eso nadie lo pone en duda. Y es que cada uno de los visitantes que se aventura a este rincón del país, queda anonadado con sus paisajes prístinos y su belleza natural. Y la Isla Navarino no es la excepción.
Al sur del Canal Beagle, en la comuna de Cabo de Hornos, se encuentra la Isla Navarino, la última isla de Tierra del Fuego que, escondida en el fin del mundo, destaca por la belleza de su vegetación prístina, su geología labrada por glaciaciones a lo largo de millones de años, y su paisaje desmembrado donde mar y tierra se unen en la encrucijada de los océanos Pacifico, Atlántico y Antártico.
Es un territorio único en el mundo, marcado por grandes montañas y fuertes vientos, que resguarda una gran cantidad de biodiversidad, razón por la cual fue nombrado por la Unesco como Reserva de la Biosfera en el año 2005.
El territorio, asimismo, posee enormes hectáreas verdes que resguardan lagos, ríos y bosques sub-antárticos, así como el gran cordón montañoso Dientes de Navarino que cubre gran parte de la superficie de la isla y que cada año, atrae a miles de entusiastas que se atreven a aventurarse por sus senderos.
“Lo que más me llamó la atención de Dientes de Navarino probablemente fue lo poco intervenido que se encuentra por el hombre al ser un lugar tan inhóspito en invierno probablemente. Los paisajes surreales del fin del mundo, entre montañas y lagos, te quitan el aliento cada vez que cruzabas un paso montañoso. Sin duda es un trekking que debe realizarse al menos una vez en la vida y es de aquellos que yo al menos repetiría por las maravillosas vistas que se pueden encontrar en esos rincones del planeta que muy pocos se atreven a recorrer”, señala Benjamín Valenzuela Wallis.
El recorrido por los Dientes de Navarino, que como su nombre lo dice, son una serie de pináculos rocosos, que evocan una dentadura, es una ruta de alrededor de cinco días en los cuales se rodea el cordón de los dientes -cuyas cumbres dentadas superan los mil metros de altura- y se recorren impresionantes bosques magallánicos de árboles como lengas, coigües, ñirres y canelos, así como lagunas escondidas, pasos ventarrosos, cursos de agua y vistas panorámicas inolvidables.
La ruta se compone de 38 hitos, que corresponden a los puntos destacados por el Ministerio de Bienes Nacionales a lo largo del circuito, y que poseen información útil para la orientación de los visitantes. Vale decir que el recorrido completo tiene un alto nivel de exigencia física y técnica, debido al relieve de la zona, las bajas temperaturas y la alta inestabilidad del clima, por lo que es recomendada solo para exploradores experimentados o con la compañía de un guía local.
“A Dientes de Navarino fuimos a comienzos del año 2020, un mes antes de que comenzara la pandemia. La experiencia que viví en Dientes de Navarino fue una mezcla de incomodidad y tremendas sensaciones. Fuimos solamente por 5 días y los 2 primeros nos tocó nevazón intensa sin parar desde la tarde del primer día hasta la tarde del segundo día. Esto dificulto tremendamente poder retratar el lugar los primeros 13 kilómetros, pero de igual forma salieron unas postales increíbles. Luego afortunadamente tuvimos 3 días de sol, lo que permitió tomar muy buenas fotografías aéreas y del paisaje en general” agrega Benjamín Valenzuela.
Asimismo, estas tierras remotas albergan una gran cantidad de valor patrimonial y cultural, ya que esconde grandes secretos de una cultura ancestral que habita el territorio hace más de seis mil años: los yaganes.
La isla Navarino, considerada como uno de los últimos lugares prístinos del mundo, es un paraíso perdido que, a pesar del frio y las condiciones climáticas extremas, vale la pena recorrer y empaparse de todas las maravillas que este aislado territorio puede entregar.